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Bastón perforado de la cueva de El Pendo

Los bastones perforados (conocidos como bastones de mando) son sin duda una de las piezas arqueológicas más enigmáticas de la prehistoria a nivel europeo. En Cantabria somos unos auténticos privilegiados, ya que tenemos varios y exquisitos (en cuanto a su decoración se refiere) ejemplos de esta maravilla del arte mueble paleolítico. Si Altamira y las cuevas del Monte Castillo son, sin dudarlo, referentes en cuanto al arte rupestre a nivel mundial (gracias a su variado contenido de pinturas y grabados), los bastones de la cueva del Castillo, El Pendo, la cueva del Valle y Cualventi no se quedan atrás en cuanto a calificativos.

Pero ni mucho menos son los únicos en nuestra región. Desde principios del siglo XX hasta nuestros días (el último, encontrado en El Pendo en el año 2016, un fragmento eso sí) han sido varios los encontrados en diferentes cuevas con diferentes estilos decorativos. Circunstancia esta que nos lleva hasta la cúspide en cuanto a este tipo de piezas se refiere. Uno de los primeros en aparecer fue el del Monte Castillo. Fue descubierto por Hugo Obermeier a principios del siglo XX y enseguida llamaría la atención entre la comunidad científica. Posee una longitud aproximada de unos 25 cm, lo que lo convierte en uno de los más grandes de nuestra comunidad autónoma. Realizado en asta de ciervo, posee un grabado de un ciervo macho con un nivel de detalle espectacular: Increíbles cuernas, papada, cuartos traseros, orejas…el grabado grueso e inciso recalca aún más los relieves de este. Actualmente, al igual que parte de los materiales del yacimiento de Monte Castillo de principios de siglo, es propiedad del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander – MAS. No obstante, se encuentra expuesto en el MUPAC de Santander además de tener una réplica en el Museo Nacional de Arqueología en Madrid.

Tras esta pieza, otra de las más relevantes dentro de los bastones perforados, se encontró en la cueva del Pendo, en Camargo. En este caso, el hallazgo se produciría en las excavaciones dirigidas por el padre Jesús Carballo a principios de siglo XX sin ser el único por aquel entonces pero sí el más espectacular. No se tiene la certeza de si está realizado en asta de ciervo o incluso de reno (material también extendido por toda Europa en la realización de este tipo de bastones), si bien sus grabados están perfectamente definidos. Nos encontramos dos cabezas de cierva, una cabeza de caballo y diferentes símbolos en forma de equis. Todo ello de bella factura y realizado en un soporte de entre 15-20 cm, lo que nos da a entender la complejidad de la talla en el mismo. Una cierva entre otros motivos (además de un posible antropomorfo y otros trazos) también es la temática escogida por los antiguos pobladores de la cueva del Valle (Rasines) en otro de los bastones icónicos de Cantabria y tal vez menos conocido. Realizado también en asta de ciervo, fue descubierto a principios de siglo XX en las excavaciones del padre Lorenzo Sierra, desapareciendo en el transcurso de la Guerra Civil. Afortunadamente existe un molde de yeso del mismo en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Ya a finales del siglo XX, en el año 1986, aparecería otro espectacular bastón perforado en la cueva de Cualventi (Oreña) en las excavaciones dirigidas por Miguel Ángel García Guinea. En este caso el motivo decorativo y su posición nos recuerda al ciervo del bastón de El Castillo, si bien la longitud de este lo convierte en el mayor encontrado hasta nuestros días: 30 cm. Y por último, en este pequeño recorrido entre los bastones perforados más relevantes (no quiere decir que no haya más, que los hay y de bella factura), viajamos nuevamente hasta la cueva de El Pendo y a una época no muy lejana: En el año 2016, en el marco de Investigaciones llevadas a cabo por el IIPC - Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria de la Universidad de Cantabria y dirigidas por Edgard Camarós, Marián Cueto y Pablo Arias, aparece nuevo un fragmento de bastón perforado en la cueva de El Pendo. Se uniría a las otras 10 piezas anteriores de esta tipología encontradas en la cavidad, lo que la convierten sin lugar a duda en un referente mundial del arte mueble paleolítico.;

