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Castro de los Peños desde el conjunto de Los Arvejales

El castro de Los Peños se sitúa entre las localidades de Fontecha y Fresno del Río (Campoo de Enmedio), concretamente en una elevación que domina un amplio territorio hacia el sur. Sus características tipológicas (fortificación amurallada) y su emplazamiento en altura (entre los parajes de "Arvejales" y "El Castro"), unido a su posición estratégica citada en el párrafo anterior, hacen de él un enclave castreño por antonomasia. Como veremos más adelante, no es un yacimiento que impresione ni por su tamaño ni por la grandiosidad de sus estructuras, pero esto no quiere decir que no tenga relevancia histórica. Fue descubierto por el arqueólogo e investigador Ramón Bohigas Roldán en la década de los años 70 del siglo pasado, aunque la primera referencia escrita sobre el mismo se produce 20 años después por tanto por su descubridor (1990: 120) como por Miguel Ángel Fraile (1990: 128-129, 627), quien lleva a cabo una recogida de materiales en superficie en la década de los 80. En este sentido destacaría la presencia de cerámicas a mano y algún fragmento de molino de arenisca, aunque no existe documentación alguna sobre los mismos a parte de la cita.

Respecto a su cronología, Fraile y Bohigas lo atribuyen a la Edad del Hierro sin más detalles, si bien es cierto que poco se puede hacer a este respecto sin intervención alguna o sin la presencia de materiales que puedan reducir este arco temporal. En este planteamiento tanto Eduardo Peralta Labrador como Emilio Muñoz (1993: 61-62, nº 17) son de la misma opinión.

Bibliografía: Castros y castra en Cantabria. (Edita ACANTO)

Agradecimientos: Antxoka Martínez Velasco

 

Estructura del castro de Los Peños

El castro de Los Peños pose una única línea defensiva que encierra una hipotética planta ovalada que recorre todo el perímetro del alto donde se asienta. "Hipotética" porque, como se aprecia en la imagen, el derrumbe de muralla se encuentra totalmente desdibujado en el sector Sur del castro. Sus medidas en el punto más amplio son de 80 metros en el eje horizontal (Este-Oeste) y de 40 metros en el vertical (Norte-Sur), encerrando un total de 3.800 metros cuadrados. Como hemos comentado previamente, no destaca por su área habitable, aunque siempre tendemos a imaginar un recinto castreño de grandes dimensiones (tipo "oppida") cuando en muchas ocasiones son pequeños poblados fortificados en mayor o menor medida.

El acceso más evidente se encuentra en el sector Este del yacimiento, marcado por la interrupción y ensanchamiento de la muralla en su vertiente más externa. Concretamente estaríamos hablando de unos dos metros de alto por 4 de ancho (por el lado derecho según se accede). Se cree además que justo "enfrente", al Oeste, existía otro acceso al recinto, pero la maleza y otros factores relacionados con la conservación del derrumbe, hacen de esta afirmación una hipótesis pendiente de confirmar.

Respecto a las posibles estructuras de su interior nada se sabe. Con todo, los indicios nos llevan a pensar que estamos ante un castro de la Edad del Hierro sin precisar la época concreta. Esperamos que en los años venideros se pueda realizar una intervención arqueológica que pueda ayudarnos a conocer la secuencia ocupación de este "pequeño" pero a la vez interesante yacimiento.

VISITAS

Todos podemos disfrutar del castro de Los Peños, ya que aún sin ser un yacimiento visitable (refiriéndonos a un arqueo-sitio como tal) podemos recorrerlo a píe. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

Imagenes

DESTACADOS

  • CASTRO DE LA LOMBA

    La Lomba (Campoo de Enmedio, Cantabria), también conocido como castro de Aldueso, ocupa un magnifico espolón con fuertes defensas naturales desde el que se controla visualmente gran parte del valle de Campoo y el acceso desde la cuenca del Besaya. La superficie de su cima es bastante regular, salvo algún afloramiento rocoso disperso, dotándolo de un área habitable de consideración si suponemos que toda ella se encontrase poblada. La altura oscila entre los 850 y 865 metros con una cota máxima de 876, siendo este dato fundamental para comprender su estratégica posición.

    Fue descubierto por Miguel Ángel Fraile en la década de los 80 del siglo pasado, citándose con posterioridad el descubrimiento de algunos interesantes materiales (1990: 627, nº 47) que son claves para contextualizarlo al menos en parte. Tuvimos que esperar hasta no hace mucho tiempo (entre el otoño de 2009 y verano de 2010) para que una intervención confirmase lo que todo el mundo pensaba. Tanea Arqueología, de la mano de Yolanda Diaz Casado, abordo una actuación arqueológica cuyo objetivo era certificar que tanto las informaciones respecto a los materiales hallados como la posible extensión del poblamiento no era una mera hipótesis. Las prospecciones iniciales dieron sus frutos desde el primer momento, ya que mientras se identificaban las estructuras documentadas aparecieron cuatro fragmentos cerámicos en superficie. A partir de este punto, tanto los trabajos de topografía como la posterior prospección con georradar arrojaron algo más de luz en la investigación, detectándose una serie de anomalías (todas ellas a un metro de profundidad) donde se realizaría a posteriorí una segunda intervención que transformaría la hipotética cronología en algo mucho más tangible como veremos a continuación.

    Agradecimientos: José Ángel Hierro Gárate
    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria. (Edita ACANTO)