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Terraplén destruido del campamento de La Cabaña

El campamento romano de La Cabaña es otro ejemplo más (y van decenas en estos últimos años) de destrucción de patrimonio en Cantabria, esta vez por la falta de comunicación entre estamentos gubernamentales. Imaginaros que se localiza un yacimiento, se incluye en el Inventario Arqueológico, se lanza una comunicación automática a todas aquellas Consejerías que puedan tener algo que ver (Medio ambiente por montes, Industria por construcción de polígonos o similares) y al Ayuntamiento correspondiente, que a su vez lo tiene en cuenta de cara a futuras actuaciones de ordenación urbana u otras acciones constructivas. Y ahora, después de seguir soñando despierto tras beberte 4 gintonics, te das cuenta de que vives en Cantabria. Una comunidad autónoma donde hay Consejerías trabajando poco más que en Excel/Access, que no tiene publicado ni comunicado el Inventario Arqueológico de Cantabria y que permite que los pocos yacimientos que si han seguido un "cauce" normal (descubrimiento e información a la Consejería de Cultura, inclusión en inventario, comunicación a municipio e inclusión en su Plan General de Ordenación urbana) se destruyan igualmente como el de Portus Blendium.

Pues si, el campamento romano de la Cabaña es otro de esos yacimientos destruidos. Y para colmo, después de realizar una intervención de urgencia tras ser arrasado totalmente, se verifica que su potencial arqueológico era inmenso ya no solo en periodo romano sino como punto estratégico en la Guerra Civil. Fue descubierto en el año 2012/2013 por Jose Ángel Hierro Gárate gracias a las fotografías satélite de la zona. Esta herramienta es fundamental a la hora de prospectar visualmente en busca de estructuras antiguas no conocidas y a la que cualquiera puede acceder desde casa sin necesidad de desplazarse al lugar, además de poder comparar imágenes de otras décadas (hasta el vuelo americano de los años 50). De este modo, la perspectiva es aún mayor. Su hallazgo sería notificado a la Consejería de Cultura para su posterior estudio y sería "presentado en sociedad” en el I Encuentro Arqueológico Las Guerras Ástur-Cántabras (Gijón, Octubre de 2014) dentro la ponencia "Avances en la identificación de nuevos escenarios del Bellum Cantabricum". Hasta aquí, todo en orden. En 2015 se produciría un enorme incendio en la zona que arrasaría con el eucaliptal que ya poblaba el campamento de La Cabaña, si bien las estructuras defensivas más al norte se podían vislumbrar aún entre la maleza, tal y como se puede observar en las imágenes anexas. Las únicas que existen…y que existirán ya que finales de 2015 / principios de 2016 serían totalmente arrasadas por maquinaria pesada en la "limpieza para replantar”. Tal sería el destrozo que no quedaba resto de que el monte hubiese estado quemado tras la remoción de tierras. Tras esta barbaridad el denominado Proyecto Agger (Jose Angél Hierro Garate, Rafael Bolado del Castillo, Enrique Gutiérrez Cuenca y Eduardo Peralta Labrador) solicita un permiso en la Consejería de Cultura para realizar una prospección metálica de urgencia (costeada por ellos mismos) antes de que se volviese a replantar el enclave. Los resultados serían más que asombrosos (los veremos a continuación) viendo como había quedado el campamento romano tras el paso de la maquinaria.

Tras ver la luz los resultados a mediados de 2017, con una gran repercusión en los medios de comunicación regionales, el campamento de La Cabaña fue protagonista de diferentes conferencias en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria o en el ciclo de Guerras Cántabras. ¿A partir de aquí? Pues otro eucaliptal ya en marcha, con lo que tras su plantación, en el momento en que se corte no lo harán con maquinaria de la calle del caramelo y del país de la piruleta (como nos quieren hacer ver siempre desde el Gobierno Regional). Se hará con maquinaria pesada y a buen seguro sin seguimiento arqueológico como casi siempre. Total, está en el monte y no deja de ser un campamento romano contextualizado casi con total certeza en la campaña del año 25 a.C. de las Guerras Cántabras..Cantabria Infinita lo llaman..

