Hornos de la Peña es una cavidad de desarrollo lineal de unos 150 metros aproximadamente. Posee un vestíbulo que comunica con amplia galería mediante un pequeño paso. La cueva termina en una sala compleja de medianas proporciones. Fue descubierta por H. Alcalde del Río quien la publica 3 años después en solitario, y acompañado por Breuil y Sierra en 1911. Fue excavada por el Instituto de Paleontología de Paris a principios de siglo, descubriendo interesantes hallazgos. Todo ese trabajo se vino abajo con la Guerra Civil, donde Hornos de la Peña fue ocupada como refugio. Como se puede suponer, se sufrieron daños irreparables en esta época. Aún asi se sabe del yacimiento muesteriense, auriñaciense, solutrnese, Magdaleniense Medio y Calcolítoco del vestíbulo. La cueva tiene un conjunto exterior, en un bloque suelto y en la pared del vestíbulo con varias representaciones animales tales como un bisonte, un caballo, una cabra y diversas líneas, realizados todos ellos con un trazo grueso. Dentro el conjunto varía de trazo, convirtiéndose en grabados incisos. Además el panel es uno de los más amplios de toda la franja Cantábrica, destacando los caballos y bisontes representados. Otros grabados significantes son un gran ciervo, la cabeza y el cuello de un reno. Entre las pinturas es fácil reconocer un caballo de tamaño reducido y en color negro. Los grabados del vestíbulo son del estilo II Leroi-Gourhan (Gravetiense), mientras que el conjunto interior data del periodo Magdalaniense.
Muy cerca de la cueva de Hornos de la Peña, una de las joyas arqueológicas de nuestra región, nos encontramos con lo que queda de esta maravillosa y desconocida (para el gran público) cavidad. Un pequeño vestigio de la grandeza que, aun ubicándose en un espacio reducido, pudo tener la majestuosidad que tanto los sondeos de la cantera adyacente como aquellos que no respetan el patrimonio, se llevaron por delante desde hace décadas. Hablamos de la cueva de Sovilla, la cual se ubica en el barrio que le da nombre y que antaño, antes de una voladura en los años 50, albergaba vestigios prehistóricos de gran relevancia. Lo que hoy observamos no deja de ser algo testimonial, prácticamente sin vida..grabados del Magdaleniense Superior entre otros contemporáneos que han hecho que el estudio de los mismos haya sido complicado, prácticamente imposible. Paneles totalmente deslucidos por rayaduras, nombres y un sinfín de despropósitos…como si los hombres prehistóricos y sin raciocinio fuesen los del siglo XXI.
Poco o nada se sabe de la cavidad antes de su destrucción parcial, si bien es cierto que se ha intentado reproducir su morfología inicial basándose en testimonios que la conocieron antes de ser dañada por la cantera. Actualmente nos encontramos con una pequeña galería de unos 3.30 metros de anchura por unos 70 cm de altura que desciende hacia una única sala de forma ovalada de unos 9 metros de anchura por 5.50 de altura donde se encuentra el yacimiento principal. A principios de los años 70 fue superficialmente estudiada en superficie por J.A. Barquín, si bien es cierto que a finales de la década de los 80 (año 1987) sería el C.A.E.A.P. - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – quien visitase la cavidad y encontrase una buena colección de objetos y los primeros grabados no figurativos. La industria lítica encontrada consta de abundantes buriles, láminas y raspadores de silex , algunos cantos rodados con marcas de uso y fragmentos de azagayas. Se estudiaría en profundidad en el año 1991 por un equipo conjunto de la UC (César González Sainz) y miembros del citado colectivo (Ramón Montes Barquín y Emilio Muñoz). Estas investigaciones arrojaron un nivel estratigráfico muy dañado por la citada voladura, además de los diferentes paneles de grabados que veremos a continuación, afectados en gran parte por inscripciones actuales.
Presenta varios paneles tanto de representaciones animales como de líneas no figurativas. El panel más destacado lo encontramos en el sector central, donde podemos ver dos ciervas y un caballo..y la inscripción TONI destruyendo su majestuosidad. No podemos olvidar la figura de un reno, un bisonte con raspado interior para darle volumen (y muy dañado), un caballo, una cierva y un cuadrúpedo indeterminado. En total 8 representaciones animales que por su morfología nos transportan al Magdaleniense Superior Final, es decir a una antigüedad de 12.000 años.
