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Hachas de talón referenciadas en la publicación

El 3 de Noviembre de 1899, don Eduardo de la Pedraja notifica a la Real Academia de la Historia de Madrid una serie de hallazgos romanos de la Península de la Magdalena. Todos los materiales salvo uno procedían o bien de Santander o su entorno más próximo. El restante, un hacha de talón con una anilla, nada tiene que ver con la actual capital de Cantabria…y nadie ha hecho hincapié en ello. Ni siquiera han observado la más que dudosa similitud con otra hacha, el de Novales, del que no hay una descripción tan fehaciente de su hallazgo.

En 1916 doña Fermina Iglesias, natural del pueblo de Requejo en Campoo, vende al Museo Arqueológico Nacional un hacha de talón con una anilla por el precio de 15 pesetas. Los pocos datos que lo acompañan hacen referencia a que el hallazgo se produjo, de un modo aislado, en una mina de magnesita de esa localidad. Pero en Requejo nunca hubo una mina de magnesita, y nadie ha hecho hincapié en ello.;

Con estos dos párrafos anteriores se abren una serie de incógnitas que nos dan a entender en muchas ocasiones que las fuentes documentales de principios del siglo XX, lejos de ser estudiadas en detalle, se dieron por supuesto (luego lo entenderéis mejor). Y no solo en estos dos casos, sino en muchos de los aspectos fundamentales de la prehistoria e historia en el norte peninsular. Existen excepciones, que lejos de tener el reconocimiento que merecen de absolutamente todo el colectivo científico, han despertado envidias y descrédito por cuestionar muchos de las formulaciones establecidas. Por ejemplo, gracias a grupos como el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (CAEAP) hubo una revisión exhaustiva de todas las cuevas (con arte rupestre y sin él), además de encontrar centenares de nuevos yacimientos que cambiaron el conocimiento de la prehistoria en Cantabria más allá de las cuevas "con pinturas" (no he visto aún un reconocimiento público a Emilio Muñoz Fernández, salvo MILES de referencias bibliográficas). En el conocimiento de las Guerras Cántabras, gracias a historiadores como Eduardo Peralta Labrador (más que le pese a muchos), todo cambió a finales del siglo XX / principios del XXI en cuanto a la identificación, estudio e investigación de los enclaves que patearon y sobrevolaron como nadie. O de un modo más cercano, en el conocimiento del sistema viario del Imperio Romano en Hispania, donde Isaac Moreno Gallo nos demuestra que la impronta de esas vías sigue existiendo miles de años después, aunque no las veamos. Todos ellos cuestionaron lo ya establecido, se la jugaron en sus hipótesis, estudios y resultados y tras muchos sinsabores pudieron demostrarlo. Existen casos de "disrupción en la investigación histórica" en nuestra tierra, los cuales normalmente son perseguidos por aquellos teóricos con un título bajo el brazo que no suelen querer mirar más allá. "Juliobriga es Retortillo, punto. Así ha sido siempre" he oido decenas de ocasiones sin un argumento demoledor a su favor. Curiosamente, después de más un siglo de investigaciones en ese espectacular yacimiento, no hay siquiera consenso de que sea la ciudad romana que dice ser. En muchas ocasiones (la gran mayoría), es mejor no decir nada. Lo escrito en el pasado, o lo reafirmado por la UC y acólitos satelitales, es dogma..en muchos casos de fe. Pero salirte de la línea implica que no estás alineado.

Hoy escribo sobre hachas de talón de anillas de Cantabria (de 2 concretamente), teorizando sobre un posible origen más que erróneo de las mismas y creyendo encontrar un nexo sobre todas ellas. Con información que siempre ha estado ahí pero que era dogma (o poco interesante). Hace semanas, comencé un "artículo serio" al respecto que pudiese ser publicado en alguna de las revistas científicas de cabecera (Sautuola o Altamira por ejemplo), honestamente creo que para intentar ganarme la aprobación de parte de un sector al que no pertenezco. Pero la verdad, a medida que estuve buceando, pensé que me estaba equivocando: no lo necesito. Escribiré sobre estas hachas, sobre lo que considero erróneo y listo. Una información fácil, concisa y que todos entendamos. Del resto que se encarguen aquellos que entienden de verdad, los profesionales de la historia y la arqueología. Sobre todo, los que siempre quieren ir un paso más allá. El resto, que se queden dónde están. Son felices así, con el beneplácito del amo.

Bibliografía: "Hachas de Talón del Museo Arqueológico Nacional. Catalogo y estudio arqueometalúrgico" (2017). Eduardo Galá, Óscar García Vuelta e Ignacio Montero Ruiz.

"Cuadernos de Campoo Nro 33 - La minería en Campoo". Santiago Delgado Rodriguez - Julio Manuel De Luis Ruiz.

"La Fontoria, una historia de baños" – Vacarizu.es

"La minería del Hierro en el valle de Villaescusa" – Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico, Cultural y Natural del Valle de Villaescusa (Cantabria) 1999. J. Bacho, G.Cueto, S.Moreno, V.Moreno y G.Sanchez.

"Die Beile auf der Iberischen Halbinsel" (1977) Luis Monteagudo.

