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Peña Redonda y Peña Blanca desde Barajores. Fotografía: Gonzalo Gómez Casares

Nuevamente tengo el placer de publicar un artículo del investigador Gonzalo Gómez Casares, figura clave en el conocimiento de la protohistoria dentro de la comarca lebaniega. Tanto sus hallazgos como sus investigaciones y tesis basadas en las fuentes clásicas son una referencia, incluso en ocasiones un "atrevimiento" que posteriormente se han convertido en vías de investigación fructíferas. En este caso nos señala otro nuevo camino en algo que todos creemos conocer a la perfección: Las Guerras Cántabras. Estamos ante un conflicto sumido culturalmente en el "corocottismo", por el cual en muchas ocasiones nos rasgamos las vestiduras sintiendo la sangre de los antiguos cántabros. Lejos de esta realidad mitológica, nos encontramos ante un episodio histórico del cual se conoce una pequeña parte. Cierto es que en las últimas dos décadas los hallazgos arqueológicos han dado un vuelco a este panorama. Los ejemplos son clarificadores: La Espina del Gallego, el Campo de Las Cercas, Santibañez de La Peña, el campamento de Cildá y un largo etc que poco a poco componen un rompecabezas del que estoy convencido de que faltan más piezas de las que tenemos encima de la mesa. Hallazgos en estos últimos 2-3 años como el del campamento del Monte Vistrió, la sauna castreña de Monte Ornedo entre otros (y otros tantos pendientes de publicar) no hacen más que reafirmar que lo que hoy conocemos de las Guerras Cántabras sigue siendo la punta del iceberg.

En este sentido este articulo da una nueva perspectiva de investigación, apoyado sobre manera en las fuentes clásicas, la toponimia y otras citas que basadas en la interpretación pueden abrir nuevos horizontes…o nuevas llagas según se mire. De todos modos, quien tenga la posibilidad de refrendarlo tiene las puertas de Regio Cantabrorum abiertas para su publicación. No olvidemos que una idea es una locura..hasta que la idea triunfa, y si no se lo digan a un tal Marcelino Sanz de Sautuola y sus pinturas de una cueva…creo que llamada Altamira.

Artículo y fotografias: Gonzalo Gómez Casares

 

Castro de La Espina del Gallego, identificado hace años con Aracillum

Aquí vamos a dar una visión alternativa para las guerras que no pretende ser la verdad; solo pretende dar pistas para encontrarla. Se trata de una pura especulación para interpretar las fuentes desde otros criterios con el fin de despertar nuevos impulsos investigadores. Estas resumen y resaltan los hechos mas relevantes pero sin orden cronológico ni geográfico. Los intérpretes de los textos, siguiendo un procedimiento no científico, tratan de inferir la realidad de lo que es solo una forma de contar esos hechos históricos y por lo tanto conducen a conclusiones poco fiables. Su método es interpretación de interpretación. Es mas racional contar con los textos como un elemento orientador pero no como una verdad absoluta. Muchas referencias son confusas porque los acontecimientos bélicos situaron a los cántabros sobre los astures, lo que condujo a que el topónimo CANTABRICO-A para el mar y la cordillera haya solapando al de Asturias en ese tiempo.

Mi teoría, expuesta sintéticamente en 1998 en un curso del CENEAM celebrado en Fuente Dé, parte de una Segisama en Tierra de Campos, desde dónde se atacó simultáneamente todo el territorio, siguiendo a Polibio que ubica el campamento base de operaciones en tierras vacceas y a Dion Casio cuando expresa “Augusto combatió al par a los astures y a los cántabros”. Ptolomeo coloca una Segisama en los vaceos, (los del valle del Cea según Martino), al noroeste de Palantia. Se halla en las márgenes de un río imaginario al norte del Duero y al cual Ptolomeo llama Nubo. que pudiera ser el Avia. Sandoval habla de la correspondencia Amaya-Sahagún . Pudo suceder lo mismo entre Segisama-Amaya y ofrece un indicio sobre el lugar en el cual localizarla. Un análisis lingüístico de SEGISAMA conduce a dividirla en dos componentes: SAMA, emparentado con el céltico SAN, SAMA significa: encima, sobre; como se desprende de SAMA de Langreo o SOMANIEZO, y SEGI parece derivar de CEGA (hidrónimo en: NAR-CEA, CEGA, EGA, etc) y por lo tanto esto la viene a colocarla encima del Cea. El siguiente punto radica en que, conforme a la lógica de la estrategia militar, la guerra fue simultánea contra cántabros y astures, como se desprende de la división provincial que Augusto hace de Hispania en sus preparativos, permitiéndole movilizar dos provincias. Ese límite provincial debió de estar por el Cea y debe ser la causa de las luchas medievales entre los reinos de Navarra (posteriormente Castilla) y León.

