
Estamos ante un evento único, no voy a decir que irrepetible porque espero que sea el primero de una larga serie de congresos, pero creo verdaderamente que es más que probable que marque un antes y un después dentro de la investigación y difusión de una época inigualable en Regio Cantabrorum. Estoy hablando, como no, del I Encuentro Arqueológico "Las Guerras Ástur-Cantabras" que se celebrará en Gijón durante los días 2,3 y 4 de Octubre.
Ya solamente su nombre puede llamar la atención a muchos que no conocen el mundillo, sobre manera porque que nos hartamos de oír y citar (yo el primero) el lado del conflicto que a cada una de las partes nos interesa. Que si en Cantabria son solo "Guerras Cántabras", que si en Asturias "Guerras Astures"..si Floro levantase la cabeza..noooo, el entrenador de futbol no, el otro. La denominación en las fuentes clásicas es "Bellum Cantabricum et Asturicum" para quien no lo sepa, de ahí el nombre de este I Congreso.
Este encuentro ha sido coordinado por tres investigadores sobre los cuales me faltan palabras en la definición de su trabajo y legado. Para la gente a la que nos gusta la arqueología e historia son referentes a nivel nacional:
Volviendo al Congreso, el primer día se dedicará casi por completo a explicar el contexto donde se produjo el conflicto bélico de las Guerras Ástur-Cántabras, detallando los aspectos principales de las mismas. En la segunda jornada, se tratarán los principales asedios del ejército romano y las conclusiones arqueológicas de los yacimientos relacionados. Se hablará también sobre las dos grandes líneas de penetración en el avance del imperio romano, claves para conocer los porqués de la contienda. Del mismo modo, en este segundo día, se expondrán de un modo "libre" (fuera del programa oficial) nuevos descubrimientos y ponencias presentadas a la organización del congreso y que darán muchísimo que hablar…mucho, muchísimo. Destacar en este punto las propuestas de comunicación enviadas por los co-directores delProyecto Mauranus, Enrique Gutiérrez Cuenca y José Ángel Hierro Gárate, y por Rafael Bolado del Castillo. Me quedo corto si os digo que pienso que darán un giro de 360º en la arqueología regional (en serio), ya que presentarán nuevos hallazgos inéditos y sorprendentes. ¿Estaremos más cerca del Mons Vindius?, ¿Aparecerán nuevos campamentos romanos que den otro punto de vista al conflicto?. Ahí dejo eso. Por último y para concluir el congreso, el tercer día, se hará una salida de campo para visitar el oppidum de Monte Bernorio y el campamento romano/castro de La Loma, ambos en Palencia.
Os dejo con el programa del I Congreso, sin antes olvidar y recordar con cariño la ausencia del recientemente fallecido José Luis Casado Soto, quien iba a ser el encargado de abrir las jornadas en Gijón.
9:00 h Presentación y entrega de credenciales
10:00 - 10:45 h César Augusto y la incorporación del Norte de Hispania al Imperio Romano. (esta conferencia iba a ser impartida por el recientemente fallecido José Luis Casado)
10:45 - 11:30 h Los textos clásicos de las guerras a la luz de la Arqueología: mitos y realidades. José Luis Ramírez Sádaba, Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria
11:30 - 12:00 h Descanso
12:00 - 12:45 h Trazas de actividad militar: metodología crítica de la búsqueda. François Didierjean, Instituto Ausonius, UMR 5607 (CNRS/ Université Bordeaux-Montaigne)
12:45 - 13:30 h Guerra y sociedad en los pueblos celtas del norte de Hispania. Martín Almagro Gorbea, Catedrático de Prehistoria, Universidad Complutense de Madrid.
13:30 - 14:00 h Debate
14:00 - 16:00 h Descanso
16:00 - 16:45 h Contexto geopolítico de los pueblos ástures y cántabros. Ángel Villa Valdés, arqueólogo de la Consejería de Cultura de Asturias.