"Informe de los objetos hallados en distintos lugares de Cantabria" (1899). Real Academia de Historia. Biblioteca Virtual Miguel de Cervántes.

 

En primer término, el hacha de Peña Cabarga. A continuación, el de San Vitores

En el área de Peña Cabarga existen diferentes hallazgos aislados donde normalmente la ubicación exista de los mismos sigue siendo una incógnita. Uno de los más citados y referenciados es el conocido como hacha de Peña Cabarga. De origen desconocido (no se sabe realmente el lugar exacto de su aparición), formó parte de la colección de Eduardo de La Pedraja hasta su muerte, momento en que la colección sería adquirida por el MAS de Santander. Nos encontramos con una pieza pequeña, de unos 15,87 cm de longitud y un peso de 281,5 gramos. Posee tres nervios largos por ambas caras que se desarrollan hasta la mitad de la hoja. Posee una marcada pátina verde y diferentes huellas de corrosión. Su aspecto denota un mal proceso de fundición dado que muestra en superficie rechupes/depresiones (porosidad) y una visualización laminar. No obstante, estamos ante una pieza de muy bella factura.

En el mismo contexto de la sierra de Cabarga apareció el hacha de San Vitores. En este caso, nos encontramos con una pieza de dos anillas cuya pátina es de un mucho más intensa que la anterior. Sus dimensiones también son pequeñas, de unos 17,44 cm de longitud. Se puede apreciar perfectamente que estuvo fragmentada en dos partes, si bien es cierto que hoy en día se encuentra soldada.

Hasta este punto estas dos serían las más conocidas, que no quiere decir las únicas. Rebuscando en la información de finales del siglo XIX, principios del XX, se cita el hallazgo de una más. En este caso con todo tipo de información que ha estado esperando en un documento de 1899 hasta este desarrollo de este. En la noticia trasladada a la Real Academia de Historia de Madrid el 3 de Noviembre de la citada fecha por el propio Eduardo de La Pedraja, se hace eco de los objetos antiguos encontrados en Santander, incluyendo notas de los mismos y un dibujo para notificarlos con toda la información posible. El citado documento incluye 3 fragmentos de terra sigillata encontrados en la Península de la Magdalena, una punta de fecha de aletas en la localidad de San Román de la Llanilla (perteneciente a Santander), un pequeño fragmento de mosaico de la citada Península además de un hacha de bronce que se detalla con el siguiente texto:

Documento escrito por Eduardo de La Pedraja a la Real Academia de Historia

"Número 6. Hacha de Bronce encontrada por D. Constantino García Palacio el 23 de Septiembre de 1899 en Pámanes, en la cantera denominada El Suto. Dicha hacha, que pesa 595 gramos, estaba enterrada entre tierra y roca, a cosa de 3 a 3 y medio pies de profundidad de donde saltó al empuje de un barreno que el citado Palacio y otros dieron en la mencionada cantera."

En el último párrafo de la nota manuscrita se hace referencia a que los citados objetos forman ya parte de la colección de Eduardo de La Pedraja:

"Los indicados objetos, naturalmente forma parte de la colección de Eduardo de La Pedraja siendo de advertir que con los números 1,2,3 aparecieron también muchas conchas de ostras, y en una de ellas, dos monedas de cobre romanas, la una de Vespasiano y la otra de Adriano y otras (fiera de la citada concha) que por deterioradas no es fácil identificarlas."

Todos ellos, del número 1 al 6 aparecen perfectamente dibujados con todo lujo de detalles en la lámina final. El hacha de bronce nos transporta inequívocamente a un periodo (La Edad del Bronce) y a un lugar (el entorno de Peña Cabarga) que es conocido desde hace décadas por los investigadores. En los casos anteriores, el denominado hacha de Peña Cabarga y el de San Vitores, la ubicación de su hallazgo es totalmente desconocida. Pero en este caso existen varios factores determinantes:

Mina Mónica, en el entorno del promontorio de El Suto

  • Tenemos el topónimo del lugar de su hallazgo: El Suto.

  • Y tenemos, su peso y dimensiones. Fundamental.

Si viajamos digitalmente al entorno de Peña Cabarga, dominando el barrio de La Mazuga, nos encontramos un pequeño promontorio llamado El Suto. Las vistas desde el mismo, a unos 225 metros sobre el nivel del mar, dominan toda la vertiente Sur de la Sierra. Resulta además cuanto menos curioso la cercanía del hallazgo del Caldero de Cabárceno y del hacha de San Vitores. Si superponemos además uno de los mapas mineros de principios de siglo XX, nos encontramos además que la denominada cantera de "El Suto" era la anteriormente conocida como Mina Mónica. No cabe duda de que tanto la mina como el cerro de El Suto merecerán la atención a medio/largo plazo, ya que su ubicación, control visual del valle, morfología y cercanía con "puntos calientes" como los citados previamente o el castro de Castilnegro (por encima en la sierra) hacen de este enclave un posible punto a tener en cuenta. El peso de esta hacha también es importante: 595 gramos. Apuntad este número.

Pero….¿donde se encuentra?. Repasando el listado de hachas de talón de anillas del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (donde hay una exposición de todos ellos), solo existe uno similar: El de Novales.

