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Pintura del interior de la cueva de Cudón. Fuente: GAEM Arqueólogos

La cueva de Cudón (Miengo, Cantabria) es una de las joyas olvidadas de nuestra región. Imaginemos el arco Cantábrico en el Gravetiense arcaico: una época fría en toda nuestra vertiente donde abundaban especies como el mamut y los capridos. Hablando de una cueva con arte rupestre podríamos atar cabos y, sin saber mucho más, pensar que en su interior existen diferentes representaciones animales capaces de dejarnos con la boca abierta..pues no, en Cudón no. "Que desilusión" pensarán muchos, sin siquiera saber que los últimos estudios en su oscuro interior nos acercan a una hipótesis de lo más fascinante. Una tendencia única y diferenciada en una época que, por definición, asociamos siempre a grandes artistas prehistóricos. Estamos hablando del aniconismo, una total ausencia de representaciones gráficas relacionadas con alguna creencia o elemento naturalista (animales, personas, etc) en particular. No confundir con "iconofobia", donde existe miedo o recelo a las imágenes o figuras citadas previamente, pudiendo incluso llegar a destruir cualquier representación de aquello que no comparte. De hecho, tras muchos estudios e interpretaciones, se cree que esa más que posible tendencia "anicónica" convivió con arte rupestre coetáneo a su época relacionado con motivos animales. Esto nos habla de una variante socio-cultural diferenciada, tal vez más unida a lo sensorial (como luego veremos) y espiritual…a su modo.

Volviendo a la cavidad, se sitúa por debajo de la carretera que une las localidades de Requejada y Miengo, justo en el núcleo urbano de Cudón (viva el entorno de protección). Se trata de un sumidero con una longitud total de unos 2 kilómetros, conformándose en su interior unas paredes y techos prácticamente lisos. Descubierta en 1929, fue posteriormente investigada por Alcalde del Río, H. Breuil, Obermaier y Carballo, quienes ya por aquel entonces hicieron hincapié en la existencia de algunas pinturas y del yacimiento arqueológico existente (sobre todo en el vestíbulo). Hasta la década de los años 80 del pasado siglo no fue documentada con cierto detalle (Muñoz, San Miguel y Gómez 1991), encontrándose de igual modo otro gran número de manifestaciones de arte rupestre. Desde el año 2011 el gabinete arqueológico GAEM lleva a cabo un estudio sistemático de esta cavidad tanto en el yacimiento arqueológico como en el análisis de las manifestaciones pictóricas, siendo ellos quienes plantean la hipótesis aniconista (con gran acogida) no solo de esta cueva, sino de otras cavidades coetáneas de la vertiente Cantábrica con representaciones similares que apoyan esta teoría.

Al día de hoy conocemos que su boca permaneció sellada como tal hasta su descubrimiento en 1929, realizándose pequeñas incursiones a través de pequeños accesos durante la Tardoantigüedad y la Alta Edad Media. Esta información se conoce sobre todo gracias a la datación de una serie de pinturas negras (carbonosas) datadas por Carbono 14 en esas épocas históricas y por algunos materiales hallados (en paradero desconocido) en las primeras excavaciones de los años 30. Los últimos estudios, dirigidos por Ramón Montes Barquín, revelan que el acceso desde el vestíbulo a las zonas interiores de la cueva pudo estar cegado durante el tramo final del Paleolítico Superior, pudiendo ser esta la razón por la cual no existe en esta zona registro grafico posterior al período Gravetiense. Todo lo contrario que en el citado vestíbulo, muy dañado por las excavaciones en los años 30, donde se encuentran niveles del Paleolítico Superior y Medio. No debemos olvidar una cita de Alcalde del Río (1934) donde también menciona la presencia de evidencias Magdalenienses, de las que tan solo se conserva una azagaya en el MUPAC.

Estamos, en definitiva, ante un increíble yacimiento que permanece en el olvido administrativo. Un ejemplo clarificador: Este mismo año (2014), en plena campaña electoral se dio a conocer el hallazgo de una pequeña cavidad con arte rupestre en el desfiladero de La Hermida, la cueva de Aurea. Menos de 20 m2 en una escarpada pared, prácticamente inaccesible, que fue visitada por el Presidente de Cantabria, el Consejero de Cultura y decenas de medios de comunicación. Video-reportaje incluido nos explicaron cómo las 2-3 representaciones pictóricas (esquemáticas) que albergaba serían uno de los motores económicos y de investigación del municipio de Peñarrubia…Cudón está al pie de la carretera y tiene más de 700 representaciones entre representaciones y grabados…y nadie se acuerda de ella.

