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Boca de la Cueva del Oso

Estando prácticamente a los pies de la Cueva de Morín, parecía bastante improbable que alguna de las cavidades colindantes no tuviera un yacimiento. Más aún si alguna de ellas, como la Cueva del Oso, tiene incluso una pequeña "chimenea" que comunica directamente con el entorno más cercano de la conocida cueva funeraria. Incluso teniendo la certeza de que la cantera del Mazo Morín (así se llama el pequeño macizo donde se ubican) se ha podido llevar por delante parte del potencial arqueológico no solo de las dos cuevas citadas sino de las que allí existían. Fruto de esta explotación minera, además de perder la mitad de la Cueva del Oso y parte de la de Morín, podemos observar los testigos en la pared de las conocidas como "Cuevas de la cantera", que a buen seguro eran candidatas a ser increíbles enclaves antes de ser destruidas.

Existe una circunstancia poco conocida, citada en el libro "Villaescusa, nuestro valle" (autor Jesús Herrán Ceballos, editorial Valnera SL), que tiene como protagonista a don Julio Calva. Era el maestro del pueblo hace décadas, cuando la cantera se encontraba en pleno apogeo. La gente le confiaba materiales y objetos extraños que encontraba en el lugar, llamando la atención uno de ellos: "una piedra negra, pulida, con forma llamativa". El testimonio de quien se la entregó hacia referencia a la aparición de este tipo de piedras negras en el lugar, que muchas veces se enviaban directamente a la máquina para ser "procesadas" y otras veces aparecían rotas por las explosiones. Un número indeterminado de hachas pulimentadas que han desaparecido de la historia de Cantabria para siempre..una pena.

No cabe duda de que el enterramiento del hombre de Morín y la más que probable aparición de estos objetos utilizados en rituales funerarios de la Prehistoria Reciente, sitúan a la Cueva del Oso en el epicentro de un lugar especial hace miles de años. Desgraciadamente ni señalizado, ni acondicionado, ni mucho menos protegido.

Bibliografía: "Villaescusa, nuestro valle".Jesús Herrán Ceballos. Ediciones VALNERA

 

Acceso al interior de la cueva del Oso

La Cueva del Oso fue descubierta a finales de los años 60 por el equipo de excavaciones de la Cueva de Morín. Como podemos apreciar en la imagen, posee una amplia boca que se encuentra orientada al Norte. Desde aquí se accede a una galería baja que se desarrolla de un modo rectilineo. En la mitad de la misma existe una pequeña sala a la izquierda que posee gran cantidad de bloques y donde existen pequeñas muestras de arte rupestre ubicadas en una cornisa del techo. Existen varias líneas digitales aisladas y varias líneas gruesas grabas con un instrumento de punta roma. Entre todas destaca una línea larga que ha sido interpretada como el contorno cérvico dorsal de un caballo. Desgraciadamente han sido parcialmente alteradas por grafitis, incluso a día de hoy podrían ser totalmente destruidas al no estar protegida la cueva.

Justo enfrente de la citada salida, en la pared derecha, el techo está colmatado por tierras que contienen materiales arqueológicos que proceden del exterior. Es probable que hayan llegado aquí del mismo modo que los encontrados cerca de la boca, los cuales han llegado a través de una chimenea y que fueron encontrados en superficie. Hablamos de restos de talla y útiles, fauna, etc. Destacan una punta de doble dorso, restos de cierto, un microlito geométrico e incluso “cáscaras” de Ostrea edulis. Lo que tradicionalmente se conoce como ostra plana europea. Curiosa circunstancia que nos muestra que los antiguos moradores de la zona marisqueaban.

VISITAS

La Cueva del Oso no es visitable, ya que se encuentra dentro de terrenos particulares. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

Imagenes

DESTACADOS

  • LA CUEVA DE LAS BRUJAS

    La Cueva de las Brujas (Suances, Cantabria) es otro de los grandes desconocidos arqueológicos de nuestra región. La verdad es que su potencial ha ido mermando hasta su cierre debido a la cercanía de la misma con el pueblo. Factor que irremediablemente ha ido haciendo que esta cueva, en la que se une tanto historia como leyenda de Cantabria, se visitase con mucha frecuencia por vecinos y foráneos..con lo que esto conlleva: Nombres grabados, remoción de tierra, alteración de la estratigrafía, etc.