Floro nos dice que desde el campamento de Segisama divide el ejército en tres columnas con las que abraza a toda Cantabria (Probablemente a Cantabria y Asturias). Esas columnas debieron acampar por la zona de confluencia de ambos pueblos hacia la cabecera de Tierra de Campos (territorio que ya Eutimio Martino asocia a la guerra). Posteriormente, presenta el dato de los astures atacando el campamento romano dividido en tres columnas. De eso deduzco que estos plantearon la guerra ofensivamente y perdida la batalla sucumbieron, mientras que la estrategia cántabra fue defensiva, implicando que la dinámica bélica fuese de oeste a este. Las batallas iniciadas con el ataque astur y su retirada a Lancia, continuaron con una Bérgida por el norte de Palencia y un Vindio próximo, siguieron con Aracillum por las fuentes del Ebro y concluyera con un Medulio por la zona de Castro Urdiales (Flavióbriga), con su MONTE MELLO (MADOZ). Probablemente por la zona de MIOÑO y su río que se asemeja al MINION, nombre que Poseidonio adjudica al Miño además del de Bainis, lo que pudo sembrar la confusión posterior en torno a este lugar.

Taludes defensivos de El Cepedo (Castrejón de La Peña). Fotografía: Gonzalo Gomez Casares

Ahora intentaré ir anclando toda la hipótesis con datos. En las cercanías y al sur de Sahagún, cuyo nombre prerromano es CAMALA (según Martino), muy emparentado con CAMÁRICA y por recónditos caminos con CAMALEÑO, tenemos a: Galleguillos de Campos, Grajal de Campos y Escobar de Campos que serían los campamentos base de las tres columnas con las que se atacó el norte. Del relato de Floro y Orosio se desprende que estaban tres legados con tres legiones acampadas cerca del río Astura cuando fueron atacados por los astures. No queda mas remedio que suponer que se trata del ataque a las tres legiones participantes en la guerra cuando Augusto las tenía acampadas para avanzar en tres columnas. A los derrotados astures solo los persiguió Carisio como legado de la Lusitania. Eso nos da la pista definitiva de que Segisama debió estar cerca del Esla y en las cercanías de la calzada que después se utilizó como camino de Santiago, lo que nos conduce hacia el valle del río Cea (tributario del Esla-Astura) por Sahagún o cercanías. El que se coloque estos sucesos en la narración detrás de los cántabros, debe ser por la intensidad de la resistencia de estos que les otorga un papel principal, dando prioridad a la ocupación de Cantabria con sus batallas a la simultánea de Asturias, menos reseñable por los acontecimientos bélicos. Todo ello, a pesar de que el objetivo principal de la guerra parecen ser los minerales asturianos y el hierro de las Encartaciones.

Una vez establecidas estas premisas paso a ubicar la batalla de Bérgida. En el mencionado curso la situé, de forma intuitiva, en la comarca de La Peña (norte Palencia) y un par de años después se descubrió allí el asedio de La Loma (Santibáñez de La Peña) excavado por el investigador Eduardo Peralta en los comienzos del siglo XXI. Como resulta lógico imaginar, ese sitio se corresponde, para mi, con Bérgida. Una vez arrasado el castro, los cántabros huyeron y concentraron la resistencia en el Monte Vindio, tramo de cordillera al norte cuyo último bastión son los Picos de Europa. El inicio del asedio a esa zona montañosa comenzaría por Peña Redonda. Al sur de ella, en torno a Castrejón de la Peña, creo ver indicios de un cerco campamental. Este se articula en torno a tres puntos estratégicos. Al oeste, desde la montaña que destaca por su tonalidad y que en Velilla de Tarilonte denominan Peña Blanca, a cuya falda hay restos de un posible campamento en el lugar denominado Las Campizas (cota 1266). En el centro, al lado de Castrejon de la Peña (del medieval CASTETELIÓN indicativo de asentamiento romano), el cerro que en la hoja 132-II del MAPA TOPOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA 1:25.000 denomina El Cepedo (cota 1164). Surcado en su ladera norte por dos bandas paralelas, distanciadas unos 30 metros, que no se corresponden con estratos rocosos y si con parapetos defensivos.

En Pisón de Castrejón aparece el topónimo LA RAMA (cota 1145) que parece otro indicio corroborante. Y remata el cerco, por el este, lo que debió ser el campamento del Otero entre Cantoral de la Peña y Colmenares de Ojeda. Este tramo de montaña engloba una Peña Blanca y un bosque un tejos (Tosande), lo que le otorga un carácter sagrado. Además, ambos pueden servir de base para el topónimo VINDIO, tanto si significa blanco como si proviene de tejo tal y como sugieren: BINDUEY (Dobres) y VENDEJO (Pesaguero). Otro punto a favor es el topónimo CANTABRIA localizado en BARAJORES (Respenda de la Peña) aunque al estar flanqueado por el regato denominado Villabáscones podría depender de límites medievales. De esa misma forma interpreto el territorio cántabro de Coianza, al considerarlo hitos en la expansión del reino de Navarra. Otro nombre sugestivo es el del pueblo de Cantoral de la Peña. No se considera La Cantabria de Sota en Mansilla de las Mulas por ser una evidente confusión con la Mansilla riojana.

