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Boca de la cueva de La Puntida

La cueva de La Puntida tiene algo especial más allá de sus espectaculares dimensiones. Algo que hizo que fuese estudiada previo descubrimiento de otras cavidades del valle del Miera con renombre, incluso antes hallazgo arqueológico y rupestre de su vecina al Sur en el mismo farallón de Ajanedo: la cueva del Salitre. Para desgracia de la cavidad que nos ocupa, no se encontraron pinturas que la transportasen inequívocamente a algún momento de la prehistoria. "Tan solo" se realizaron se realizaron hallazgos de épocas posteriores, principalmente de Edad del Hierro (y medievales). Momento histórico del cual cultural y socialmente nos enorgullecemos en la actualidad y del que política y administrativamente se rehúye a la hora de invertir en su investigación.

Las primeras noticias que se tienen de la cueva de La Puntida nos trasladan a finales del siglo XIX, donde Augusto González de Linares (importante zoólogo y geólogo cántabro) estudio su fauna fósil, si bien hoy se sabe que el hallazgo de estos lo llevó a cabo don Agustín de Hornedo, ingeniero de montes. Por aquel entonces, Linares se había convertido en indispensable para la "élite" de estudios prehistóricos de finales del XIX / principios del XX ya que en cada hallazgo se solicitaban sus servicios desde el punto de vista geológico y paleontológico, de ahí la comunicación. Existe una carta fechada el 21 de Mayo de 1899 donde don Agustín de Hornedo se dirige a Linares para explicarle su visita, exploración y recogida de materiales en una cueva de Miera situada en el lugar denominado Ajanedo, en la orilla derecha del río. A esta exploración Linares, por causas imprevistas, no puede acudir, si bien Agustín de Hornedo le informó sobre el hallazgo de restos óseos que fueron clasificados posteriormente por él mismo. Allí se encontraron restos de diferente índole, si bien nada extraordinario salvo los restos de un oso de las cavernas (muy "típico" en las cuevas del entorno del Miera). El valor arqueológico de La Puntida fue descubierto por los miembros del equipo de Camineros de la Diputación en la década de los 50 del siglo pasado, realizando por aquel entonces diferentes catas en el vestíbulo de la cueva. En esta intervención, dirigida en aquel momento por García Lorenzo, encontraron abundantes cerámicas de la Edad del Hierro. Años más tarde, en la década de los 80, miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP catalogarían definitivamente el yacimiento para su inclusión en el Inventario Arqueológico de Cantabria, encontrando además cerámica prehistórica y signos de arte esquemático abstracto.

Y desde entonces hasta hoy…silencio. Nada más se sabe al respecto de La Puntida. Decenas y decenas de enigmas relacionados con Edad del Hierro en el valle del Miera, espectaculares yacimientos relacionados con esta apasionante época (Abrigo del Puyo, cueva de La Palenciana, El Covarón, Cigudal, Las Regadas, etc) y una gran pregunta al respecto: ¿Dónde vivían los antiguos cántabros de la Edad del Hierro en la comarca del Miera?. Verdaderamente estamos ante un reto arqueológico bestial, que podría dar para décadas de investigación..pero no de titulares. Y hoy, en la politi-arqueología de nuestra comunidad, eso no interesa. Cantabria Infinita lo llaman…

Bibliografía: "El karst de Miera. Estudios, Patrimonio e inventario de las cavidades del Municipio de Miera". Virgilio Fernández Acebo. Boletín Cántabro de Espeleología nº 10 (1988) Santander.

"Excursión científica de 1899 a la cueva prehistórica de La Puntida (Miera, Cantabria, España) y anotaciones a la historiografía de la inmediata cueva del Salitre, y de Covalanas y El Haza (Ramales de la Victoria, Cantabria)". Virgilio Fernández Acebo. Sautuola XIX. Instituto de Prehistoria y Arqueología "Sautuola" Santander (2014).