Hacha de Novales junto al dibujo del hacha de El Suto

El hacha de Novales se encuentra actualmente expuesto en el MUPAC. Según reza la documentación, fue donado por Hermilio Alcalde del Rio al anteriormente conocido como Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Santander. Su longitud máxima es de 17,29cm y tiene un peso de 590,3 gramos. Posee una hermosa pátina verde oscura y su estado de conservación es muy bueno.

Es, cuanto menos curioso, que tanto las dimensiones como el peso de ambas hachas (el de El Suto como el de Novales) es practicamente el mismo. El peso del hacha de la documentación enviada por Eduardo de La Pedraja a la Real Academia de Historia es de 595 gr, mientras que la de Novales 590,3 gr. Una diferencia de menos de 5 gramos totalmente entendible si entendemos que se pesó hace más de un siglo. Respecto a sus dimensiones detalladas, si superponemos el dibujo de Eduardo de La Pedraja con el hacha de Novales, tanto las dimensiones del talón, como la distancia de anilla, como el filo..todo se ajusta. Absolutamente todo. Pero el hacha de El Suto (Peñacabarga) no está documentada en ningún sitio..¿Es el hacha de El Suto el hacha de Novales?. La verdad es que todo apunta que es probable. Y sino lo fuese, podríamos estar hablando de dos hachas que podrían haber salido del mismo molde.

Uno de los aspectos que puede hacer dudar en que no fuese la misma hacha es que el filo del dibujo aparece ligeramente mellado (al menos eso parece) a la izquierda de este. Esta circunstancia podría ser incluso determinante para poder reafirmar incluso que estamos ante el hacha de Novales, dado que el filo de este último está retocado recientemente, quien sabe si para igualarlo.

Estado actual de la Mina Fontoria, en Fresno del Río

Otra de las atribuciones dudosas en cuanto a su origen proviene del conocido como hacha de Requejo. Actualmente se encuentra depositado nada más y nada menos que en el Museo Arqueológico Nacional, dado que fue vendido al mismo en el año 1916 por Doña Fermina Iglesias. Como casi todos los hallazgos fortuitos, poco o nada se sabe de las circunstancias del mismo salvo el contexto gobal, el cual nos da un indicativo bastante clarificador. La documentación afirma que fue encontrado en una mina de magnesita en la localidad de Requejo, pero en dicha localidad nunca hubo una explotación con esas características.

La única mina de magnesita de las inmediaciones se encuentra en la cercana localidad de Fresno del Río, hoy denominada Mina Fontoria y que a finales del siglo XIX se conocida como Mina San José. Ya en época romana, en el asentamiento de Retortillo (al lado de Requejo), se descubrieron piezas de magnesita pulidas y con formas geométricas bien definidas. Se cree que su uso en aquel entonces se debió a la búsqueda de materiales ornamentales alternativos al mármol, dada la escasez del mismo en el entorno. Pero nunca se encontró una mina de magnesita en las inmediaciones. En el siglo XII se hace referencia al "Manantial Fontoria" en el entorno de Fresno del Rio, al cual se le atribuyen propiedades medicinales por su alto contenido en magnesio. La explotación de magnesita de un modo más industrial comenzó a finales del siglo XIX de la mano de José Zunzunegui quien pondría en marcha la mina con un capataz y veintidós operarios. La aventura de la primera mina San José (hoy mina Fontoria) alrededor de 1925, donde se encontraría ya abandonada.

La venta del hacha de Requejo coincide exactamente el periodo de mayor auge de la mina de magnesita de Fresno del Rio, con lo que todo apunta a que su origen es este y no Requejo. Es más que probable que quien fuese de Requejo (o las inmediaciones) fuese la propia Fermina Iglesias, o que la cercana mina fuese incluida en el entorno de la localidad que le da nombre. Del mismo modo, la aparición en el entorno de Fresno del Rio tiene mayor cabida dado que en su entorno más inmediato también aparecen yacimientos desde época Calcolítica (necrópolis de los Arvejales) hasta la Edad del Hierro (castro de Los Peños).


El hacha de Novales y el de Requejo/Fresno, primos o…¿hermanos?

Si nos detenemos a observar tanto las hachas de Novales (o de Suto, pendiente de confirmar) y el de Requejo (o de Fresno, pendiente de confirmar) encontramos muchas similitudes que llaman poderosamente la atención. En ambos tenemos la gran suerte de contar con gran parte de sus medidas detalladas y el peso, pudiendo compararles entre sí. Un dato de vital importancia es que entre ambas, no existe siquiera ni 1 cm de diferencia respecto a sus longitudes más relevantes, con una diferencia de tan solo 3,84 gramos en su peso…¿estamos hablando de hachas provenientes del mismo molde?. No olvidemos que una vez extraído del molde, los hachas tienen que ser perfeccionados (salen con impurezas) y pulidos para que veamos su estado actual.

La composición química de ambos podría ayudar en cuanto a su origen, si bien es cierto que no tendría porque ser igual. Por todos es sabido que en la Edad de Los Metales muchas veces existían herramientas reutilizadas (refundidas), con lo que no tendrían porque tener minerales similares al 100% o su composición podría variar notablemente.

