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Cabeza de cierva en la cueva de Sovilla. Fotografía: GAEM Arqueólogos

Muy cerca de la cueva de Hornos de la Peña, una de las joyas arqueológicas de nuestra región, nos encontramos con lo que queda de esta maravillosa y desconocida (para el gran público) cavidad. Un pequeño vestigio de la grandeza que, aun ubicándose en un espacio reducido, pudo tener la majestuosidad que tanto los sondeos de la cantera adyacente como aquellos que no respetan el patrimonio, se llevaron por delante desde hace décadas. Hablamos de la cueva de Sovilla, la cual se ubica en el barrio que le da nombre y que antaño, antes de una voladura en los años 50, albergaba vestigios prehistóricos de gran relevancia. Lo que hoy observamos no deja de ser algo testimonial, prácticamente sin vida..grabados del Magdaleniense Superior entre otros contemporáneos que han hecho que el estudio de los mismos haya sido complicado, prácticamente imposible. Paneles totalmente deslucidos por rayaduras, nombres y un sinfín de despropósitos…como si los hombres prehistóricos y sin raciocinio fuesen los del siglo XXI.

Poco o nada se sabe de la cavidad antes de su destrucción parcial, si bien es cierto que se ha intentado reproducir su morfología inicial basándose en testimonios que la conocieron antes de ser dañada por la cantera. Actualmente nos encontramos con una pequeña galería de unos 3.30 metros de anchura por unos 70 cm de altura que desciende hacia una única sala de forma ovalada de unos 9 metros de anchura por 5.50 de altura donde se encuentra el yacimiento principal. A principios de los años 70 fue superficialmente estudiada en superficie por J.A. Barquín, si bien es cierto que a finales de la década de los 80 (año 1987) sería el C.A.E.A.P. - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – quien visitase la cavidad y encontrase una buena colección de objetos y los primeros grabados no figurativos. La industria lítica encontrada consta de abundantes buriles, láminas y raspadores de silex , algunos cantos rodados con marcas de uso y fragmentos de azagayas. Se estudiaría en profundidad en el año 1991 por un equipo conjunto de la UC (César González Sainz) y miembros del citado colectivo (Ramón Montes Barquín y Emilio Muñoz). Estas investigaciones arrojaron un nivel estratigráfico muy dañado por la citada voladura, además de los diferentes paneles de grabados que veremos a continuación, afectados en gran parte por inscripciones actuales.

Presenta varios paneles tanto de representaciones animales como de líneas no figurativas. El panel más destacado lo encontramos en el sector central, donde podemos ver dos ciervas y un caballo..y la inscripción TONI destruyendo su majestuosidad. No podemos olvidar la figura de un reno, un bisonte con raspado interior para darle volumen (y muy dañado), un caballo, una cierva y un cuadrúpedo indeterminado. En total 8 representaciones animales que por su morfología nos transportan al Magdaleniense Superior Final, es decir a una antigüedad de 12.000 años.

Poco o nada se puede hacer ya por remediar las acciones vandálicas en la cueva de Sovilla. Debemos de entender que la concienciación por parte de la sociedad en general y por las empresas se produjo mucho después de su voladura, incluso más tarde de su descubrimiento. No se puede culpar a quien no tiene conciencia de hacer algo malo…otro caso es que quien lo hizo/haga sepa a ciencia cierta que con sus actos está privando al resto de miles y miles de años de historia. Y eso amigos, se llama delito. Y aunque parezca mentira, sigue ocurriendo hoy en día en Cantabria…otra cosa es que salga a la luz.

Agradecimientos: GAEM Arqueólogos

 

VEA TAMBIEN

  • CUEVA AURIA

    El descubrimiento de la cueva de Auria fue un auténtico acontecimiento mediático allá por 2015. Artículos en prensa nacional, videos entrevistando al alcalde de Peñarrubia, titulares mediocres en prensa regional para ensalzar el hallazgo tales como "signos más antiguos que los bisontes de Altamira" (como si no hubiese arte rupestre en Cantabria más antiguo que Altamira y con entidad propia, sin comparativos). En definitiva, independientemente del gran hallazgo que supuso para la comunidad científica, merecía la pena la romería mediática para hacer ver "lo que importa la cultura". Pero lejos de todo esto, a los cinco años de su descubrimiento, estamos ante otra cueva que pasa inadvertida en un entorno plagado de cavidades que a buen seguro tienen más muestras de la presencia de nuestros ancestros en la zona.