 

Manchas carbonosas de La Puntida

La Puntida destaca por sus enormes dimensiones. Posee una amplia boca de unos 25 metros de ancho orientada al Oeste, que da acceso a un imponente vestíbulo repleto de grandes bloques. Aun hoy son perfectamente apreciables las catas realizadas en la década de los 50 en el sector izquierdo de la misma. En la pared derecha del vestíbulo, poco después de la boca y entre grandes bloques, se parecía una galería estrecha que nos lleva a la galería inferior a través de una sima de unos 4 metros de profundidad. Una vez abajo, se pueden apreciar diferentes acumulaciones de agua a través de una galería estrecha y muy sinuosa. El yacimiento se encuentra repartido por toda la cueva. A unos 50 centímetros sobre el suelo, en la pared izquierda inmediatamente después de la boca, se aprecia un nivel con abundantes esquirlas óseas y conchas de "Cepaea nemoralis" (caracol rayado). Cerca de aquí, en una pequeña oquedad, se encontraron restos cerámicos de color negruzco y restos óseos.

En el fondo del vestíbulo, en otra de las catas realizadas por el equipo de Camineros de la Diputación, se encontró el mayor número de fragmentos de cerámica de la Edad del Hierro de la cueva (hoy en día depositados en el MUPAC). Cerca de aquí, en la galería que continua por la derecha, se encontraron restos de cerámica medieval en superficie además de restos de fauna doméstica que se creen de la misma época. Todos los materiales encontrados engloban un arco cronológico que va desde época neolítica hasta la medieval, pasando por la Edad del Hierro (materiales más abundantes). Respecto a las diferentes marcas negras, englobadas dentro del arte esquemático abstracto, no se tiene la total certeza de su cronología.

VISITAS

No se recomienda visitar la cueva de La Puntida, ya que se encuentra dentro de terrenos con fuerte pendiente y dificil acceso. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

DESTACADOS

  • CUEVA DE LAS CANALONAS

    Las Canalonas, o la cueva de La Esperanza como también se conoce, no será una cavidad que llame la atención por su majestuosa boca o por sus increíbles dimensiones. De hecho, lo más probable es que si pasas a su lado no la asocies a un milenario pasado. Sobre todo por encontrarse en un entorno / municipio donde abundan los vestigios prehistóricos y protohistóricos en cada abrigo o cueva que veas. "La hermana pequeña" podrían denominar algunos. Pero ese es uno de los mayores problemas de Cantabria en cuanto al patrimonio arqueologíco, el mayor diría yo: Sino tiene un bisonte, un hallazgo material espectacular o no está entre los yacimientos de cabecera (que cada cuatro años tienen que rendir pleitesía al nuevo consejero de Cultura de turno)…no existe.

    Pues esto le ocurre a Las Canalonas. Pero no por ello es menor importante, todo lo contrario. A buen seguro que guarda aún infinidad de sorpresas que esperemos que en el futuro puedan ver la luz. Su valor arqueológico fue descubierto en el año 1969 por V. Gutierrez Cuevas y otros miembros de la Sección de Espeleología del Seminario Sautuola (SESS). No en vano, ese mismo año publica "Las cuevas de la montaña que contienen interés arqueológico" donde expone una relación de yacimientos conocidos hasta el momento y donde se documentan parte de las intervenciones realizadas por los camineros de la Diputación y por el propio seminario Sautuola. No obstante, las excavaciones arqueológicas que realizaron en Las Canalonas no fueron publicadas en su momento y a día de hoy se desconoce el contenido exacto de las mismas. A partir de ahí (durante décadas) se le perdió la pista hasta miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (CAEAP) la volvieron a localizar, encontrando además las manifestaciones rupestres que explicaremos más adelante.

    No cabe duda de que cavidades como Las Canalonas deberían de volver a ser revisadas y "re-investigadas" dado el valor arqueológico que albergan y que, al igual que ocurrió durante décadas tras su hallazgo, sino se vuelven a visitar se pierden en el olvido. Por que este tipo de cuevas también son parte del pasado de Cantabria.

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria. Ediciones Tantín (1988)". Emilio Muñoz Fernández, Carmen San Miguel


  • LOS HORNUCOS DE SUANO

    La cueva de Los Hornucos (Suano, Hermandad de Campoo de Suso) es otra de esas cavidades de Cantabria con una espectacular historia por contar y que hoy en día está totalmente infravalorada y desprotegida. Y no será porque en el pasado no se hiciesen esfuerzos al respecto en cuanto a investigaciones se refiere, lo que ocurre es que en el presente muchas de las cuevas estudiadas a principios de siglo XX cumplen un triste patrón: Si no tienen pinturas, no existen. Si el padre Carballo levantase la cabeza..

