
Definir el yacimiento de Salces (Campoo de Suso, Cantabria) es al día de hoy demasiado complicado, incluso para los entendidos. Fue descubierto por Miguel Ángel Fraile López en la década de los 80 y publicado por primera vez (por el mismo) en el año 1989. Por aquel entonces se dio a conocer como castro prerromano, aunque nadie pudo afirmar con rotundidad esta afirmación. En este sentido, varios factores entre los que destacan la localización de los hallazgos materiales, hacen pensar que no lo fue..aunque nunca se sabe. Interpretaciones más cercanas a nuestro tiempo (José Ángel Hierro Gárate, 2007) lo definen como un posible castellum romano, sobre todo basándose en las características principales de sus defensas: Terraplenes de tipo "agger", planta poligonal con las esquinas redondeadas y doble línea defensiva en la zona más "accesible" del recinto. Incluso hace referencia a un yacimiento similar, estructuralmente hablando, situado en la cima del monte Illuntzar (Nabarniz, Vizcaya) y con características muy parecidas a excepción de su tamaño. Ahora bien, ninguno de los pocos materiales hallados en el yacimiento de Salces relacionan la posible "estructura campamental" romana con un destacamento militar..¿Por qué tantas dudas e interpretaciones sobre un yacimiento con un potencial como este?. Pues por lo de casi siempre. Aun sabiendo que su localización, características y entorno son los idóneos para un estudio en detalle..no se ha excavado aún (y no sé si lo veremos algún dia).
El yacimiento de Salces ocupa la cima de un pequeño cerro de 941 metros sobre el nivel del mar situado al Suroeste de la localidad que le da nombre. Su parte más inaccesible, donde no existe estructura defensiva ninguna, se encuentra en la cara Norte del mismo. El resto del recinto se encuentra ubicado en una zona de suaves pendientes, llamando poderosamente la atención que al Sureste del mismo se encuentre el monte de La Guariza, en cuya cima existe un castro. Este es otro de los motivos por el cual gana peso la teoría de que pudiese ser un castellum romano que sirviese para el asedio a dicho castro. Por último, antes de centrarnos en su estructura, destacar que fue objeto de una revisión con motivo de los trabajos de actualización del INVAC en el año 2007.
Como se puede apreciar en la imagen satélite, se trata de un recinto triangular de aproximadamente 8.500 m2. En su cara Sureste, casualmente la más accesible, posee dos terraplenes defensivos paralelos de los cuales destaca el interior de algo de más 3 metros de anchura. Este terraplén se une en la cara Suroeste formando una esquina redondeada, tal y como explicábamos en los párrafos iniciales. La línea exterior está separada de este unos 5 metros aproximadamente, discurriendo en paralelo durante unos 90 metros donde el trazado interior gira bruscamente hacia el Noroeste. Siguiendo en esta dirección, ya en la estructura principal, nos encontramos con una zona con más presencia de piedra en su entorno, coincidiendo además con una abertura que ha sido interpretada como un acceso al recinto. Por último, siguiendo en dirección Noroeste nos volvemos a encontrar con una esquina redondeada hasta enlazar finalmente con el escarpado corte que inhabilita cualquier tipo de acceso en este sector.
Gracias a que no se ha realizado ningún tipo de labor agrícola o constructiva en el área que ocupa, el yacimiento se ha conservado en bastantes buenas condiciones. Todo salvo el área Sureste y Suroeste que se han visto afectados (no en gran medida) por la erosión y el paso del tiempo. Reseñar por último que en su interior existe un pequeño cráter que se ha atribuido a un posible pozo de tirador de la Guerra Civil.
Al no haberse llevado a cabo ninguna actuación arqueológica en profundidad, los restos hallados corresponden a los encontrados en superficie. Aún así, sorprende el gran abanico temporal que abarcan, dándonos a entender que el yacimiento de Salces podría ser un diamante en bruto arqueológicamente hablando. Fraile Lopez cita la recogida en superficie (en el interior del recinto) de tres pequeños fragmentos cerámicos de tipos diferentes:
Además, varias décadas después de este primer hallazgo y en el mismo sector (Sureste), se encuentra una pieza lítica que da mayor importancia si cabe al yacimiento. Se trata de una punta de flecha inacabada encontrada por José Ángel Hierro Gárate en el año 2007 dentro de los trabajos de revisión del INVAC. Esta realizada en cuarcita de color rosa (35 mm. x 20 mm.), y tiene evidencias de talla en todo su contorno a excepción de su base. Por último, dentro de los trabajos citados, se encontraron también restos de molinos de mano barquiformes.
Ahora viene cuando la matan. Si nos basásemos única y exclusivamente en los materiales hallados, podríamos remitir la cronología del yacimiento de Salces al Calcolítco (punta de fecha) o a la Edad del Bronce (cerámica y restos de molinos barquiformes)..Ahora bien, dichos materiales se encontraron fuera del recinto..luego no se puede afirmar con rotundidad que los materiales estén directamente relacionados con las estructuras encontradas.