No cabe duda de que los bastones perforados de Cantabria son uno de los iconos por excelencia de la prehistoria europea. Este pequeño recorrido de casi un siglo nos tiene que dar pie a pensar que aún hoy existen decenas de bastones perforados esperando a ser descubiertos en nuestra tierra. Desgraciadamente, el compromiso y la inversión de nuestra Consejería de Cultura es paupérrimo de cara al potencial que tenemos. Es preferible dar 2,5 millones de € al alcalde de Suances para que arregle el Palacio del Amo (del siglo XIX) y así ayudarle a que parezca que le gusta la cultura tras tapar el yacimiento de romano de Portus Blendium con un parking. Cantabria Infinita lo llaman..

 

Réplica del bastón perforado de la cueva de El Castillo. Museo Arqueológico Nacional

Respecto a la cronología de los mismos, no existen dudas. Todos ellos están adscritos al Paleolítico Superior, concretamente al Magdaleniense. Está época supuso una auténtica revolución en la utilización de la industria ósea elaborada: Arpones, propulsores, agujas, punzones y azagayas formaron a pasar parte del uso cotidiano, permitiendo a los antiguos pobladores una mejora en el aprovechamiento de todos los recursos de los que disponían. Las agujas, punzones, arpones y otros tuvieron continuidad en el tiempo más allá de este tiempo pero…¿Qué pasó con los bastones perforados? ¿Porqué no hubo continuidad en su elaboración?

Estas preguntas siguen a día de hoy sin resolver, más que posiblemente unidas a la pregunta del millón: ¿Qué utilidad tenían los bastones perforados?. Desde la aparición del primero, esta pregunta se ha convertido en recurrente dado que nadie tiene la total certeza de su utilidad. Y no será por la formulación de hipótesis, de las cuales existen cerca de 40 que vamos a intentar sintetizar en las más extendidas. Esta síntesis la conocemos gracias a la tesis doctoral realizada en 2016 por Francisco José Redondo Sanz, quien aunó las teorías de más de 100 investigadores de todos los tiempos a este respecto. El resultado fue el siguiente:

Calco del bastón de la cueva del Valle

  • Casi la mitad de los autores (un 45%) atribuye, apoya o reconoce el sentido simbólico o de mando de estos. Es decir, estamos ante bastones de mando como se les conoce normalmente. Un distintivo social (o mágico) que hacia que quien lo portase tuviese un estatus diferenciador dentro de la sociedad. En algunos casos también se les relaciona con la fertilidad, dado que existen piezas con motivos o forma fálica.

  • El 14% apoyan la hipótesis de enderezador de arpones, puntas de fecha o azagayas. Estaríamos ante una herramienta que actuaría como palanca para enderezar, en caliente, este tipo de artefactos. Cabe destacar que en el siglo XIX se descubrió este tipo de prácticas (con artefactos similares) entre algunas poblaciones de esquimales.

  • El 13% de las teorías lo relacionan con el uso de fibras vegetales y el posible trenzado de estas: Realización de cuerdas, amarres, adornos, etc.

  • El 5% baraja que pudieron ser un complemento adicional a la hora de utilizar los propulsores prehistóricos. Es decir, la flecha/lanza se introduciría en el propulsor como se conoce hoy en día, pero el extremo de esta (la punta) se colocaría en el oricio del bastón. De modo que le daría mayor estabilidad y dirección al lanzamiento.

  • El 23% restante no le dan un significado funcional concreto, pudiendo ser un pulidor, un alisador o incluso un trofeo.

No cabe duda de que estamos ante objetos que, por su halo de misterio, despiertan una sensación de misticismo sobre su funcionalidad. Unos bastones cuya perfección y detalle nos transportan al Paleolítico Superior y que nos gustaría que a través de esa pequeña perforación, nos mostrasen realmente cuál era su uso.

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DESTACADOS

  • CUEVA DE LOS MARRANOS

    La cueva de Los Marranos es una cavidad que a buen seguro puede ofrecer alguna sorpresa más a corto/medio plazo. Y no será porque su actual yacimiento no tenga importancia dentro de la prehistoria de Cantabria, todo lo contrario. Es debido a que hace un par de años (2017) se realizo un estudio en cuevas donde ya se conocía la existencia de arte rupestre, apareciendo nuevamente gracias a técnicas de análisis multiespectral conjuntos de pinturas prácticamente borradas por el tiempo. Y Los Marranos, al igual que La Llosa (Villaescusa), Micolón o Porquerizo (ambas en Rionansa), será una de las candidatas a albergar nuevos conjuntos en el estudio que sino se está realizando ya..poco le falta.