    Existen dudas respecto a su descubrimiento y a quienes fueron realmente quienes dieron a conocer su valor arqueológico. De lo que no cabe duda es de que fue en verano del año 1934, siendo además noticia a nivel nacional (tanto El Heraldo de Madrid, como el diario La Voz o La Época se hicieron eco de la misma). Este último, el Lunes 30 de Julio de 1934 rezaba lo siguiente: "Se descubre cerca de Reinosa una gran caverna prehistórica. SANTANDER 28. – En el lugar denominado Los Hornucos, del pueblo de Suano, varios jóvenes encontraron la entrada de una caverna, realizando en ella una incursión de más de mil metros. Luchando contra toda clase de inconvenientes, cuando llevaban más de dos horas andando, se encontraron con restos de alfarería prehistórica, estalactitas y restos de treinta y cuatro esqueletos. Los descubridores de la caverna dieron cuenta del encuentro en Reinosa, causando la noticia gran sensación, por ignorarse que hubiera por allí ninguna cueva prehistórica". Y es en este punto donde ya por aquel entonces se abrió el debate. El Heraldo de Madrid y El Cantábrico narraban que, en los últimos días del mes de Julio, los jóvenes de la comarca Daniel Fernández Ortega, Manuel Hoyo García, Víctor Fernández, Joaquín Fernández, Tomás López, Eduardo Muñoz, Emiliano Villanueva y Adrián Sainz de los Ríos exploraron la cueva. Por contrapartida, en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, Carlos Navarro redacta que el valor arqueológico de la cueva de Los Hornucos fue descubierto por Ricardo García Díaz y Antonio Fernández Carpio (lugareños aficionados a la arqueología), dejando a los muchachos citados en primera instancia como codiciosos buscadores de tesoros. Cierto es que en dicho boletín si les atribuye el hallazgo de la ya conocida como "Galería de Los Cráneos".

    Toda aquella expectación generada en medios de comunicación hizo que la Junta Superior de Excavaciones actuase prácticamente de inmediato, entregando la excavación a Luis de Hoyos Sainz. Este último no pudo llevarla a cabo, con lo que fue el padre Jesús Carballo quien la acometiese a finales de 1935. La primera noticia sobre los resultados de las primeras excavaciones se produciría en una publicación Argentina, concretamente el 16 Mayo de 1936 en la revista "Caras y Caretas", donde Carballo hacía referencia ya a materiales "romanos y visigóticos". Años más tarde, en 1940, aparecerían las primeras ilustraciones de los materiales visigodos allí encontrados en el artículo "La cueva de Suano, Santander" de la Revista de la Universidad de Oviedo (num. 1, pag 103-134).

    Desde entonces hasta los últimos años del pasado siglo XX, Los Hornucos de Suano ha sido citada en diferentes publicaciones como por ejemplo el Boletín Cántabro de Espeología "La Cueva de Hornucos (Suano, Cantabria) - La circulación hídrica y su evolución" (BOHIGAS, R.; CRESPO, L. y TORTAJADA, A., 1981, num. 1 pags 34-35), si bien es cierto que sería el Proyecto Mauranus (codirigido por los arqueólogos Enrique Gutierrez Cuenca y José Ángel Hierro Gárate) quienes traerán nuevamente a esta emblemática cavidad a la actualidad arqueológica con una serie de interesantísimos artículos en su blog. Desgraciadamente nunca se ha realizado una revisión exhaustiva de la misma en las últimas décadas, quedando relegada al olvido institucional y perdiéndose por el camino gran parte de los materiales encontrados en su interior.

    Agradecimientos: ACDPS - Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo.
    Fuente: Proyecto Mauranus - El descubrimiento de la cueva de Los Hornucos (Suano)

  • CUEVA DE LA CASTAÑERA

    Visitando la cueva de La Castañera no pude dejar de pensar en Marcelino Sanz de Sautuola. No por el mero hecho de que esta cavidad este casi con toda certeza conectada geológicamente con Altamira, sino porque aún en nuestros días muchos expertos en la materia nieguen incluso la hipótesis o hablen banalmente de la posibilidad de "conectarla" por fin con la capilla sixtina del arte rupestre. Décadas y décadas sospechándolo, exactamente los mismos años de controversia en el sector más conservacionista. En esencia, algo similar a lo que le ocurrió al botánico cántabro cuando presentó en sociedad el gran panel de los bisontes, donde los especialistas de la época le acusaron de haber mentido y ridiculizaron su hallazgo y teoría. Supongo que actuasen así posiblemente irritadísimos porque un aficionado había hecho el descubrimiento que la historia les tenia "reservado" a ellos. Y volviendo a La Castañera, sabiendo que ha podido haber pruebas más allá de lo geológico que así lo atestigüen, al menos de pequeñas dimensiones..