Poco o nada se puede hacer ya por remediar las acciones vandálicas en la cueva de Sovilla. Debemos de entender que la concienciación por parte de la sociedad en general y por las empresas se produjo mucho después de su voladura, incluso más tarde de su descubrimiento. No se puede culpar a quien no tiene conciencia de hacer algo malo…otro caso es que quien lo hizo/haga sepa a ciencia cierta que con sus actos está privando al resto de miles y miles de años de historia. Y eso amigos, se llama delito. Y aunque parezca mentira, sigue ocurriendo hoy en día en Cantabria…otra cosa es que salga a la luz.
Estamos ante una de las historias más aberrantes (yo diría la más aberrante) de destrucción de patrimonio prehistórico de Cantabria. Si, cierto es, han pasado ya más de 3 décadas. Puede haber algún lumbreras que pueda decir "eran otros tiempos", "el sentimiento de protección del patrimonio en la sociedad no era el mismo" o un "no había ni leyes ni colectivos que lo protegiese". Las mismas escusas baratas, los mismos argumentos y el mismo modus operandi que en nuestros días. Y con todo, hoy tenemos leyes (Ley de Patrimonio 11/1998 e Inventario Arqueológico de Cantabria – INVAC), tenemos más colectivos (ACDPS es una de las Asociaciones más "longevas" de Cantabria y sigue activa, además de otras tantas) el sentimiento de protección del patrimonio en la sociedad es mayor que en los años 80…pero en Cantabria sigue pasando exactamente lo mismo: Se siguen destruyendo yacimientos, las Consejerías no hacen mucho ante el clamor de colectivos que con pruebas irrefutables lo argumentan, y la prensa sigue tapando este tipo de escándalos. No hemos evolucionado mucho la verdad, se intenta disipar con humo del estilo "¡esta legislatura construiremos el MUPAC!" una realidad verdaderamente preocupante en Cantabria: Nadie en Cantabria, NADIE (ni siquiera los Directores que dicen "no te preocupes, que de la arqueología me encargo yo") se atreve a gestionar el problema del patrimonio y de nuestros yacimientos.
Pero volviendo a la cueva de La Pila y su entorno, hagamos una afirmación que ningún arqueólogo, prehistoriador o colegiado podrá negar: La cueva de La Pila y su entorno fue sin lugar a duda el yacimiento más rico del Paleolítico Inferior de toda Cantabria. Miles (si si, miles) de piezas líticas donde destacaban hendedores, bifaces, choppers y un largo etc que aparecían dispersos y en concentraciones importantes por todos los pequeños cerros kársticos de las inmediaciones. Y hoy, gracias a la Cantera de Solvay (ya inactiva) de Cuchía tanto la cueva como el yacimiento ya no existe. Pero veamos cronológicamente todos los acontecimientos. La cantera de Cuchía fue desde 1927 el principal proveedor de caliza (el carbonato cálcico es una de las materias primas para hacer carbonato sódico) de la archiconocida Solvay de Torrelavega. Como se puede apreciar en la imagen aérea del año 1956-57, la cantera "crecía" de Oeste a Este en dirección contraria a la ría de San Martín de la Arena. Todavía son evidentes los diferentes promontorios karsticos citados previamente donde iban apareciendo de las miles de piezas de industria lítica. La cueva fue "descubierta" y sondeada en estas fechas (década de los 50) por el equipo de Camineros de la Diputación, si bien es cierto que los vecinos de la localidad serían los primeros en conocer su importancia arqueológica ya que al realizar extracciones de arcilla en su interior, se toparon con varios enterramientos (se cree que de la Edad del Bronce). Años más tarde, en la década de los 70, tanto miembros del Seminario Sautuola en primera instancia como miembros del CAEAP - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica y de la ACDPS - Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo a finales de la misma, investigaron y prospectaron la zona. Sería en este momento (finales de los 70/principios de los 80) en el mayor auge de hallazgos tanto en la cueva como en su entorno, cuando ambos colectivos denunciaron el avance de la cantera hacia este excepcional espacio.
