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Fotografía aérea de la parte superior del campamento romano Fuente: Lino Mantecón Callejo

El yacimiento arqueológico de Monte Ornedo es, sin lugar a duda, una de las grandes incógnitas del pasado de Cantabria y sus pobladores. Muy poco a poco van saliendo interesantísimos vestigios a la luz que hacen tambalearse la actual perspectiva de lo que conocemos hoy como Regio Cantabrorum. No es ni mucho menos una afirmación banal y sin argumento, ya que según parece muchos arqueólogos e historiadores (y yo mismo) creen firmemente que "tal vez" la antigua Iuliobriga citada por Plinio se encontrase a sus pies y no en Retortillo. Argumentos publicados como el edificio de Los Trigales, las termas de La Cueva, el yacimiento de Camesa Rebolledo o la cantidad de terminos Augustales del entorno así lo atestiguan. Y de los no publicados ya ni hablamos. Pero antes de introducirnos plenamente en estas teorías, conozcamos un poco más del yacimiento en sí. Se encuentra en el municipio de Valdeolea, dominando el gran valle de Campoo a unos 1.170 metros sobre el nivel del mar. De hecho, posee dos cimas denominadas "Santa Marina" y "Ornedo II" a una altitud de 1.174 y 1.167 metros sobre el nivel del mar.

La existencia del yacimiento está sobradamente documentada desde hace años, aunque no ha sido hasta la última década cuando los hallazgos han sido de gran relevancia. En el siglo XIX el historiador montañés A. de los Rios mantenía que en la cima del Monte Ornedo se localizaba el campamento de invierno de la conocidísima Legio IIII Macedonica, la cual tenía su campamento principal en la antigua Pisoraca (Herrera de Pisuerga). Posteriormente, el alemán Adolf Schulten verifico la presencia de estructuras defensivas castreñas, así como los restos de una cabaña circular, restos cerámicos y otros materiales. Por este motivo interpreto el yacimiento como un asentamiento castreño prerromano. A finales del siglo XX se produce una gran actividad arqueológica en la zona. En la década de los 60 los arqueólogos Miguel Ángel García Guinea, A. García y Bellido y Augusto Fernández de Aviles identificaron, al igual que Schulten, estructuras castreñas, además de restos de cerámica lista y pintada. Además, durante esta etapa, apareció un término augustal (concretamente en la localidad de Hormiguera) que marcaba el límite de los prata (prados/praderas) de la Legio III Macedonica y el agger de la ciudad romana de Juliobriga. La gran actividad arqueológica en esta década volvió a llevar en 1964 a Miguel Ángel García Guinea y Joaquín González Echegaray a la cumbre de “Santa Marina”. En este sector del yacimiento se encontraron gran parte de materiales arqueológicos de cronología medieval (siglos VII-XIII d.C), pero aun así siguieron apareciendo piezas de época romana. Concretamente un denario anónimo cuya acuñación data de los años 209-208 a.C y un fragmento de terra sigillata hispánica.

Debido al amplio abanico cronológico del Monte Ornedo, abarcando época prerromana, romana, medieval e incluso moderna (en la guerra civil fue reutilizado como punto estratégico de vital importancia), es complicada la interpretación de todos los materiales hallados desde un punto de vista arqueológico. De todos modos, las últimas campañas (que veremos a continuación) han vuelto a recuperar la importancia del yacimiento de un modo exponencial, aclarando muchos de los aspectos hasta ahora conocidos…y abriendo nuevas teorías que por mucho que parezcan descabelladas..a lo mejor son acertadas.

 

Esquema de las estructuras del oppidum de Monte Ornedo Durante el primer trimestre del año 2013 salen a la luz los resultados de las últimas campañas arqueológicas realizadas en el Monte Ornedo. En ellas se ha podido concretar que el castro levantando aquí tuvo una extensión aproximada de unas 19 hectáreas, constituyendo así el poblado fortificado de la etapa prerromana más extenso conocido en Cantabria. Las prospecciones realizadas han puesto al descubierto que en la falda de este monte pudo haberse desarrollado un enfrentamiento conocido en las Guerras Cántabras. Una teoría avalada por la gran cantidad de materiales bélicos allí encontrados: placas, restos metálicos atribuidos a las fíbulas que sujetaban los mantos, un remate de caballería de raigambre indígena, tachuelas de caligae (calzado de los soldados romanos) y un largo etc. Ya no solo es relevante por el gran número de hallazgos, sino también por su ubicación cercana a una de las puertas incendiadas del castro.

