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  • LA PALENCIANA II

    Huele increíblemente a madera quemada. Los incendios que asolaron los Valles Pasiegos a finales de 2021 no se dejaron atrás el municipio de Miera. Todo lo contrario, fue uno de los más afectados. A medida que nos vamos acercando a La Veguilla el color negruzco de las laderas del Pico Redundio se hace más y más presentes. El monte bajo y los escajos quemados nos dan paso a una espectacular cavidad que prácticamente nadie conoce y cuyo potencial rupestre (manifestaciones incluidas) perece en los incendios que año tras año asolan la zona.

    Su inclusión dentro de la zona arqueológica de El Puyo (con la consecuente declaración de Bien de Interés Cultural en el año 2014) de poco o nada valen. De hecho, no valen prácticamente ni para El Puyo, sin duda la mejor necrópolis de la Edad del Hierro en Cantabria. Ni tienen interés cultural ni están protegidos. Solo el sector más académico conoce lo que estamos perdiendo, si bien es cierto que los lugareños la conocen bien al igual que a la cercana Palenciana I. No en vano, desde hace décadas (quien sabe cuántas), han sido excavadas sistemáticamente para extraer arcillas con las que eliminar la acidez de los suelos del valle de Miera para su uso ganadero. Y no, no les culpo. Nadie les ha contado nunca lo que había ahí, nadie las ha protegido nunca y más que me pese, nadie las protegerá. El BIC – Bien de Interés Cultural es un instrumento paupérrimo si nadie lo aplica ni lo comunica, partiendo desde las administraciones.

    La Palenciana II fue reconocida a finales del siglo pasado por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - CAEAP quienes pusieron de manifiesto algunos materiales que sugieren ocupación paleolítica ocasional, hábitat en etapas mesolíticas/neolíticas y uso hacia el Calcolítico / Edad del Bronce. Todo ello con la enorme dificultad de interpretar un yacimiento "vaciado" por la extracción de arcillas comentada previamente.

    No cabe duda de que estamos en un yacimiento especial que no ha corrido nada de suerte y cuyo futuro y el de las pocas manifestaciones que le quedan está más que comprometido. Absolutamente nada ni nadie (bueno, tal vez algún político en cuanto vaya llegando la época de elecciones…y ya) garantizan la conservación de este Bien de Interés Cultural. Lo que si está garantizado es que año tras año las laderas de La Toba seguirán ardiendo, llevándose en algún momento por delante lo poco o nada que queda de su arte parietal.

    Bibliografía: "Elemento de interés arqueológico y Patrimonial en la zona del Puyo" Monografías electrónicas del Centro de Estudios Montañeses, nro 1. (2016). Virgilio Fernández Acebo.

  • LA PALENCIANA

    Si conoces la cueva de La Palenciana te das cuenta de que su milenario pasado tuvo que ser fructífero. Grandes dimensiones, galerías secas y calurosas, grandes bocas que permiten que la luz del Sol entre a gran parte del espacio habitable, orientada hacía el Sur, a media ladera con grandes valles y el río a sus pies..una auténtica maravilla. Solo un problema, que a buen seguro que sus moradores resolvieron, no solo en esta cueva sino en gran parte de los valles del Miera (como así atestiguan la gran cantidad de oseras en las cuevas del Miera): Los osos de las cavernas. Hubo un tiempo en el que tanto Homo Sapiens como el Ursus Spelaeus compartieron espacio vital, y estos últimos querían hibernar en sus cuevas si o sí.

    Pero en La Palenciana nunca sabremos si ambas especies vivieron en ella dado que el vaciado sistemático de las arcillas de estas cuevas para paliar la acidez de los suelos para uso agro-ganadero han hecho que lo a buen seguro fuese un yacimiento espectacular, no deje de ser un auténtico queso de gruyere. Se intuye que sí, pero el suelo del 99% de la cueva está vaciado, de modo que pocas oseras o ninguna quedan. Lo mismo ocurre con cavidades como la cercana Palenciana II, también vaciada para los citados menesteres.

    Su interés arqueológico fue dado a conocer por el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP a finales del siglo pasado y desde entonces hasta hoy poco o nada se sabe de la misma salvo que fue incluida dentro de la zona de protección arqueológica de la cueva de El Puyo en 2014 en la declaración BIC de esta última. Pero el ser incluido dentro de la zona de protección en un papel de nada vale, ya que las quemas sistemáticas de la ladera donde se ubica y el total desconocimiento de la sociedad en cuanto a que está "protegida" de nada valdrá. No en vano, se pueden apreciar calicatas actuales (hasta con una escalera de aluminio contemporánea) que dan a entender que las extracciones de arcillas de su interior se siguen llevando a cabo.

    Una auténtica pena para una cueva (no solo ella sino el conjunto con La Palenciana II) y un entorno digno de poder ser admirado, respetado y al menos señalizado. Cantabria Infinita lo llaman…

    Bibliografía: "Elemento de interés arqueológico y Patrimonial en la zona del Puyo" Monografías electrónicas del Centro de Estudios Montañeses, nro 1. (2016). Virgilio Fernández Acebo.

  • PORTUS BLENDIUM

    Entra en una cueva, sácate una foto dentro y estarás incurriendo en un delito. Recoge una pieza, entrégala y es posible que estés incurriendo en un delito (por prospectar visualmente). Revela información de una intervención arqueológica o prospección en curso antes de que tenga la Consejería el informe final y estarás incurriendo en un delito (así quedó reflejado en la última modificación de la Ley de Patrimonio de Cantabria, más propia de blindar posibles "lindezas y malas praxis" de la administración y ayuntamientos que no de blindar el Patrimonio). Destruye un yacimiento Inventariado, incluido en tu Plan General de Urbanismo y que figura en tu página web, intenta por todos los medios presionar (presuntamente) a la Comisión que estudia el caso e incluso a tu partido y al Gobierno de turno. Hazte el tonto alegando desconocimiento. Espera a que la denuncia que te ponen en la Fiscalía prescriba sin que se haga mucho ruido (otros ayudarán a que así sea) y no pasará nada. Bueno, miento. Obtendrás una ayuda de 2,5 millones de € para arreglar un palacio fantástico en tu pueblo haciendo entrever (más bien queriendo hacer ver, que ya poco) que te interesa la Cultura de tu municipio.