16:45 - 17:30 h Estrategia y logística de la conquista de la cornisa cantábrica, una operación previa a la campaña sobre la Gran Germania. Francisco Ramos Oliver, General de División. Francisco Jiménez Moyano, Teniente Coronel
17:30 - 18:00 h Descanso
18:30 - 19:15 h Las armas del enemigo. Militaria romana de metal en la guerra cantábrica de Augusto. Carmelo Fernández Ibáñez, Conservador del Museo Arqueológico de Palencia
19:15 - 20:00 h Debate
21:00 h Cena
9:00 - 9:45 h El asedio de La Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia) y otros escenarios del norte de Castilla. Eduardo Peralta Labrador, miembro correspondiente de la Academia de la Historia.
9:45 - 10:30 h El ataque a Monte Bernorio (Pomar de Valdivia, Palencia). Jesús Francisco Torres, Universidad Complutense de Madrid.
10:30 - 11:15 h La penetración del ejército romano por el interfluvio Pas-Besaya (Cantabria). Eduardo Peralta Labrador, miembro correspondiente de la Academia de la Historia.
11:15 - 11:45 h Descanso
11:45 - 12.30 h El eje de avance de la vía Carisa (Asturias). Jorge Camino Mayor, arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias.
12:30 - 12:55 h El campamento de El Cincho (Campoo de Yuso, Cantabria). Manuel García Alonso, profesor de Historia del IES de Cabezón de la Sal.
12:55 - 13:20 h Los campamentos de la Poza y la calzada de Peña Cutral revisitados. Juan José Cepeda Ocampo, UNED, C.A. Bergara (Guipúzcoa).
13:20 - 13:50 h Debate
14:00 - 16:00 h Descanso
16:00 - 16:25 h Las fortificaciones prerromanas y romanas del oppidum de Ornedo-Santa Marina (Valdeolea, Cantabria). Pedro Fernández Vega, Doctor en Arqueología. Rafael Bolado del Castillo, Lino Mantecón Callejo, Joaquín Callejo Gómez, arqueólogos.
16:25 - 16:50 h Proyecto IVGA. Conquista, articulación del territorio y explotación de recursos en el límite en el conventus Lucense y el de los Astures. Almudena Orejas, Javier Sánchez-Palencia, Alejandro Beltrán, investigadores del CSIC y José Antonio Ron, arqueólogo.
16:50 - 17:15 h Descanso
17:15 - 19:00 h Sección de carácter abierto destinada a presentar nuevos campamentos que aún no fueron objeto de investigación y cuyas características morfológicas, emplazamientos y contexto geográfico tengan acogida entre los modelos relacionados con las operaciones de la conquista. Se definirán los principales rasgos y atributos que permiten su incorporación preliminar a los escenarios de las Guerras.
19:15 - 19:45 h Debate
19:45 h Acto de clausura
21:15 h Cena
9:00 h Salida desde Gijón a Pomar de Valdivia
12:00 - 14:00 h Visita Monte Bernorio
14:30 - 16:00 h Almuerzo
16:00 h Salida a Santibáñez de la Peña
17:00 - 19:00 h Visita asedio de la Loma
19:00 h Retorno a Gijón
Amaya es uno de los baluartes de la antigua Cantabria, elevándose esplendorosa sobre la llanura burgalesa. Esta enorme atalaya (1377 metros de altitud) ha sido habitada desde la Prehistoria, alcanzando gran auge en cuanto a presencia humana se refiere a finales del siglo X a.C. Es a partir de este punto donde Amaya comienza a tener una importancia destacable, convirtiéndose en uno de los principales castros cántabros en la Edad del Hierro. La raíz del topónimo "Amaya" quiere decir "am(ma)" o "madre", implicando que su nombre Amaya o Amaia es referido a "ciudad madre", implicando que su nombre Amaya o Amaia es referido a “ciudad madre” o como se denominaría más adelante "capital". No se sabe a ciencia cierta si Amaya fue en esencia capital de los cántabros prerromanos, ya que ninguna fuente clásica así lo recoge. Además no se han obtenido evidencias arqueológicas que así lo reflejasen, teniendo mucho más peso (por ejemplo) los hallazgos de Celada Marlantes, La Ulaña o Monte Bernorio. La misma idea de "capitalidad" no parece muy acertada para unas gentes organizadas en clanes, habitantes de poblados elevados sobre montes interconectados visualmente. De todos modos apoyados en la toponimia y ese aire místico y legendario, muchos creen que si fue la antigua capital de los cántabros.