    Al igual que decenas de cavidades de nuestra comunidad fue reconocida en los años 50 por los camineros de la Diputación, quienes realizarían por aquel entonces un pequeño sondeo en su interior. Se cree, ya que no hay nada documentado como tal, que uno de los lotes de materiales que se conserva en los archivos del MUPAC pertenece a dicha excavación. No sería hasta la década de los 70 cuando el Speleo Club Cántabro se adentrase en sus entrañas y encontrase, además de materiales arqueológicos, las manifestaciones rupestres que hoy todos conocemos.

    No cabe duda de que Los Marranos nos deparará alguna que otra sorpresa sin mucho tardar. Los diferentes estudios que se están realizando con técnicas de análisis multiespectral en estos últimos años en Cantabria están arrojando unos resultados espectaculares, ahondando en cavidades estudiadas al milímetro (como las del yacimiento del monte Castillo) y encontrando restos pictóricos donde a simple vista el ojo no alcanza. Es por esto por lo que Los Marranos será, casi con toda certeza, candidata a copar alguna que otra portada ?

    Bibliografía: "Las cuevas con arte paleolítico en Cantabria (2002)". A.C.D.P.S.

  • CUEVA DE LA MEAZA

    La Cueva de La Meaza se encuentra ubicada muy cerca del barrio de La Molina, en Ruiseñada. Allí, inmersa en un frondoso bosque, ha sido espectadora de lujo del paso de los milenios hasta que el 11 de Marzo de 1907 Hermilio Alcalde del Río (por si alguien no lo conoce, figura fundamental en el conocimiento del arte rupestre en la cornisa Cántabrica) descubre esta cavidad. Ya en ese momento descubre silex trabajado, fragmentos cerámicos, restos óseos, hogares y el conocido signo serpentiforme ya por aquel entonces bastante degradado

    Pasarían algunas décadas hasta que en 1945 Valentín Calderón de la Vara explora nuevamente la cueva, encontrando numerosos restos de moluscos, cerámica y lo más sorprendente: un sepulcro abierto y desordenado con restos del esqueleto (¿Comoor?). Un años después Calderón de la Vara invita a colaborar a Valeriano Andérez, con quien saca unas más que interesantes conclusiones sobre la estratigrafía de la cavidad que a día de hoy siguen siendo claves en el conocimiento de la misma. Ya en el año 1966 Loriente, Begines y San Miguel realizaron nuevamente excavaciones en su interior, siendo por último el C.A.E.A.P. (Colectivo para la Ampliación de los Estudios de Arqueología Prehistórica), representado principalmente por Emilio Muñoz, Ramón Montes y Jose Manuel Morlote, quienes a finales del siglo pasado encontraron nuevas figuras rupestres en su interior.

    No cabe duda de que la cueva de La Meaza es uno de los exponentes prehistóricos de Cantabria, si bien es cierto que no ocupa el lugar que merece. Referenciada en decenas de publicaciones relacionadas con el arte parietal en la cornisa cantábrica, ahí sigue, sin apenas referencias que pongan en valor su milenario pasado. Otra joya que, a diferencia de lo que muchos pensarán, tiene un encanto especial incluso para ver su boca y su interior desde la "verja". ¡Ahhhh!, es verdad. Que si no se cobra entrada no merece la pena ser ni vista ni panelizada, como la de Morín. Una pena.


  • CUEVA DE SANTIAN

    La cueva de Santián es uno de los primeros exponentes de arte parietal descubiertos en Cantabria. Y aun así nos encontramos ante una cavidad prácticamente desconocida para el público general, no tanto para el mundo académico. Fue descubierta en el año 1880 por el coronel Manuel Santiyán. De ahí que la cueva también sea conocida por dicho nombre (Santiyán), o incluso como la cueva de "Los Señores" ya que el propio descubridor acondicionó parcialmente la cueva para visitas que por aquel entonces estaban reservadas a personas de cierto estatus social. Construyó además una puerta de madera para que nadie pudiese entrar en la cavidad, ya que según él y tal como se recoge en una de las actas de la Comisión Provincial de Monumentos (14 de Mayo del año 1888) la cueva recogía "curiosidades científicas dignas de estudio". Desgraciadamente dicha cita quedo en segundo plano porque en esa misma reunión se notificó formalmente la muerte (pocas semanas antes) de Marcelino Sáenz de Sautuola como punto principal de la jornada.

