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  • LA CUEVA DEL RUCHANO

    Conocida con ambos nombres, incluso como cueva de Entrambasaguas, es uno de los ejemplos arqueológicos más atípicos de nuestra región. Muchos de los materiales hallados en su interior son, a groso modo, bastante comunes en otros yacimientos de la zona, bien en interior de cavidades o incluso al aire libre..a excepción de uno de ellos como veremos más adelante.

    Posee una longitud total de unos 2.345 metros aproximadamente, si bien es cierto que su superficie "practicable" (que no seca) es de unos 600 metros, distancia que separa sus dos bocas entre sí. Por la principal emerge el rio Riaño, conducido a través de angostas galerías subterráneas y aflorando en este punto. Es aquí donde la cavidad adquiere unas dimensiones de unos 2 metros y medio de ancho por unos 6 de longitud, sector por el que continuamos a través de una galería que en su punto más profundo se bifurca. Curiosamente, ambas galerías a derecha e izquierda proporcionaron materiales arqueológicos de diferentes características, circunstancia que coincide con la morfología de las dos salas..una seca y otra inundada. La primera de ellas es más amplia, de suelo ascendente y con bastantes bloques rocosos en su interior, localizándose en su interior varios fragmentos de dos grandes vasijas de cerámica a mano en superficie. En la sala inundada (en una represa natural) el espeleógo ingles Dave Linton descubrió en el año 1975 la hoy conocida como Espada de Ruchano, uno de los iconos de la arqueología cántabra relacionados con posibles depósitos rituales de armas en la Edad del Bronce.

    No obstante el yacimiento como tal era conocido desde principios de los años 70, cuando miembros de la Sociedad Espeleológica de Manchester (M.U.S.S.) llevaron a cabo una prospección superficial y encontraron parte de los materias citados en el párrafo anterior. Años después, miembros del C.A.E.A.P. recuperaron diversos materiales tanto en el vestíbulo (raspadores, hojas de dorso, nucleos, fauna, etc) como en la primera sala, completando una colección que reafirmaba la importancia de la cueva en varias etapas tanto prehistóricas como protohistóricas.

    Es más que probable que la propia fuerza del agua haya minimizado el valor arqueológico del yacimiento, tal vez arrastrando materiales que nunca podrán ser recuperados. De lo que no queda duda es de la importancia de lo encontrado hasta nuestros días, una espada única en un contexto único..¿estamos ante algún tipo de ritual u ofrenda realizada a las divinidades protectoras de las corrientes de agua?

    Fuente y documentación gráfica: The Matienzo Caves Project
  • LA PALENCIANA II

    Huele increíblemente a madera quemada. Los incendios que asolaron los Valles Pasiegos a finales de 2021 no se dejaron atrás el municipio de Miera. Todo lo contrario, fue uno de los más afectados. A medida que nos vamos acercando a La Veguilla el color negruzco de las laderas del Pico Redundio se hace más y más presentes. El monte bajo y los escajos quemados nos dan paso a una espectacular cavidad que prácticamente nadie conoce y cuyo potencial rupestre (manifestaciones incluidas) perece en los incendios que año tras año asolan la zona.

    Su inclusión dentro de la zona arqueológica de El Puyo (con la consecuente declaración de Bien de Interés Cultural en el año 2014) de poco o nada valen. De hecho, no valen prácticamente ni para El Puyo, sin duda la mejor necrópolis de la Edad del Hierro en Cantabria. Ni tienen interés cultural ni están protegidos. Solo el sector más académico conoce lo que estamos perdiendo, si bien es cierto que los lugareños la conocen bien al igual que a la cercana Palenciana I. No en vano, desde hace décadas (quien sabe cuántas), han sido excavadas sistemáticamente para extraer arcillas con las que eliminar la acidez de los suelos del valle de Miera para su uso ganadero. Y no, no les culpo. Nadie les ha contado nunca lo que había ahí, nadie las ha protegido nunca y más que me pese, nadie las protegerá. El BIC – Bien de Interés Cultural es un instrumento paupérrimo si nadie lo aplica ni lo comunica, partiendo desde las administraciones.

    La Palenciana II fue reconocida a finales del siglo pasado por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - CAEAP quienes pusieron de manifiesto algunos materiales que sugieren ocupación paleolítica ocasional, hábitat en etapas mesolíticas/neolíticas y uso hacia el Calcolítico / Edad del Bronce. Todo ello con la enorme dificultad de interpretar un yacimiento "vaciado" por la extracción de arcillas comentada previamente.