Campizas de Velilla de Talironte. Fotografía: Gonzalo Gómez Casares

Otra posible interpretación es la siguiente. Conforme a la literalidad de las fuentes, la primera batalla se desencadena tras el desembarco de tropas procedentes de Aquitania en el oriente de Cantabria en la ciudad de, Bergida o Vellica (Floro), Atica (Orosio) que debe estar próxima al río Magrada (Plinio) por lo que parecen referirse a Santander. La mezcla de nombres, según las copias trasmitidas: BERGIDA-VELLICA-ATTICA podrían ser o no equivalentes. De serlo tendríamos tres formas del mismo topónimo correspondiéndose con: la cántabra, la ibérica y la fenicia. Esto se desprende de que ATICA, similar al fenicio UTTICA, sería una antigua fortaleza (a lo que debe su nombre), como la tunecina junto al río Bagradas, (posteriormente, Mjerda, con significado de pantano y que debemos suponer es traducción del anterior). Lo mismo parece haber sucedido en Cantabria con la sustitución del Magrada de Mela por Miera en una bahía. Restos de esa toponimia son los MOGRO de la costa cántabra. Martino, entre otros, iguala Magrada a Miera. ;Lo mas sorprendente, es el establecimiento del paralelismo: UTICA-ATICA y BAGRADAS-MAGRADA en Túnez y en Cantabria, implicando una base colonial fenicia en la ruta del comercio del estaño con las islas británicas. A no ser que estemos ante el improbable caso de topónimos de origen ibérico. El PORTUS AMANUS, también deriva de la palabra fenicia AMAN (puerta)

La forma VELLICA se emparenta con Valdáliga ( antiguo VAL DE ALLEGA). De ser así, pasaría a ser el PORTUS VICTORIAE JUILIOBRIGENSIS el de Suances, mas propio para atacar el Vindio. No obstante, en el mapa de Ptolomeo, Vellica aparece al norte de Julióbriga lo que sin duda condujo a Modesto Sanemeterio Cobo a localizarla en Cildá de Toranzo. No se si conocía los estudios anteriores de Arturo Arredondo, pero los trabajos arqueológicos de Eduardo Peralta parecen darle la razón. Fuere donde fuere, desde allí huyeron al monte Vindio que es una zona próxima y elevada de la Cordillera Cantábrica.

La otra posibilidad, conciliadora de tesis y antítesises es que la Bergida de Floro esté al sur y la Ática de Orosio esté al norte de la cordillera, pues al referirse a ellas inmediatamente después del desembarco no queda claro a que frente pertenecen ni de que sean la misma batalla. Lo que si está claro es que desde allí huyen al inexpugnable monte Vindio que está cercano al océano por lo que deben ser los Picos de Europa.

Otra alternativa la da Sota en su CRONICA DE LOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS Y CANTABRIA cuando nos informa que Juliano, arcipreste de Toledo, dice que: “el Vindio es el Hano cerca de Laredo y Vellica por Bárcena Mayor”, aunque no haya correspondencia geográfica entre ambas para sustentarla. En la guerra deben participar cuatro legiones. Tres al sur y una por mar, procedente de Aquitania. Tiberio para controlar a estos pueblos también utilizará tres legiones por lo que esa debe ser la relación de fuerzas empleada. Sabemos por la estelas funerarias que la IX HISPÁNICA pasó por la zona del Alto Esla y Alto Pisuerga lo que sugiere un desplazamiento conforme a los paralelos, como se ha señalado en la hipótesis. La narrativa de los enfrentamientos bélicos pudiera referirse a varias campañas anuales. La primera, BÉRGIDA en el 25 a.C.. La segunda,VINDIO en el 24 a.C La tercera, ARACILLUM en el 23 a.C. y la cuarta y última, MEDULLIO en el 22 a.C. Este esquema cuadra bien con la cronología que ofrece Dión Casio. Como indica Martino, el que al Medulio le sitúe Orosio en “las partes extremas de Gallaecia” (división de Caracalla) depende de que el era natural de Braga.

Via principalis del campamento romano de Cildá, citado a mediados de siglo XX como Bildad. Fotografía: Lino Mantecón Callejo

Las conclusiones la dejo a gusto de consumidor. Solo apuntar algún dato suelto que considero orientativo, extraído de análisis toponímicos. El río NUBO o NABIARE parece un río sagrado y sugiere el Avia desplazando el teatro de operaciones de la cuenca del Cea hacia la del Pisuerga. En ESPAÑA, SUS MONUMENTOS Y ARTES – SU NATURALEZA E HISTORIA. SANTANDER. Año 1891. Rodrigo Amador de los Ríos nos da el dato, proveniente de Fernández Guerra, de que uno de los códices de Floro localiza a Segisama Julia en Avia de las Torres lo que cuadra muy bien con el mapa de Ptolomeo que la sitúa cerca de un río imaginario, ideado en base al Esla o al Pisuerga separados del Duero. El hidrónimo NABIA parece asturiano y supongo que proviene de una simplificación de NARBIA con la raíz NAR- tan común en los ríos del norte. El ITINERARIO DE BARRO podría confirmar esta alternativa.