    Independiente, cuenta con una serie de factores que la hacen valedora de ocupar un lugar en nuestro portal. Sobre todo porque conjuga una serie de indicadores arqueológicos (aún no siendo muy abundantes) que indican la presencia humana desde la prehistoria hasta la romanización del territorio. Este último condicionante es relevante teniendo en cuenta de que la cavidad se encuentra en las proximidades de lo que pudo ser el asentamiento romano de Portus Blendium. No en vano, tanto en su interior como en su entorno, son comunes los pequeños hallazgos de cerámica, fragmentos de tégulas o incluso de téselas (las conocidas "piecitas" de los mosaicos romanos).

    Las primeras noticias sobre la Cueva de Las Brujas se remontan a finales del siglo XIX, cuando fue visitada por E. Pérez del Molino. Poco después, en Julio de 1909, fue reconocida el padre Jesús Carballo y H. Breuil que comprobaron la existencia de pinturas rupestres..que resultaron ser falsas. Dichas muestras de "arte no rupestre" fueron picadas y borradas del mapa hacia el año 1961 por encargo de A. García Lorenzo. En esas fechas también se realizó un croquis topográfico de la misma y varios sondeos sin resultado alguno. Ya en la década de los 80, miembros del CAEAP - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – descubrieron grabados rupestres que, unidos a las investigaciones del Dpto. de Prehistoria y Arqueología de la UC, dieron valor arqueológico a la cavidad. Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1997.

    No cabe duda de que estamos ante una cueva en la cual su potencial arqueológico ha sido enmascarado por la actividad humana contemporánea, tanto en su vertiente más natural por el paso de los años y visitas, como por su lado más "oscuro" y malicioso. Esto unido al misticismo de ser una cavidad visitada por "brujas" (como veremos en su leyenda), hacen que este enclave sea una incógnita por décadas.

    Agradecimientos: GAEM Arqueólogos

  • CUEVA DE EL LINAR

    Nos encontramos ante una cavidad de gran desarrollo (se han topografiado cerca de 11 km de galerías en su interior) que uno de sus pequeños recovecos alberga un lugar único en Cantabria, incluso en el Norte Peninsular diría yo. Y aun así, no es una cueva a la que se haya dado mucha relevancia en cuanto a su difusión general y la poca que se ha dado es…de aquella manera. Con decir que el portal oficial de Turismo de Cantabria comenta que se encontraron "restos indígeno-romanos" todo queda dicho.

    Fue descubierta arqueológicamente hablando por Hermilio Alcalde del Río a principios del siglo pasado, quien por aquel entonces encontró un hacha prehistórica y restos óseos. Al igual que ocurriese con la cercana cueva de Las Aguas, también descubierta por Alcalde del Río, fue excavada en la década de los 50 por el equipo de camineros de la Diputación. La intervención la dirigió el director del antiguo Museo Provincial de Prehistoria (el actual MUPAC), el padre Jesús Carballo. Realizaron una cata de 4 m2 al fondo del vestíbulo de la boca más grande (ver imagen), justo al lado del río. Consiguieron un lote de industria lítica que se atribuyeron al Musteriense o Achelense. Poco después, entre finales de 1969 y principios de 1970, fue investigada por el Seminario Sautuola, quienes realizarían la topografía de la misma (a cargo de su Sección de Espeleología) y harían varios sondeos cerca del citado anteriormente. Los resultados fueron publicados por Alfonso Moure Romanillo (exdirector del Museo Arqueológico Nacional) y V. Gutiérrez Cuevas en 1971, destacando diferentes niveles correspondientes al Magdaleniense y Magdaleniense Superior, principalmente industria lítica y restos de fauna.

    Serían estos últimos quienes comenzasen las investigaciones y sondeos (sin publicar) en el vestíbulo de la boca 3, donde se encuentra el acceso a las galerías que contienen el arte rupestre. Hicieron referencia a un pequeño grupo de pequeños puntos rojos, pero nada se sabe de ellos. Hacía el año 1979 el CAEAP (Colectivo para la Ampliación de los Estudios de Arqueología Prehistórica) descubrió el imponente conjunto de grabados en el interior de la cueva, industria lítica, restos de fauna, así como un hacha de la Edad del Bronce y fragmentos cerámicos de la Edad Media. En la que se denominó "Galería de los Grabados" se practicó un sondeo en el que se encontró gran cantidad de materiales atribuibles al Magdaleniense Superior (Muñoz y San Miguel, 1991). Entre los años 1993 y 1994 Ramón Montes y Juan Sanguino realizaron, entre otros muchos aspectos, la primera documento geoarqueológica de la cueva, donde se evidenció la existencia de severos procesos postdeposicionales (debido a la resencia del río) en el vestíbulo de la boca 2 y la hipótesis de un gran yacimiento en el vestíbulo inferior de la boca 3 (Montes, Muñoz, Morlote y Sanguino, 1994; Montes y Sanguino, 2000; Sanguino, Montes y Muñoz, 1993). Sería por esta última teoría por la cual se abordaría en 2004 una intervención en ese lugar dentro del proyecto de investigación "Los tiempos de Altamira", resumida en la monografía con el mismo nombre de donde hemos obtenido gran parte de la información.