    No cabe duda de que estamos en un yacimiento especial que no ha corrido nada de suerte y cuyo futuro y el de las pocas manifestaciones que le quedan está más que comprometido. Absolutamente nada ni nadie (bueno, tal vez algún político en cuanto vaya llegando la época de elecciones…y ya) garantizan la conservación de este Bien de Interés Cultural. Lo que si está garantizado es que año tras año las laderas de La Toba seguirán ardiendo, llevándose en algún momento por delante lo poco o nada que queda de su arte parietal.

    Bibliografía: "Elemento de interés arqueológico y Patrimonial en la zona del Puyo" Monografías electrónicas del Centro de Estudios Montañeses, nro 1. (2016). Virgilio Fernández Acebo.

  • LA PALENCIANA

    Si conoces la cueva de La Palenciana te das cuenta de que su milenario pasado tuvo que ser fructífero. Grandes dimensiones, galerías secas y calurosas, grandes bocas que permiten que la luz del Sol entre a gran parte del espacio habitable, orientada hacía el Sur, a media ladera con grandes valles y el río a sus pies..una auténtica maravilla. Solo un problema, que a buen seguro que sus moradores resolvieron, no solo en esta cueva sino en gran parte de los valles del Miera (como así atestiguan la gran cantidad de oseras en las cuevas del Miera): Los osos de las cavernas. Hubo un tiempo en el que tanto Homo Sapiens como el Ursus Spelaeus compartieron espacio vital, y estos últimos querían hibernar en sus cuevas si o sí.

    Pero en La Palenciana nunca sabremos si ambas especies vivieron en ella dado que el vaciado sistemático de las arcillas de estas cuevas para paliar la acidez de los suelos para uso agro-ganadero han hecho que lo a buen seguro fuese un yacimiento espectacular, no deje de ser un auténtico queso de gruyere. Se intuye que sí, pero el suelo del 99% de la cueva está vaciado, de modo que pocas oseras o ninguna quedan. Lo mismo ocurre con cavidades como la cercana Palenciana II, también vaciada para los citados menesteres.

    Su interés arqueológico fue dado a conocer por el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP a finales del siglo pasado y desde entonces hasta hoy poco o nada se sabe de la misma salvo que fue incluida dentro de la zona de protección arqueológica de la cueva de El Puyo en 2014 en la declaración BIC de esta última. Pero el ser incluido dentro de la zona de protección en un papel de nada vale, ya que las quemas sistemáticas de la ladera donde se ubica y el total desconocimiento de la sociedad en cuanto a que está "protegida" de nada valdrá. No en vano, se pueden apreciar calicatas actuales (hasta con una escalera de aluminio contemporánea) que dan a entender que las extracciones de arcillas de su interior se siguen llevando a cabo.

    Una auténtica pena para una cueva (no solo ella sino el conjunto con La Palenciana II) y un entorno digno de poder ser admirado, respetado y al menos señalizado. Cantabria Infinita lo llaman…

    Bibliografía: "Elemento de interés arqueológico y Patrimonial en la zona del Puyo" Monografías electrónicas del Centro de Estudios Montañeses, nro 1. (2016). Virgilio Fernández Acebo.

  • LA PUNTIDA

    La cueva de La Puntida tiene algo especial más allá de sus espectaculares dimensiones. Algo que hizo que fuese estudiada previo descubrimiento de otras cavidades del valle del Miera con renombre, incluso antes hallazgo arqueológico y rupestre de su vecina al Sur en el mismo farallón de Ajanedo: la cueva del Salitre. Para desgracia de la cavidad que nos ocupa, no se encontraron pinturas que la transportasen inequívocamente a algún momento de la prehistoria. "Tan solo" se realizaron se realizaron hallazgos de épocas posteriores, principalmente de Edad del Hierro (y medievales). Momento histórico del cual cultural y socialmente nos enorgullecemos en la actualidad y del que política y administrativamente se rehúye a la hora de invertir en su investigación.