    Su valor arqueológico fue descubierto en Febrero de 2015 cuando Raquel Hernández y Manel Llenas, miembros del Espeleo Club Sabadell, exploraban la conocida como cueva Auria. Su nombre viene dado por la persona que la utilizó en el pasado como refugio de cabras, practica muy habitual en la zona dada la gran presencia de cuevas donde poder resguardar el ganado. Tras sobrepasar un murete artificial puesto en el pasado para que el ganado no se precipitase hacia el fondo, los espeleólogos observaron una serie de manchas y puntos que notificaron de inmediato al Gobierno de Cantabria y al Ayuntamiento de Peñarrubia. Cabe destacar que los últimos llevan apoyando al Espeleo Club Sabadell en la investigación y documentación de cavidades en el entorno del Desfiladero de la Hermida desde hace más de 20 años.

    El 3 de Marzo de ese mismo año, diferentes expertos corroboran la importancia del arte parietal de la cueva Auria, procediéndose al inmediato cierre para su conservación. Y desde entonces, poco más se sabe de la misma. Una aparición en el programa Arqueomania en 2017 y un artículo publicado en 2018 por Jose Manuel Morlote, Emilio Muñoz, Ramón Montes y Roberto Ontañon en la revista científica "International Newsletter on Rock Art" (INORA). Este último es la única publicación que ahonda en el valor arqueológico de un modo profesional en la cavidad, aunque tan solo está disponible en francés/inglés. Una gran referencia científica pero que queda lejos del ansia municipal (así vendido en medios regionales) de convertir a Peñarrubia "en un referente del arte rupestre" para la sociedad. Lo mismo pensarían en Cudón, cuya magnifica cueva está a los pies de los contenedores de basura de una urbanización, en Lamasón con la espectacular (y prácticamente desconocida) cueva de Los Marranos o en Comillas con cueva de La Meaza, que incluso muchos oriundos no saben siquiera que existe.

    Bibliografía: "Cueva Auria (Peñarrubia, Cantabria, Spain): A new cave with Palaeolithic Rock Art in northern Spain" (INORA, 2018). Jose Manuel Morlote, Emilio Muñoz, Ramón Montes y Roberto Ontañon.

  • CUEVA DE LA MEAZA

    La Cueva de La Meaza se encuentra ubicada muy cerca del barrio de La Molina, en Ruiseñada. Allí, inmersa en un frondoso bosque, ha sido espectadora de lujo del paso de los milenios hasta que el 11 de Marzo de 1907 Hermilio Alcalde del Río (por si alguien no lo conoce, figura fundamental en el conocimiento del arte rupestre en la cornisa Cántabrica) descubre esta cavidad. Ya en ese momento descubre silex trabajado, fragmentos cerámicos, restos óseos, hogares y el conocido signo serpentiforme ya por aquel entonces bastante degradado

    Pasarían algunas décadas hasta que en 1945 Valentín Calderón de la Vara explora nuevamente la cueva, encontrando numerosos restos de moluscos, cerámica y lo más sorprendente: un sepulcro abierto y desordenado con restos del esqueleto (¿Comoor?). Un años después Calderón de la Vara invita a colaborar a Valeriano Andérez, con quien saca unas más que interesantes conclusiones sobre la estratigrafía de la cavidad que a día de hoy siguen siendo claves en el conocimiento de la misma. Ya en el año 1966 Loriente, Begines y San Miguel realizaron nuevamente excavaciones en su interior, siendo por último el C.A.E.A.P. (Colectivo para la Ampliación de los Estudios de Arqueología Prehistórica), representado principalmente por Emilio Muñoz, Ramón Montes y Jose Manuel Morlote, quienes a finales del siglo pasado encontraron nuevas figuras rupestres en su interior.

