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Boca de la cueva del Portillo del Arenal. Fuente: Proyecto Mauranus

La cueva del Portillo del Arenal (Velo, Piélagos) es otro de esos yacimientos que pasa desapercibido para la gente de a pie, pero que destaca entre la comunidad científica por su gran aportación a la arqueología regional. Si bien es cierto que existen publicaciones al respecto, como la adjunta en la bibliografía, no es un enclave al que se le haya dado mucha difusión por parte de la administración, aun siendo un auténtico referente a la hora de conocer un poco más sobre el pasado visigodo de Cantabria. Se encuentra ubicada muy cerca del límite con el municipio de Camargo, en la parte alta de una ladera cercana a la localidad de Velo y cerca del denominado "Portillo del Arenal", del que toma su nombre. Para más detalle, su entorno se encuentra rodeado por una plantación de eucalipto, aunque se cree que pudo estar rodeada por un encinar por las diferentes "manchas" o ejemplares del mismo que aún se diferencian en los alrededores.

Como se puede apreciar en la imagen, la boca de la cueva es de reducidas dimensiones, dando paso a un pequeño vestíbulo en rampa (descendente) que finaliza en una sima de unos 3 metros de caída. Ya en la vertiente más profunda nos encontramos con una pequeña plataforma que nos traslada a una sala, al Norte, de 70 m2 aproximadamente que contiene grandes bloques. Es aquí donde se encuentran las evidencias más llamativas, tomando el nombre de "galería sepulcral". Si volvemos a la citada plataforma y nos dirigimos en dirección Sur, nos encontramos una pequeña rampa descendente que nos lleva a una galería de unos 7 metros de longitud, tomando está el nombre de "galería de los derrubios". Al fondo de este sector nos encontramos con una pequeña sala elevada. Justo en este punto, en un paso muy estrecho, podemos acceder a una galería inferior de más amplitud que la que la precede, conociéndose como la "galería de los caballos", luego veremos porqué (VALLE et alii, 1998).

El yacimiento fue descubierto por miembros del C.A.E.A.P. y del G.E.I.S. a finales del siglo pasado, llevándose a cabo una intervención arqueológica en el mismo bajo la dirección de Emilio Muñoz y Jose Manuel Morlote en el año 1995. Sería a partir de entonces cuando los hallazgos más significativos dotarían a esta cavidad de la importancia que tiene hoy en día. Por último, en otoño de 2010, se realizan varias dataciones por Carbono 14 a varias de las muestras humanas recogidas previamente. De este análisis y estudio se encargarían los arqueólogos José Ángel Hierro Gárate y Enrique Gutiérrez dentro del "Proyecto Mauranus", un referente (no solo a nivel regional, sino nacional) en el estudio y contextualización de este tipo de yacimientos relacionados con entornos sepulcrales en época tardoantigua.

Fotografías y agradecimientos: Proyecto Mauranus
Bibliografía: "La utilización sepulcral de las cuevas en época visigoda: los casos de Las Penas, La Garma y el Portillo del Arenal (Cantabria)" - José Ángel Hierro Gárate (Munibe)

 

Restos óseos

Incisivo de uno de los caballos de la cueva del Portillo del Arenal. Fuente: Proyecto Mauranus

La gran mayoría, por no decir casi todos, los materiales recuperados en la cueva del Portillo del Arenal, se encontraron dispersos por la superficie de la cueva (en las galerías bajo la sima), dispersos entre los bloques calizos que se reparte por el yacimiento. La mayor concentración de los mismos se encontró entre la "sala sepulcral" y en la "galería de los derrubios". Se cree que gran parte de los materiales de esta última sala se precipitasen desde la sala sepulcral, ya que como bien se ha apuntado previamente, de la 1ª sala (sepulcral) a la 2ª (derrubios) llegamos a través de una rampa descendente..la gravedad hizo el resto.