Del mismo modo, habría que hacer una nueva comparativa si el hacha de El Suto (Peñacabarga) fuese un ejemplar diferente al de Novales ya que tendríamos no solo dos sino tres hachas similares en cuanto a tamaño y peso.


Conclusiones finales

Tres hachas (o dos) cuya similitud morfológica y de las circunstancias de su aparición (todas en minas) que nos llevan a pensar que:

  • No se ha ahondado en las fuentes de finales del siglo XIX / principios del XX. En Cantabria existen tanto hachas conocidas como "no conocidas" (en manos de particulares) que podrían aclarar de un modo más fehaciente el pasado protohistórico de sus entornos. Del mismo modo, existen evidencias más que notables para reasignar el origen de las mismas y para estudiar su entorno. El Suto es una de las pruebas evidentes más palpables.

  • El pasado de los mismas, adscrito cronológicamente entre el II-I milenio a.C. hasta el Bronce Final, apenas ha sido estudiado en Cantabria. Los diferentes hachas de talón de una sola anilla, cuyo origen parece provenir de áreas atlánticas y donde están que documentados los prototipos británicos y bretones, necesita un análisis mucho más detallado. Ayudaría mucho en su contextualización saber su composición y origen mineral, ampliaría el espectro de comercialización de los antiguos cántabros.

  • La idea de un posible depósito votivo o ritual de los mismos tiene que ser evaluada. Evidentemente la aparición de muchos de ellos concentrados en diferentes depósitos puede ser interpretada de dicha manera, tal vez ofrecidas en las entrañas de la tierra a alguna deidad céltica o similar. Pero el contexto de la minera y de la aparición individualizada de las mismas en Cantabria nos tendría que llevar a buscar nuevas hipótesis o circunstancias de su aparición, no ha dar por sentado que son rituales de por sí.

VISITAS

Todos podemos disfrutar de las hachas de talón de una anilla en la exposición del MUPAC en el Mercado del Este (Santander) en el caso de la de Peñacabarga y la de Novales y en el MAN - Museo Arqueológico Nacional la de Requejo

Info

   

DESTACADOS

  • ESTELAS DE LOMBERA

    Las estelas de Lombera (Los Corrales de Buelna, Cantabria) podrían ser consideradas por muchos las "hermanas pequeñas" de las estelas discoideas en Cantabria. Y no por sus grandes dimensiones, en muchos casos equiparable a las estelas de Barros o a la estela de Zurita, sino porque sus representaciones pueden ser consideradas (erróneamente) inferiores en cuanto a contenido poco figurativo o incluso a ser más común que las citada anteriormente. Independientemente de esto, nos encontramos nuevamente ante una serie de elementos iconográficos que marcaron un antes y un después en la arqueología e historia de Cantabria.

    Estamos ante un conjunto de 3 estelas muy característico, con una apariencia que en el caso de la estela de Lombera I y II podría parecer muy similar, pero a la que diferencian una serie de matices que veremos a continuación. Sobre la estela de Lombera III ("La Esteluca" como también se la conoce) poco se puede aportar, ya que hablamos de un pequeño fragmento central hallado en el año 1995 formando parte de un cierre ganadero. Paradójicamente, su aspecto poco tiene que ver con sus "hermanas", más bien tiene cierto parecido con la estela de Barros I. Se puede observar en su anverso cuatro crecientes lunares rematadas en círculo, incluso en la parte inferior derecha se atisba lo que parece otro gran circulo que rodearía el conjunto. Entre los brazos se aprecia la existencia de triángulos equiláteros, claro elemento diferenciador respecto a la de Barros I que posee círculos. Llama poderosamente la atención que el reverso del fragmento es totalmente liso, característica que también la hace especial por ser la primera de este conjunto y el de Barros que no posee anverso definido. Los investigadores, basándose en esta pieza, creen que pudo haber tenido un diámetro de unos 1,30 metros y 0,15 de grosor.

    A continuación nos centraremos en las más monumentales del conjunto. Tanto su tamaño como las representaciones que albergan nos vuelven a transportar (al menos en esencia) a la Cantabria más milenaria. De todos modos, al igual que con el resto de las estelas discoideas, no se sabe con certeza su cronología. Históricamente se ha asignado una adscripción basada en sus motivos figurativos y/o representaciones, muy amplia eso sí. La gran mayoría de investigadores hablan de fechas comprendidas entre el siglo I a.C hasta el siglo I-III d.C sin llegar a concretar, afirmándose incluso (los que menos) son de época medieval. Lo que está claro sin lugar a dudas es que nos encontramos ante unos elementos que han sido, son y serán, estandarte de la cultura en Cantabria.

    Bibliografía: "Cántabros, origen de un pueblo". (Edita ADIC y Los cántabros). Autores: Angel Ocejo, Rafael Bolado del Castillo, Enrique Gutiérrez Cuenca, José Angel Hierro Gárate y Juan Carlos Cabria Gutiérrez.
    "Los Cántabros - Desde los orígenes a las Guerras Cántabras". Autores: Rafael Palacio Ramos, Narciso Herreros Cleret de Langavant y Rafael Guerrero Elecalde.