El 5 de Septiembre de 1980 la ACDPS envío un informe a la Delegación Provincial de Cultura con los resultados de las citadas prospecciones y hallazgos conjuntos, con el único y urgente objetivo de iniciar la tramitación del expediente para declarar la cueva (al menos) Monumento de Interés Histórico-Artístico. Casi tres meses después desde su registro, se notificó a Solvay el cese de las voladuras en la zona de la cueva. "¡El Sistema funciona!" pensarían algunos. Nada más lejos de la realidad...la empresa realiza una voladura más en la primera quincena de Diciembre de 1980, algo que no destruye la cueva pero que si afecta al suelo de la cavidad más próximo a la cantera que se acercaba a su boca. El 20 de Enero de 1981 aparece una estrambótica noticia en el Diario Alerta (pagina 8) que reza lo siguiente: "Unos 700 millones (de pesetas) puede costar a Solvay si declaran Monumento Histórico-Artístico la cueva de la Pila, en Cuchia". Bajo este alarmista titular se hace mención a que el informe había sido elaborado por la Consejería Provincial de Bellas (totalmente falso, ya que fue entregado por la ACDPS) y concluía con un apartado que el periodista titulaba "La cueva prácticamente destruida" (también falso). Más adelante, en dicho apartado, comentaba que había tenido una entrevista con el Delegado de Cultura donde se afirmaba (también falso) "A renglón seguido le hicimos ver, porque el Delegado lo desconocía, que la cueva estaba prácticamente derrumbada y no ofrecía valor arqueológico alguno". Periodismo del bueno..como en pleno siglo XXI. Debido al escándalo que supuso, la Delegación de Cultura propuso una visita conjunta a finales de mes en la que participaban representantes de la citada Delegación, ingenieros de Solvay, miembros de la ACDPS y del Colectivo Negro Camargo y el por aquel entonces Director del Museo Provincial de Prehistoria de Santander (hoy MUPAC), Miguel Ángel García Guinea. En esa visita se certificó que la cueva se encontraba en perfecto estado aún.
En Septiembre de 1981, con las voladuras paralizadas y cuando todos esperaban la declaración de Monumento Histórico-Artístico, se publica una noticia no oficial en la prensa de Cantabria diciendo que el expediente de tramitación había sido archivado por la Subdirección de Arqueología y que por lo tanto Solvay podía seguir con la Cantera. ¿Cooooooomoooo?. A mi me recuerda al caso de Parking Blendium. Un mes más tarde, cuando se localizan manchas de pintura roja al final de la misma, se detecta en la misma visita que ya están perforando muy muy cerca para hacer una voladura. Entre los años 1983-1985, en condiciones ya difíciles, se realiza una intervención de urgencia dirigida por C. Gutiérrez Sáez y F. Bernaldo de Quirós antes de que se pierda absolutamente todo. A finales de la citada década, la cueva y su entorno ya habían desaparecido. Es curioso además, que la voladura de La Pila sería de las ultimas realizadas en ese frente de la cantera, hay testigos (y antiguos trabajadores de la cantera) que dicen que se voló "Por sus santos cojones, no porque hiciese falta". A partir de aquí, sacad vuestras propias conclusiones y sigamos absortos por ver donde construyen el MUPAC. Cantabria Infinita lo llaman..
La cueva de El Otero (Secadura, Voto) es una cavidad que marcó un antes y un después en el estudio de las cuevas en Cantabria y en el Norte Peninsular. Y no, es probable que nunca hayas oído hablar de ella fuera del ámbito más científico o solo la conozcas si vives en las inmediaciones del valle de Aras. Pero no debemos perder el foco, ya que sus excavaciones (dirigidas por Joaquín González Echegaray y Miguel Ángel García Guinea) en el año 1963 y lo atípico de sus grabados hacen que estemos en un lugar muy especial.