Bibliografía: "El conjunto rupestre de la Cueva deCudón (Miengo, Cantabria) y otros conjuntos análogos del centro de la Región Cantábrica: ¿Evidencias de aniconismo en el arte rupestre paleolítico?" - Ramón Montes Barquín, Emilio Muñoz Fernández, José Manuel Morlote Expósito Silvia Santamaría Santamaría y Antonio J. Gómez Laguna.
Agradecimientos: GAEM Arqueólogos

 

Mano en negativo. Fuente: GAEM Arqueólogos

El citado gabinete arqueológico GAEM planteo este mismo año 2015 la posibilidad de que una corriente aniconista se desarrollase paralelamente a otras corrientes figurativas, en un momento dado (Gravetiense antiguo) y en una zona muy concreta (el Cantábrico central). Estos conjuntos pictóricos siempre han sido relegados a un segundo plano por encontrarse casi siempre "solapados" en importancia por las temáticas más artísticas: animales, signos bien conformados y conocidos, etc. (Casado 1977). La temática de estos conjuntos menos significativos poseen un denominador común en cuanto a su contenido: puntos, trazos pareados, manchas de color y en algún caso excepcional (como Cudón) algunas partes del cuerpo humano. Curiosamente, todos sus análogos de la vertiente cantábrica, poseen características comunes:

  • Las representaciones se sitúan por lo general en el interior de las cavidades, siendo habitual un acceso sencillo a estas áreas. Tradicionalmente estos lugares han sido denominados como “santuarios profundos”. Para más señas, en Cudón las pinturas se encuentran a unos 500 metros de la boca.
  • Porcentualmente la mayoría de las representaciones se realizan con pigmentos rojos, aunque existen pinturas negras además de grabados (incisos y digitales).
  • La técnica del pintado es sencilla, más bien rudimentaria. Se cree que sus autores no buscan un efecto estético, más bien un contacto físico directo con el soporte (es decir, las paredes de la cueva).

Todos los conjuntos presentan unos rasgos comunes que les separan de la mayor parte de las manifestaciones rupestres paleolíticas.

Cueva de Cudón

Del estudio realizado entre 2011 y 2014, se han identificado un total de 735 representaciones gráficas atribuibles al Paleolítico distribuidas de la siguiente manera: 589 pinturas rojas, 1 pintura roja y negra (curiosa), 4 pinturas negras de manganeso, 37 pinturas negras de carbón, 33 grabados incisos gruesos, 1 grabado inciso fino y 70 grabados digitales (o macarroni). Como se explicaba en el párrafo anterior, las técnicas destacan por su alto grado de sencillez, siendo la más elaborada el soplado de la mano en negativo que se puede ver en la imagen.

La existencia de otros conjuntos análogos tanto en Cantabria como en Asturias, con dataciones y representaciones similares, llevan a pensar que pudo existir una corriente artística de carácter anicónico entre el 28.000-25.000 antes de nuestra era.

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DESTACADOS

  • CUEVA DEL CALERO II

    Es curioso como el Calero II, una de las cavidades con más renombre dentro de Cantabria, esta completamente olvidada. Con gran ilusión fui a sacar una foto de su boca y volví bastante desilusionado por cómo se encontraba su acceso. Una joya que sobrevivió a la explotación minera que yace abandonada a escasos metros y que por lo que parece (y ya ha sido denunciado), tiene "nuevos problemas" a los que enfrentarse. En diferentes ocasiones, y debido a la plantación de eucaliptos con la que convive (¿en serio una cueva con arte rupestre de 25.000 años está así?. Respuesta: En Cantabria SI), se ha denunciado que su techo se está viendo afectado por las raíces de estos arboles, que ya se dejan ver en diferentes puntos de la misma. Y no solo eso ya que la boca, como todo su entorno, se encuentra lleno de bardales y zarzas que dejan una paupérrima imagen de su boca.

    Sea como fuere, fue descubierta en la década de los 90 del siglo pasado por miembros del CAEAP (Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica) y del G.E.I.S. C./R. Poco después, en el año 1995, un grupo de ambos colectivos dirigido por Jose Manuel Morlote y Emilio Muñoz realizarían un estudio sobre la misma, arrojando espectaculares resultados. Poco después, en el año 1997, sería declarada como Bien de Interés Cultural – BIC. En estos últimos años se ha ampliado el conocimiento de la cavidad, y queda pendiente la publicación y síntesis de todos los resultados que a buen seguro que dan alguna que otra sorpresa.

    No cabe duda de que el Calero II es una de las joyas del arte rupestre en Cantabria. Ni su declaración como BIC (Bien de Interés Cultural) ni su inclusión dentro del INVAC (Inventario Arqueológico de Cantabria) ofrecen ninguna garantía ni legal ni conservacional sobre la misma. Todo ello independientemente de que tuviese que ser todo lo contrario, ya que ambas figuras recogen dentro de la Ley de Patrimonio de Cantabria 11/1998 que se han de exigir responsabilidades en los posibles daños que pueda sufrir, incluso por omisión de las administraciones…juzgad vosotros mismos la boca, su entorno y la reiteración en las denuncias de que los eucaliptos y sus raíces están afectando al techo de la misma. Cantabria Infinita lo llaman..