  • TERMINOS AUGUSTALES

    Una vez finalizado el conflicto del Bellum Cantabricum et Asturicum, era momento de sentar las bases territoriales y comenzar a dotar al antiguo territorio de los cántabros de diferentes infraestructuras: Vías de comunicación, señalización y en definitiva, organización para mantener y potenciar su naciente núcleo administrativo: Juliobriga. Y claro, justo después de las Guerras Cántabras, quien mejor para poder realizar esta tarea que la Legio IIII Macedónica, llegados en los últimos años de la contienda para dar carpetazo a este "incomodo conflicto". Básicamente porque, a diferencia de lo que muchos piensan, las legiones eran la clave en las batallas, pero tal vez aún más a la hora de comenzar a construir las calzadas romanas y las citadas infraestructuras. Y claro, tener a tu disposición para tal cometido cerca de 5.000 hombres pues es de agradecer.

    Pero eso sí, el orden territorial tenia que estar perfectamente establecido para lo civil y para lo militar. Siguen existiendo dudas y más dudas sobre la base en la cual se asentó esta Legión: Históricamente se habla de Pisoraca (¿Herrera de Pisuerga?) por la gran cantidad de hallazgos que se han producido en sus inmediaciones. Además, esta teoría siempre ha sido sustentada por los términos de los que hoy hablamos. La "triangulación" entre los términos augustales encontrados tanto en el Sur de Cantabria (Valdeolea y Valdeprado del Río principalmente) como en la romana "Sesigamo" (Sasamón, Burgos) nos llevan a la zona de Herrera de Pisuerga. Pero al igual que con Juliobriga, se tienen serias dudas de que la ubicación de Pisoraca sea la citada localidad Palentina. Pero…¿Qué son los términos augustales?

    Los términos augustales son unos hitos o mojones de piedra cuyo campo epigráfico hace referencia a los límites entre las praderas de las que dispuso (en este caso) la Legio IIII Macedónica y el territorio adyacente a la ciudad de Juliobriga. Es decir, una especie de "frontera" entre las praderas de la legión y los campos propios de la urbe. Anteriormente hemos citado municipios que están muy lejos de la actual Juliobriga (Retortillo), ¿entonces?. La respuesta es sencilla: La actual Juliobriga tiene todas las papeletas para no ser lo que dicen que es. Y en este caso, los términos augustales encierran prácticamente a la perfección una sección de Cantabria en la que justo en el medio de este círculo imaginario se encuentra…Camesa Rebolledo. La aparición de milarios, aras funerarias, monedas, el oppidum del Monte Ornedo por encima de esta urbe, el edificio termal de La Cueva, el más que posible edificio público (foro o plaza) que hace décadas fue interpretado probablemente de un modo erróneo (como un "barracón")..todo hace pensar que Camesa Rebolledo sea la Juliobriga de verdad.

    Pero, como casi siempre, hay miedo al fracaso y al ridículo institucional. Y ya no solo hablamos de ego, sino al desastre de haber invertido miles y miles de € públicos en el lugar erróneo. ¡Ojo!. Totalmente de acuerdo: A día de hoy no hay nada certificado al 100% de que el yacimiento de Camesa Rebolledo sea Juliobriga, pero ocurre lo mismo con Retortillo.

    Veamos a continuación el "circulo imaginario" que trazan estos términos augustales en torno a Camesa Rebolledo, lo que significan, y en que circunstancias fueron encontrados parte de ellos. ¿No sería más fácil que cercasen Juliobriga en vez de hacer un círculo imaginario totalmente alejado de Retortillo?. Pues eso…¡Por esto nos gusta la arqueología!

    Bibliografía: "Un nuevo término augustal del ager Iuliobrigensium*” - Pedro Ángel Fernández Vega, Rafael Bolado del Castillo, Joaquín Callejo Gómez, Lino Mantecón Callejo (2012)

  • ARA A JUPITER

    El ara a Júpiter de Monte Cildá es otra de esas piezas epigráficas fundamentales en la historia de Cantabria. No solamente por el valor que posee como tal sino por compartir espacio en el Museo de Prehistoria y Arqueológica de Cantabria con otras piezas espectaculares como el ara a Cabueniaegino o la estela de Valerio Cuadrato. Todas ellas encontradas en el yacimiento de Monte Cildá. Si vas a visitarlas, no dejarán de ser "piedras con letras en latín" dado que en ninguna de ellas encontrarás ni su transcripción ni su traducción..eso es divulgar. Lo demás lo habrán dejado para la siguiente legislatura (texto fijo que me vale para las siguientes décadas), una pena dado que nos encontramos ante un yacimiento – Monte Cildá – que es parte fundamental para conocer el pasado romano del antiguo territorio de los cántabros.

    Fue encontrada por Romualdo Moro en la campaña de excavaciones que, a petición del II Marqués de Comillas, realizó en el año 1891 tanto en el yacimiento de Monte Cildá como en el de Monte Bernorio. Concretamente apareció en el derrumbe de muralla del primero de los enclaves, al igual que gran parte del resto de epígrafes citados en el párrafo anterior. Ese mismo año, Fidel Fita la estudiaría e incluiría en su obra "Inscripciones Cantábricas".