    Esta es la historia, resumida en un párrafo, de lo que puedes hacer y lo que no en Cantabria y de las consecuencias que ha tenido hasta nuestros días la destrucción del único núcleo poblacional de época romana en Suances y uno de los pocos en Cantabria, que confirmaría la presencia de Portus Blendium en la localidad. Es decir, absolutamente ninguna consecuencia. El caso más documentado y mediatizado de destrucción de Patrimonio en Cantabria se salda con humo. Y ahora, en 2022, ve la luz un interesantísimo artículo en la publicación "Sautuola XXIV-XXV, año 2019 2020" que no hace más que refrendar lo que todos sabíamos: No estábamos ante "cuatro ladrillos y trozos de teja" como querían hacernos ver algunos. Estábamos ante un núcleo poblacional romano. Veremos a continuación toda la información de un excelente yacimiento que ha acabado siendo un parking y que no tiene vuelta atrás. "Parking Blendium" como habéis leído en este portal en demasiadas ocasiones.

    El potencial arqueológico de Huerta Quintana o "Huerta del cura" es conocido desde hace décadas. En el año 1967 Miguel Ángel García Guinea, por aquel entonces director del Museo de Prehistoria y Arqueología, realizó una pequeña intervención arqueológica en el lugar donde obtuvo materiales de cronología romana y medieval. Entre ellos destacaba un denario de Plata del emperador Augusto, datado entre el 28-26 a.C. Es a partir de este momento en el Huerta Quintana adquiere peso entre las publicaciones arqueológicas de mediados / finales del siglo XX (Garcia Bellido et allí; 1970, Vega de la Torre, 1982, Bohigas Roldán 1986, Iglesias y Muñiz 1992, Fernández Ochoa y Morillo Cerdán 1994 , Ortiz en 1997 y un largo etc entre pequeñas citas y otros apuntes). Por este motivo se incluyó en el Inventario Arqueológico de Cantabria y en el propio Plan General de Ordenación Urbana del municipio en el año 1991. A partir de entonces, salvo las romerías celebradas en la conocida huerta, absolutamente nada dada la protección del lugar por la Ley de Patrimonio de Cantabria.

    Y es en este punto donde, a finales de 2017, explota todo: Se inicia la construcción de un parking en el yacimiento sin pedir NINGÚN TIPO DE PERMISO a la Consejería de Cultura de Cantabria con lo que las obras se paralizan. Coincide este momento con la difusión por parte de este portal de la noticia..algo que se quería "tratar" en el mayor de los silencios, le estalla entre las manos a la Consejería y el Consistorio de Suances. Ambos controlados por dirigentes del PSOE. A partir de este momento, presión mediática, escritos oficiales donde la exconsejera advertía de las "diligencias" que se abrirían contra el consistorio y que nunca se abrieron, denuncia que se alarga en el tiempo hasta prescribir, más presión mediática ahora Nacional (en el periódico El País y La Sexta TV), presunta presión en la Comisión de Cultura que tenia que decidir si continuar o no con la obra, cartas a la Consejería de diferentes entidades (entre ellas incluidas la Asociación Profesional de Conservadores-Restauradores de España), etc. Y al final para darte cuenta de que, aún contando con ABSOLUTAMENTE toda la información habída y por haber, las pruebas perfectamente documentadas y detalladas y toda la opinión publica a favor de que se tomasen medidas legales sobre el parking de la infamia, la politización de la cultura y los favores políticos hacen que la Ley sea para unos y no para otros. Si esta es la Cantabria Infinita que nos venden, donde se sale impune de destruir uno de los pocos núcleos poblacionales romanos de la región, ya se la pueden meter…por debajo del Parking.

  • MINA DE MORERO I

    Uno de los mayores núcleos mineros de Cantabria ha sido, sin duda, Peña Cabarga y su entorno más próximo. Tanto en época contemporánea (con el permiso de Reocín y Udías) como en época romana. Además, una de las zonas donde más controversia se había generado (hoy más ampliamente superado) en relación a las fuentes clásicas. Concretamente en la obra Naturalis Historia de Caius Plinius Secundus (más conocido como Plinio el Viejo), procudaror Tarraconense que cita el antiguo territorio de Regio Cantabrorum en diferentes ocasiones. Uno de los pasajes habla directamente de la minería, en la que dice que "..esta piedra nace también en Cantabria. No es el verdadero imán que se encuentra en veta continua, sino otro que aparece en núcleos dispersos que llaman bulbatones. De todas las venas metalíferas, la más abundante en Cantabria es la de hierro. En la zona marítima que baña el Océano hay un altísimo monte que, parece increíble, todo él es de metal, como ya dijimos al hablar del Océano..". Afirmación que desde el siglo XVIII trajo de cabeza a propios y ajenos dado que unos defendían que la citada montaña se ubicaba en el cerro de Somorrostro (Bilbao) y por lo tanto el pueblo de los antiguos cántabros tenia un origen "vasco cantabrista", y otros lo ubicaban en el macizo de Peña Cabarga y Cabárceno donde realmente se cree que es.

    Y a diferencia de las citadas áreas de Reocín y Udías (San Bartolomé y Mina Numa), donde la extracción en época romana se centraba en la calamina y en el plomo (en menor medida), en la mina que nos centramos hoy a buen seguro que la explotación se centraba en el preciado mineral de hierro. Y uno de los mejores ejemplos, junto con la mina de Setares, es la galería de Morero I. Testigo milenario que ha sobrevivido con suerte a la vorágine minera de toda esta zona. No en vano, el resto de galerías y vestigios milenarios identificados como "antiguos" perecieron ante las explotaciones de las compañías McLenan y Orconera Iron Ore Company Limited en el entorno de Peña Cabarga y Cabárceno. Es más, se cree incluso que la zona fue explotada mineramente no solo en tiempos de Roma, sino por los antiguos cántabros.

    Y con todo, cientos (quien sabe si miles de personas) pasan a su lado por la S-30 todos los días sin saber siquiera que existe. La única galería catalogada como romana en el macizo de Peña Cabarga está entre bardales en la cuneta de la autovía que la "rozó" en su construcción. No obstante, con total certeza, aún quedan vestigios de esta actividad en todo el entorno, si bien el desinterés de las administraciones nunca nos lo permitirá descubrir. Están mucho más centrados en proyectos mineros que venden a bombo y platillo y que tienen el mismo futuro que la mina de Morero I: Ninguno.

    Bibliografía:"La minería romana en Cantabria" (Nivel 0, Santander - 2000). Lino Mantecón Callejo.

  • CABEZA DE SAN PEDRO

    Quien conoce la costa de Santander, desde el Faro hasta San Juan de la Canal (ya en el vecino municipio de Santa Cruz de Bezana), sabe que estamos en un lugar especial. No solo por su importancia geológica, paisajística y natural, la cual ha sido englobada en un proyecto como territorio aspirante a la red Mundial de Geoparques de la Unesco. Sino por algo más que desconocemos y que nos lleva una y otra vez a esa maravillosa Costa Quebrada. Quien sabe si es por la necesidad intangible de seguir visitando los mismos lugares que nuestros ancestros poblaron y utilizaron para explotar los recursos de la época. Unos recursos que abundaban en la citada franja costera y que a día de hoy no damos importancia alguna, si bien su valor arqueológico iguala, como mínimo, a su belleza natural.