Este bastión estratégico que domina el acceso de la meseta a territorio cántabro fue conquistado por los romanos en el transcurso de las guerras cántabras (29-19 a.C.) quienes fundaron entonces la cuidad de Amaya Patricia. La cita más antigua de Amaya la encontramos en el Itinerario de Barro, serie de cuatro placas/tablillas con las vias romanas del noroeste peninsular que data del siglo III d.C.. En la placa número I del citado Itinerario se señala el recorrido de la Vía Legione VII Gemina ad Portum Blendium que, partiendo de Legio VII Gemina (León), tiene su final en Portus Blendium (Suances):
[VIA] L(EGIONE) VII GEMINA AD PORTVM
BLE(N)DIVM
RHAMA VII MIL(L)IAS
AMAIA XVIII
VILLEGIA V
LEGIO I[III] V
O[C]TA[V]IOLCA V
IVLIOBRIGA X
ARACILLVM V
PORTVS BLEN[DIVM]
[C(aius) LEP(idus) M(arci filius)] II. VIR
Otro de los datos que nos indican su importancia estratégica y militar es que el mismísimo Cesar Augusto tuvo instalado un campamento en las proximidades de Amaya. Poco más se supo en los III siglos posteriores hasta la llegada de los visigodos. Es a partir de aquí donde su nombre vuelve a sonar con fuerza. De todos modos ahora nos ocupa hablar de sus orígenes y su desarrollo en la época romana, habrá tiempo más delante de centrarnos en Amaya y su esplendor en la época visigoda – ducado de Cantabria.
El castro del Cuerno de Bezana, o Pico Nava, es una auténtica incógnita rodeada por un enorme parque eólico no exento de polémica en los últimos años. Independientemente de la destrucción del valor patrimonial de un enclave incluido en el Inventario Arqueológico de Burgos, la solicitud de ampliación del conocido como "Parque eólico de Montejo de Bricia" tuvo mucha controversia en el año 2016. Varios grupos como la Plataforma de defensa de los Valles del Sur de Cantabria denunciaron que tanto la ampliación del número de aerogeneradores como de la potencia generada por los mismos era perjudicial para las personas de las localidades adyacentes. Los expertos recomiendan la instalación de estos molinos a no menos de dos kilómetros de las viviendas más próximas dado que los habitantes cercanos pueden sufrir problemas como el conocido "síndrome de la turbina eólica". En este caso, tenemos turbinas a menos de 500 metros de áreas residenciales. Si el "daño" fuese solo arqueológico no hubiese estado ni tan mal.
Y con todo, en Cantabria pretendemos hacer algo similar en yacimientos que son Bienes de Interés Cultural y que afectan a escenarios clave de las Guerras Cántabras. Si si, como lo lees. La Consejería de Medio Ambiente (la de Cultura ni se habrá enterado, con la torrija de siempre) ha paralizado la ejecución de alguno de esos proyectos por no cumplir diferentes medidas o bien medioambientales o bien de seguridad. Destacan los parques eólicos que se ubicarán, si nadie lo remedia, entre el yacimiento de La Espina del Gallego y el campamento romano de Cildá (destrozándolos por supuesto) y el que afecta también al oppidum de Monte Ornedo, el castro más grande de nuestras fronteras. Verdaderamente desconozco las leyes sobre patrimonio que existen en la provincia de Burgos, pero si en Cantabria se instalasen esos parques eólicos estaríamos saltándonos a la torera la Ley de Patrimonio de Cantabria 11/1998.
Sea como fuere, para el Cuerno de Bezana es ya demasiado tarde. Un enclave realmente espectacular (paisajísticamente es increíble) dominando los valles del Sur de Cantabria. Un más que posible asentamiento prerromano que nunca ha sido investigado más allá de alguna que otra prospección visual donde se han detectado fragmentos de cerámica en superficie o citas en obras como "Los Cántabros antes de Roma" de Eduardo Peralta o en el "Catálogo de castros cántabros" de Miguel Ángel Fraile. Una aberración que, si nadie hace nada, volveremos a ver repetida en Cantabria en los próximos años.