    No cabe duda que Monte Cildá es el yacimiento por excelencia para conocer la epigrafía romana (y por lo tanto a los "actores" de la vida cotidiana) de la Cantabria antigua. Todo nos llevan a pensar que estamos ante un núcleo poblacional de relevancia en una zona de paso fundamental entre el corredor de la meseta hasta Portus Blendium. Y con todo, en nuestros días, un yacimiento que se encuentra dentro de la Lista Roja de Patrimonio por su estado de abandono (y expolio).

    Bibliografía:"Excavaciones en Monte Cildá (Olleros de Pisuerga, Palencia). Campañas 1963-1965". Miguel Ángel García Guinea y Joaquín González Echegaray.

  • ESTELA DE LURIEZO

    Uno de los hallazgos materiales más espectaculares de la comarca de Liébana es la conocida como estela de Luriezo. Cierto es que, en los últimos años, el descubrimiento de diferentes castros (Lerones, Llan de la Peña, Los Cantones, etc) e incluso estructuras campamentales romanas como el recientemente conocido castellum de Vistrió (que a buen seguro dará mucho que hablar), nos acercan a un poblamiento protohistórico cada vez más extenso en la zona. Incluso nos lleva a pensar que tal vez estemos más cerca del milenario Mons Vindius..pero hasta entonces las evidencias materiales (que no estructurales) son escasas, lo que hacen de esta estela discoidea un elemento único.

    La estela fue dada a conocer por el historiador y epigrafista don Eduardo Jusué (1846-1922), quien a principios del siglo XX escribiría lo siguiente en el Boletín de la Real Academia de la Historia (1905):

    "En el pueblo de Luriezo, situado en Liébana, provincia de Santander, a unos 9 km. hacia el SE. de la villa de Potes, existe una lápida, de la cual me dio noticia el cura párroco D. Juan de la Madriz (q. e. p. d.). Procuré adquirir una copia de la inscripción antes de decidirme a emprender la subida por ásperos caminos a la falda de Peña Sagra donde apareció la lápida. Aunque algo confusa la copia, me convencí al leerla de que no era la lápida, como se creía, una losa sepulcral de algún monje o abad, sino un monumento romano, bien extraño.."

    Bibliografía: "Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo 47 (1905), pp. 304-308"
    Agradecimientos: Lino Mantecón Callejo.

  • ESTELA DE ZURITA

    La estela de Zurita de Piélagos forma parte de la iconografía cántabra por derecho propio. Fue encontrada en la localidad que le da nombre, concretamente en un pequeño alto que hoy en día ha sido parcialmente "cortado" para construir la autovía entre la localidad de Solares y Torrelavega. Es más que probable que fuese concebida para ocupar un gran espacio abierto donde poder observar con claridad sus dos caras, las cuales destacan tanto por su tamaño como por la monumentalidad de su contenido. No posee ningún tipo de texto ni explicación sobre sus motivos, ya que se cree que las escenas de ambas caras (sobre las que hablaremos a continuación) eran lo suficientemente legibles y entendibles por todos aquellas personas coetáneas a su época como para agregar cita alguna. A parte de las diferentes hipótesis y teorías sobre su construcción, datación y posible adscripción, poco o nada se sabe sobre ella. De hecho, mucha gente se atreve a aventurar con bastante criterio que el enclave donde fue hallada no es siquiera su ubicación original, ya que Pielagos no es una zona donde se hayan encontrado iconos similares ni poblamientos prerromanos de importancia a diferencia de otras localizaciones en Cantabria.

    Respecto a su cronología, muchos autores afirman que fue erigida en época romana o posterior. Está bastante claro que los motivos, escenificación y elementos plasmados en la estela de Zurita están basados en creencias (como veremos a continuación) meramente indígenas, propias de la Edad del Hierro. Aún así, la tipología, monumentalidad y el paralelismo con otras estelas burgalesas (estas sí con inscripciones latinas como por ejemplo la de Lara de Los Infantes) llevan a pensar que son posteriores. De hecho, se cree que pudieron erigirse para honrar la temática bélica y heroísmo de los antiguos guerreros de nuestra tierra, ya que como queda plasmado en las fuentes epigráficas y clásicas (Estrabón por ejemplo) muchos cántabros tuvieron importante presencia militar entre las tropas romanas, incluso en los confines del Imperio.

    Retomando la estela como tal, no sabemos muy bien si ambas caras tenían la misma importancia o no para sus creadores, aunque a modo de guía tomaremos como la "principal" aquella que presenta más elementos, es decir, la que alberga la talla de un caballo, buitres (en plural) y guerreros. En publicaciones posteriores (las estelas de Barros) entraremos más en detalle sobre el elemento de la cara "secundaria", uno de los más comunes en el mundo prerromano: El símbolo solar o celeste.

    Bibliografía: Cántabros, origen de un pueblo. (Edita ADIC y Los cántabros). Autores: Angel Ocejo, Rafael Bolado del Castillo, Enrique Gutiérrez Cuenca, José Angel Hierro Gárate y Juan Carlos Cabria Gutiérrez.

  • ESTELA DE SAN VICENTE

    La estela de San Vicente de Toranzo es, sin lugar a duda, uno de los mejores exponentes arqueológicos de nuestra región en cuanto a estelas discoideas se refiere. Su hallazgo se produjo en el año 1988 y fue donada posteriormente al Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria – MUPAC por Aníbal González de Riancho y Javier González de Riancho. La tradición popular, y al parecer diferentes fuentes que no sabemos muy bien de donde se alimentan, sitúan su hallazgo a los pies del castro de La Espina del Gallego, pero se desconoce aún hoy su ubicación real en el momento de su aparición.