Respecto a Vellica considero importante el siguiente párrafo extraído de: MANUAL DE FOLKLORE. Luis Hoyos Sainz y Nieves de Hoyos Sancho. Madrid 1947. Un ejemplo de la utilidad toponímica está en el nombre, que, como el de bildad, da para conocimiento de las vías romanas. A. García Lomas, con datos recogidos por el señor López-Dóriga. Es un monte cercano a Aguilar de Campóo, donde algunos sitúan la ciudad de Vellica; otro monte encima de Ontaneda, con restos de arquitectura romana; y una calzada de la misma época; otro monte al norte de Cerrazo, con idénticos restos que el anterior, e igual al lugar que lleva dicho nombre, inmediato a Potes; venta en Alfoz de Lloredo; monte al suroeste de Brañosera, cercano al paso de la vía romana”. Hay un error tipográfico que confunde, Bildad por Cildad pero deja en evidencia que el Cildá de Toranzo ya se conocía en esas fechas y quién lo había localizado. Otro punto toponímico, es que la lectura ATTICA de Orosio se presta a proceder de una tergiversación de un original ALLICA lo que redundaría a favor de VALDÁLIGA como lugar en el que se hallaba. El topónimo VINDIO puede ser, simplemente, una sonorización del adjetivo PINDIO o derivar de varios conceptos. Una posibilidad es BINDUS (Dios ilirio de las fuentes) lo que le relacionaría, indirectamente, con el MIÑO. Para el significado blanco hay muchos candidatos como la PEÑA BLANCA de Velilla de Tarilonte, desde la que desciende el regato de VALURCIA. Siendo URCIA=DIOS en euskera. Para la hipótesis de tejo, Fernando Carrera y Díaz en su libro EL CELTÍSMO CÁNTABRO-ASTUR nos da la siguiente pista: Bile es en irlandés el nombre del árbol divinizado. Ibar –Inbhar es el tejo que fue el primero que gozó de ese privilegio. Pues el BINDUEY de Dobres se caracteriza por un bosquete de tejos y también existe la forma BILDUEY lo que me hace sospechar su origen en este árbol divinizado. Como abunda en Tosande, en las cercanían de Peña Redonda, sirve de base para un VINDIO allí.

Sobre el MEDULIO vemos que, ya sea todo junto o derive de MONS EDULIO como se deduce de la Geografía de Strabón, viene a coincidir en su terminación con BARDULIA lo que no parece simple casualidad. Hay un cerro denominado MIÑÓN en Orduña y un pueblo llamado MIÑON junto a Medina de Pomar. Juliano sitúa Aracillum en Arciniega; en algo lo fundamentaría.

Otro aspecto reseñable es que las poblaciones con el epíteto de Augusta aparecen por territorio astur, indicativo de la presencia de Cesar Augusto en esa zona. Esto es compatible con mi esquema pero no con el clásico que lo sitúa solo en Cantabria.

    • CUEVA DE COVARA

      Cada vez que se habla de la Edad del Hierro ,nuestro subconsciente viaja prácticamente de un modo instantáneo a los grandes oppida de la Cantabria histórica: Monte Bernorio, castro de las Rabas, Monte Ornedo o La Loma. Todo ello inmersos en un clima bélico/heróico de las Guerras Astur-cántabras donde gusta enaltecer la bravura de nuestro pueblo, con el que compartimos territorio..y poco más. Pero lejos de esta imagen icónica, la Edad del Hierro en Cantabria es mucho (muchísimo) más. Cada día el conocimiento sobre este periodo va en aumento gracias a las cavidades. Y del mismo modo, no todos los yacimientos de esta época en nuestras cuevas tienen que ser espectaculares como El Aspio, Cofresnedo o el Abrigo del Puyo.

      Hay otras como la cueva de Covara (o Covarada) que, desde su humildad, dan fé de que los antiguos cántabros ya las usaron de un modo u otro.La citada cueva se encuentra al norte de la localidad de Allende (Cillorigo de Liébana), en la misma base de un gran farallón rocoso denominado Cueto Agero. El valor arqueológico de la misma fue descubierto por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica CAEAP a mediados de la década de los 80, quienes encontraron ya por aquel entonces diferentes materiales arqueológicos en superficie que la contextualizaban indudablemente. Posteriormente, sería documentada más en detalle en la Tesis Doctoral "La cultura material de la Edad de Hierro en Cantabria" de Rafael Bolado del Castillo.

      Y a partir de aquí..poco más se puede decir sobre la misma. Si se puede decir que su vestíbulo fue vaciado prácticamente en su totalidad para acondicionarlo como "cuadra" (en las imágenes se puede ver el cierre ganadero). ¿Cuestionable?. En mi opinión, no. Uno de los mayores problemas de Cantabria es el total desconocimiento de este tipo de enclaves, ya que poco o nada importan sino tienen monumentales pinturas o descubrimientos que valgan para poner algún titular en el periodo de turno. Aun así, con el tiempo, acabaría abandonado igual. Cantabria infinita lo llaman.

      Bibliografía:"La cultura material de la Edad del Hierro en Cantabria" Universidad de Cantabria (2020). Rafael Bolado del Castillo.


    • LOS BANU GOMEZ

      Es un linaje familiar, denominado con ese nombre en las crónicas árabes, en cuyo poder estuvieron los territorios de Entrepeñas, Saldaña, Carrión y Liébana (añadida en el año 977) durante casi dos siglos, desde el año 933 hasta finales del siglo XI . Sobre su oscuro origen existen dos versiones contradictorias pero no excluyentes. Unos autores como Fray Justo Pérez de Urbel (JPU) consideran que son lebaniegos y los ponen en relación con una familia principal de la comarca muy referenciada en CARTULARIO SANTO TORIBIO (CST). Otros, como Julia Montenegro Valentín (JMV), intentan probar que nada tienen que ver con la familia lebaniega y sitúan su origen en San Pedro de Cansoles (Palencia) sin pruebas convincentes, en su estudio del monasterio de SANTA MARIA DE PIASCA (SMP). Sin entrar en las muy dudosas valoraciones cronológicas que hace JMV en SMP para demostrar que Munio Gómez (supuesta cabeza del linaje, citado por primera vez en el CST –año 915-) nada tiene que ver con el conde palentino, me propongo resaltar los datos que establecen un contacto entre ambas ramas familiares hasta el punto de considerarlas idénticas.