No quiere decir esto que en la salita elevada del fondo de la cueva ni en la "sala de los caballos" no se encontrasen restos, pero en menor medida. De todos modos, el nombre de esta última sala no es casual, ya que en su interior se encontraron los esqueletos completos (en conexión anatómica) de 2 caballos tumbados de lado. Sus pequeñas dimensiones hacen pensar que se trata de ejemplares jóvenes y, si bien se pensó inicialmente que pudieron tener relación con los enterramientos visigodos de la sala superior, finalmente se pudo destacar esta opción gracias a los trabajos de datación de 2010 que los sitúa...¡en el periodo Aziliense! (más de 10.000 años de antigüedad). A favor de esta datación se encuentra la gran costra calcárea en los restos, denotando que hablamos probablemente de época prehistórica. Se plante incluso que pueda existir un acceso directo a la galería inferior de la cueva de Portillo del Arenal y que esté colmatado. Por el contrario, la falta de restos asociados en la galería y el posible margen de error (por contaminación del muestra, por error de calibrado, etc) suscitan dudas que en una intervención y/o datación futura se deberán de resolver.

Los restos humanos de la cavidad del Portillo del Arenal se localizaron principalmente en la "sala sepulcral", aunque también se encontraron fragmentos óseos en la "galería de los derrubios", muy posiblemente (como se apuntaba antes) deslizados por la rampa descendente (VALLE et alii, 1998: 40). A diferencia de los caballos, los huesos humanos se encontraron en un estado de conservación/dispersión bastante malo, en gran parte debido a la acción animal y por los frecuentes desprendimientos de bloques del techo. Esto, unido a la gran concentración ósea en una zona reducida de la cueva, dificultó la identificación y catalogación de los mismos. Se tiene constancia de la presencia de unos 11 individuos (8 adultos y 3 sub-adultos), diferenciándose por su complejidad de otros yacimientos sepulcrales coetáneos como por ejemplo La Garma o la Cueva de Las Penas.

Otros materiales

Broche liriforme del Portillo del Arenal antes del proceso de restauración en el MUPAC. Fuente: Proyecto Mauranus

Respecto a los hallazgos materiales, existen evidencias de varios momentos muy diferenciados (desde la Prehistoria hasta la Edad Media), incluso en épocas tardoantiguas (tempranas en el siglo V d.C, hasta visigodas en el siglo VIII d.C.) donde la variedad en nuestra región no abarca un arco cronológico tan amplio. De lo que nadie duda alguna es de la gran relevancia de este yacimiento, tal vez en mascarado por otros enclaves más investigados que este. El lote de materiales más significativo de la cueva del Portillo del Arenal se centra principalmente en la indumentaria: Una placa de bronce de tipo liriforme perteneciente a un broche de cinturón (finales del siglo VII d.C. / principios del VIII d.C.), otra placa de la misma tipología (esta vez en hierro), un terminal de bronce, una hebilla circular de hierro e incluso un briquet o encendedor de chispa de hierro. En cuanto a los útiles, se recuperaron cuatro pequeños cuchillos de hierro, tres puntas de enmangue tubular y una paleta o atizador. Cabe destacar que ninguno de ellos, ni siquiera los cuchillos, podrían catalogarse como armas. De hecho, la presencia de este tipo de materiales no es extraña en contextos funerarios de época visigoda, no por tratarse de un ajuar, sino por encontrarse relacionados con los cinturones (encontrados en muchas ocasiones como esta) al estar suspendidos de ellos. También fueron recuperados tres pequeños punzones de tejedor de hueso, de los cuales 2 se encontraron encima de una pequeña hoguera que fue datada entre los siglos VIII-IX d.C.