    A nuestros días ha llegado el fragmento central de lo que debió ser una estela de dimensiones mucho mayores. Por una de las caras que llamaremos a modo de guía "principal" se puede observar un personaje a lomos de un caballo (con bridas, al igual que en la estela de Zurita de Piélagos) en lo que parece ser el comienzo de un salto o cabriola. El jinete en cuestión es cuanto menos llamativo, ya que está completamente desnudo, es imberbe, de cabeza redondeada sin pelo y porta en ambas manos unos objetos alargados que posteriormente analizaremos. Destacan en su fisonomía, además de los aspectos anteriores, la magnitud desproporcionada de su mano derecha y la potencia de su tren superior (los hombros en este caso). Toda la escena es rodeada por un anillo en relieve que por sus detalles o hendiduras puede recordar a los torques de tipo celtibérico o a una soga.

    La otra cara, que denominaremos "secundaria" por tener menos elementos, presenta el conocido símbolo de la rueda rallada en su variante de esvástica. Morfológicamente es similar a las de las conocidas estelas de Lombera, aunque con la diferencia destacable de que posee 6 puntas en vez de 5 como sus vecinas del valle de Buelna. Está rodeada por varios anillos concéntricos, destacando el más externo que presenta un diseño "dentellado" en forma de triángulos, tan vez queriendo emular los rallos del sol.

    Respecto a la cronología de la estela se cree que puede estar adscrita a la época romana en Cantabria, concretamente hacia el siglo I d.C. No sorprende esta afirmación ya que, como vimos en estelas como la de Zurita, se cree que los moradores de la antigua Cantabria (cántabros y romanos) mantuvieron sus costumbres y creencias religiosas incluso durante la ocupación del Imperio romano.

    Bibliografía: Cántabros, origen de un pueblo. (Edita ADIC y Los cántabros). Autores: Angel Ocejo, Rafael Bolado del Castillo, Enrique Gutiérrez Cuenca, José Angel Hierro Gárate y Juan Carlos Cabria Gutiérrez.

  • TESERA DE HERRERA DE PISUERGA

    La tésera de Herrera de Pisuerga es, sin lugar a dudas, otro de los grandes iconos de la arqueología relacionada con las fronteras de Regio Cantabrorum. Y eso teniendo en cuenta que ninguno de los pópuli citados en su interior tiene nada que ver con los que hoy conocemos de los antiguos cántabros a ciencia cierta, ni siquiera se encontró en un contexto claro que pudiese resolver su origen e interpretación. Sería un obrero realizando un desmonte para futura cimentación de la fábrica de lácteos "Granja La Luz" quien, en febrero del año 1965, realizase este sorprendente hallazgo. No apareció nada a su alrededor, lo que llevó a pensar que su deposito (a unos 1,80 metros de profundidad) fuese fruto del arrastre natural de las tierras más altas hacia la cuenca del río.

    El arqueólogo e historiador Antonio García y Bellido fue el precursor en el conocimiento y estudio de la pieza. En ese mismo año (1965) tuvo incluso la suerte de conocer personalmente al obrero que la encontró, obteniendo información relevante sobre todos los detalles relacionados. Eugenio Fontaneda, primer dueño conocido de la tésera, la guardo en el "Museo Fontaneda" de Ampudia de Campos durante años, encontrándose actualmente expuesta en el Museo Arqueológico de Palencia.

    Como se puede apreciar en la imagen, estamos ante una pieza zoomorfa de unos 12,3 cm de longitud por unos 8,5 cm de alto cuyo grosos no supera un milímetro. La representación de estas téseras en forma de jabalí es algo bastante "habitual". Tenemos ejemplos en Uxama (Soria), en Viana (Navarra) y ya en territorio de los antiguos cántabros, en el oppidum de Monte Bernorio. A diferencia de las citadas, la de Herrera de Pisuerga sobresale por su gran estado de conservación (tan solo falta una pequeña parte del rabo) y por la cantidad de información que contiene en ambas caras. Posee dos pequeños orificios de unos 3 milímetros de diámetro que sirven de soporte para colgarla o sujetarla. Respecto a su fundición, presenta algunas burbujas dispersas aunque su factura es excelente. Su creador puso un especial cuidado en el grabado de los ojos, pezuñas y el pelaje del lomo. Todo el conjunto ha llegado a nuestros días recubierto de una hermosa pátina verde oscura, con la salvedad de pequeñas concreciones y óxidos que han afectado a según qué partes del texto en ambas caras.