    Hoy hablamos de la Punta de Cabeza de San Pedro, un espectacular taller de sílex del Paleolítico Inferior / Medio que la gente no conoce. Un increíble enclave utilizado en la Prehistoria que hoy utilizamos como ruta natural y que desgraciadamente se está perdiendo a pasos agigantados por diferentes factores. Uno de ellos natural (la erosión eólica y la fuerza del mar, que arrastra los materiales que encuentra con su furia al fondo de este) y otro humano.

    El yacimiento fue descubierto a principios de la década de los 70 por R. Vega de la Torre, quien publicó en el año 1975 una bella raedera bifacial de sílex en su artículo "Hallazgo de un útil prehistórico" (Sautuola I, Santander) además de citar la aparición de un raspador. Años después sería el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP quienes estudiases el enclave, reafirmando la importancia del mismo como Taller Musteriense. Poco después se incluiría en diferentes publicaciones y..hasta hoy. Nada más. Un yacimiento con millones de restos de talla de sílex sin que nadie sepa de su importancia y estado de conservación.

    Esperemos que, con la adecuación que esperemos que sufra la zona (siempre y cuando Costa Quebrada consiga su título dentro de la Red Mundial de Geoparques de la Unesco) no ocurra lo mismo que ocurrió con vecina zona de El Rostrio o el yacimiento de Las Antenas. Yacimientos estudiados, inventariados y de importancia…que fueron parcialmente destruidos en sendos "proyectos" de adecuación.

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria." Ediciones Tantín, Santander (1988). Emilio Muñoz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas.

  • LA PEÑONA DE CARANCEJA

    Todo el mundo ha oído hablar del derrumbe de la Peña (o Peñona) de Caranceja allá por el año 1930. Existen documentos gráficos y testimonios que nos hablan de aquella espectacular caída de toneladas y toneladas de piedra que sacó cantidades ingentes de agua del Rio Saja y que hizo temblar las cercanas casas de Golbardo, además de posibilitar la pesca de truchas y anguilas en las huertas cercanas. Una espectacular historia. Igual de espectacular es la historia del puente de Golbardo (prácticamente enfrente), construido entre 1902 y 1903 y que es el primero de España en emplear armadura rígida portante como soporte de hormigón. Por todo ello, fue declarado Bien de Interés Cultural. Otra historia digna de recordar.;

    Y a tan solo unos metros, contemplando la construcción de uno y el derrumbe de la otra, la cueva de La Peñona de Caranceja. Una cavidad cuya historia nadie recuerda, aun albergando miles de años en sus entrañas sin que nadie haga hincapié en ella. Y no será porque no tuvo un pasado prehistórico digno de recordar, sino porque como casi todo lo relacionado con Cantabria que verdaderamente importa a nivel histórico, lejos de Memorias Históricas que dejan de lado a unos o lábaros de finales del siglo XX (no de los cántabros), queda aparcada en una cuneta. Y en el caso, no solo en sentido figurado. En La misma orilla de la carretera Nacional 634 (que en sucesivas ampliaciones ha ido destruyendo parte del yacimiento) se encuentra la cueva de La Peñona de Caranceja. Fue descubierta por Hermilio Alcalde del Río el 19 de Abril de 1903, recogiendo materiales en superficie desde el primer momento y reconociendo al instante el yacimiento paleolítico que albergaba. Meses después tanto él como Luis Sierra volvieron al yacimiento y realizaron diferentes sondeos donde diferenciaron dos niveles (Superior e Inferior) como veremos posteriormente. Décadas más tarde, en los 60, el grupo de la Sección de Espeleología Seminario Sautuola realizó varios sondeos en la primera sala sin obtener grandes resultados. A finales del siglo XX, el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP identificó en un corte exterior una estratigrafía de ocupación más detallada. Y a partir de entonces, salvando la multitud de citas en diferentes publicaciones desde principios de Siglo XX..absolutamente nada.

    Es curioso como el material utilizado en el puente declarado como Bien de Interés Cultural, es el culpable (junto con parte de la autovía A8) de la destrucción de otro espectacular yacimiento en lo alto de la Peña y del entorno de esta cueva (y otra denominada Peñona de Caranceja II): La mina de hormigón. Una paradoja que siempre nos lleva a la misma conclusión: Cantabria es una tierra con un potencial arqueológico increíble cuyos yacimientos sufren un abandono total si no tienen pinturas, grabados, o un Director palmero. Aún así, la llaman Infinita..

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria." Ediciones Tantín, Santander (1988). Emilio Muñoz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas.

  • CAMPAMENTO DE PANDO

    El valle de Toranzo es sinónimo de historia en Cantabria, sin ningún lugar a duda. Tan solo paseando por cualquiera de las dos orillas del río Pas te das cuenta de que estás en un lugar especial. Para quienes nos gusta la historia de las Guerras Cántabras y la romanización del territorio estamos ante uno de los mejores enclaves en los que ver de primera mano los escenarios de aquella fatídica contienda: El oppidum de la Espina del Gallego, el campamento romano de Monte Cildá, Las Matas del Castillo o El Campo de Las Cercas. Y no solo eso, sino que la presencia del conjunto tumular de Quintana de Toranzo, la aparición de la Estela de San Vicente, el hallazgo romano del Balnerario de Alceda y un largo etc de yacimientos nos transportan a una milenaria época donde los cántabros (y los romanos) habitaban este fértil valle.

    Pero el enclave que nos ocupa hoy nos recuerda que estos hallazgos no son más que la punta de un Iceberg histórico del que solo conocemos una parte. Una pequeña porción que va siendo descubierta muy poco a poco, como el campamento romano de Pando. Oculto desde hace siglos y que en el año 2012/2013 apareció gracias al auge de las nuevas tecnologías y la, como denominan algunos, "arqueología de sofá". ¿Y esto que es? Sencillo: revisión de todas aquellas imágenes por satélite habidas y por haber (no solo existe el Google Maps) para detectar la presencia de estructuras no conocidas hasta el momento. Lo bueno de estas herramientas, cada día más avanzadas, es que te permiten ver una evolución de imágenes satelitales de los últimos 30 años con una calidad espectacular y acceder a fotografías de vuelos militares de la década de los 50 (por ejemplo).