El castro de Campo Ciudad (Cistierna - León) sigue siendo al día de hoy una autentica incógnita. Desde su descubrimiento el 23 de Marzo de 2012 poco o nada se sabe del mismo, ya que a parte del estudio visual y estructural sobre el terreno, no se ha llevado a cabo ningún tipo de prospección arqueológica hasta el momento. De hecho, hasta la puesta en escena del mismo ha sido un tema de controversia, ya que sus descubridores, los historiadores Siro Sanz y Eutimio Martino, ni siquiera fueron citados en la carta arqueológica del Servicio Territorial de Cultura. Todo esto basando dicha publicación en un estudio redactado por ellos mismos unos meses después de su descubrimiento..en fin.
El castro se esta ubicado en la cara sur del macizo de Peñacorada unos 1.481 metros de altitud y se encuentra rodeado por el Pico Corberto (1.679 m) al Norte, por Peñacorada (1.831 m) al Este y por el pico Valdelagua (1.551 m) al Oeste. Esta ubicación es conocida desde hace cientos de años, pudiendo observarse en las fuentes escritas citas directas sobre este lugar. La referencia más antigua se encuentra en un documento de 1182, donde Fernando II concede a la iglesia de Santo Tomas (Santiago de Compostela) el realengo de Quintana de la Peña. En dicho escrito se citan numerosos términos de Peñacorada, entre los que se distingue “Civitatem” - ciudad en latín. Otro claro ejemplo es un pleito entre el concejo Valle de las Casas y Almanza (año 1542), donde ya se hace referencia directa a Campo Ciudad en la forma actual.
El castro de El Perul (Villadiego, Burgos) es otro de los grandes recintos defensivos prácticamente desconocido. Se ha citado en muchas ocasiones como "castro cántabro" cuando se encuentra inmerso en territorio Turmogo, de modo que la primera afirmación no sería fehaciente. Teniendo en cuenta que nos encontramos territorialmente en una "zona fronteriza", y sin tener la certeza del área exacta que ocupaba cada una de las tribus que compartían espacio divisorio en estas tierras, no se podría afirmar de tal modo. Pero volviendo al yacimiento como tal, y una vez visitado, nos encontramos ante un recinto castreño espectacular. Eso si, nuevamente ocupado por un parque eólico tal y como ocurre en el castro del Pico Nava y como se pretende en La Espina del Gallego, el campamento romano de Cildá o el oppidum de Monte Ornedo, Bienes de Interés Cultural en Cantabria.
Es citado por Eduardo Peralta Labrador en su obra "Los Cántabros antes de Roma" (2000), circunstancia por la cual puede que haya sido confundido como cántabro por los lectores. Peralta Labrador lo deja claro, ya que lo incluye en el capítulo "El Territorio Cántabro: Frontera Meridional" e inequívocamente lo ubica en territorio Turmogo. Además en una zona (junto al río Odra) donde "conviven" fronterizamente hablando los cántabros, los vacceos y el citado pueblo de los turmogos. Habla también de la diferenciación existente entre los castros ubicados al Sureste de Amaya, en dirección a la zona de Ubierna, que nos trasladan de una sociedad más dedicada a la economía pastoril y que a medida que vamos "bajando" hacia los castros de llanura, a la una sociedad y economía basada principalmente en la agricultura y el cereal. No olvidemos que una de las ciudades turmoga por excelencia citada por Ptolomeo, Bravum, se ha ubicado históricamente a unos 25 kilómetros en línea recta desde El Perul, en la Nuez de Abajo. Afirmación refrendada por las ultimas investigaciones realizadas en el conocido como "Páramo Ciudad" de la citada localidad.
De lo que no cabe duda es de que estamos ante un yacimiento espectacular, totalmente abandonado a su suerte. Un pequeño panel "indicativo" (realmente dice poco o nada del enclave, pero al menos está) al final de la atalaya rocosa nos indica que estamos en un castro prerromano..y poco más. Cierto es que, dentro de lo malo, el parque eólico ha hecho que podamos acceder en coche hasta el mismo..pero nada al respecto de sus potentes murallas ni de investigaciones futuras (ni pasadas, ya que no existen). Curioso que nuestro futuro energético pase por destrozar o abandonar nuestro milenario pasado..una ventana abierta a lo que pasará en Cantabria si nadie (que no parece que haya mucho interés) lo pare a tiempo.