    No cabe duda de que la cueva de La Meaza es uno de los exponentes prehistóricos de Cantabria, si bien es cierto que no ocupa el lugar que merece. Referenciada en decenas de publicaciones relacionadas con el arte parietal en la cornisa cantábrica, ahí sigue, sin apenas referencias que pongan en valor su milenario pasado. Otra joya que, a diferencia de lo que muchos pensarán, tiene un encanto especial incluso para ver su boca y su interior desde la "verja". ¡Ahhhh!, es verdad. Que si no se cobra entrada no merece la pena ser ni vista ni panelizada, como la de Morín. Una pena.

  • LAS CHIMENEAS

    La Cueva de las Chimeneas fue descubierta por Alfredo García Lorenzo (ingeniero de Diputación) en el año 1953, cuando se abría paso hacia Las Monedas y La Pasiega. Los accesos a la misma son bastante eran bastante complicados (hoy en día existen escaleras), ya que las dos partes de la caverna se encontraban separadas por grandes conductos verticales. En su interior se pueden ver claramente tres zonas decoradas. En la primera, donde se cree que se encontraba la entrada, contiene maravillosas figuras de animales, creadas con la técnica del grabado digital. En la segunda zona (hacia el fondo) existen una serie de símbolos rectangulares creados en color negro. Y en la tercera y última zona encontramos representaciones de cabras, uros y ciervos, todos ellos representados en negro. Debemos de destacar también las maravillosas formaciones (estalactitas y estalagmitas) que alberga la planta inferior (20 metros por debajo de la primera). La antigüedad de las pinturas ha sido calculada en un período situado entre los 16.000 y 20.000 años, correspondiente al Solutrense Superior y Magdaleniense Inferior.

    • CUEVA DE LOS MARRANOS

      La cueva de Los Marranos es una cavidad que a buen seguro puede ofrecer alguna sorpresa más a corto/medio plazo. Y no será porque su actual yacimiento no tenga importancia dentro de la prehistoria de Cantabria, todo lo contrario. Es debido a que hace un par de años (2017) se realizo un estudio en cuevas donde ya se conocía la existencia de arte rupestre, apareciendo nuevamente gracias a técnicas de análisis multiespectral conjuntos de pinturas prácticamente borradas por el tiempo. Y Los Marranos, al igual que La Llosa (Villaescusa), Micolón o Porquerizo (ambas en Rionansa), será una de las candidatas a albergar nuevos conjuntos en el estudio que sino se está realizando ya..poco le falta.

      Al igual que decenas de cavidades de nuestra comunidad fue reconocida en los años 50 por los camineros de la Diputación, quienes realizarían por aquel entonces un pequeño sondeo en su interior. Se cree, ya que no hay nada documentado como tal, que uno de los lotes de materiales que se conserva en los archivos del MUPAC pertenece a dicha excavación. No sería hasta la década de los 70 cuando el Speleo Club Cántabro se adentrase en sus entrañas y encontrase, además de materiales arqueológicos, las manifestaciones rupestres que hoy todos conocemos.

      No cabe duda de que Los Marranos nos deparará alguna que otra sorpresa sin mucho tardar. Los diferentes estudios que se están realizando con técnicas de análisis multiespectral en estos últimos años en Cantabria están arrojando unos resultados espectaculares, ahondando en cavidades estudiadas al milímetro (como las del yacimiento del monte Castillo) y encontrando restos pictóricos donde a simple vista el ojo no alcanza. Es por esto por lo que Los Marranos será, casi con toda certeza, candidata a copar alguna que otra portada ?

      Bibliografía: "Las cuevas con arte paleolítico en Cantabria (2002)". A.C.D.P.S.