    No cabe duda de que el potencial de la cueva de El Linar sigue siendo a día de hoy toda una incógnita, incluso teniendo en cuenta que los hallazgos ya obtenidos son de increíble factura. Nuevamente, la poca inversión y presupuesto dedicado a la arqueología en nuestra región hacen que cavidades como esta queden en el olvido. Y todo ese potencial sustentado con que podría ser perfectamente una de las candidatas a cueva visitable por sus dimensiones en la boca 2 y vestíbulo superior en la boca 3, siendo posiblemente un lugar de culto o santuario (como veremos a continuación). Una auténtica pena, como siempre.

    Bibliografía: "Proyecto de Investigación Los tiempos de Altamira. Actuaciones arqueológicas en las cuevas de Cualventi, El Linar y Las Aguas". Monografías del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, 2016.

  • LA CUEVA DE SOVILLA

    Muy cerca de la cueva de Hornos de la Peña, una de las joyas arqueológicas de nuestra región, nos encontramos con lo que queda de esta maravillosa y desconocida (para el gran público) cavidad. Un pequeño vestigio de la grandeza que, aun ubicándose en un espacio reducido, pudo tener la majestuosidad que tanto los sondeos de la cantera adyacente como aquellos que no respetan el patrimonio, se llevaron por delante desde hace décadas. Hablamos de la cueva de Sovilla, la cual se ubica en el barrio que le da nombre y que antaño, antes de una voladura en los años 50, albergaba vestigios prehistóricos de gran relevancia. Lo que hoy observamos no deja de ser algo testimonial, prácticamente sin vida..grabados del Magdaleniense Superior entre otros contemporáneos que han hecho que el estudio de los mismos haya sido complicado, prácticamente imposible. Paneles totalmente deslucidos por rayaduras, nombres y un sinfín de despropósitos…como si los hombres prehistóricos y sin raciocinio fuesen los del siglo XXI.

    Poco o nada se sabe de la cavidad antes de su destrucción parcial, si bien es cierto que se ha intentado reproducir su morfología inicial basándose en testimonios que la conocieron antes de ser dañada por la cantera. Actualmente nos encontramos con una pequeña galería de unos 3.30 metros de anchura por unos 70 cm de altura que desciende hacia una única sala de forma ovalada de unos 9 metros de anchura por 5.50 de altura donde se encuentra el yacimiento principal. A principios de los años 70 fue superficialmente estudiada en superficie por J.A. Barquín, si bien es cierto que a finales de la década de los 80 (año 1987) sería el C.A.E.A.P. - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – quien visitase la cavidad y encontrase una buena colección de objetos y los primeros grabados no figurativos. La industria lítica encontrada consta de abundantes buriles, láminas y raspadores de silex , algunos cantos rodados con marcas de uso y fragmentos de azagayas. Se estudiaría en profundidad en el año 1991 por un equipo conjunto de la UC (César González Sainz) y miembros del citado colectivo (Ramón Montes Barquín y Emilio Muñoz). Estas investigaciones arrojaron un nivel estratigráfico muy dañado por la citada voladura, además de los diferentes paneles de grabados que veremos a continuación, afectados en gran parte por inscripciones actuales.

    Presenta varios paneles tanto de representaciones animales como de líneas no figurativas. El panel más destacado lo encontramos en el sector central, donde podemos ver dos ciervas y un caballo..y la inscripción TONI destruyendo su majestuosidad. No podemos olvidar la figura de un reno, un bisonte con raspado interior para darle volumen (y muy dañado), un caballo, una cierva y un cuadrúpedo indeterminado. En total 8 representaciones animales que por su morfología nos transportan al Magdaleniense Superior Final, es decir a una antigüedad de 12.000 años.

    Poco o nada se puede hacer ya por remediar las acciones vandálicas en la cueva de Sovilla. Debemos de entender que la concienciación por parte de la sociedad en general y por las empresas se produjo mucho después de su voladura, incluso más tarde de su descubrimiento. No se puede culpar a quien no tiene conciencia de hacer algo malo…otro caso es que quien lo hizo/haga sepa a ciencia cierta que con sus actos está privando al resto de miles y miles de años de historia. Y eso amigos, se llama delito. Y aunque parezca mentira, sigue ocurriendo hoy en día en Cantabria…otra cosa es que salga a la luz.

    Agradecimientos: GAEM Arqueólogos