    Pero volviendo al campamento romano de Pando, su puesta en valor arqueológico fue llevada a cabo por el denominado Proyecto Agger (Jose Angél Hierro Garate, Rafael Bolado del Castillo, Enrique Gutiérrez Cuenca y Eduardo Peralta Labrador) quienes no solo sacarían a la luz este espectacular yacimiento, sino otros tantos importantes campamentos o castellum como Castro Negro, Vistrió o La Cabaña (este situado a apenas 1,5 kilómetros y que veremos en otra entrada). Al igual que los anteriores, fue presentado en "sociedad" en el I Encuentro Arqueológico Las Guerras Ástur-Cántabras (Gijón, Octubre de 2014) dentro la ponencia "Avances en la identificación de nuevos escenarios del Bellum Cantabricum". Desgraciadamente, además de la publicación en las actas del encuentro y de otras publicaciones posteriores muy puntuales en medios o en artículos científicos, nada más hemos sabido del campamento romano de Pando.

    Lejos quedan ya los años donde la arqueología de las Guerras Cántabras copaba titulares de prensa y donde había cierto interés por parte de las administraciones correspondientes. Para nuestro pesar la arqueología relacionada con este tipo de enclaves, como si de una "vendetta" se tratase, queda relegada a las últimas posiciones si es que ocupa alguna en el muestrario del Gobierno de turno. La desmemoria histórica a la que nos han llevado en los últimos años unos y otros nos obligan a disfrutar tan solo de las espectaculares vistas que hay desde el campamento romano de Pando, desde donde podemos contemplar entre 4 y 5 yacimientos de una contienda histórica que quedará reducida a más escombros si el Gobierno finalmente lleva a cabo el parque eólico en el cordal de la Espina del Gallego. Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Las Guerras Ástur-Cántabras" KRK ediciones (2015). Coordinadores: Jorge Camino Mayor, Eduardo Peralta Labrador y Jesús Francisco Torres.

  • CAMPAMENTO DE LA CABAÑA

    El campamento romano de La Cabaña es otro ejemplo más (y van decenas en estos últimos años) de destrucción de patrimonio en Cantabria, esta vez por la falta de comunicación entre estamentos gubernamentales. Imaginaros que se localiza un yacimiento, se incluye en el Inventario Arqueológico, se lanza una comunicación automática a todas aquellas Consejerías que puedan tener algo que ver (Medio ambiente por montes, Industria por construcción de polígonos o similares) y al Ayuntamiento correspondiente, que a su vez lo tiene en cuenta de cara a futuras actuaciones de ordenación urbana u otras acciones constructivas. Y ahora, después de seguir soñando despierto tras beberte 4 gintonics, te das cuenta de que vives en Cantabria. Una comunidad autónoma donde hay Consejerías trabajando poco más que en Excel/Access, que no tiene publicado ni comunicado el Inventario Arqueológico de Cantabria y que permite que los pocos yacimientos que si han seguido un "cauce" normal (descubrimiento e información a la Consejería de Cultura, inclusión en inventario, comunicación a municipio e inclusión en su Plan General de Ordenación urbana) se destruyan igualmente como el de Portus Blendium.

    Pues si, el campamento romano de la Cabaña es otro de esos yacimientos destruidos. Y para colmo, después de realizar una intervención de urgencia tras ser arrasado totalmente, se verifica que su potencial arqueológico era inmenso ya no solo en periodo romano sino como punto estratégico en la Guerra Civil. Fue descubierto en el año 2012/2013 por Jose Ángel Hierro Gárate gracias a las fotografías satélite de la zona. Esta herramienta es fundamental a la hora de prospectar visualmente en busca de estructuras antiguas no conocidas y a la que cualquiera puede acceder desde casa sin necesidad de desplazarse al lugar, además de poder comparar imágenes de otras décadas (hasta el vuelo americano de los años 50). De este modo, la perspectiva es aún mayor. Su hallazgo sería notificado a la Consejería de Cultura para su posterior estudio y sería "presentado en sociedad” en el I Encuentro Arqueológico Las Guerras Ástur-Cántabras (Gijón, Octubre de 2014) dentro la ponencia "Avances en la identificación de nuevos escenarios del Bellum Cantabricum". Hasta aquí, todo en orden. En 2015 se produciría un enorme incendio en la zona que arrasaría con el eucaliptal que ya poblaba el campamento de La Cabaña, si bien las estructuras defensivas más al norte se podían vislumbrar aún entre la maleza, tal y como se puede observar en las imágenes anexas. Las únicas que existen…y que existirán ya que finales de 2015 / principios de 2016 serían totalmente arrasadas por maquinaria pesada en la "limpieza para replantar”. Tal sería el destrozo que no quedaba resto de que el monte hubiese estado quemado tras la remoción de tierras. Tras esta barbaridad el denominado Proyecto Agger (Jose Angél Hierro Garate, Rafael Bolado del Castillo, Enrique Gutiérrez Cuenca y Eduardo Peralta Labrador) solicita un permiso en la Consejería de Cultura para realizar una prospección metálica de urgencia (costeada por ellos mismos) antes de que se volviese a replantar el enclave. Los resultados serían más que asombrosos (los veremos a continuación) viendo como había quedado el campamento romano tras el paso de la maquinaria.

    Tras ver la luz los resultados a mediados de 2017, con una gran repercusión en los medios de comunicación regionales, el campamento de La Cabaña fue protagonista de diferentes conferencias en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria o en el ciclo de Guerras Cántabras. ¿A partir de aquí? Pues otro eucaliptal ya en marcha, con lo que tras su plantación, en el momento en que se corte no lo harán con maquinaria de la calle del caramelo y del país de la piruleta (como nos quieren hacer ver siempre desde el Gobierno Regional). Se hará con maquinaria pesada y a buen seguro sin seguimiento arqueológico como casi siempre. Total, está en el monte y no deja de ser un campamento romano contextualizado casi con total certeza en la campaña del año 25 a.C. de las Guerras Cántabras..Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Las Guerras Ástur-Cántabras" KRK ediciones (2015). Coordinadores: Jorge Camino Mayor, Eduardo Peralta Labrador y Jesús Francisco Torres.