Otro de los hallazgos que abalan la teoría del enfrentamiento es la destrucción de la antigua muralla de piedra del gran poblado prerromano, la cual habría sido reutilizada para la creación de nuevas fortificaciones de campaña. Concretamente, habrían sido creadas por el ejército romano ya que la técnica utilizada en la misma es claramente romana: dobles fosos excavados en el terreno y contrafosos de tierra que se alzaban sobre el material extraído de los mismos. Estos terraplenes superaban los cuatro metros de altura desde la base, rematándose en todo lo alto con empalizadas. Independientemente de las teorías, la datación de carbono 14 ha permitido corroborar que se trata de fortificaciones del momento de las Guerras Cántabras.


Otras evidencias.

Caligae, calzado típico del ejército romano No solo en el área exterior del poblado fortificado se han encontrado evidencias, sino que en su interior también se han encontrado materiales de gran relevancia. Se han encontrado además un puñal con remaches de plata, un proyectil incendiario de catapulta, clavijas de las tiendas de campaña y decenas de tachuelas/claves de caligae. Todo apunta a que el castro cántabro fue tomado e incendiado por el ejército romano y que, sobre ese mismo lugar, establecieron un campamento de campaña. Debido a su gran situación estratégica se puedo establecer una guarnición más estabilizada durante un tiempo no determinado. Todo esto queda perfectamente “documentado” sobre el terrenos ya que a nivel de fortificación se muestran dos fases claramente diferenciadas: La primera de ellas la de la campaña temporal, donde las estructuras y muros estaban construidos con tierra, mientras que en la segunda (guarnición estabilizada) se observan claramente estructuras exteriores de piedra.

Término augustal del municipio de Valdeolea ¿Por qué no?. Nadie resta importancia, ni histórica ni arqueológica, al actual yacimiento ubicado en Retortillo (Campoo de En medio), pero hay diversas evidencias que a muchos arqueólogos e historiadores hacen pensar que la antigua ciudad romana pudo haberse ubicado a los pies delMonte Ornedo.

Nadie hasta hace pocos años había cuestionado con tanta fuerza la ubicación de la ciudad romana de Iuliobriga. Desde el siglo XVIII cuando el teólogo Augustino Enrique Florez la situó en las inmediaciones de Retortillo, o bien no se habían tenido otras teorías o bien no tenían tanta fuerza como para ser aceptadas como válidas. Pero hoy en día tenemos evidencias probadas de que existió un poblamiento prerromano (ocupado posteriormente por el ejército romano) de más de 19 hectáreas, en esencia las mismas que se cree que ocupaba la cuidad de Iuliobriga. Destacar en este aspecto que en la actual Juliobriga tan solo están excavadas 5 del total.

Otro de los aspectos que nos llevan a pensar que tal vez la antigua Iuliobriga esté ubicada en Valdeolea es la presencia de los conocidos como "términos augustales" (ver imagen). Estos términos establecen el límite entre los prata (prados/praderas) pertenecientes a la Legio IIII Macedonica para su aprovechamiento económico y el territorio perteneciente a Iuliobriga. Existen actualmente más de 18 de esos "términos augustales", de los cuales la gran mayoría se han encontrado en este municipio..¿no sería lógico pensar que estos términos estuviesen cercanos a la ciudad romana y no tan alejados como lo están de la actual Juliobriga?. Ciertamente es una distancia demasiado grande entre una "civitate" (en Retortillo) y los límites de la misma (en Hormiguera por ejemplo).

Por último, nos ceñiremos a los hallazgos y estructuras encontradas en ambos yacimientos. Repetimos, el valor arqueológico de Retortillo es en la actualidad de increíble valor. De hecho, no existe nada igual en Cantabria: abundante material cerámico, metálico, vidrio, inscripciones y un largo, larguísimo etc. Están también las estructuras de la “Casa de los Morillos” y “La Llanuca”, además del pequeño espacio público identificado como el foro…¿pero dónde están el resto de las edificaciones de carácter público de la cuidad?. Hablamos de la necrópolis, las termas, los espacios comerciales, etc, etc. Aquí hay dos opciones:

  • Como bien hemos comentado, se cree que el yacimiento de Juliobriga tiene una extensión total de 20 hectáreas de las cuales tan solo 5 están excavadas. Es más que probable que en esas 15 hectáreas (incluyendo el núcleo de Retortillo) estén todas estructuras que faltan por identificar. Si se identifican, se acabó el debate.
  • Otra de las opciones es que esas edificaciones que comentamos (termas, necrópolis, etc) sencillamente..no existan. En este caso el valor arqueológico de Juliobriga no se vería mermado..lo encontrado ahí está..pero pasaría a ser el yacimiento de Retortillo, sin más.

¿Qué se ha encontrado en el Monte Ornedo?. Por lo pronto en sus inmediaciones, además de las decenas de términos augustales está el yacimiento de Camesa Rebolledo, villa romana de gran relevancia, con su conjunto termal y necrópolis. Al igual que Juliobriga, se cree que el yacimiento está todavía “por descubrir”, quedando en la actualidad al aire libre tan solo una pequeña parte de su milenaria historia. Ahora bien, ¿Y si mañana se encontrase un “edificio público” romano en el Monte Ornedo?..¡Por eso nos gusta la historia!