    Y no será porque diferentes equipos humanos no lo hayan intentado a lo largo de la historia reciente. A finales de la década de los 70 / principios de los 80 miembros de la S.E.S.S. (Sección de Espeleología del Seminario Sautuola) se introdujeron en sus entrañas para intentar buscar la tan ansiada conexión, realizando una gran labor topográfica y de investigación pero sin el resultado final esperado. En el año 1981 Virgilio Fernández Acebo y Mª Teresa Viar (miembros de la citada S.E.S.S. y también de la A.C.D.P.S) hacen una incursión por un estrecho meandro que parte de la pared izquierda de la galería final de La Castañera, quedándose a escasos metros por "debajo" de la conocida sima final de la cueva de Altamira, ubicada en el sector de "La Cola de Caballo". Paralelamente miembros del C.A.E.A.P. - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - realizan una prospección por el interior de La Castañera, localizando materiales en superficie a lo largo del cauce del rio subterráneo que recorre parte de la cueva.

    Y desde entonces poco más podemos decir de las investigaciones en su interior, al menos que esté publicado. Se estima que entre la parte más baja de la sima de La Cola de Caballo (en Altamira) y la parte más alta (y cercana) de la cueva de La Castañera hay una diferencia de entre 5 y 12 metros, siendo un valor más que aceptado el de 8,5 metros. Menos de 10 metros que harían que La Castañera hubiese pasado a la historia como la "puerta de atrás de Altamira", no como el vertedero y basurero que históricamente ha sido siempre. Hace no mucho tiempo, un año aproximadamente, la boca de La Castañera se cerró definitivamente después de décadas de decadencia y olvido..¿Por qué?. Quien sabe si por fin ocupará el lugar que merece, sobre todo gracias a la hipótesis formulada hace décadas a la que nadie quería prestar mucha atención..

    Bibliografía: "La cueva de La Castañera. Memorias de la A.C.D.P.S. 1980-81". Virgilio Fernández Acebo y Mª Teresa Viar

  • LOS HORNOS

    A medida que me dirigía hacia la cueva de Los Hornos no podía dejar de pensar en la grandísima cantidad de cuevas sepulcrales que existen en Cantabria. Y sobre todo del increíble abanico de miles de años que abarcan desde la Prehistoria hasta época visigoda, pasando por épocas especialmente abundantes como son la de la Prehistoria Reciente y que nos ocupa. Y es curioso como además, suelen ser las más desconocidas. "Si no tienen pinturas o grabados, no interesan a las administraciones" dice un buen amigo mío (por desgracia no le falta razón). Y mientras iba haciendo esta reflexión, me pare a observar el espectacular paisaje y la ruta tan bonita que nos conduce hasta la boca de la cueva de Hornos, un espectacular yacimiento en un entorno envidiable en lo paisajístico a menos de 15 minutos de Santander.

    Su valor arqueológico fue descubierto a finales de la década de los 60 (1969) por J. Herreros, quien encontró en su interior varios cráneos humanos. Este hallazgo fue recogido posteriormente por J. León García en el catálogo espeleológico de Cantabria. Décadas más tarde, ya en los años 80 del siglo pasado, el C.A.E.A.P. - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – se adentra en sus entrañas y encuentra nuevamente materiales arqueológicos.

    Y desde entonces hasta nuestros días…nada más. Supongo que su protección y estudio pueda posponerse en favor de cuevas mucho más "atractivas" en lo arqueológico o periodístico. Todo aquello que pueda dar un excelente titular (aunque luego se cierre y no se vuelva a saber) supongo que sea mucho más interesante, donde va a parar. Independientemente de que la ruta que nos lleva hasta la humilde boca de la cueva de Los Hornos sea espectacular para cualquier turista al que le guste la naturaleza, ¿para que gastar dinero en un pequeño panel con su historia?. Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Algunos hallazgos antropológicos en cuevasde Cantabria". Sautuola, V. Pedro Rasines del Río