Fue descubierta por el ilustre padre Lorenzo Sierra en 1908, si bien siempre se ha atribuido su hallazgo un año después (en 1909). Fue citada por Hugo Obermaier en "El Hombre Fósil" (1916), extendida publicación sobre la comisión de investigaciones paleontológicas y prehistóricas y ampliamente difundido a principios del siglo XX y que nos hablaba de un abundante depósito magdaleniense. Años más tarde, el padre Carballo haría referencia a la misma y nuevamente a la importancia de su material magdaleniense. Sería en el año 1963 cuando fuese excavada por el Seminario de Prehistoria y Arqueología Sautuola del Museo de Prehistoria de Santander. Bajo la dirección de Joaquín Gonzalez Echegaray y Miguel Ángel García Guinea se realizaría un planteamiento de estudio multidisciplinar (estudio arqueológico, paleontológico y polínico) pionero para la época, quedando reflejados sus resultados en la publicación "Excavaciones Arqueológicas de España nº53 – Cueva del Otero" en el año 1966. Verdaderamente un referente en su momento (y en nuestros días). Pasarían dos décadas desde la intervención arqueológica hasta que miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP descubriesen en 1983 unos finos grabados al fondo de la cueva que destacaban enormemente por su sencillez y sobre todo por la rareza de su tipología, más propia del arte mueble que del arte rupestre.
No cabe duda de que El Otero fue pionera por varios de los aspectos citados (metodología multidisciplinar y lo inusual de sus grabados). Desgraciadamente, como ocurre con gran parte de las cuevas en Cantabria que no "interesan turísticamente", no tiene cabida en la sociedad en general ni en el interés de aquellos que nos gobiernan. Más interesados en crear aquaparks paleolíticos (chiringuitos más bien) que en difundir la cultura del Paleolítico Superior. Cantabria Infinita lo llaman..
La Cueva de las Chimeneas fue descubierta por Alfredo García Lorenzo (ingeniero de Diputación) en el año 1953, cuando se abría paso hacia Las Monedas y La Pasiega. Los accesos a la misma son bastante eran bastante complicados (hoy en día existen escaleras), ya que las dos partes de la caverna se encontraban separadas por grandes conductos verticales. En su interior se pueden ver claramente tres zonas decoradas. En la primera, donde se cree que se encontraba la entrada, contiene maravillosas figuras de animales, creadas con la técnica del grabado digital. En la segunda zona (hacia el fondo) existen una serie de símbolos rectangulares creados en color negro. Y en la tercera y última zona encontramos representaciones de cabras, uros y ciervos, todos ellos representados en negro. Debemos de destacar también las maravillosas formaciones (estalactitas y estalagmitas) que alberga la planta inferior (20 metros por debajo de la primera). La antigüedad de las pinturas ha sido calculada en un período situado entre los 16.000 y 20.000 años, correspondiente al Solutrense Superior y Magdaleniense Inferior.
La Cueva de La Meaza se encuentra ubicada muy cerca del barrio de La Molina, en Ruiseñada. Allí, inmersa en un frondoso bosque, ha sido espectadora de lujo del paso de los milenios hasta que el 11 de Marzo de 1907 Hermilio Alcalde del Río (por si alguien no lo conoce, figura fundamental en el conocimiento del arte rupestre en la cornisa Cántabrica) descubre esta cavidad. Ya en ese momento descubre silex trabajado, fragmentos cerámicos, restos óseos, hogares y el conocido signo serpentiforme ya por aquel entonces bastante degradado
Pasarían algunas décadas hasta que en 1945 Valentín Calderón de la Vara explora nuevamente la cueva, encontrando numerosos restos de moluscos, cerámica y lo más sorprendente: un sepulcro abierto y desordenado con restos del esqueleto (¿Comoor?). Un años después Calderón de la Vara invita a colaborar a Valeriano Andérez, con quien saca unas más que interesantes conclusiones sobre la estratigrafía de la cavidad que a día de hoy siguen siendo claves en el conocimiento de la misma. Ya en el año 1966 Loriente, Begines y San Miguel realizaron nuevamente excavaciones en su interior, siendo por último el C.A.E.A.P. (Colectivo para la Ampliación de los Estudios de Arqueología Prehistórica), representado principalmente por Emilio Muñoz, Ramón Montes y Jose Manuel Morlote, quienes a finales del siglo pasado encontraron nuevas figuras rupestres en su interior.
No cabe duda de que la cueva de La Meaza es uno de los exponentes prehistóricos de Cantabria, si bien es cierto que no ocupa el lugar que merece. Referenciada en decenas de publicaciones relacionadas con el arte parietal en la cornisa cantábrica, ahí sigue, sin apenas referencias que pongan en valor su milenario pasado. Otra joya que, a diferencia de lo que muchos pensarán, tiene un encanto especial incluso para ver su boca y su interior desde la "verja". ¡Ahhhh!, es verdad. Que si no se cobra entrada no merece la pena ser ni vista ni panelizada, como la de Morín. Una pena.