    Las primeras noticias que se tienen de la cueva de La Puntida nos trasladan a finales del siglo XIX, donde Augusto González de Linares (importante zoólogo y geólogo cántabro) estudio su fauna fósil, si bien hoy se sabe que el hallazgo de estos lo llevó a cabo don Agustín de Hornedo, ingeniero de montes. Por aquel entonces, Linares se había convertido en indispensable para la "élite" de estudios prehistóricos de finales del XIX / principios del XX ya que en cada hallazgo se solicitaban sus servicios desde el punto de vista geológico y paleontológico, de ahí la comunicación. Existe una carta fechada el 21 de Mayo de 1899 donde don Agustín de Hornedo se dirige a Linares para explicarle su visita, exploración y recogida de materiales en una cueva de Miera situada en el lugar denominado Ajanedo, en la orilla derecha del río. A esta exploración Linares, por causas imprevistas, no puede acudir, si bien Agustín de Hornedo le informó sobre el hallazgo de restos óseos que fueron clasificados posteriormente por él mismo. Allí se encontraron restos de diferente índole, si bien nada extraordinario salvo los restos de un oso de las cavernas (muy "típico" en las cuevas del entorno del Miera). El valor arqueológico de La Puntida fue descubierto por los miembros del equipo de Camineros de la Diputación en la década de los 50 del siglo pasado, realizando por aquel entonces diferentes catas en el vestíbulo de la cueva. En esta intervención, dirigida en aquel momento por García Lorenzo, encontraron abundantes cerámicas de la Edad del Hierro. Años más tarde, en la década de los 80, miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP catalogarían definitivamente el yacimiento para su inclusión en el Inventario Arqueológico de Cantabria, encontrando además cerámica prehistórica y signos de arte esquemático abstracto.

    Y desde entonces hasta hoy…silencio. Nada más se sabe al respecto de La Puntida. Decenas y decenas de enigmas relacionados con Edad del Hierro en el valle del Miera, espectaculares yacimientos relacionados con esta apasionante época (Abrigo del Puyo, cueva de La Palenciana, El Covarón, Cigudal, Las Regadas, etc) y una gran pregunta al respecto: ¿Dónde vivían los antiguos cántabros de la Edad del Hierro en la comarca del Miera?. Verdaderamente estamos ante un reto arqueológico bestial, que podría dar para décadas de investigación..pero no de titulares. Y hoy, en la politi-arqueología de nuestra comunidad, eso no interesa. Cantabria Infinita lo llaman…

    Bibliografía: "El karst de Miera. Estudios, Patrimonio e inventario de las cavidades del Municipio de Miera". Virgilio Fernández Acebo. Boletín Cántabro de Espeleología nº 10 (1988) Santander.

    "Excursión científica de 1899 a la cueva prehistórica de La Puntida (Miera, Cantabria, España) y anotaciones a la historiografía de la inmediata cueva del Salitre, y de Covalanas y El Haza (Ramales de la Victoria, Cantabria)". Virgilio Fernández Acebo. Sautuola XIX. Instituto de Prehistoria y Arqueología "Sautuola" Santander (2014).

  • EL COVARON

    La cueva de El Covarón, conocida también como cueva del Haya o La Covarona, es uno de los máximos exponentes de Cantabria en cuanto a la Edad del Hierro se refiere. Y curiosamente en un entorno donde podemos encontrar infinidad de ejemplos sobre hallazgos en cuevas en este periodo (Abrigo del Puyo, cueva de La Puntida, cueva de Cigudal, Las Regadas…etc) pero donde aun no se ha encontrado ningún hábitat relacionado con las mismas. Este aire de misticismo (dado el enorme desconocimiento al respecto) hace que tanto El Covarón como todo el entorno de la Peña de Yagos sea aún una auténtica incógnita arqueológica de un puzzle del que solo se tienen cuatro o cinco piezas (cuevas).

    Tanto la cavidad como el valor arqueológico de la misma fue descubierto por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - CAEAP en el año 1982, momento en que recogerían en superficie la gran mayoría de los materiales conocidos en nuestros días. Pocos años después, en 1988, sería incluida en la Carta Arqueológica de Cantabria además de ser incluida en diferentes publicaciones de referencia como en el "Catálogo topográfico de las cavidades con interés arqueológico: Besaya-Miera (Zona II)" del Boletín Cántabro de Espeleología nº8 del año 1987 (redactado por Emilio Muñoz, Carmen San Miguel y José Gomez Arozamena) o "Estudios, patrimonio e inventario de las cavidades del municipio de Miera" del Boletín Cántabro de Espeleología nº 10 del año 1994 (redactado por Virgilio Fernández Acebo) entre otras. No obstante, independientemente de haber sido incluida como cueva de referencia en cuanto a la Edad del Hierro en Cantabria en diferentes publicaciones / artículos, nunca se ha realizado ningún tipo de intervención en la misma.

    No cabe duda de que nos encontramos ante una auténtica maravilla aún por descubrir. El mayor problema en este tipo de cavidades es que "el titular" que pueden arrojar no interesa al político de turno, más preocupado de justificar la paupérrima inversión arqueológica en Cantabria con hallazgos de "pinturas rojas", guerreros visigodos (aunque para ello tengan que ocultar y mentir con un hallazgo de hace 6 años) o algo con lo que poder contentar en su editorial del Diario Montañés. La Edad del Hierro no cuenta ni dentro ni fuera de las cuevas..bueno si, solo para publicitar a los cántabros como un pueblo aguerrido al igual que sus antepasados a los que, ciertamente, tienen abandonados. Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Carta arqueológica de Cantabria". Emilio Muñoz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas. Editorial Tantín (1988).