    Fotografía molino / agradecimientos: Proyecto Mauranus

  • EL HONDAL

    No, no nos hemos equivocado de fotografía. Lo que estás viendo es el acceso a la Autovia A-67 a la altura de Polanco en dirección Santander. "¿Un yacimiento aquí?" Se preguntarán muchos. Si, sin duda. Un yacimiento Paleolítico al aire libre. "¿Pero no vivían en cuevas?". Todas estas preguntas son más que normales. En Cantabria, aunque parezca mentira, existen decenas (me atrevería a decir centenares e incluso miles entre catalogados y no catalogados) de yacimientos al aire libre que la sociedad desconoce. Bueno, realmente los desconocemos todos dado que las casualidades o las obras (como en este caso) hacen aflorar yacimientos ocultos en el subsuelo a no mucha profundidad. Que en otras comunidades autónomas se encuentran prácticamente en superficie y que en Cantabria, por el clima que ha tenido durante miles de años, por la tipología de sus suelos y otras características geológicas, están bajo nuestros pies. Aunque no lo creáis, nuestros "verdor" oculta muchas cosas que en otras comunidades están prácticamente en superficie.

    En esta ocasión estamos hablado del yacimiento de El Hondal. Esta terraza en la desembocadura del Saja/Besaya fue poblada por sociedades de la Prehistoria (y Protohistoria) no se sabe si de un modo estacional, circunstancial o definitivo. Solo sabemos que hemos tenido testimonio de su presencia. Fue descubierto en la década de los 80 durante la construcción de la citada autovía. Realmente más que descubierto, fue parcialmente destruido y sacado a la superficie por las palas y maquinaria pesada que realizaba las obras. Sería nuevamente el Colecto para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica CAEAP quien, de un modo altruista y en vista de que no había seguimiento arqueológico alguno, sacase a la luz el potencial arqueológico del Hondal. La verdad es que podemos llegar a pensar que el que una obra no tuviese seguimiento arqueológico es cosa del pasado, pero Cantabria está plagada de ejemplos similares hoy en día. Ya en aquel momento se recuperó un gran lote de materiales líticos (Muñoz et allí, 1987), quedando así constancia del yacimiento. En el año 1995, se realizó una investigación a cargo de Ramón Montes y Juan Sanguino que ampliaría el conocimiento de El Hondal, si bien es cierto que a partir de entonces el enclave no ha tenido ningún otro estudio reseñable.

    Hoy en día El Hondal es tan solo un montículo o una cuneta que miles de personas dejan atrás en sus quehaceres diarios tras incorporarse a la autovía. Ni un cartel, ni una reseña ni nada de nada. El día menos pensando, se podrán construir 6 viviendas o una nave en esta terraza sin que la Consejería de Cultura tenga constancia y no pasará nada. "Está inventariado, no es posible" dirán. Curiosamente lo dirán teniendo justo en frente una pista de motocross que está en un yacimiento inventariado y a pocos kilómetros de Portus Blendium, un parking construido sobre un yacimiento también inventariado e incluido en el PGOU. Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Actuaciones arqueológicas en el yacimiento al aire libre de El Hondal (Requejada de Polanco)" Ramón Montes Barquín (2000). Actuaciones Arqueológicas en Cantabria 1984-1999, Consejería de Cultura y Deporte de Cantabria, Santander.

  • PROMONTORIO DE SAN MARTIN

    El pasado romano de Santander, más allá de las termas encontradas en el interior de la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora, es poco conocido para el público en general. Y no será porque en la capital de Cantabria no hayan existido motivos más que suficientes para pensar que si, que nos encontramos ante el renombrado Portus Victoriae Iuliobrigensium citado por Plinio el Viejo. Y si, siempre nos "agarramos" a la vieja costumbre (para eludir responsabilidades) de decir que desde finales del siglo XIX a mediados del XX no existía "cultura de conservación del patrimonio" para justificar su desaparición. Y, como veremos a continuación, no siempre ha sido así. Si existía, al menos a nivel documental como en el promontorio de San Martín. Es cierto que el auge industrial y económico de por aquel entonces era prioritario. Unido además a que no existía ni el conocimiento previo en muchos casos ni una Ley que lo amparase. Algo que no ocurre desde mediados/finales del siglo XX hasta nuestros días, donde si ha existido y existe tanto el conocimiento como la Ley que debiera protegerlo. Y no nos engañemos pensando que tan solo el alcalde de Suances es un incumplidor de la misma con el caso de Portus Blendium: En Santander, sistemáticamente, se han pasado por el arco del triunfo gran parte de nuestra historia con la conocida frase de "tapa tapa". Con la diferencia de que estos últimos eran mucho más hábiles del primero para que no quedase ningún tipo de rastro. Así de sencillo, todo el mundo lo sabe pero nadie puede (o quiere) demostrarlo. Pero como decíamos anteriormente, a finales del siglo XIX, en algunos casos se documentaba a la perfección los hallazgos…aunque luego desapareciesen.

    Hoy hablamos del promontorio / cabo de San Martín y de su pasado romano. Para aquellos que no lo conozcan o ubiquen, una pequeña elevación por encima de las actuales Naves de Gamazo, actual sede de la Fundación ENAIRE y que en el pasado (en cuanto a su ubicación se refiere) eran la primera línea de costa de la "Santander romana, medieval y contemporánea" aunque no lo parezca. El descubrimiento del yacimiento romano se produciría con motivo de las obras de construcción del conocido dique de Gamazo (hoy restaurado) promovido por la Juna de Obras del Puerto en el año 1886. Cuando se desmontó parte de la punta del conocido cabo, se encontraron los restos arqueológicos de un edificio termal. El hallazgo fue tal que despertó mucho interés en la Comisión Provincial de Monumentos de la que era Vicepresidente Marcelino Sainz de Sautuola. Este último realizaría un informe del hallazgo con planos del arquitecto Alfredo de la Escalera (en la imagen adjunta), que serían remitidos a la Real Academia de la Historia de Madrid. En la década de los 50 del siglo pasado Garcia y Bellido daría a conocer estos informes, los cuales fueron donados finalmente al Museo Marítimo del Cantábrico.

    No cabe duda de que estamos ante la historia, aunque sea testimonial (más bien documental) del pasado romano de Santander. Un pasado que, como veremos, ya intrigaba y tenia valor para diferentes "actores" de finales del siglo XIX y principios del XX. Desgraciadamente en una época donde el auge industrial, minero y portuario de Cantabria estaba en plena ebullición. Curiosamente, de esta misma época, datan los hallazgos de las minas romanas de Reocín, San Bartolomé o Mina Numa..todas ellas desaparecidas bajo la actividad extractiva. No obstante, no tenemos que viajar tantas décadas (siglos atrás). En la construcción del parking de Suances, con ganas de desviar la atención, muchos dijeron que allí solo había "ladrillos y tejas contemporáneos". Año 1986: En la construcción del Palacio de Festivales, justo al lado, hay tradición oral de la aparición de materiales romanos al lado del promontorio. ¿Casualidad? "tapa, tapa…"

    Bibliografía: "El Puerto de Santander en la Cantabria romana" (1995) Jose Luis Casado Soto, Joaquín Echegaray.