Bibliografía: "Las Guerras Ástur-Cántabras" KRK ediciones (2015). Coordinadores: Jorge Camino Mayor, Eduardo Peralta Labrador y Jesús Francisco Torres.

Fotografía molino / agradecimientos: Proyecto Mauranus

 

Interpretación del equipo de Proyecto Agger sobre las estructuras del campamento romano de La Cabaña

El campamento romano de La Cabaña se encuentra ubicado en la confluencia de varios valles (Toranzo/Pas, Pisueña), punto estratégico de paso desde la bahía de Santander hacia el interior de Cantabria. Esta atalaya natural se encuentra a 294 metros de altitud en su punto más alto, epicentro de un recinto defensivo que ha sido arrasado en diferentes ocasiones hasta que en 2016 se destruyeron definitivamente los terraplenes que aún se apreciaban en el terreno. Se trataba de una línea triple de fosos y terraplenes en la zona Norte del yacimiento que se complementaba con un sistema de fortificación mucho más sencillo. Llama la atención además que este campamento esté en contacto visual directo con diferentes estructuras campamentales o castellum de la contienda como por ejemplo con el cercano campamento de Pando, el Campo de Las Cercas, el Monte Cildá o el oppidum de la Espina del Gallego.

No obstante, la intervención de urgencia realizada por los miembros del Proyecto Agger fue fundamental para recuperar una serie de materiales de vital importancia y que devuelve al enclave la grandeza arqueológica que la maquinaria pesada se llevó por delante. El primero de los materiales que obtuvieron nos transporta directamente a la conquista del territorio en época de las Guerras Cántabras ya que encontraron la pieza de suspensión de una vaina de puñal finamente decorada. Esto unido a una fíbula en omega (encontrada en superficie) y una moneda romana de bronce fechada entre los años 44/36 a.C (ceca de la colonia Lépida Celsa) nos reafirman la cronología del lugar. No menos importante es la dolabra encontrada, herramienta utilizada por los legionarios para cavar fosos en la construcción de campamentos romanos, o el molino circular encontrado en superficie (tras la remoción de tierra). Los materiales fueron encontrados a lo largo toda la superficie que se cree que ocupó el recinto defensivo, de unas 2 hectáreas. Esta área podría alojar perfectamente a unos 1.500 hombres, los cuales podrían haber llegado de un hipotético desembarco en el entorno de la bahía de Santander, teoría nada descabellada dado que varios contingentes llegaron desde Aquitania y tomaron tierra en las inmediaciones de la misma. Se ha especulado incluso que en el entorno del Gurugú.

No podemos olvidar citar que durante la misma intervención se recuperaron también materiales relacionados con otro conflicto bélico: La Guerra Civil. En la loma de La Cabaña se han podido documentar combates entre la División Littorio (italiana) y algunas unidades republicanas.

VISITAS

Todos podemos acercarnos hasta el campamento romano de La Cabaña y su eucaliptal, ya que aún sin ser un yacimiento visitable (refiriéndonos a un arqueo-sitio como tal) podemos conocer su entorno. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

Imagenes

DESTACADOS

  • EL ALAMBRE

    El castra aestiva de El Alambre (Fuencaliente de Lucio, Burgos) forma parte de la élite campamental romana relacionada con el conflicto bélico de las Guerras Cántabras. No olvidemos que nos encontramos cerca uno de los "puntos calientes" de la contienda, concretamente en las inmediaciones del campamento romano de El Castillejo y el oppidum de Monte Bernorio. Se encuentra ubicado en un cerro situado al Suroeste de la citada localidad, en un paraje denominado "El Alambre", topónimo que le da nombre. Fue descubierto en 2003 por el equipo conformado por Eduardo Peralta Labrador, Federico Fernández y Roberto Ayllón, dentro de su conocida campaña de prospecciones arqueológicas de la zona que saco a la luz varios yacimientos romanos. Cabe destacar que el hallazgo vino dado por una referencia dada Miguel Ángel Fraile López, quien les puso sobre la pista de un posible castro indígena en las inmediaciones del lugar. Con posterioridad, aun teniendo casi la certeza de que nos encontramos ante un campamento romano, Fraile ha preferido interpretarlo como un asentamiento castreño de la Edad del Hierro (Fraile, 2006, 19 y 86).