    En Octubre de 1905 Hermilio Alcalde del Río visitó la cueva y reconoció tanto el yacimiento como las pinturas rupestres, que serían incluidas poco después en la obra "Les Cavernes de la Region Cantabrique" publicada por él mismo, Henri Breuil y Lorenzo Sierra en el año 1911. Ya en la década de los años 50 del siglo pasado fue acondicionada por el equipo de Camineros de la Diputación, quienes además de excavar todo el yacimiento arqueológico no dejaron atisbo del mismo para generaciones futuras. Lo que en su momento fue un vaciado y puesta en valor para futuribles visitas, destrozó el suelo de la cueva. Entre los años 1989 y 1990 las pinturas fueron estudiadas por un equipo dirigido por José Alfonso Moure Romanillo, quien las atribuyo al periodo Magdaleniense a diferencia de Breuel que las incluyo en el Auriñaciense.

    Poco o nada más desde entonces. Incluso hubo una temporada a finales del siglo pasado donde fue visitable (podría reabrirse perfectamente). Curiosamente, y fruto del desconocimiento muchas de las paredes, sin ser un acto malintencionado, fueron raspadas para la eliminación de grafitis y pintadas. Incluso el antiguo guía se dedicó, en un pequeño recodo de la cueva donde ubicó unas cajas, al cultivo de champiñones en su interior.

    Por último, se amplió el entorno de protección del yacimiento en el año 2012 basándose el Ejecutivo en la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria. En este caso, y luciéndose nuevamente, incluyeron los terrenos de la cantera cercana (sigue con su actividad) y fincas ya urbanizadas. Argumentaron sobre estos últimos "el entorno de protección de un bien no es incompatible ni con los terrenos urbanos ni con la construcción de viviendas"..unos cracks.


  • CUEVA DE LA PASIEGA

    La cueva de La Pasiega también se descubrió por casualidad, esta vez en una campaña de excavación en la cueva del Castillo (año 1911). Dos años más tardes se publicaron los primeros estudios sobre la misma y el Castillo. Ante todo debemos de destacar que La Pasiega es la cueva con mayor numero de representaciones de toda la Península Ibérica (dato apabullante) llegando a albergar un total aproximado de 916. Del total siempre se suelen destacar unos 300 animales y 3 antropomorfos. Uno de ellos es de gran belleza, representando (muy posiblemente) un icono de caza o al brujo de la tribu. Se trata de un cuerpo humano con cabeza de bisonte. La última campaña que sacó a la luz varias de estas pinturas se llevó a cabo entre los años 1983 y 1993. Llama la atención la gran cantidad de símbolos aquí encontrados, los cuales dan pie a la imaginación. No debemos de olvidar el gran conjunto de caballos, corzos, y como no la representación de un ave, un ciervo y un pez, siendo estos últimos extraños dentro de las pinturas rupestres. Decir que la gran mayoría son realizadas en ocre y líneas de trazo ancho, y que el trazado laberíntico de la misma es de relativa importancia.


  • CUEVA DEL CALERO II

    Es curioso como el Calero II, una de las cavidades con más renombre dentro de Cantabria, esta completamente olvidada. Con gran ilusión fui a sacar una foto de su boca y volví bastante desilusionado por cómo se encontraba su acceso. Una joya que sobrevivió a la explotación minera que yace abandonada a escasos metros y que por lo que parece (y ya ha sido denunciado), tiene "nuevos problemas" a los que enfrentarse. En diferentes ocasiones, y debido a la plantación de eucaliptos con la que convive (¿en serio una cueva con arte rupestre de 25.000 años está así?. Respuesta: En Cantabria SI), se ha denunciado que su techo se está viendo afectado por las raíces de estos arboles, que ya se dejan ver en diferentes puntos de la misma. Y no solo eso ya que la boca, como todo su entorno, se encuentra lleno de bardales y zarzas que dejan una paupérrima imagen de su boca.