    Ambas caras poseen inscripciones en latín, identificándose en su anverso (conocido como "A") la siguiente:

    SEX(to) POMPEIO SEX(to) APPVLEIO CO(n)S(ulibus)

    K(alendis) AVGVSTIS

    CARAEGIVS ET ABVANVS ET CAELIO MAG(istratus) ET

    SENATVS MAGGAVIENSES AMPARAMVM

    NEMAIECANVM CVSABVRENSIM

    CIVITATE HONORARIA DONATA (liberos) LIBERTOS

    POSTEROSQVE ITA VOTA OMNIA El FECERVNT

    FINIBVS MAGGAV(i)ENSIVM QVAE

    CIVI MAGGAVIENSI(u)

    Cuya traducción es la siguiente:

    "Siendo cónsules Sexto Pompeyo y Sexto Apuleyo, en las Kalendas de Agosto, los magistrados Caraegio y Abuano y Caelio y el Senado Maggaviense, concedida la ciudadanía honoraria a Amparamo Nemaiecano Cusaburense, hijos, libertos y descendientes, le otorgaron todas las prerrogativas en territorio Maggaviense en iguales condiciones que los ciudadanos Maggavienses"

    Por el reverso (conocido como "cara B", la que aparece en la imagen) nos encontramos con el siguiente texto:

    SEX(to) POMPEIO SEX(to) APPVLEIO

    CON(sulibus) AMPARAMVS NEMAIOQ(um)

    [CV]SABVRENSIS HOSPITIVM . FECIT CVM

    CIVITATE MAGGAV(i)ENSIVM . SIBI, LIBERIS, LIBER

    [T]ISQVE POSTERISQVE SVIS EVNQUE LIBEROS

    LIBERTOS POSTEROSQ(ue) EIVS OMNIS MAGGAVES

    ES IN HOSPITIVM, FIDEM CLIENTELAMQVE SVAM

    SVORVMQVI RECEPERT(un) EADEMQ(ue) CONDICIONE

    ESSET QVA CIVI(s) . PER MAG(istratus) CAELIONE(m)

    ET CARAEGIVM ET ABVRNVM

    ACTVM

    Cuya traducción es la siguiente:

    "Siendo cónsules Sexto Pompeyo y Sexto Apuleyo, Amparamo de los Nemaiocos Cusaburense hizo pacto de hospitalidad con la ciudad de los Maggavieneses por si, sus hijos, libertos y descendientes y acogieron en hospicio, fe, clientela y la de los suyos a sus hijos, libertos y descendientes y a todos los Maggavienses, y que estuvieran en las mismas condiciones que los ciudadanos. Se sancionó por medio de los magistrados Caelio y Caraegio y Aburno."

    Inicialmente, García y Bellido asoció a los citados "cusaburenses" con la ciudad de Consabura, la actual Consuegra en la provincia de Toledo. Esta hipótesis, aceptada en un principio como válida, comenzó a perder fuerza décadas después. María Lourdes Albertos Firmat (por ejemplo) en su estudio sobre la onomástica de la región septentrional, apuntó que la mención a los "cusaburenses" no tiene que ver con la actual Consuegra, ya que todos los topónimos y nombres asociados a la tésera tienen claro origen cántabro, pudiendo existir pueblos repartidos por toda la Península Ibérica con igual nombre..exactamente lo mismo que ocurre en nuestros días. Esta hipótesis se refuerza cuando vemos que nombres como Amparamo aparecen documentados en tan solo 3 ocasiones en toda Hispania, siempre asociados a estélas cántabras en León (Liegos, Crémenes y Valtimartino). Del mismo modo, Aburno es citado también en dos estelas de la misma provincia, esta vez en Valdoré y Crémenes, incluso Caelio es común en Asturias, León o incluso Navarra. Basándose este tipo de análisis, la teoría de que estamos ante una tésera de origen cántabro, aun habiendo sido encontrada en territorio túrmogo, no sería descartable.

    Ahora bien, si estamos ante una pieza relacionada con el territorio de los antiguos cántabros…¿Cuál es la ciudad de Maggave?. Aquí las opiniones son mucho más discordantes. Alberto Firmat apunta a que puede tratarse de la actual Mave (Olleros de Pisuerga, Palencia), ubicación del gran oppidum de Cildá. Se basa principalmente en la toponimia y la evolución de la misma, además de la cercanía de Herrera de Pisuerga, lugar del hallazgo. Sobre la ciudad de Consabura, se ubica en la actual Consuegra (Toledo). En contraposición, existen autores que no ubican Maggave en Cildá. Fontaneda y Hernández, por ejemplo, mantienen que se puede localizar en Paredes de Nava (Palencia) (Fontaneda-Hernández, 1996,115).

    De lo que no cabe duda es de su cronología, ya que su contenido es clarificador al respecto. Estamos ante un documento fechado por los cónsules en el año 14 d.C., es decir 32 años después de la conquista final de Cantabria. Es más que llamativo que estemos ante una tésera de hospitalidad (símbolo claramente indígena) escrita en latín, lo que nos da a entender el alto grado de "romanización" impuesto en la zona pocos años después del conflicto por excelencia en el norte Peninsular. Todo ello hace de la tésera de Herrera de Pisuerga una pieza de incalculable valor, digno de estar entre las piezas destacadas de Regio Cantabrorum.

    Bibliografía: "Los Cántabros antes de Roma" - Real Academia de Historia. Autor: Eduardo Peralta Labrador.

    "Tessera hospitalis del año 14 de la era hallada en Herrera de Pisuerga" Boletín de la Real Academia de la Historia 159, 1966, 149-166. Autor: Antonio García y Bellido.