    De lo que no cabe duda es que nos encontramos ante un recinto defensivo de grandes dimensiones, en una cima elevada rodeada por pendientes pronunciadas a modo defensa natural y con varias "fuentes" de agua adyacentes (el arroyo El Alambre por el Este y el río Lucio por el Norte), circunstancias todas idóneas para su construcción. Desgraciadamente, la actividad agrícola en alguno de los sectores y la falta de protección del yacimiento, pueden llevar a pensar que se ha perdido parte de la historia del mismo por el camino. Esperemos que futuras intervenciones arqueológicas nos muestren un poco más de lo que parece un enclave vital para el asedio y control del territorio de los antiguos cántabros.

    Bibliografía: Lvcentvm XXX - "Las monedas de los campamentos romanos de campaña de las Guerras Cántabras del asedio de La Loma, Castillejo y El Alambre" — Peralta Labrador, Eduardo; Hierro Gárate, José Ángel; Gutiérrez Cuenca, Enrique

  • LA MUELA

    El campamento romano de La Muela (Villamartín de Sotoscueva, Burgos) es uno de los yacimientos más impresionantes sobre los que hemos escrito. Ya no solo por su ubicación, sobre una enorme península caliza rodeada de escarpados acantilados, sino también por su importancia historia dentro de un contexto que nos apasiona: Las Guerras Cántabras. Sale a la luz en el año 1999, concretamente en una serie de prospecciones realizadas por Eduardo Peralta Labrador, Federico Fernández y Roberto Ayllón, quienes atestiguan su tipología de enclave militar romano gracias a los materiales y estructuras halladas en superficie. Sería el primer paso antes de confirmar, como veremos más adelante, que es un yacimiento de gran relevancia para conocer más información de la antigua Regio Cantabrorum.

    La peña de La Muela se encuentra a unos 1.139 metros de altitud, ocupando su cima un total de 1,12 hectáreas en un espacio prácticamente llano y muy erosionado, careciendo además de vegetación alguna. Domina por el Este (incluso por parte del sector Sur) el llamado Canal de La Dulla, un vasto páramo de altura cubierto por un espeso bosque. Por el flanco contrario, al Oeste, los acantilados dan paso a la Merindad de Valdeporres, mientras que por el Norte cae hacia la los llanos de la localidad de Villamartín de Sotoscueva. Su ubicación, como todas las de origen romano, no es fruto de la casualidad ya que se encuentra enmarcado en el paso natural del área del nacimiento del Ebro (al oeste) hacia la cuenca pasiega y el valle de Villarcayo. De hecho, el campamento de La Muela esta comunicado visualmente (muchos kilómetros al norte) con otros campamentos romanos de la zona, incluso dentro de la actual Cantabria.

    Volviendo a su morfología, el "istmo" que une la península al paramo es uno de los puntos más interesantes del yacimiento, ya que es uno de los lugares donde más materiales fueron hallados en las posteriores intervenciones arqueológicas y el primer punto donde afloran los primeros restos constructivos. Concretamente se puede apreciar una estructura defensiva a base de dos "aggeres" de tierra y piedra de unos 5 metros de largo que encierran el área de la península dotándolo además del único acceso al recinto. Llama poderosamente la atención el "agger" interno, ya que dispone de una prolongación en forma de cuarto de círculo con muro hacia el interior que forma un estrechamiento o pasillo de control antes de la puerta, la cual es una clavícula interna. No hay más estructuras defensivas (¿para qué?) en el campamento, son totalmente innecesarias viendo la morfología de la península. Lo que sí aparecerían en el interior serían varias depresiones circulares que podrían corresponder a cabañas de la Edad del Bronce excavadas en el subsuelo rocoso.

    De vuelta al uso militar, se cree que el campamento pudo albergar como máximo una o dos cohortes con algunos auxiliares, pudiendo incluirlo así tipológicamente como "castra aestiva". Esta aproximación no es fruto de la casualidad, sobre todo porque las reducidas dimensiones de la atalaya natural que ocupa no dan para mucho más. Este dato no es impedimento alguno para comprobar, como veremos a continuación, que es un yacimiento único por la cantidad y calidad de los restos materiales hallados.