La cueva de El Pendo es una de las maravillas del municipio de Camargo. Posee una gran boca de entrada, que da paso a un enorme vestíbulo. Allí se encuentra un yacimiento arqueológico que nos sorprende a cada paso que se da en él. En el interior podemos ver dos grandes salas y un divertículo descendente que se estrecha ante nuestros pies. Sin ser una cavidad excesivamente profunda, alcanza los 180 metros aproximadamente. Fue descubierta por el ilustre Marcelino Sanz de Sautuola en el año 1878, aunque los grabados fueron localizados por otro ilustre en el año 1907: Hermilio Alcalde del Río. El gran tesoro de El Pendo tuvo que esperar oculto hasta el año 1997, cuando en el transcurso de unas excavaciones dirigidas por Ramón Montes Barquín, el topógrafo Carlos González Luque y los arqueólogos José Manuel Morlote y Angeles Valle descubrieron el enorme friso que hoy es icono ya no solo de la cueva sino del arte rupestre en Cantabria. Los densos trabajos en la segunda mitad del siglo XX han puesto a la luz uno de los mayores yacimientos arqueológicos de toda la región. Debemos de destacar que la cueva alberga en sus entrañas restos y datos que abarcan desde el Paleolítico Medio (84.000 años de antigüedad) hasta la Edad Media, estando representadas todas las fases de desarrollo de la Prehistoria Cantábrica. No solo la pintura o los grabados sorprenden por su calidad y belleza, sino también el arte mueble Magdaleniense, que posee su estandarte en el conocido "rey de los cetros paleolíticos". Además de este bastón de mando existen otros 11 de espectacular estructura. Los grabados forman una pequeña, pero no menos importante, parte de todo el conjunto. Aquí quedaron plasmados para la eternidad un alca gigante y un cuadrúpedo, ambos en el divertículo final que antes mencionábamos. Las pinturas se encuentran en un gran friso entre las salas I y II. Representadas en color rojo, en El Pendo nos encontramos con ciervas principalmente, aunque no debemos de olvidar las cabras, dos caballos y un cuadrúpedo, además de signos. Tanto los animales como los signos se realizaron con la técnica del tamponado y la "tinta plana", y se cree que pudiesen tener unos 20.000 años de antigüedad. De los grabados no se tiene tanta información, aunque existe la teoría de que pudiesen pertenecer a una época posterior (Magdaleniense Inferior).
La Cueva de las Brujas (Suances, Cantabria) es otro de los grandes desconocidos arqueológicos de nuestra región. La verdad es que su potencial ha ido mermando hasta su cierre debido a la cercanía de la misma con el pueblo. Factor que irremediablemente ha ido haciendo que esta cueva, en la que se une tanto historia como leyenda de Cantabria, se visitase con mucha frecuencia por vecinos y foráneos..con lo que esto conlleva: Nombres grabados, remoción de tierra, alteración de la estratigrafía, etc.
Independiente, cuenta con una serie de factores que la hacen valedora de ocupar un lugar en nuestro portal. Sobre todo porque conjuga una serie de indicadores arqueológicos (aún no siendo muy abundantes) que indican la presencia humana desde la prehistoria hasta la romanización del territorio. Este último condicionante es relevante teniendo en cuenta de que la cavidad se encuentra en las proximidades de lo que pudo ser el asentamiento romano de Portus Blendium. No en vano, tanto en su interior como en su entorno, son comunes los pequeños hallazgos de cerámica, fragmentos de tégulas o incluso de téselas (las conocidas "piecitas" de los mosaicos romanos).
Las primeras noticias sobre la Cueva de Las Brujas se remontan a finales del siglo XIX, cuando fue visitada por E. Pérez del Molino. Poco después, en Julio de 1909, fue reconocida el padre Jesús Carballo y H. Breuil que comprobaron la existencia de pinturas rupestres..que resultaron ser falsas. Dichas muestras de "arte no rupestre" fueron picadas y borradas del mapa hacia el año 1961 por encargo de A. García Lorenzo. En esas fechas también se realizó un croquis topográfico de la misma y varios sondeos sin resultado alguno. Ya en la década de los 80, miembros del CAEAP - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – descubrieron grabados rupestres que, unidos a las investigaciones del Dpto. de Prehistoria y Arqueología de la UC, dieron valor arqueológico a la cavidad. Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1997.