      Resulta indudable que tienen raíces en Liébana como paso a exponer, aportando algún dato inédito que sirva para arrojar luz, siguiendo un proceso de razonamiento distinto en busca de una verdad que se escapa como el agua entre los dedos. Se intenta demostrar que la comunidad de intereses hereditarios entre los descendientes del conde Diego Muñoz y los descendientes de Munio de Congarna se deben a la pertenencia al mismo grupo familiar. También se deja claro el origen lebaniego de Doña Tegridia, en la familia de los Fruela y Alfonso enraizadas en el origen de la monarquía asturiana. Por lo tanto, el origen del linaje Banu Gómez estuvo en Liébana, que en un principio, hasta la mitad del siglo IX, formaba parte de un condado regido por la familia Alfonso pero que acabó integrándose con Entrepeñas, Saldaña y Carrión en virtud de las reestructuraciones impuestas desde la corte leonesa. No obstante, durante un par de siglos hubo rivalidades entres las dos ramas de la familia, apoyadas cada una de ellas en los dos principales centros monásticos: San Martín de Turieno y Santa María de Piasca, por el control del nuevo condado. Desde esa óptica, se entiende su comportamiento político y el devenir histórico consiguiente. Se opusieron al rey de León y apoyaron a los condes castellanos con los que estaban emparentados y para ello recurrieron a la ayuda de Navarra e, incluso, al pacto con Almanzor. A causa de ello, Castilla se independizó de León y lideró la Reconquista en base a su diferente ordenamiento jurídico y estructura social. Las consecuencias que han tenido que pagar es "la mala imagen" que ya en el POEMA DE MÍO CID arroja sobre los infantes de Carrión y el olvido de la historiografía oficial. Desde Liébana nunca se ha hecho nada para recuperar su recuerdo. Supongo que la gran abundancia de solares GÓMEZ en la comarca, de los que en el CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA constan 30 distintos, se debe a su herencia y aunque se les haya ignorado su sangre corre en mayor o menor medida por todos los lebaniegos..

      Los documentos medievales que se han preservado están ligados a los monasterios y a la ubicación de estos y se soslaya las partes altas de Liébana que debieron ser fundamentales a la hora de defender el solar y dirigir la repoblación. El hecho de que el condado patrimonial de esta familia se extienda por la cuenca del Carrión sugiere que tengan sus solares primigenios en los valles que limitan con los pasos hacia el sur de la Cordillera y en el entorno de Santo Toribio.

      En el pueblo de Barrio hay un par de afloramientos rocosos conocidos con el nombre de PEÑA MOÑO y PEÑA CASTILLO aunque para muchos habitantes del valle la denominación no es clara pues he visto que algunos de ellos llaman PEÑA MOÑO a la que los locales denominan PEÑA CASTILLO. En esta última, una cata realizada a primeros de los años 80 del pasado siglo por personas que desconozco, pude ver en aquella época, algún fragmento de cerámica medieval pintada similar a los que aparecieron en Santa Catalina (Peñarrubia). Con un poco de imaginación encontramos el nombre de Munio perviviendo en la Peña Moño aunque es mas probable que este nombre derive de su particular morfología como es el caso de PEÑA REMOÑA. No obstante, los restos de PEÑA CASTILLO parecen importantes al estar en lugar muy fuerte y cercanos al puente con el que atravesaba el Quiviesa la calzada procedente del sur de la Cordillera por Río Frío.

      Al sur del pueblo de Bárago, aflora otro cordal rocoso conocido como PEÑAS DEL DIEGU por referencia a un territorio que debió de pertenecer a una persona de ese nombre. Según JMV en SMP pag. 195 Elvira Fafilaz (esposa del conde Munio Gómez) dona en el año 1018 (para JPU en 1015) San Cristóbal de Varago. En pag. 197 cita otro documento dónde dice poseer íntegramente la villa de Verago. Munio Gómez era hijo de Gómez Díaz I y nieto de Diego Muñoz, primer conde de Saldaña. Esto nos proporciona una pista sobre el origen del topónimo y sobre uno de sus posibles solares de procedencia. Elvira Fafilaz era hija Fáfila Fernández y nieta de Fernando Díaz (hijo de Diego Muñoz) lo que la emparentaba con su marido. En el Doc nº 38 CST –año 929- Silo vende a Galatrudia y sus hijos la villa de Verago (aquí no tiene dada que ver con Baró). Posteriormente, pasaría a su hijo Diego Muñoz y a su nieto Gómez Díaz (casado con Mumadonna). Es el camino mas lógico para explicar el trayecto de estos bienes constatado en el Cartulario Santo Toribio. En mi opinión, está claro que el Gómez Díaz que aparece en la documentación como espatario de Fernán González es hijo de Diego Muñoz el lebaniego y se casará con Mumadonna hija de Fernán González y, por lo tanto, el lebaniego y el conde de Saldaña son una misma persona. De Gómez Díaz (conde 971-986) y de Mumadonna procede García Gómez (conde 986-1017). Así enlazamos con la Villa de Castro Ventosa.