    Agradecimientos: GAEM Arqueólogos

  • CUEVA DE SANTIAN

    La cueva de Santián es uno de los primeros exponentes de arte parietal descubiertos en Cantabria. Y aun así nos encontramos ante una cavidad prácticamente desconocida para el público general, no tanto para el mundo académico. Fue descubierta en el año 1880 por el coronel Manuel Santiyán. De ahí que la cueva también sea conocida por dicho nombre (Santiyán), o incluso como la cueva de "Los Señores" ya que el propio descubridor acondicionó parcialmente la cueva para visitas que por aquel entonces estaban reservadas a personas de cierto estatus social. Construyó además una puerta de madera para que nadie pudiese entrar en la cavidad, ya que según él y tal como se recoge en una de las actas de la Comisión Provincial de Monumentos (14 de Mayo del año 1888) la cueva recogía "curiosidades científicas dignas de estudio". Desgraciadamente dicha cita quedo en segundo plano porque en esa misma reunión se notificó formalmente la muerte (pocas semanas antes) de Marcelino Sáenz de Sautuola como punto principal de la jornada.

    En Octubre de 1905 Hermilio Alcalde del Río visitó la cueva y reconoció tanto el yacimiento como las pinturas rupestres, que serían incluidas poco después en la obra "Les Cavernes de la Region Cantabrique" publicada por él mismo, Henri Breuil y Lorenzo Sierra en el año 1911. Ya en la década de los años 50 del siglo pasado fue acondicionada por el equipo de Camineros de la Diputación, quienes además de excavar todo el yacimiento arqueológico no dejaron atisbo del mismo para generaciones futuras. Lo que en su momento fue un vaciado y puesta en valor para futuribles visitas, destrozó el suelo de la cueva. Entre los años 1989 y 1990 las pinturas fueron estudiadas por un equipo dirigido por José Alfonso Moure Romanillo, quien las atribuyo al periodo Magdaleniense a diferencia de Breuel que las incluyo en el Auriñaciense.

    Poco o nada más desde entonces. Incluso hubo una temporada a finales del siglo pasado donde fue visitable (podría reabrirse perfectamente). Curiosamente, y fruto del desconocimiento muchas de las paredes, sin ser un acto malintencionado, fueron raspadas para la eliminación de grafitis y pintadas. Incluso el antiguo guía se dedicó, en un pequeño recodo de la cueva donde ubicó unas cajas, al cultivo de champiñones en su interior.

    Por último, se amplió el entorno de protección del yacimiento en el año 2012 basándose el Ejecutivo en la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria. En este caso, y luciéndose nuevamente, incluyeron los terrenos de la cantera cercana (sigue con su actividad) y fincas ya urbanizadas. Argumentaron sobre estos últimos "el entorno de protección de un bien no es incompatible ni con los terrenos urbanos ni con la construcción de viviendas"..unos cracks.


  • CUEVA CHUFIN

    La gente de la zona de Rionansa siempre hablaba (desde hace décadas) de una espectacular cueva a la cual tan solo se puede acceder en barca. Esa cavidad recibe el nombre de Chufín. Fue descubierta por M. de Cos y poco más adelante publicada por M. Almagro. Desde la orilla del río Lamasón podemos ir viendo la maravillosa boca abierta. Su vestíbulo es muy espacioso. Aquí se podemos observar en el suelo unos grabados gruesos y profundos. Se trata de diferentes cuadrúpedos representados esquemáticamente Poco más adelante podemos ver que, a medida que se avanza por ella, existe un estrechamiento que comunica con una galería ancha y baja que acaba en una gran sala donde esta la sima, inundada por el pantano de Palombera. Aquí, a diferencia del vestíbulo, existen grabados más finos y pinturas de tonos rojizos. Las hileras de puntos rojos realizadas con el dedo nos recuerdan a otras muchas de la región: Los Arcos, El Castillo, etc. siendo representadas muy posiblemente durante el periodo Solutrense (18.000 años de antigüedad)


  • LA CUEVA DE CUALVENTI

    El abrigo/cueva de Cualventi (Oreña, Alfoz de Lloredo) es otra de las grandes desconocidas de nuestra región. Y no será por no albergar un potente yacimiento del Magdaleniense (Inferior, Medio y Superior), si bien es cierto que sus representaciones de arte rupestre como tal no son tan llamativas como espera el "gran público". A modo de curiosidad, es una cavidad no visitable que aparece en el portal de Turismo Cantabria como atractivo turístico (¿eign?), y en el portal de Cuevas de Cantabria donde deberían de aparecer todas las cuevas con arte rupestre de la región…no aparece. En fin, en Cantabria somos #asin ;)