  • CUEVA DE LA PASIEGA

    La cueva de La Pasiega también se descubrió por casualidad, esta vez en una campaña de excavación en la cueva del Castillo (año 1911). Dos años más tardes se publicaron los primeros estudios sobre la misma y el Castillo. Ante todo debemos de destacar que La Pasiega es la cueva con mayor numero de representaciones de toda la Península Ibérica (dato apabullante) llegando a albergar un total aproximado de 916. Del total siempre se suelen destacar unos 300 animales y 3 antropomorfos. Uno de ellos es de gran belleza, representando (muy posiblemente) un icono de caza o al brujo de la tribu. Se trata de un cuerpo humano con cabeza de bisonte. La última campaña que sacó a la luz varias de estas pinturas se llevó a cabo entre los años 1983 y 1993. Llama la atención la gran cantidad de símbolos aquí encontrados, los cuales dan pie a la imaginación. No debemos de olvidar el gran conjunto de caballos, corzos, y como no la representación de un ave, un ciervo y un pez, siendo estos últimos extraños dentro de las pinturas rupestres. Decir que la gran mayoría son realizadas en ocre y líneas de trazo ancho, y que el trazado laberíntico de la misma es de relativa importancia.

  • LA CUEVA DE CUALVENTI

    El abrigo/cueva de Cualventi (Oreña, Alfoz de Lloredo) es otra de las grandes desconocidas de nuestra región. Y no será por no albergar un potente yacimiento del Magdaleniense (Inferior, Medio y Superior), si bien es cierto que sus representaciones de arte rupestre como tal no son tan llamativas como espera el "gran público". A modo de curiosidad, es una cavidad no visitable que aparece en el portal de Turismo Cantabria como atractivo turístico (¿eign?), y en el portal de Cuevas de Cantabria donde deberían de aparecer todas las cuevas con arte rupestre de la región…no aparece. En fin, en Cantabria somos #asin ;)

    Volviendo al enclave, se encuentra ubicado en el barrio de Perelada, y es de fácil acceso ya que a través de un camino rural se puede llegar sin problema. Al llegar a una zona despejada de eucaliptos, orientado al Oeste, nos encontraremos con un enorme abrigo donde se vislumbra una pequeña puerta que da acceso a la cueva. Desde allí, ya en el interior de la misma, nos encontramos un vestíbulo descendente (de unos 10 metros de largo por 8 de ancho) que nos adentra en un pequeño laberinto kárstico de cerca de un kilómetro.

    Oficialmente fue descubierta a mediados del siglo XX, si bien es cierto que se puede corresponder con la "cueva de Oreña" que fue explorara por A. González Linares y S. Calderón hacia el año 1870. Desde su descubrimiento oficial hasta los años 70, se produjeron en su interior numerosas catas (en parte por los Camineros de la Diputación) hasta que en el año 1976 el antiguo director del MUPACMiguel Ángel García Guinea, realizó las primeras excavaciones sistemáticas de la mano de R.Rincón. Estas continuaron progresivamente salvo en momentos puntuales debido a las diferencias con los propietarios del terreno, hasta que en 1993 el Centro de Investigación del Museo de Altamira llevó a cabo una limpieza de cortes, toma de muestras y documentación del arte rupestre. Todo ello en su campaña "Los tiempos de Altamira". Diez años después, de la mano nuevamente del Museo de Altamira, se reafirmaría la importancia del yacimiento y de su arte rupestre, siendo guía fundamental para llegar a esta conclusión las antiguas investigaciones de García Guinea.

    Qué duda cabe sobre su importancia si echamos la vista atrás en todas esas intervenciones. Una cueva (y abrigo) que para los entendidos es un prolífero yacimiento Magdaleniense y por desgracia para el resto de la sociedad es una auténtica desconocida.

    Agradecimientos:GAEM Arqueólogos
  • LA CLOTILDE

    La cueva de La Clotilde, o de La Lora como también se la conoce, es sin lugar a duda una de las más maltratadas durante el siglo XX en Cantabria. Una cavidad espectacular, con unos grabados únicos, que han sido sistemáticamente destruidos hasta dejarlos prácticamente irreconocibles. Y no, en este caso no se puede alegar dejadez institucional o motivos político / administrativos sino la torpeza y la falta de conciencia patrimonial de gente que entró en la cueva, lo vio y por el motivo que fuese…lo destruyó.