      En HISTORIA DE LA ESPAÑA SAGRADA Vol. XXXIV pag.471 se cita la villa de Castro Ventosa como de García Gómiz "ipsa villa subtus Castro Ventosa super ribulo qui vocitant Eva" Año 981. El erudito local José María de la Lama, tristemente desaparecido sin que hubiese publicado sus amplias investigaciones sobre el pasado de la comarca, me realizó un croquis de el lugar en el cual se recogieron, en las mismas fechas y por los mismos autores de la cata de Barrio, una seria de materiales que fueron depositados en el MUSEO REGIONAL DE PREHISTORIA. Entre ellos, aparecían objetos con procedencia de Al-Andalus, informando de los contactos que García Gómez tuvo con Almanzor a quien apoyó en sus campañas contra el reino de León, en su política de defender a Castilla frente a los intereses de la clase rectora (suevo-goda) dominante en la capital del reino. Es mas, como demuestra Pérez de Urbel, la independencia de Portugal se produce cuando una rama de la familia condal castellana rigió ese condado y se inscribe en la misma estrategia de liquidar el goticismo leonés. No debe olvidarse que sus reyes se otorgaban el título de emperadores y a ese neoimperialismo se enfrentó Castilla.

      En COLECCIÓN DIPLOMÁTICA DE SANTA MARÍA DE PIASCA (CDSMP) por (JMV ) Doc. nº 35 –año 1051- donación de Doña Urraca hija de Alfonso Díaz, aparece la mención en Valderrodíes a un Valle Tegridio. Valderrodíes en Cabezón de Liébana, es una de las principales posesiones del linaje Alfonso. La primera conclusión que saco a expensas de dicho valle es que el conde Alfonso tenía un cercano parentesco con Doña Tegridia, esposa del conde Diego Muñoz . Esta herencia junto con la de San Esteban de Mesaina permite entroncarla con las familias principales de la zona. Además, como sucede en otros casos de la zona cántabra, la importancia masculina de la pareja pudiera deberse a la relevancia de la mujer.

      En el Cartulario de Santo Toribio hay varios documentos que durante el último tercio del siglo X hacen mención al linaje de los Banu Gómez pero solo uno nos habla de Tegridia. Doc. CST nº 58 -año 961- Donación de Froila Laínez en: Toranzo, Espinama, Oria, Cahecho, Mieses, Llaves y "Santhi Stephani de Mesaina quem abeo de auia domna Tegridia". Este es importantísimo, porque San Esteban de Mesaina ya aparece citado en el Doc. CST nº 3 –año 826- donado por un Froila y demuestra el antiguo origen lebaniego de este linaje. Tegridia tiene parte en San Esteban de Mesaina lo mismo que Vistrilli, hija de Munio de Congarna y Galatrudia, cosa lógica si fue la esposa de su hermano Diego Muñoz. Su nieto Froila Laínez tiene que ser hijo de Elvira o Gontroda (hijas de Diego Muñoz y Tegridia).

      En Doc. CST nº 75 - año 980- Fernando Diaz (hijo de Diego Muñoz y Tegridia) dona su parte en San Esteban de Mieses. Julia Montenegro en su estudio de SANTA MARÍA DE PIASCA pag. 183 demuestra que su esposa Mansuara no es lebaniega por lo que necesariamente es una herencia proveniente de sus padres. Vistrilli es prima de Vermudo Alfonso (hijo del conde Alfonso) por el Doc. CST nº 69 -año 963- implicando que de sus padres uno es hermano del conde Alfonso o su mujer Justa y pariente próximo de Tegridia. Lo lógico es pensar que Galatrudia y Tegridia sean hermanas entre si y, ambas, del linaje Alfonso. En DOC nº 38 -año 929- Silo Fruela llama sobrino o primo a Munio y es cuñado o pariente de GALATRUDIA poniendo de manifiesto el alto grado de endogamia entre las principales familias de la comarca.

      Según JMV, Diego Muñoz y Tegridia tuvieron los siguientes hijos: Munio, Gómez. Elvira, Osorio, Fernando y Gontroda. Por este orden, Gómez sería el padre de Tegridia y posible cabeza del linaje Banu Gómez. JPU da estos hijos: Rodrigo, Osorio, Gómez, Gonzalo, Gotina y Enecco, pero esta hipotética relación no resulta creíble.

      En CONDADO DE CASTILLA pag. 702 aparece en el año 987 Osorio hijo de Didaco y Tegridia haciendo entrega de su vila de Arcello cerca de Mave en su territorio patrimonial situado en el Pisuerga. Uno de los firmantes es su hermano Fernando Díaz. Este documento valida por completo el fundacional de San Román de Entrepeñas en el que se ha basado Julia Montenegro para hacer a Diego Muñoz palentino. Pero eso no impide el origen lebaniego de la familia que se deduce de sus posesiones y de la no coincidencia en las fechas vitales de ambos personajes, pues el "palentino" desarrolla su actividad, allí, entre 932-951 y el "lebaniego", aquí, entre 951-964 lo que no los hace sincrónicos e incompatibles, como pretende JMV, si no todo lo contrario.

