Siempre me han intrigado las manifestaciones de nuestro folklore que se apartaban de lo habitual y no le encontraba explicación. Con el tiempo, al ir conociendo mas datos, he conseguido tejer una serie de argumentos que pueden ser la clave para comprender su significado y pervivencia. Todos ellos se engarzan en lo que se denomina: "mundo celta".
Es conocido por la tradición irlandesa, que una de sus invasiones se produjo desde la península ibérica y se pone de manifiesto en el parentesco genético existente entre las poblaciones de la ribera atlántica, desde el norte de España hasta el sur de Escandinavia y que se hace mas intenso con Irlanda y Escocia.
Algunos prehistoriadores remiten estos contactos al Paleolítico Superior cuando la glaciación convirtió las penínsulas mediterráneas en refugio y, posteriormente, desde ellas se repobló Europa al remitir los hielos hace unos 10000 años. Otro contacto mas evidente es la cultura megalítica que hace unos 6000 años aparece en la fachada atlántica de la península ibérica y desde allí se extiende por el occidente de Europa.
Por último, los pueblos indoeuropeos domadores del caballo y primeros en emplearle como fuerza de guerra, llegados en el Calcolítico-Bronce hacia el 2000 a. C., según la tesis mas recientes, establecerán rutas marítimas comerciales en lo que se denomina el Arco Atlántico desde Iberia a las islas británicas.
Como dato curioso de los múltiples que aporta la toponímia: Carn es túmulo en celta y la riega Carnayo en la Sierra Bora (Vega de Liébana), bajo la necrópolis tumular de Combranda, nos recuerda la pervivencia de esas raíces veladas por el tiempo. Veamos algunos de los ejemplos.
El preámbulo anterior sirve de cimiento para levantar la explicación a esta enigmática prueba deportiva de la que existe documentación escrita hace mas de cien años y cuyo origen puede ser milenario.
Adjunto, de la revista LA VOZ DE LIÉBANA de principios del siglo XX, las siguientes citas:
LA VOZ DE LIÉBANA Nº 515 SÁBADO 8 DE JULIO DE 1916
Aquí aparece un artículo LA FIESTA DE LA SALUD EN ÁLIVA en el que se dice lo siguiente:
"Entre los números de la fiesta profana llamó particular atención la corrida de la rosca, en la que se lucieron como buenos corredores Don Ramón González , campeón en años anteriores, don Felipe Pellicer de Espinama y don Marcelino González de Villapadierna (León), siendo este el primero en llegar en las pruebas eliminatorias, a la codiciada meta."
LA VOZ DE LIÉBANA SÁBADO 10 DE JULIO DE 1915
"...Luego se empezó la comida, sin mas interrupción que el armonioso cántico de unos 70 burros que se contestaban alternativamente. Y como "de la panza sale la danza" (y después de haber oído el rosario) se fue organizando un extenso baile, (iniciado por las asturianas) en el que tomaron parte muchas y muy buenas parejas, suspendiéndose este para correr la rosca. Tomando parte en la fiesta lo mas aristocrático que había en la romería. Se formó un corro de unos 150 metros por 4 de fondo, aproximadamente. Trecho que habían de correr los que se disputaban el ramo. Llevándose el campeonato D. Leopoldo Salceda Encinas, de Lomeña."
LA VOZ DE LIÉBANA ...................... 1914
" Con esto se dio por terminada la fiesta religiosa y la gente joven se preparó a disfrutar de la esplendidez de la tarde dedicándose a su diversión favorita, el baile. Al sonido de la pandereta se congregó la gente en la parte llana del Campo y se organizó un animado baile con gran número de parejas y gran concurrencia de espectadores. También hubo carreras de caballos en las que algunos jinetes lucieron sus habilidades, galopando por aquel hipódromo que reúne las inmejorables condiciones para el caso. Antes era bastante frecuente que en esta romería hubiera riñas y palos entre los de Sotres y los de Liébana. Afortunadamente hace ya años que no se origina ninguna disputa ni se provoca una riña."
Aclarar que la celebración de la Virgen de la Salud es un culto moderno que sustituyó al documentado en las ordenanzas del puerto de Áliva, desde el siglo XV hasta finales del siglo XIX, con la advocación a San Pedro Advíncula cuya festividad se celebra el 1 de agosto.
Explicación en base a la cultura celta:
Debe partirse del calendario de festividades celtas que está bien representado en la tradición lebaniega. Comenzaremos por el 31 octubre a 2 de Noviembre (Samhuinn) que viene a ser nuestra festividad de los difuntos aunque para nosotros la fiesta mas importante sea el día 2, feria de Los Santos. También allí, tenían mas de un día de festividad. Continúa el 1 de febrero (Imbolc) que festejaban el final del invierno. Aquí la tradición se vuelve a retrasar al día 2 con la celebración de las Candelas, Dice el refran: "si la Candelaria plora el invierno está fora, pero si la Candelaria ríe el invierno está por venir". El 2 de febrero se celebra a Santa Brigida que es una santa de origen irlandés.
