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Monumento a Don Pelayo en Covadonda

Como hemos podemos ver en el apartado anterior, los visigodos se encontraban totalmente integrados en la Península. Cantabria tenía su propio ducado y había recuperado de nuevo su identidad después de ser avasallada por el Imperio Romano y los germanos. Esta "libertad" era un privilegio después de ver lo que había ocurrido en Regio Cantabrorum siglos atrás. Pero en el año 711 todo cambiaria con la llegada de Tarik a Gibraltar. La llegada del Islam pasó como un rodillo por toda Hispania, y en pocos años se hicieron con el control de todo el territorio visigodo, fácilmente conquistable por sus continuas rencillas internas. Aún pareciendo extraño, los musulmanes respetaron la religión de los territorios ocupados, eso sí, cambiando el señor. Gran parte de los nobles visigodos no tuvieron más remedio que aceptar el cambio de poder, mientras que otros tantos huyeron hacia el norte. La capital del reino (Toledo) parecía un desierto cuando Tarik entró para tomarla. Los nobles huidos se dirigieron a Amaya, capital del ducado de Cantabria y uno de los últimos reductos todavía no conquistados por los musulmanes. Poco tardaría Amaya en ser pasto de las llamas y de la guerra ya que en el año 714 Tarik se hizo con el control de este enclave. Allí se encontraron muchas joyas y oro (traídas de Toledo) de los nobles anteriormente citados. Uno de los pobladores del antiguo asentamiento de Amaya era nada más y nada menos que Pedro (duque de Cantabria) que, ante la ofensiva musulmana, tuvo que huir hacia las montañas cántabras. El éxodo masivo fue determinante para la perdida de identidad del pueblo cántabro, debido principalmente a la mezcla cultural de tantos pueblos( visigodos, cantabros, musulmanes..). La población se refugia en pequeños y resguardados asentamientos donde comienzan a vivir. Allí construyen de nuevo templos e iglesias, en estos casos en la piedra, ya que sino serian fácilmente destruidos por los invasores. Aún hoy existen todavía estas joyas rupestres sobre todo en la zona del municipio de Valderredible, sin olvidar tampoco la influencia mozárabe en nuestra región: Santa María de Lebeña, Santa Leocadia de Helguera o San Román del Moroso. No pasó mucho tiempo desde que comenzó el éxodo anteriormente citado hasta que toda la zona norte se sublevo contra los invasores. Como todos bien sabemos la Reconquista comenzó en la zona astur-cántabra donde los musulmanes no ejercían todo el poder que hubiesen querido. Sus campañas de detuvieron en la zona de Gijón, quedando toda la cordillera cantábrica aún por conquistas…que gran error el no poder con esas gentes que se refugiaban en los montes.

Hacia el año 722 Pelayo (noble visigodo) lidera a los indígenas astures, los cuales se encuentran artos de la situación reinante. Munuza (gobernador musulmán) da la orden de enviar un ejercito desde Oviedo para sofocar esta revuelta. Estos últimos fueron sorprendidos en Covadonga, donde fueron obligados a huir por los escarpados Picos de Europa. Esta circunstancia marcaría los acontecimientos futuros en toda Hispania. De hecho los pocos musulmanes que llegaron vivos a Causegida (Cosgaya) murieron a causa de un derrumbamiento de rocas. Tras todas estas escaramuzas y batallas los musulmanes fueron expulsados de Asturias. La batalla de Covadonga fue tratada desde entonces como el principio del fin de la ocupación. A partir de aquel momento se constituyo en las montañas de Cantabria el primer núcleo núcleo político de resistencia al Islam. El centro "neurálgico" de todas las operaciones se estableció en Cangas de Onis. Tanto los visigodos como los pobladores del Ducado de Cantabria se dieron cuenta de que la única manera de acabar con la invasión era uniéndose. De este nexo nace la federalización de los territorios de ambos. Además la alianza entre Pedro (dux de Cantabria) y Pelayo (noble visigodo) se vio fuertemente incrementada con la boda entre Alfonso I (hijo de Pedro) con la hija de Pelayo (Hermenesinda).

En el año 737 d.C el gran líder de la Reconquista (Pelayo) muere, sucediéndole su hijo, del cual se dice que tuvo una muerte fatal a manos de uno oso en Las Ilces (hoy Camaleño). En ese mismo instante accedió al trono Alfonso de Cantabria, convertido en Alfonso I de Asturias (739-757 d.C). Su labor reconquistadora fue continuista, ya que en esta época (mediados del siglo VIII) pudo acceder a la cuenca del Duero y anexó a su pequeño reino (Asturias, Cantabria..) territorios como Galicia. Para concluir debemos de destacar que no toda Cantabria se encontraba en manos de Alfonso I, ya que la zona más meridional de nuestra región seguía perteneciendo a los musulmanes.