    Agradecimientos: Lino Mantecón Callejo / Javier Marcos Martinez.

  • PLAYA DE LANGRE

    Cantabria es, sin lugar a duda, un paraíso turístico. Viendo esta foto estamos deseando que por fin llegue el verano y poder zambullirnos en sus aguas cristalinas (y un poco frías, para que engañarnos). La infinidad de playas, acantilados y hermosos parajes que pueblan nuestra costa hacen que las administraciones inviertan enormes cantidades de dinero en fomentar el turismo, y con ello el bienestar de nuestra tierra. Al menos, así nos lo venden. Ahora, con un rápido golpe de teclado, pasemos a cambiar la palabra turístico por arqueológico: Paraíso arqueológico. Lo que la gran mayoría de la sociedad (ni de Cantabria ni de fuera de ella) sabe es que en esta misma foto donde te zambullirías sin pensarlo, existen tres yacimientos inventariados que nos trasladan desde el Neolítico (pasando por el Calcolítico) hasta la Edad del Hierro como luego veremos. Y esto no es una excepción en la costa de Cantabria, sino una norma que ninguna administración ni gobierno de turno se ha atrevido ni a contar ni a atajar. Es más que probable que toda nuestra costa sea un yacimiento en sí (no estoy exagerando), ya que desde Oriente a Occidente existen yacimientos como los que veremos a continuación que tan solo "obras de acceso" a la playa o similares e investigadores altruistas sacan a la luz. Eso sí, para luego languidecer ante la pasividad de las Consejerías de turno que nos suelen hablar de "Memoria Histórica" donde la historia de verdad no encuentra cabida.

    Volviendo a los yacimientos de la playa de Langre, fueron encontrados en su gran mayoría a finales de la década de los 70 del siglo pasado por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP, si bien es cierto que el ubicado en la conocida como "Punta de Langre" (que luego veremos) seria descubierto por Federico Fernández y Eduardo Peralta en la década de los 90. Años más tarde, concretamente en el año 1993, con motivo del seguimiento arqueológico de las obras de reacondicionamiento y acceso a la playa, la empresa GAEM Arqueólogos rescata decenas de materiales en superficie, no solo en la zona de las obras sino en los alrededores. Y desde entonces hasta ahora (casi 30 años después), solo arena y playa.

    La verdad es que poco o nada nos sorprende que así sea. Tenemos gobiernos regionales a los que solo les preocupan mega-proyectos en el papel (que en la gran mayoría de las ocasiones no cumplen porque duran en el gobierno 4 años) y las paparruchadas de siempre: Que si el AVE, que si las minas de Zinc, que si la Universidad de Comillas..con esto en Cantabria tenemos pan y circo (con el señor del bigote), no necesitamos mucho más. Eso sí, si te acercas por los yacimiento de la playa de Langre no mires hacia el suelo, ya que te pueden denunciar por prospectar visualmente tal y como dictamina la Ley de Patrimonio (que se cumple cuando quieren). Al menos, en este caso, si no miras al suelo y miras de frente, encontrarás un paraíso natural difícil de olvidar.

    Bibliografía: "Seguimiento arqueológico de las obras desarrolladas en el entorno de la playa de Langre (Ribamontán al Mar)". Actuaciones arqueológicas en Cantabria 1987-1999. Emilio Muñoz Fernández, Ramón Montes Barquín y Jose Manuel Morlote Expósito.

  • CUEVA DEL CULEBRE

    La cueva del Cúlebre (o Cuélebre) es una espectacular cavidad costera llena de leyendas, mitología…y de arqueología. De esto último tiene mucho tanto la cueva como su entorno, si bien es cierto que nadie vela por protegerlo aún estando incluida en el Inventario Arqueológico de Cantabria – INVAC y en el Plan General de Ordenación Urbana de San Vicente de la Barquera publicado en el BOC en 2015. ¿Qué porqué de tal afirmación? Solo hay que ver la erosión del conglomerado de materiales en su boca y su "contenido" que explicaremos más adelante.

    Para aquellos que no la conozcan, la cueva del Cúlebre es uno de los reclamos turísticos y mitológicos de la costa Occidental de Cantabria. Su espectacular entorno y su "antiguo morador" hacen que sea el lugar ideal para pasear en familia con los más pequeños. Le da nombre el cúlebre (o cuélebre), ser mitologíco en forma de serpiente alada o dragón que custodia tesoros y personajes encantados. Vivía en lugares angostos, cuevas o fuentes subterráneas, como esta cavidad. Esta leyenda sobre el cúlebre llevaría a los buscadores de tesoros en la década de los 40 del siglo pasado a vaciar sistemáticamente la misma hasta formar un gran túmulo en su acceso con los materiales de su interior. En la década de los 80 sería reconocida por Ángel Ocejo y por los miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP, quienes además realizarían su topografía. Ya por aquel entonces, la erosión del montón de materiales era más que evidente, dejando entrever que estaban sin lugar a dudas ante un yacimiento totalmente vaciado. Descubrirían además que todo su entorno tenia decenas de materiales en superficie que contextualizaban no solo la cueva sino su entorno como un importante hábitat entre el Paleolítico Inferior y el Mesolítico.

    ¿Y qué pasó después con la cueva del Cúlebre? Pues nada de nada en lo arqueológico. Debido al "auge" de la mitología de Cantabria, se convertiría en lugar de paso y obligada visita de generaciones cuya imaginación vuela entre Trentis, Ojáncanos, Anjanas, Trastolillos y otros seres fantásticos. Un poco como la protección del yacimiento y su entorno, algo fantástico e irreal que se pierde cada vez que alguien se adentra en su interior y se lleva algo de recuerdo. Pero, si en Cantabria somos capaces de tapar con un parking un núcleo poblacional urbano como Portus Blendium, como no vamos a poder dejar que todo el mundo disfrute con un pedacito de mitología..Cantabria Infinita la llaman..

    Bibliografía:"Carta Arqueológica de Cantabria." Ediciones Tantín, Santander (1988). Emilio Muñoz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas.

  • YACIMIENTO DE LA MAGDALENA

    El yacimiento romano de La Magdalena es (más bien, ha sido) uno de los más espectaculares y a la vez más desconocidos de Cantabria. Un milenario pasado que nos habla del esplendor de la conocida península en época romana y que, casi con total certeza, reafirma junto con otros yacimientos romanos de Santander (las termas de la catedral, el cercano promontorio de San Martín, etc) la ubicación del Portus Victoriae Iuliobrigensium citado por Plinio el Viejo. Desgraciadamente, a finales del siglo XIX / principios del XX, el apogeo turístico y social de Santander entre las clases pudientes se llevaron por delante gran parte de su pasado romano si bien es cierto que, a diferencia de nuestros días, todo quedaba documentado. Hoy en día nos encontramos alcaldes que dicen "desconocer los yacimientos" aun teniéndolos en su plan general de urbanismo, en su página web e incluso como nombre del colegio público de su municipio (CEIP Portus Blendium)..así nos va.