  • LA SOTERRAÑA

    La cueva de La Soterraña (o Las Regadas como también se la conoce) es un yacimiento espectacular por diferentes motivos y cronologías. Además de su increíble valor arqueológico, apenas estudiado, su entorno paisajístico y natural hacen de este enclave algo especial. Algo que por desgracia no ven así las administraciones competentes (porque les compete, no por otra cosa), que tienen esta maravilla totalmente a su merced. Pero bueno, nada extraño dado que tienen Bienes de Interés Cultural – BIC cercanos (como la necrópolis de El Puyo, uno de los máximos exponentes de la Edad del Hierro en el Norte Peninsular) totalmente abandonados y sin protección alguna. La máxima de las cuevas en Cantabria de “si no tiene pinturas no interesa” se cumple a la perfección en La Soterraña, aunque como veremos a continuación, tengamos evidencias desde el Paleolítico Medio hasta época Alto medieval.

    El yacimiento fue reconocido por primera vez en la década de los 80 del siglo pasado por miembros de la Sección de Espeleología del Seminario Sautuola S.E.S.S, quienes la incluirían en su cuaderno de salidas como "cueva de Las Cabañas". Sería estudiada poco después por el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica CAEAP. Ya por aquel entonces, se realizó un plano de la misma (1985) y se puso en contexto su gran valor arqueológico gracias a los materiales encontrados en su interior. Una de las curiosidades de la misma es que en el año 1986 un estudiante canadiense grabaría varias representaciones animalistas (un ciervo por ejemplo, que podéis apreciar en la imagen) para confundir al Director del Museo e Inspector de Patrimonio de la Consejería de Cultura. Evidentemente, fue expulsado de inmediato del equipo de investigación.

    Y desde entonces hasta hoy mismo, poco más relacionado con la protección, investigación y puesta en valor de la cueva de La Soterraña. Una cavidad, como veremos, que tiene relación directa (al menos uno de sus sectores) con la necrópolis del abrigo de El Puyo y desde donde diferentes materiales se han ido precipitando hacía las entrañas de la tierra. Una auténtica pena que algo tan maravilloso pase totalmente desapercibido..Cantabria Infinita lo llaman.

    Bibliografía:"El karst de Miera. Estudios, Patrimonio e inventario de las cavidades del Municipio de Miera" Virgilio Fernández Acebo. Federación Cántabra de Espeleología, 1994 (Santander).

  • EL ACEBO

    La cueva del Acebo es otra de esas cavidades que tienen un aura especial. Y no, no solo por su espectacular ubicación en la omnipresente Peña Yagos de Miera, sino por las decenas de incógnitas que aún la rodean tanto a ella como a todas las cuevas relacionadas (de un modo u otro) con la Edad Bronce y el Hierro en la comarca. Una concentración (La Soterraña, El Covarón, La Puntida, El Puyo, Cigudal, La Palenciana..y un largo etc) que nos habla de una historia aún desconocida y que por los pocos vestigios estudiados al respecto..parece maravillosa a la vez que abandonada. Y eso que nos enorgullecemos "tanto" de los antiguos cántabros

    Su valor arqueológico fue dado a conocer por el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP a principios de los años 80, si bien existen calicatas antiguas atribuidas al equipo de Camineros de la Diputación que pueden apuntar a un conocimiento previo sin documentar. Desgraciadamente, algunas de las calicatas parecen tener cierto rigor y sentido, pero otras tantas no parecen estar hechas por este antiguo equipo. Y desde entonces hasta hoy, salvo diferentes y breves citas en publicaciones como el Boletín Cántabro de Espeleología..nada más al respecto.

    Una historia, la de todas las cuevas relacionadas con la Edad del Hierro en la comarca de Miera (en definitiva, de toda Cantabria) que se pierde diluida entre los publirreportajes vacíos de los Consejeros y Directores de turno, más preocupados de vendernos licitaciones del MUPAC sobre cuantas empresas se han presentado a su construcción o Leyes de Memoria Histórica que son de todo menos históricas. Mientras tanto, lábaro en ristre, cuevas y yacimientos como la cueva del Acebo perecen en el olvido…Cantabria Infinita lo llaman.

    Bibliografía: "Catálogo topográfico de las cavidades con interés arqueológico: Besaya-Miera (Zona II)". Carmen San Miguel Llamosas, Emilio Muñoz Fernández y Jesús Gomez Arozamena. Boletín Cántabro de Espeleología, 8 (1987)





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