No cabe duda de que estamos ante una cueva en la cual su potencial arqueológico ha sido enmascarado por la actividad humana contemporánea, tanto en su vertiente más natural por el paso de los años y visitas, como por su lado más "oscuro" y malicioso. Esto unido al misticismo de ser una cavidad visitada por "brujas" (como veremos en su leyenda), hacen que este enclave sea una incógnita por décadas.
Es curioso como el Calero II, una de las cavidades con más renombre dentro de Cantabria, esta completamente olvidada. Con gran ilusión fui a sacar una foto de su boca y volví bastante desilusionado por cómo se encontraba su acceso. Una joya que sobrevivió a la explotación minera que yace abandonada a escasos metros y que por lo que parece (y ya ha sido denunciado), tiene "nuevos problemas" a los que enfrentarse. En diferentes ocasiones, y debido a la plantación de eucaliptos con la que convive (¿en serio una cueva con arte rupestre de 25.000 años está así?. Respuesta: En Cantabria SI), se ha denunciado que su techo se está viendo afectado por las raíces de estos arboles, que ya se dejan ver en diferentes puntos de la misma. Y no solo eso ya que la boca, como todo su entorno, se encuentra lleno de bardales y zarzas que dejan una paupérrima imagen de su boca.
Sea como fuere, fue descubierta en la década de los 90 del siglo pasado por miembros del CAEAP (Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica) y del G.E.I.S. C./R. Poco después, en el año 1995, un grupo de ambos colectivos dirigido por Jose Manuel Morlote y Emilio Muñoz realizarían un estudio sobre la misma, arrojando espectaculares resultados. Poco después, en el año 1997, sería declarada como Bien de Interés Cultural – BIC. En estos últimos años se ha ampliado el conocimiento de la cavidad, y queda pendiente la publicación y síntesis de todos los resultados que a buen seguro que dan alguna que otra sorpresa.
No cabe duda de que el Calero II es una de las joyas del arte rupestre en Cantabria. Ni su declaración como BIC (Bien de Interés Cultural) ni su inclusión dentro del INVAC (Inventario Arqueológico de Cantabria) ofrecen ninguna garantía ni legal ni conservacional sobre la misma. Todo ello independientemente de que tuviese que ser todo lo contrario, ya que ambas figuras recogen dentro de la Ley de Patrimonio de Cantabria 11/1998 que se han de exigir responsabilidades en los posibles daños que pueda sufrir, incluso por omisión de las administraciones…juzgad vosotros mismos la boca, su entorno y la reiteración en las denuncias de que los eucaliptos y sus raíces están afectando al techo de la misma. Cantabria Infinita lo llaman..
Cerrado el 1 y 6 de enero, el 24, 25 y 31 de diciembre.
- Temporada baja: Del 1 de noviembre al 31 de marzo.
VISITA SOLO CON RESERVA PREVIA
Cerrado de lunes a jueves y del 6 al 31 de enero. Excepto el 8 (lunes), el 23 (martes) y el 30 (martes) de diciembre.
Abierto los viernes de 10:00h a 15:00h (última visita 14:10h).
Sábados, domingos y festivos de 10:00h a 14:00h (última visita 13.10h) y de 16:00h a 17:00h (última visita 16:10h).
- Temporada media: Del 1 de abril al 15 de junio y del 16 de septiembre al 31 de octubre.
VISITA SOLO CON RESERVA PREVIA
Cerrado lunes y martes. Excepto el 15 (martes) y el 22 (martes) de abril y el 9 (lunes) de junio.
Abierto de miércoles a domingo de 10:00h a 14:00h (última visita 13:10h) y de 16:00h a 18:00h (última visita 17:10h).
- Temporada alta: Del 16 de junio al 15 de septiembre.
ABIERTO SIN RESERVA PREVIA
Cerrado los lunes. Excepto el 15 de septiembre (lunes).Abierto de martes a domingo de 9:30h a 14:30h (última visita 13:40h) y de 15:30h a 19:30h (última visita 18:40h).
Normal: 3 € (mayores de 12 años)
Reducida: 1,5 € (de 4 a 12 años, ambos inclusive)
Gratis: de 0 a 3 años (ambos inclusive)
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