Cuando llegas al castro de Ahedo de Butrón, o Pico Casares como indica la toponimia, te das cuenta de que estás en un lugar especial por varios motivos. El primero de ellos es que se puede llegar perfectamente en coche desde el pueblo, sin la necesidad de un todoterreno. Cierto es que estuve en época electoral, circunstancia por la cual tal vez (y digo "tal vez") la pista estuviese recién arreglada: Ni un bache. Y segundo, estamos en un pequeño recinto castreño ubicado en un entorno realmente espectacular, con un dominio visual hacia el Norte/Noroeste cuya panorámica se queda corta en cualquier fotografía. Sencillamente impresionante. Podría convertirse perfectamente en un castro visitable sin necesidad de mucha infraestructura, ya que tanto el acceso como las vistas y el asentamiento que lo conforman hacen que sea un atractivo turístico/paisajístico y cultural de gran índole. Pero nuestros vecinos, al igual que nosotros en Cantabria, están centrados en cosas más importantes..demos gracias a que aún no lo hayan convertido en un parque eólico.
Las primera referencia documental del castro se realizó en el año 1984, concretamente en la carta Arqueológica de los partidos judiciales de Sedano y Villarcayo, redactada por aquel entonces por el recientemente fallecido Ramón Bohigas Roldán, Jacinto Campillo Cueva y José Angel Churruca García. Hace décadas ya se hacía referencia al potencial del citado castro, haciéndose hincapié en la imposibilidad de encontrar materiales (a parte de las estructuras de las que luego hablaremos) en superficie por la cubierta vegetal que cubre prácticamente su totalidad. Sería nuevamente referenciado en la archiconocida obra "Los cántabros antes de Roma" de Eduardo Peralta Labrador (2003), donde se destacaba nuevamente como enclave castreño adscribible a la Edad del Hierro al igual que en la publicación anterior.
Y a partir de aquí..más de lo mismo: Silencio administrativo y ninguna investigación en su interior. Un enclave potencial perfectamente visitable tanto en lo arqueológico como en lo paisajístico y cultural y que permanece en el olvido. Si tenéis la suerte de visitarlo, hacedlo a primera hora de la mañana donde muchos de los corzos que viven tranquilos en sus inmediaciones os acompañarán en el paseo.
El castro de Los Agudos se encuentra en la divisoria de los municipios de Bárcena de Pie de Concha y la Hermandad de Campoo de Suso. Ubicado en el pico que le da nombre, esta atalaya natural forma parte de un cordal montañoso de orientación norte-sur entre las cuencas de los ríos Saja y Besaya. Se cree que este paso pudo ser una excelente vía de comunicación entre la zona campurriana y los valles costeros hace siglos, ya que el tránsito por puntos con menos altitud sería mucho más inseguro e impracticable por la más que probable masa forestal. No olvidemos que hablamos de una época previa a la construcción de la calzada romana que comunicaba Portus Blendium con Iuliobriga, pudiendo ser este cordal y el de Palombera unos de los más utilizados por los antiguos cántabros según se cree.
Fue descubierto en el año 1995 por Eduardo Peralta, F. Fernandez y R. Ayllón en la conocida y prolífica (por el número de enclaves encontrados) campaña de prospecciones arqueológicas para la localización de emplazamientos de la Edad del Hierro en la vertiente costera de Cantabria (Peralta y Ocejo, 1996). A partir de este momento sería citado por varios autores, aunque desgraciadamente ninguno de ellos ha podido realizar hasta el día de hoy ningún tipo de actividad arqueológica en el mismo. En el año 2006 fue incluido por la arqueóloga Ángeles Valle Gómez en un informe sobre patrimonio arqueológico del municipio de Bárcena de Pie de Concha para la inclusión en las Normas Subsidiarias, y posteriormente anexionado al INVAC en el año 2007 por el arqueólogo Jose Angel Hierro Gárate. Desgraciadamente, aun realizándose todos estos esfuerzos, sigue sin tener declaración de Bien De Interés Cultural (BIC) quedando expuesto a cualquier plantación forestal, instalación de antenas de telefonía u otros factores que puedan ponerlo en riesgo.
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