    Fuente: La revisión de las Guerras Cántabras - Novedades arqueológicas en el norte de Castilla (Autor: E. Peralta Labrador).

    Agradecimientos: Ángel Neila Majada.


  • EL PEDRON

    El campamento o castellum de El Pedrón (Cervatos, Campoo de Enmedio) es uno de los mejores ejemplos a la hora de conocer e interpretar la importancia estratégica de según qué recintos fortificados. En este caso en concreto, no hablamos de un asentamiento de gran superficie, ni siquiera de una imponente atalaya dominando los valles de Campoo. De hecho, de entre las cimas que lo rodean, se encuentra ubicado por debajo de casi todas ellas. Pero que este dato no nos lleve a sobrevalorarlo: Es más que probable que en sus inicios jugase un papel fundamental en el asedio del conocido castro de Las Rabas y que después se convirtiese en enclave de gran valor sobre el control de las comunicaciones y abastecimiento del imperio romano en Cantabria.

    Las primeras noticias sobre el yacimiento proceden del conocido investigador Miguel Ángel Fraile López, quien a finales del siglo pasado hace una breve descripción de lo que interpretó inicialmente como un castro prerromano (Fraile, 1990: 130-131). Durante los años siguientes a su "puesta de largo" se cita en diversas obras por conocidos autores como Eduardo Peralta Labrador (Peralta, 2003: 52 nota 320, 307 Fig. 153), Miguel Cisneros (Cisneros et alii, 2008: 98, nº 156) e incluso por el propio Fraile en varias ocasiones (Fraile, 2004: nº 19 / Fraile, 2006: 15, 39). Todos ellos hace alusión a su origen "castreño", aunque comienzan a dudar sobre dicha atribución. No sería hasta el año 2008 cuando Rafael Bolado del Castillo, dentro del proyecto "El castro de Las Rabas y el Bellum Cantabricum: una propuesta para el estudio de la Edad del Hierro en Cantabria" diese origen a una nueva interpretación e identificación del yacimiento, la cual se aleja de la hipótesis del castro para acercarse (acertadamente) a la construcción militar romana (Bolado del Castillo et alii.). A partir de este momento, el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) inicia el estudio del yacimiento dentro de un plan de actuación de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria. Los resultados de dicho estudio están todavía pendientes de publicación…(a esperar toca).

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)
    Agradecimientos: Rafael Bolado del Castillo

  • EL CASTRO II

    En el entorno de la localidad de Quintanilla de Rucandio (Valderredible) se levanta el conocido como Pico Castro, una imponente atalaya natural que sigue guardando con celo gran parte de su milenario legado. Tanto el poblado prerromano como el campamento de campaña o castellum que alberga son una auténtica incógnita que esperemos que con el paso del tiempo de sus frutos arqueológicos. De ambos yacimientos se sabe relativamente poco, ya que no se ha realizado intervención ninguna arqueológica a excepción de prospecciones visuales. Es por esto por lo que para alguno de sus elementos estructurales hay diversas hipótesis igualmente validas hasta que se demuestre lo contrario..nos adentramos de nuevo en el mundo de la "arqueología interpretativa" tan necesaria siempre y cuando sea un apoyo para la investigación in-situ de los enclaves, pero tan controvertida si es la única herramienta de trabajo.

    Nos centraremos en el yacimiento denominado El Castro II, el cual engloba el campamento de campaña o castellum romano. Ubicado en el extremo Sureste de la plataforma inferior de la formación rocosa, El Castro II ocupa una de las "esquinas" desde donde se controla el tránsito por el valle al Sur y el yacimiento superior (correspondiente al castro prerromano) al Norte. Fue descubierto por José Ángel Hierro Gárate y Eduardo Peralta Labrador en el año 2007, si bien es cierto que años antes García Soto menciona la existencia de varias estructuras al pie de El Castro (2001: 141-142) sin determinar si se refería a estas mismas o no. En el año 2008 fue incluido en el Inventario Arqueológico de Cantabria (INVAC) por uno de sus descubridores, José Ángel Hierro Gárate.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)

    Agradecimientos: Jose Angel Hierro Gárate