    Volviendo al yacimiento de La Magdalena, en el año 1878 aflorarían las primeras noticias relacionadas con la aparición de las piezas romanas en la construcción de una fonda y un balneario en La Magdalena, justo en la misma ubicación que ocupa en nuestros días el restaurante El Balneario y las casas colindantes. Años después, en 1897, Rafael García y su sociedad ciclista obtienen permiso municipal para construir un velódromo a la entrada de la península de la Magdalena (hoy la Real Sociedad de Tenis), descubriéndose en la cimentación de la pista muros de mampostería con un nivel de ceniza importante (que denotan un antiguo incendio) y gran variedad de materiales romanos que veremos más adelante. Poco después, en el año 1901, Eduardo de La Pedraja (figura fundamental en el conocimiento del Santander romano) encuentra una espectacular pieza de bronce en las inmediaciones de la Real Sociedad de Tenis. En las décadas posteriores se realizan diferentes hallazgos de menor entidad en tierra (principalmente fragmentos cerámicos y monedas en todo el entorno del Real Club de Tenis y el edificio de la Guardia Civil), si bien Gonzalez Echegaray cita un curioso hallazgo de monedas de Constantino procedentes del dragado de la bahía en la década de los 40. A finales del siglo XX, en la década de los 80, miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología – CAEAP encuentran otros dos yacimientos romanos en el entorno del Balneario de La Magdalena y el Real Club de Tenis. Incluso en nuestros días, gracias la fuerza del mar, aparecen restos tanto cerámicos como constructivos en la franja intermareal justo enfrente del Balneario (dependiendo de la época del año).

    Nos encontramos sin duda en un enclave que, además de ser uno de los más importantes de la capital turísticamente hablando, es un increíble yacimiento romano que la gente desconoce y que desgraciadamente sigue sin estar protegido ni señalizado. No obstante, la documentación aportada desde finales del siglo XIX hasta nuestros días (junto con los materiales encontrados) nos habla de una o varias villas en el entorno de La Magdalena que no dejan de ser reflejo pasado (lujo a orillas de la bahía) del lujo presente en el mismo lugar.

    Bibliografía: "Nuevos hallazgos de cerámicas romanas en la playa de La Magdalena (Santander)" Alberto Ceballos Hornero, David Carlos Loyo Pérez y Emilio Muñoz Fernández. Altamira, Revista del Centro de Estudios Montañeses (2018).

    Fotografías antiguas: Las arenas de La Magdalena

  • YACIMIENTOS DE OYAMBRE

    Es curioso como en pleno siglo XXI cientos de personas se suelen concentrar en un mismo punto (que no en un mismo momento) al igual que hace milenios. En la actualidad para la recolección de la mejor fotografía y en la prehistoria para la recolección del mejor marisco. Estamos en lo más alto de la conocida Punta Peñaentera, lugar de peregrinaje de todo aquel fotógrafo o turista que se precie en busca de la ansiada fotografía panorámica de la playa de La Gerruca hasta San Vicente de la Barquera con los grandes acantilados y los Picos de Europa como espectadores de lujo. Paraíso costero donde las montañas, el mar, los acantilados y el surf son la postal perfecta. Lo que la gente no sabe (o nadie les ha explicado más bien) es que en esa ecuación "perfecta" hay que incluir una variable más: La arqueología. En el entorno de Oyambre, nos encontramos ante una concentración de yacimientos costeros (11 conocidos) de entre el Paleolítico Inferior y el Mesolítico más importante de Cantabria.

    El potencial arqueológico de los mismos fue descubierto por Ángel Ocejo y miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP en la década de los 80, encontrándose diversidad de materiales en zonas de escorrentía que pequeños arroyos habían erosionado o que el propio mar con su fuerza había desprendido. Fueron publicados en el año 1987 en el conocido libro "Oyambre, Espacio Natural" (de Eduardo Ruiz de la Riva), concretamente dentro de la sección: "Yacimientos prehistóricos. Informe arqueológico de Oyambre – San Vicente". Esta publicación fue el preámbulo de la declaración como parque natural de Oyambre en el año 1988, después de décadas de lucha contra la destrucción del litoral en Cantabria. Figura clave de este movimiento sería el citado Ruiz de La Riva, quien ya en 1976 realizaría el primer informe sobre los peligros y la destrucción del litoral en Cantabria con especial mención a las zonas de Comillas y Oyambre. Fruto de esta defensa a ultranza, en 1985 recibiría el premio de la "Conservation Foundation" a la conservación de la naturaleza y en 1989 la medalla de honor de los premios "Europa Nostra" entregado por la reina Doña Sofía en Comillas en 1990.

    ¿Y a partir de aquí? Pues lo que conocemos: Un enclave paisajístico espectacular, una zona de surf envidiable..y unos yacimientos totalmente desapercibidos y desamparados (aun siendo Bienes de Interés Cultural). Si yo os dijese que, una vez aparcáis el coche en el parking de Peñaentera, echaseis la vista hacia abajo en vez de al espectáculo natural que tenéis delante... ¿Me creeríais si os digo que estáis pisando el mismo suelo primigenio que en la prehistoria y que a buen seguro veis algún pico marisquero fragmentado? Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Catálogo de Bienes Protegidos". PGOU Ayuntamiento de San Vicente de La Barquera (2015)

  • TORRE DE ACEREDA

    A medida que te vas acercando a las ruinas de la torre de Acereda (Santiurde de Toranzo, Cantabria) te das cuenta de que estás en un lugar especial. Y no, no encontrarás ni un solo cartel explicativo que te pueda acompañar en la visita a una de las mejores fortificaciones de época medieval en Cantabria. Pero tan solo su ubicación, dominando el valle de Toranzo, la majestuosidad de las estructuras defensivas aún en pie, tras el paso de siglos y siglos, y la "épica batalla" citada por Amos de Escalante en "Costas y montañas: Diario de un caminante" te transportan ineludiblemente al apogeo del reinado de los Reyes Católicos. Incluso si tienes mucho más ojo, te transportará a la protohistoria como veremos posteriormente.