Info

ARQUEOSITIO

CAMESA-REBOLLEDO

La visita es guiada y se realiza en grupos de 25 personas como máximo todo el año. Tiene una duración aproximada de 45 minutos. El Centro está adaptado para personas con movilidad reducida.

HORARIO

Cerrado el 1 y 6 de enero, el 24, 25 y 31 de diciembre.

Temporada baja: Del 15 de octubre al 15 de abril.

Cerrado de lunes a jueves y del 8 al 31 de enero.

Abierto todos los viernes de 9:30h a 15:30h (última visita 14:40h).

Sábados, domingos y festivos de 9:30h a 14:30h (última visita 13.40 h) y de 15:30h a 17:30h (última visita 16:40 h).

Abierto en Semana Santa, del 26 de marzo al 7 de abril.

Temporada alta:

Cerrado todos los lunes, excepto el 20 de mayo.

Abierto de martes a domingo de 9:30 h a 14:30h (última visita 13:40h) y de 15:30h a 19:30h (última visita 18:40h).

   

Imagenes

DESTACADOS

  • SAUNA DE ORNEDO

    Es significativo que una de nuestras publicaciones esté dedicada en exclusiva a un único sondeo..pero su interés tanto arqueológico como interpretativo bien lo merecen. Tanto su contextualización en el interior del oppidum de Monte Ornedo (Valdeolea, Cantabria) como el papel que pudo jugar en la vida cotidiana de sus antiguos moradores hacen de la estructura que vamos a detallar a continuación un hallazgo único e irrepetible hasta el momento en Cantabria. Lo que llamaríamos en la "prensa amarilla" una exclusiva con letras mayúsculas: Estamos hablando de la única sauna castreña encontrada y documentada en el territorio de los antiguos cántabros, un hallazgo sin precedentes en décadas y décadas de investigación en nuestra región y el norte de Castilla y León.

    Tanto su morfología, la disposición de sus estancias y sobre manera su funcionalidad la relacionan directamente con las saunas encontradas desde Portugal a Asturias, punto donde hasta el día de hoy parecía "cortarse" el flujo constructivo de las mismas. No olvidemos que todo el Noroeste hispánico posee una gran variedad de estructuras castreñas similares, pudiendo asemejarse incluso con las "burnt mounds" atlánticas o con los "fulachta fiadh" irlandeses si es que se confirma que estas últimas son estructuras de este tipo. Gracias a las dataciones radiocarbónicas de los materiales encontrados (que veremos más adelante) se puede enmarcar esta edificación en una avanzada II Edad del Hierro, concretamente entre el siglo II a.C. y el periodo de Las Guerras Cántabras, siendo este dato significativo por la importancia del oppidum de Monte Ornedo por aquel entonces ya no solo (según parece) como centro neurálgico, sino como referente respecto a las tradiciones o costumbres socioculturales de los cántabros.

    La puesta en valor de este increíble hallazgo ha sido llevada a cabo por los conocidos arqueólogos e investigadores Pedro Ángel Fernández Vega (antiguo director del MUPAC y director del proyecto), Lino Mantecón Callejo, Rafael Bolado del Castillo, y Joaquín Callejo Gómez, quienes tras formar parte del equipo de excavación del oppidum de Monte Ornedo durante años han conseguido interpretar y contextualizar esta auténtica maravilla. De todos modos, su descubrimiento es aún hoy una auténtica incógnita. La primera cita sobre el edificio la realizó Adolft Shulten en los planos de Santa Marina a principios de siglo XX, sin siquiera saber el uso o cometido del complejo. Entre los años 2009 y 2010, en la primera gran campaña sobre el oppidum, Pedro Ángel Fernández Vega decide excavar en este punto citado décadas atrás. Sería posteriormente, unos dos años después y tras la intervención in situ, cuando todo el equipo comienza a vislumbrar la importancia de su trabajo y hallazgo. Gracias al sorprendente análisis y minucioso estudio en la revista Nº65 de Munibe (Antropologia-Arkeologia), podemos entender un poco más sobre su cometido y características.

    Como se puede apreciar tan solo con esta pequeña introducción, estamos ante un hallazgo que por sí solo merece líneas y líneas de contenido. Algo tan revolucionario y único en nuestra región (arqueológicamente hablando) que deberá de reafirmar el trabajo continuado sobre uno de los yacimientos más prolíferos y con más potencial de toda Cantabria. ¿Será este el paso definitivo para una intervención arqueológica de grandes dimensiones tanto a nivel económico como socio-cultural?, ¿Estamos un poco más cerca de conocer el pasado indígena y romano de la zona? ¿Esta Juliobriga, que no Retortillo, cada vez más cerca?.

    Fuente: Aranzadi - Munibe