Beltainne el 1 de mayo, es la fiesta de la vegetación y del inicio del verano celebrada con fuegos. Reaparece con la Santuca (Virgen de la Luz en Peña Sagra) que se celebra el día 2. En Gran Bretaña se ponían flores de espino para decorar casas y aquí he visto decorar con ellas las iglesias ese mes. La siguiente es el 1 de Agosto (Lughnasadh o lammas –primer pan de la nueva cosecha-) en honor del dios solar Lugh que, casualmente, coincide con la festividad que se celebraba en Áliva: San Pedro advíncula. Es un culto de cosecha y un culto solar en los días mas calurosos del año. Los britanos lo celebraban ofreciendo una hogaza de pan en la misa y con un festival en el que había: carreras de caballos, hombres y los pastores formaban grupos y peleaban entre ellos. Todo esto tenía lugar en la cercanía de túmulos como sucede en Áliva (El tesoro)
El día de las competiciones era el 2 de agosto en honor del dios sol Lug que protege la equitación y los juegos. Era una fiesta de la fertilidad en la que se celebraban bodas que debían ratificarse al año siguiente. Ya Estrabón señaló que los pueblos del norte de la península practicaban ejercicios gimnásticos de caballería, carreras, simulación de combates etc
Si nos fijamos en la simbología de las costumbres observadas en Áliva, con las carreras circulares y con los premios en forma de rosquillas, entenderemos la expresión popular "la rueda del año" para referirse al ciclo anual, no como simple medida, si no como duración y repetición del tiempo referido a un culto solar. Por ello el cristianismo la ha celebrado bajo la forma de San Pedro advincula (encadenado) como símbolo de esa eterna repetición y por ser el santo que ostenta las llaves del Cielo.
Que el lugar es sagrado lo demuestra que inmediato a la ermita se halle el topónimo "Sietefuentes" que se repite en Morbihan (Francia). Siendo el siete un número lunar por hacer referencia a la semana y supone una sacralización del manantial.
El panteón celta lo vemos claramente representada en los canecilllos de la iglesia de Ledantes. Por un lado vemos la diosa femenina de la fecundidad, que en el libro MISTERIOS CELTAS John Sharkey año 1975 describe así: “La característica representación de la diosa madre en el simbolismo celta tiene su encarnación en las esfinges de piedra conocidas con el nombre de –Sheela-na-gig-, que se encuentran en iglesias y castillos medievales. Características de ella son: rostro horrible con facciones cadavéricas, boca enorme de gesto malhumorado, costillas esqueléticas, gran órgano genital abierto, manos y piernas dobladas”
Junto a ella suele aparecer el Rey con atributos sexuales manifiestos que también vemos reflejado en otro canecillo de dicha iglesia. La misma simbología encontramos en los dioses vikingos de la fertilidad y de la agricultura: los hermanos Frey y Freya. A Frey se le representa con un gran falo erecto y su esposa Gerd personificaba la fertilidad. Fernando carrera y Díaz en su libro EL CELTISMO CANTABRO-ASTUR año 1927 dice: ”la fecundidad es el don mas ambicionado por los pueblos primitivos. Lo mismo en el periodo paleolítico , que en el neolítico, como entre las tribus actuales“. Sorprende que uno de los brazos de la mujer este formado por pequeños círculos a modo de “rosquillas” a no ser que se trate de un collar. Hay otros dos canecillos esculpidos: Uno representa al oso como símbolo de la fuerza y otro al toro como símbolo del valor. Que solo aparezcan estas cuatro representaciones nos colocan ante un panteón típico de la cultura celta.
Continúo con lo expuesto por Fernando Carrera y Díaz en el libro citado, pag. 27 “Dos son los animales que recibían culto común entre los celtas: el oso y el toro. El oso se llamaba en el lenguaje galo-celta arios, en irlandér art.” (a considerar el topónimo -Vega de Ario- y al -Rey Arturo- como pervivencias) “Al lado del oso, hubo dos toros divinizados: tauros, en irlandés y Donnotauros, -toro obscuro-“. Otra posibilidad es que la imagen bovina del canecillo represente a la vaca Audumla de los vikingos a la que algunas tribus tenían por madre como símbolo de la tierra. Con estos datos queda claro que los canecillos, sean de la misma época de la iglesia o pertenezcan a reaprovechamientos de otra anterior, mantienen vivos los símbolos del panteón celta o un común panteón de origen indoeuropeo occidental. Seguramente, haya muchos mas indicios por toda la comarca, tanto en el arte religioso como en las festividades que es el lugar en el que se han conservado los restos de las antiguas mitologías.
Aunque no se aprecia en la foto los cuernos del toro son unos enigmáticos brazos con manos, cuyo significado desconozco. El que estos dos animales aparezcan juntos en la leyenda sobre la construcción del monasterio de San Martín (Santo Toribio en la actualidad) implica que se corresponden a dos estratos culturales: uno antiguo representado por ellos y otro moderno representado por el Cristianismo.
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