    Podemos decir que la primera cita bibliográfica contemporánea de la torre de Acereda se encuentra en el Diccionario de Pascual Madoz (1845-1850) donde ya se especifica que "al Oeste del pueblo en un altito que domina parte del valle, se ven aún los vestigios de un antiguo castillo". Sería pocos años después, en el año 1871, donde el famoso literato Amos de Escalante dejase plasmado un fragmento de la posible historia que allí aconteció:

    "..No está lejos Acereda, solar antiguo de los Villegas, enemigos perpetuos de los Manriques, y émulos de su dominación en el valle. Raza de audaces que ya en el siglo XIV daba adelantados a Castilla, y mantuvo siempre vástagos suyos en servicio inmediato de los reyes desde los principios de la monarquía castellana. Mas no de reales donaciones, sino de inmemorial herencia o adquiridos por mano propia, poseía en Toranzo vastos solares y tierras. Suyos eran la torre y palacio del Coterón, en Villasevil; las casas de Castil-Pedroso, encaramadas en la sierra que separa a Buelna y Toranzo, en las que persevera el apellido, y la fortaleza de Acereda, que papeles de la casa pintan rodeada de muros, fosos y barbacanas.

    En Acereda mantenían soldados y monteros, con grande aparato de perros y halcones, que eran los Villegas, a ley de altos señores, aficionados a volar una garza en el llano, a acosar un jabalí en los vecinos acebales y lastreras de Rugómez; y regaba sus parques un arroyo, de nombre rico en sonoridad y colorido, Platarollera, del cual apenas queda un eco lejano en el de Mataruyera, con que hoy corren sus aguas tan limpias, tan melodiosas, tan plateadas como en tiempos de mayor poesía.

    Y tan duros contrarios eran, que, para vencerlos, otro Garci Fernández, nieto del primer conde de Castañeda, heredero de sus estados y casa engrandecidos con el marquesado de Aguilar, hubo de meter por sus tierras una hueste ordenada de cinco mil hombres de a pie y de a caballo. No dicen las memorias coetáneas si fué breve o larga la campaña, más de cierto fué rigorosa; los pueblos inmediatos vieron arder la torre de Acereda, arruinarse hasta el cimiento, y quedar exterminado para no recobrarse nunca aquel temible nido de gavilanes.

    Esto pasaba, años más o menos, hacia 1480: reinaban poco había los Reyes Católicos, y ocupados en asegurar su solio y prevenirse a empresas exteriores, toleraban a sus grandes ciertas justicias expeditivas y de mano propia. Todavía la fuerza mayor era decisiva autoridad en las contiendas; no habían tenido espacio ni reposo para fundar aquel ideal de equidad austera, según la cual, al decir del ingenuo cura Bernáldez, «los pobrecillos se ponían en justicia con los caballeros, e la alcanzaban».

    Si haces a pie la caminata, y eres, lector, de los que gustan trabar conversación con quien pueda ponerte en cuentos de los lugares que recorres, de algún torancés aprenderás cómo trocada la índole de los tiempos, cambian también el uso de las cosas y su valor y aprecio; cómo se mudan en ocasión de escarnio, de zumba y remoquetes las que lo fueron de temor o de respeto. De la fortaleza natural de Acereda, de su asiento roquero, se burlan los pueblos de uno a otro extremo del valle, con decir que los piamonteses ambulantes no suben a restañar las calderas, faltos de suelo blando en que hincar la bigornia.."

    Sería incluida por primera vez en una publicación histórica en la revista Altamira (1959) gracias al catálogo de Torres y Solares Montañeses del conocido arquitecto torancés Javier Gonzalez de Riancho, fallecido años antes (1953). Ya en esta publicación se apuntaba a su construcción hacia el año 1228 por parte de Don Martín Ruiz, decimo maestre de Calatrava y de la familia Ceballos. Cita también a Garci Fernández Manrique (al igual que Amos de Escalante) quien recibió el valle de Toranzo por parte del rey don Juan II y que lucho con los señores de este y otros valles colindantes en el monte Caballar. Serían derrotados en la citada batalla, donde es más que probable que citada "hueste de 5.000 hombres a caballo y a pie" combatiese. Tanto la torre de Acereda como su entorno más próximo no parece enclave para tal fuerza militar a diferencia de lo que escribió Amos de Escalante.

    Y desde mediados del siglo XX hasta hoy mismo..nada más relacionado con la edificación fortificada. Increíblemente nadie ha hecho hincapié a nivel documental de otras posibles estructuras (más antiguas) en su entorno más próximo. Las cuales nos transportarían desde la Edad Media hasta la Protohistoria…¿un altar en el entorno de la Torre de Acedera?. Solo el tiempo, la señalización y una investigación más a fondo de todo el yacimiento nos lo dirá.

    Bibliografía: "Torres y Solares Montañeses. Revista Altamira, 1,2 y 3 (1959)" - Javier Gonzalez de Riancho.

  • LOS TRANQUILOS

    Resulta increíble pensar que lo que hoy es un lugar paradisiaco en Cantabria lo haya sido hace miles de años en cuanto a actividad humana se refiere. Pero nada que ver con el sol, el verano, el bronceado.. Hoy viajamos a una de las playas más conocidas del entorno de la bahía de Santander. Una pequeña "cala" (dos si esta la marea alta) en donde el auge a la hora de construir herramientas entre el Paleolítico Inferior y la Prehistoria Reciente era más que presente. Principalmente porque el entorno de Los Tranquilos era abundante en cuanto a la materia prima por antonomasia: El silex. Verdaderamente toda la costa cantábrica era un auténtico "yacimiento" de nódulos de silex de todos los tipos: parduzcos, lechosos, oscuros, grandes, pequeños..testigos de esta cantidad de silex como materia prima son los cientos de yacimientos costeros repartidos de Este a Oeste por toda nuestra comunidad.

    Pero hoy nos centraremos en este pequeño espacio en donde la cantidad de materiales hallados nos llevan a pensar que era uno de los puntos calientes en la elaboración de industria lítica para el uso cotidiano. Los yacimientos de Los Tranquilos fueron identificados a finales de la década de los 70 por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP. Al igual que en la gran mayoría de los yacimientos costeros, con tan solo una prospección superficial o bien por los caminos y sendas o bien por aquellas zonas erosionadas por el mar o el viento, las piezas se pueden ver en superficie.

    A partir de su descubrimiento y catalogación, nada más sabemos de los yacimientos de Los Tranquilos. En Cantabria prima mucho más "vender" sol y playa que indicar que además de estar en un lugar paradisiaco, lo estamos también en un lugar con miles de años de historia. Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria" Ediciones Tantín (1988). Emilio Muñoz Fernández, Carmen San Miguel Lamosas





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