    Sea como fuere, fue descubierta en la década de los 90 del siglo pasado por miembros del CAEAP (Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica) y del G.E.I.S. C./R. Poco después, en el año 1995, un grupo de ambos colectivos dirigido por Jose Manuel Morlote y Emilio Muñoz realizarían un estudio sobre la misma, arrojando espectaculares resultados. Poco después, en el año 1997, sería declarada como Bien de Interés Cultural – BIC. En estos últimos años se ha ampliado el conocimiento de la cavidad, y queda pendiente la publicación y síntesis de todos los resultados que a buen seguro que dan alguna que otra sorpresa.

    No cabe duda de que el Calero II es una de las joyas del arte rupestre en Cantabria. Ni su declaración como BIC (Bien de Interés Cultural) ni su inclusión dentro del INVAC (Inventario Arqueológico de Cantabria) ofrecen ninguna garantía ni legal ni conservacional sobre la misma. Todo ello independientemente de que tuviese que ser todo lo contrario, ya que ambas figuras recogen dentro de la Ley de Patrimonio de Cantabria 11/1998 que se han de exigir responsabilidades en los posibles daños que pueda sufrir, incluso por omisión de las administraciones…juzgad vosotros mismos la boca, su entorno y la reiteración en las denuncias de que los eucaliptos y sus raíces están afectando al techo de la misma. Cantabria Infinita lo llaman..

    Agradecimientos: GAEM Arqueólogos

  • LA CUEVA DE CUALVENTI

    El abrigo/cueva de Cualventi (Oreña, Alfoz de Lloredo) es otra de las grandes desconocidas de nuestra región. Y no será por no albergar un potente yacimiento del Magdaleniense (Inferior, Medio y Superior), si bien es cierto que sus representaciones de arte rupestre como tal no son tan llamativas como espera el "gran público". A modo de curiosidad, es una cavidad no visitable que aparece en el portal de Turismo Cantabria como atractivo turístico (¿eign?), y en el portal de Cuevas de Cantabria donde deberían de aparecer todas las cuevas con arte rupestre de la región…no aparece. En fin, en Cantabria somos #asin ;)

    Volviendo al enclave, se encuentra ubicado en el barrio de Perelada, y es de fácil acceso ya que a través de un camino rural se puede llegar sin problema. Al llegar a una zona despejada de eucaliptos, orientado al Oeste, nos encontraremos con un enorme abrigo donde se vislumbra una pequeña puerta que da acceso a la cueva. Desde allí, ya en el interior de la misma, nos encontramos un vestíbulo descendente (de unos 10 metros de largo por 8 de ancho) que nos adentra en un pequeño laberinto kárstico de cerca de un kilómetro.

    Oficialmente fue descubierta a mediados del siglo XX, si bien es cierto que se puede corresponder con la "cueva de Oreña" que fue explorara por A. González Linares y S. Calderón hacia el año 1870. Desde su descubrimiento oficial hasta los años 70, se produjeron en su interior numerosas catas (en parte por los Camineros de la Diputación) hasta que en el año 1976 el antiguo director del MUPACMiguel Ángel García Guinea, realizó las primeras excavaciones sistemáticas de la mano de R.Rincón. Estas continuaron progresivamente salvo en momentos puntuales debido a las diferencias con los propietarios del terreno, hasta que en 1993 el Centro de Investigación del Museo de Altamira llevó a cabo una limpieza de cortes, toma de muestras y documentación del arte rupestre. Todo ello en su campaña "Los tiempos de Altamira". Diez años después, de la mano nuevamente del Museo de Altamira, se reafirmaría la importancia del yacimiento y de su arte rupestre, siendo guía fundamental para llegar a esta conclusión las antiguas investigaciones de García Guinea.

    Qué duda cabe sobre su importancia si echamos la vista atrás en todas esas intervenciones. Una cueva (y abrigo) que para los entendidos es un prolífero yacimiento Magdaleniense y por desgracia para el resto de la sociedad es una auténtica desconocida.

    Agradecimientos:GAEM Arqueólogos