      En el Doc. CST nº 54 –año 951- Vistrilli dona a San Martín su ración en San Julián de Congarna que ha heredado de su padre Munio y en el Doc. CST nº 81 -año 1015- Munio Gómez (bisnieto de Munio) dona a San Martín su ración en San Julián de Congarna que ha heredado de su madre Mumadonna. Por lo tanto, o el linaje de Fernán González y su esposa tiene origen lebaniego (asunto del que no hay noticia) o Mumadonna recibió dicha parte de su marido Gómez Díaz, hijo de Diego Muñoz (conde de Saldaña y hermano de Vistrilli) y nieto de Munio de Congarna. La confluencia de parentescos se pone de manifiesto en las donaciones realizadas a San Martín. En Doc. CST nº70 -año 964- donación de Diego y Donna Allena Diego en: Congarna, Tolina, Vallino (Campollo),Virdiago y Bandomedio (Valmeo). Pueden paralelizarse con los del linaje Alfonso ya que Doc. nº 60 -año 961- donación de Vermudo Adefonsiz en: San Juan de Lutias, Castillo Castro, Bores, Tolina, Campollo, Valmeo etc. Allena en: Caiecto, Caselas, Baudecio, Colio, Pautes y Defesa.

      Estos procederían del linaje Fruela pues dona en Colio, Bandecio, Casillas y Potes igual que Vistrilli; y en: Colio y Bandecio como Cesabo de Congarna, hijo de Froilani y Flamule, Según Doc. CST nº 55 -año 952-

      En base a esta donación JMV ha dado por supuesto que Diego y Allena son matrimonio, cuando a juzgar por los bienes donados parecen hermanos, pues los de Allena vienen a coincidir con los de Vistrilli, aunque, quizá por su juventud, no aparezca en el Doc. CST nº 38 -año 929- donde constan los hijos de Munio y Galatrudia. También pudiera tratarse de una segunda esposa estrechamente emparentada si Tegridia acabó profesando en Piasca como podría desprenderse del Doc. CDSMP nº 8 –año 941- .Hay una serie de problemas que solventar, entre ellos que la mayoría de las herencias provienen de líneas femeninas, tal como sucede con Tegridia y Mumadonna. Eso puede deberse a la tradición cántabra en la que heredaban las mujeres y, en este caso particular, se harían cargo de los bienes de sus maridos que se los traspasarían mediante donación de arras tal y como se observa en Doc. CDSMP nº 17 -año 962-.

      La interpretación alternativa, sería que Tegridia descienda de los linajes Fruela y Alfonso y que Fernán González o su mujer desciendan de Congarna y sean parientes de Munio; aunque no descabellada, no hay base en que fundamentarla. Una última posibilidad, se desprende de Doc. CDSMP nº 11 -año 951- en el que aprece un Hanni Monniz al que parece referirse JPU en CONDADO CASTLLA pag. 448 como hermano de un Diego Muñoz burgalés, padre de Alfonso Díaz entre otros.

      Para finalizar, un asunto complejo deriva de la caída en desgracia del Conde Alfonso que pudo suponer, conforme a la costumbre de la época, la confiscación de bienes y que estos fueran a parar a Fernán González y Diego Muñoz como parece desprenderse de que entre ellos se acabó dividiendo su condado. Hasta la mitad del desfiladero para el primero y Liébana y Pernía para el segundo. No debe ser casualidad que el condado de Saldaña aparezca justo tras ese fatídico año de 932 en que el rey Ramiro de León apresa a sus primos y realiza una redistribución territorial en la que los magnates que lo entregaron se reparten su territorio.

      Reconozco que todo esto es un lío, pero si no fuera muy complicado hace mucho tiempo que estaría resuelto y no ha sido así. Lo único que he intentado es buscar "cabos" de los que tirar para desliar la madeja.

      Gonzalo Gómez de Casares


    • PEÑA OVIEDO

      Mogrovejo es una de las localidades más turísticas y bellas de la comarca de Liébana: Paisajes espectaculares, una gastronomía increíble, una arquitectura tradicional digna de ser observada y una historia envidiable. Uno de los iconos de la citada localidad es la conocida como Torre de Mogrovejo, espectacular complejo señorial de finales del siglo XII que, según rezan muchos datos bibliográficos "domina la localidad a media ladera". Pero si de dominio e historia se tratase, sin desmerecer ni mucho menos al citado monumento, en lo alto de los montes y con una milenaria historia nos encontramos con un enclave apenas conocido que nos habla de los albores de una sociedad que, al igual que hoy en día, tenía su ganado pastando en el entorno de La Calvera. Estamos hablando de unos de los máximos exponentes en cuanto a estructuras tumulares y megalíticas de Cantabria: El yacimiento de Peña Oviedo. Con el añadido de que, además, a diferencia de otras espectaculares estaciones megalíticas (Sejos, las necrópolis de Combranda, Palmedian o Las Llaves) existen dos zonas perfectamente delimitadas y con usos más allá de lo funerario: Un uso doméstico. Circunstancia que lo convierte en un enclave poco habitual.

      Las primeras noticias sobre las estructuras de Peña Oviedo datan del año 1948, cuando Benjamín Bada remite una carta al Museo Provincial de Prehistoria y Arqueología de Santander (actual MUPAC) informando de su existencia. Décadas más tarde, en el año 1982, Jose María de La Lama, Francisco Soberón y Eutimio Martino elaboraron un informe que harían llegar al Museo. Este documento sería el preámbulo de las excavaciones arqueológicas realizadas entre los años 1989 y 1995 bajo la dirección de Agustín Diez Castillo. Del mismo modo, sería revisado y topografiado por miembros del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistórica de la Universidad de Cantabria en 2007.