Tambien podríamos pensar que en base a las características estructurales del posible campamento estamos frente a un castellum romano..pero no hay ninguna evidencia material. Esta teoría puede verse apoyada por la presencia del castro de la Guariza en sus proximidades, el cual pudo ser asediado desde aquí.
¿Conclusión?. Habría que estudiar más en detalle el yacimiento para poder afirmar a que periodo corresponde con certeza, el resto serán teorías más o menos acertadas.
Todos podemos disfrutar de la posible estructura campamental de Salces, ya que aún sin ser un yacimiento visitable (refiriéndonos a un arqueo-sitio como tal) podemos recorrerlo a píe. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.
El campamento romano de A Granda das Xarras es un yacimiento de montaña espectacular. Al igual que otros enclaves de similar tipología relacionados con el Bellum Cantabricum et Asturicum, se encuentra ubicado en lo alto de un paso estratégico. En este caso entre los valles de Ibias (vertiente asturiana) y el valle de Valouta (vertiente leonesa), en un llano con suaves pendientes con una cota máxima de 1.371 metros. El trazado que se domina desde el recinto defensivo ha sido históricamente lugar de paso obligado, quedando documentado desde al menos el siglo XVIII. Esta metodología constructiva, emplazando campamentos en lo alto de vías de comunicación, no es ni mucho menos única en el norte de Hispania. En Asturias tenemos ejemplos como el campamento de El Picu Curriel.los situado en lo alto de la vía romana de La Carisa (Camino et al., 2007b) o en Cantabria los campamentos de la Poza, estratégicamente posicionados al lado de la vía romana de Peña Cutral.
Toponímicamente, el nombre de A Granda das Xarras resulta cuanto menos peculiar y llamativo. El término "granda" se refiere a un espacio de monte bajo, mientras que la mención "xarras" (jarras), puede tener varias interpretaciones. Una de las más curiosas, y porque no válidas, nos habla de que este término puede referirse a posibles restos arqueológicos hallados en el pasado por gentes del lugar. No tendrían que ser necesariamente jarras o fragmentos cerámicos, tal vez sean otro tipo de restos que en base a una tradición oral y a una realidad material cotidiana (de campesinos) fuesen denominados así. No olvidemos que la presencia de jarras y restos cerámicos en abundancia no son elementos típicos de los campamentos militares de campaña (Peralta , 2002b: 51). Esta interpretación toponímica es interesante, pero ni mucho menos cerrada ya que deja demasiadas incógnitas al respecto.
El primer estudio sobre A Granda das Xarras fué publicado en el año 2011 por los arqueólogos David González Álvarez, Andrés Menéndez Blanco, Valentín Álvarez Martínez y Jesús Ignacio Jiménez Chaparro. Serían ellos mismos los encargados de notificar el hallazgo un año antes a la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Principado de Asturias, redactando además su correspondiente ficha en el inventario arqueológico regional. Su trabajo, titulado "Nuevas evidencias de la presencia militar romana en el extremo occidental de la Cordillera Cantábrica." marcó el camino para la consecución de la primera excavación arqueológica realizada en 2013. Sería en este caso un equipo del Instituto de Historia del CSIC dirigido por Javier Sánchez-Palencia y Almudena Orejas quien realizase los trabajos de campo tales como el desbroce de toda la superficie del recinto (cubierto por vegetación y monte bajo..vamos, como todos los yacimientos de Cantabria), una prospección sistemática del terreno, un pequeño sondeo y la topografía en detalle del recinto. A diferencia de lo ocurrido en otros campamentos "compartidos" administrativamente entre Asturias y León, como en del Pico L.lagüezos (donde solo Asturias participio financiando las intervenciones), ambos ayuntamientos donde se ubica apoyaron y colaboraron en la intervención. En verano de 2014 los trabajos continuaron, realizándose además trabajos de consolidación del yacimiento, señalización del mismo y limpieza de los materiales hallados.
No cabe duda que el estudio de A Granda das Xarras y del "castra minora" de A Recacha (que veremos en otra publicación) es una excelente noticia para el conocimiento del avance romano en el Norte de Hispania. En el caso del campamento romano que nos ocupa, del cual se cree que fue creado en pleno apogeo de las Guerras Cántabras entre los años 26-19 a.C., quedan aún muchos interrogantes que resolver. ¿Fue creado tan solo para controlar a la recién diezmada población o tuvo que ver más con el control en la extracción del oro de las minas cercanas?. ¿Qué castros pudieron ser asediados desde el mismo?. Esperemos que el tiempo y el apoyo administrativo logren despejar todas estas preguntas.
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