    Volviendo al enclave, se encuentra ubicado en el barrio de Perelada, y es de fácil acceso ya que a través de un camino rural se puede llegar sin problema. Al llegar a una zona despejada de eucaliptos, orientado al Oeste, nos encontraremos con un enorme abrigo donde se vislumbra una pequeña puerta que da acceso a la cueva. Desde allí, ya en el interior de la misma, nos encontramos un vestíbulo descendente (de unos 10 metros de largo por 8 de ancho) que nos adentra en un pequeño laberinto kárstico de cerca de un kilómetro.

    Oficialmente fue descubierta a mediados del siglo XX, si bien es cierto que se puede corresponder con la "cueva de Oreña" que fue explorara por A. González Linares y S. Calderón hacia el año 1870. Desde su descubrimiento oficial hasta los años 70, se produjeron en su interior numerosas catas (en parte por los Camineros de la Diputación) hasta que en el año 1976 el antiguo director del MUPACMiguel Ángel García Guinea, realizó las primeras excavaciones sistemáticas de la mano de R.Rincón. Estas continuaron progresivamente salvo en momentos puntuales debido a las diferencias con los propietarios del terreno, hasta que en 1993 el Centro de Investigación del Museo de Altamira llevó a cabo una limpieza de cortes, toma de muestras y documentación del arte rupestre. Todo ello en su campaña "Los tiempos de Altamira". Diez años después, de la mano nuevamente del Museo de Altamira, se reafirmaría la importancia del yacimiento y de su arte rupestre, siendo guía fundamental para llegar a esta conclusión las antiguas investigaciones de García Guinea.

    Qué duda cabe sobre su importancia si echamos la vista atrás en todas esas intervenciones. Una cueva (y abrigo) que para los entendidos es un prolífero yacimiento Magdaleniense y por desgracia para el resto de la sociedad es una auténtica desconocida.

    Agradecimientos:GAEM Arqueólogos

  • CUEVA DE EL JUYO

    La cueva de El Juyo es uno de los grandes tesoros ocultos de nuestra región. Siempre ha permanecido a la sombra de otras grandes cavidades con evidencias coetáneas a su periodo de ocupación, quedando su nombre y relevancia social lejos de lo que realmente merece. Pero no nos equivoquemos: Estamos casi con toda certeza ante el yacimiento del Magdaleniense Inferior más importante de la Península Ibérica. La excelente conservación del mismo permitió acceder a un espacio prácticamente virgen donde todas las evidencias arqueológicas habían permanecido intactas durante milenios.

    Se sitúa en el barrio que la da nombre, en el fondo de una dolina a la cual se accede a través de un camino asfaltado que termina en una explanada (ver mapa). La entrada actual es de pequeñas dimensiones, actuando además a modo de sumidero parcialmente activo por donde transcurre un pequeño riachuelo que ha formado en la roca un nivel subterráneo. A diferencia de sumideros activos como el de la Cueva de Covalejos, donde el agua sigue arrastrando evidencias prehistóricas sin que nadie ponga remedio, en El Juyo tenemos la inmensa suerte de que el agua ha creado su "camino" inmediatamente por debajo del nivel habitado. Quiere decir esto que su estratigrafía se ha conservado a la perfección, quedando el "cauce" muy por debajo del nivel fértil del yacimiento. Si nos situamos en su entrada actual y miramos hacia la izquierda, podríamos ubicarnos virtualmente en lo que fue el acceso primitivo. Al acceder a su interior por dicha boca (de un modo figurado) llegaríamos vestíbulo, el cual se encuentra parcialmente colmatado por desprendimientos y coladas estalagmíticas. Adentrándonos en sus entrañas nos encontraremos con galerías de proporciones considerables que zigzagean hasta reducirse en su tramo final. Habremos recorrido un total de 300 metros aproximadamente.

    Como veremos a continuación más en detalle, nos encontramos ante una cueva con evidencias que abarcan desde los periodos Magdaleniense Inferior y Medio (17.000-14.000 años) hasta la época Altomedieval (siglos VIII-X), pasando por la Edad del Bronce (3.500 años) y por épocas visigodas (siglo VII).

    Destacar por último, que el Museo Altamira presentó una monografía sobre el increíble trabajo de investigación de Echegaray y Freeman que tituló "Excavando la cueva de El Juyo. Un santuario de hace 14.000 años", que podéis encontrar adjunto en el artículo. ¿Alguien da más?

    Agradecimientos: GAEM Arqueólogos