    Fue descubierta en el año 1906 por Hermilio Alcalde del Rio, quien la renombraría como La Clotilde en honor a su hija mayor. A modo de curiosidad, su hija menor también "prestó" su nombre (Angelita) a una cueva prehistórica en Cantabria. Poco después de su descubrimiento, junto con H.Breuil, descubren el panel de grabados. Sería incluida poco después en la célebre obra "Les Cavernes de la Région Cantabrique" (1911), circunstancia por la cual adquiriría gran difusión y relevancia a nivel científico. En la década de los 50, Eduardo Ripoll visitó la cueva para estudiar y revisar los grabados, encontrándose ya con la mala noticia del deterioro de una de las figuras. Así lo comunicó en el IV Congreso Nacional de Arqueología celebrado en Burgos en el año 1955, donde detalló que algún visitante anónimo había tachado con diferentes líneas y aspas uno de los bóvidos representados. En esa misma década los Camineros de la Diputación realizaron catas en el vestíbulo de la cueva. Desgraciadamente, a finales de esta década se produce la gran destrucción de los grabados de La Clotilde.

    El 23 de mayo de 1959 un capataz de los camineros denunció los hechos tras comunicarle el Ayudante del Ingeniero de la Diputación de Santander los graves daños causados en la puerta de acceso a la cueva, totalmente destrozada con piedras. En el interior las noticias eran mucho más desalentadoras..habían destruido el panel de los grabados. La autoría se atribuyó a un grupo de jóvenes de Quijas: 5 menores, con edades comprendidas entre los 12 y los 15 años, y un sexto con 16 años (mayoría de edad penal por aquel entonces). Un daño irreparable que se repetiría sistemáticamente (con mucha menor gravedad) contra la puerta de acceso de La Clotilde y sus paredes durante décadas. A principios de la década de los 80, miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios Prehistóricos – CAEAP revisan nuevamente la cueva y descubren nuevas representaciones de arte rupestre, encontrando grabados incompletos de otros bóvidos y numerosas manchas rojas en diferentes paneles de la pared. También sería revisada poco después por Virgilio Fernández Acebo, miembro de la Sección de Espeleología del Seminario Sautuola de la ACDPS.

    Nos encontramos ante una cavidad absolutamente maltratada, de la cual no podremos volver a disfrutar tal y como la conocieron sus descubridores a principios del siglo XX. Unos espectaculares grabados que permanecen en la memoria colectiva de muchos pero que de cara al gran público son unos auténticos desconocidos. Una belleza plasmada en la pared arcillosa de La Clotilde cuya fragilidad es ejemplo a tomar muy en cuenta en el siglo XXI en otras cavidades hoy desprotegidas.

    Bibliografía: "Cueva de La Clotilde: Un modelo en la destrucción del arte rupestre". Sautuola / XVI-XVII, 2010-2012. Virgilio Fernández Acebo.


    Agradecimientos: GAEM Arqueólogos.

    • CUEVA CHUFIN

      La gente de la zona de Rionansa siempre hablaba (desde hace décadas) de una espectacular cueva a la cual tan solo se puede acceder en barca. Esa cavidad recibe el nombre de Chufín. Fue descubierta por M. de Cos y poco más adelante publicada por M. Almagro. Desde la orilla del río Lamasón podemos ir viendo la maravillosa boca abierta. Su vestíbulo es muy espacioso. Aquí se podemos observar en el suelo unos grabados gruesos y profundos. Se trata de diferentes cuadrúpedos representados esquemáticamente Poco más adelante podemos ver que, a medida que se avanza por ella, existe un estrechamiento que comunica con una galería ancha y baja que acaba en una gran sala donde esta la sima, inundada por el pantano de Palombera. Aquí, a diferencia del vestíbulo, existen grabados más finos y pinturas de tonos rojizos. Las hileras de puntos rojos realizadas con el dedo nos recuerdan a otras muchas de la región: Los Arcos, El Castillo, etc. siendo representadas muy posiblemente durante el periodo Solutrense (18.000 años de antigüedad)

    VISITAS

    La cueva de Sovilla no es un yacimiento visitable. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la prehistoria de Cantabria.

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