      Y desde entonces hasta nuestros días…nada de nada. Curioso que uno de los conjuntos megalíticos mejor documentados de Cantabria (además de uno de los más bonitos paisajísticamente hablando) no tenga la relevancia que merece. Tampoco es de extrañar dado que desde el Gobierno de Cantabria están mucho más interesados en "encerrar" la cultura en las cuevas (bueno, en las cuevas no que no se puede entrar…salvo que des 500.000 de €..que te ponen hasta moqueta) en vez de incluirla en arqueo rutas de montaña, itinerarios culturales más allá del MUPAC (cuando esté..) y diferentes propuestas que no pasan por "vender" que interesa la cultura cada cuatro años..Cantabria Infinita lo llaman.

      Bibliografía: "Evolución del poblamiento prehistórico en los valles occidentales de Cantabria" UC, Santander 1997. Agustín Díez Castillo.

    • CASTRO DE EL PEÑUCO

      Situado sobre el pueblo de Colio (Cillorigo de Liébana), el castro de El Peñuco es otro claro ejemplo del abandono que sufren muchos yacimientos en Cantabria. Relegado a un segundo o tercer plano, este abrupto enclave en el cual se ha llegado a citar la presencia de puntas de flecha de hierro, se encuentra en nuestros días plagado de matojos. Y ni tan mal, ya que en el pasado en vez de esto se observaron varias catas furtivas que nos han robado a buen seguro gran parte de su milenario legado. Se sitúa sobre un resalte formado por bandas de areniscas y conglomerados cuarcítificos, con planta rectangular y laderas bastante pronunciadas en casi todas sus vertientes salvo en el orientado hacia el Noroeste. Aquí encontramos un pequeño istmo que conecta este sector con la prolongación de la sierra donde se ubica. Podemos identificar esta formación a pocos metros de la salida del conocido desfiladero de La Hermida en dirección a Potes. Si alzamos la vista a la derecha, en un pequeño cordal estrecho y alargado por debajo de los Picos de Europa, podremos observarlo en la lejanía.

      Las primeras reseñas sobre el interés arqueológico de El Peñuco fueron dadas por José María de La Lama en los años 70, si bien en un primer momento lo identificó como una estructura defensiva altomedieval. No le faltaría razón, ya que a este periodo se pueden atribuir las estructuras situadas en el flanco Oeste de la cima, sobre todo una pequeña muralla de pequeñas dimensiones claramente adscrita a la época citada. Esta datación se vería apoyada por los abundantes fragmentos de cerámica a torno que son encontrados en las laderas del monte, principalmente en la sur. De todos modos, poco o nada comparte este "sector"” con un gran terraplén que cierra toda la ladera Sur y Oeste, del cual se llega a pensar que es mucho más característico de emplazamientos protohistóricos que no medievales como veremos a continuación.

      Bibliografía: Castros y castra en Cantabria. (Edita ACANTO)

    • NECROPOLIS DE COMBRANDA

      En lo alto del municipio de Vega de Liébana, a media ladera del alto de Los Corros (como también se conoce el yacimiento), se encuentra la necrópolis megalítica de Combranda. Un enclave que tanto en su entorno más inmediato - con la necrópolis de Palmedián - como a escasos dos kilómetros con el castro de Llan de la Peña, se encuentra rodeado por milenios de historia. A media que nos vamos acercando a la pequeña vaguada donde se ubican las estructuras tumulares, entre reses y algún que otro rebaño de cabras, no podemos dejar de imaginar la vida en época del Neolítico/Calcolítico. Sobre manera porque, si obviamos el tintineo de las decenas de cascabeles y campanos que nos rodean, poco a cambiado ante nuestros ojos exceptuando la pista forestal que guía nuestros pasos: Ganado de montaña, panorámicas de ensueño, aire puro..y un cierto aura de misticismo e historia.

      El yacimiento se dio a conocer en el año 1989 tras su aparición en prensa, destacando "la existencia de estructuras megalíticas en el Pico Jano". Ese mismo año, en colaboración con Gonzalo Gómez Casares (descubridor de decenas de yacimientos en la comarca de Liébana), se realizó una prospección e inventariado de las estructuras dirigida por Agustín Díez Castillo. A partir de entonces, la presencia de investigaciones ha sido prácticamente nula limitándose a ser incluido en diferentes publicaciones como las Actas del Seminario "O Megalitismo no centro de Portugal" con el título "El Megalitismo en Cantabria: una aproximación espacial" (Jesús Ruiz Cobo/A. Díez Castillo, 1994) o en "Evolución del poblamiento prehistórico en los valles del Deva y del Nansa" (UC, Santander 1996. A. Díez Castillo).

      Y desde entonces, nada de nada. Desde hace décadas se ha propuesto un proyecto arqueológico para la estudio, preservación y puesta en valor del conjunto y..seguimos igual. Un enclave espectacular donde tanto la vida como la muerte en época del Neolítico/Calcolítico permanecen totalmente olvidadas. Cantabria Infinita lo llaman..

      Bibliografía: "Evolución del poblamiento prehistórico en los valles del Deva y del Nansa" UC, Santander 1996. Agustín Díez Castillo.