Por último, dentro del apartado de hallazgos materiales, destaca la gran cantidad de fragmentos cerámicos encontrados en la cueva, la gran mayoría relacionados con tipos de olla. Uno de estos recipientes (fragmento), de perfil en “S”, fue realizado a torneta con una decoración incisa a base de dientes de lobo en el cuello y meandros. Paradójicamente, su datación por Termoluminiscencia nos transportó a un periodo relativamente temprano (siglo V d.C), lo que nos da a entender que existieron posiblemente dos periodos de actividad bien diferenciados: Uno en el citado siglo V d.C y otro en el siglo VIII d.C., ambos posiblemente relacionados con actividades sepulcrales. A parte del citado fragmento, con decoración incisa, existen otros tantos restos de ollas (lisas) similares, incluso herrajes metálicos de al menos un recipiente de madera o caldero similar al de la Cueva de Las Penas.

VISITAS

La cueva de Portillo del Arenal no es un yacimiento visitable, ni siquiera su entorno es practicable. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

DESTACADOS

  • LOS HORNUCOS DE SUANO

    La cueva de Los Hornucos (Suano, Hermandad de Campoo de Suso) es otra de esas cavidades de Cantabria con una espectacular historia por contar y que hoy en día está totalmente infravalorada y desprotegida. Y no será porque en el pasado no se hiciesen esfuerzos al respecto en cuanto a investigaciones se refiere, lo que ocurre es que en el presente muchas de las cuevas estudiadas a principios de siglo XX cumplen un triste patrón: Si no tienen pinturas, no existen. Si el padre Carballo levantase la cabeza..

    Existen dudas respecto a su descubrimiento y a quienes fueron realmente quienes dieron a conocer su valor arqueológico. De lo que no cabe duda es de que fue en verano del año 1934, siendo además noticia a nivel nacional (tanto El Heraldo de Madrid, como el diario La Voz o La Época se hicieron eco de la misma). Este último, el Lunes 30 de Julio de 1934 rezaba lo siguiente: "Se descubre cerca de Reinosa una gran caverna prehistórica. SANTANDER 28. – En el lugar denominado Los Hornucos, del pueblo de Suano, varios jóvenes encontraron la entrada de una caverna, realizando en ella una incursión de más de mil metros. Luchando contra toda clase de inconvenientes, cuando llevaban más de dos horas andando, se encontraron con restos de alfarería prehistórica, estalactitas y restos de treinta y cuatro esqueletos. Los descubridores de la caverna dieron cuenta del encuentro en Reinosa, causando la noticia gran sensación, por ignorarse que hubiera por allí ninguna cueva prehistórica". Y es en este punto donde ya por aquel entonces se abrió el debate. El Heraldo de Madrid y El Cantábrico narraban que, en los últimos días del mes de Julio, los jóvenes de la comarca Daniel Fernández Ortega, Manuel Hoyo García, Víctor Fernández, Joaquín Fernández, Tomás López, Eduardo Muñoz, Emiliano Villanueva y Adrián Sainz de los Ríos exploraron la cueva. Por contrapartida, en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, Carlos Navarro redacta que el valor arqueológico de la cueva de Los Hornucos fue descubierto por Ricardo García Díaz y Antonio Fernández Carpio (lugareños aficionados a la arqueología), dejando a los muchachos citados en primera instancia como codiciosos buscadores de tesoros. Cierto es que en dicho boletín si les atribuye el hallazgo de la ya conocida como "Galería de Los Cráneos".

    Toda aquella expectación generada en medios de comunicación hizo que la Junta Superior de Excavaciones actuase prácticamente de inmediato, entregando la excavación a Luis de Hoyos Sainz. Este último no pudo llevarla a cabo, con lo que fue el padre Jesús Carballo quien la acometiese a finales de 1935. La primera noticia sobre los resultados de las primeras excavaciones se produciría en una publicación Argentina, concretamente el 16 Mayo de 1936 en la revista "Caras y Caretas", donde Carballo hacía referencia ya a materiales "romanos y visigóticos". Años más tarde, en 1940, aparecerían las primeras ilustraciones de los materiales visigodos allí encontrados en el artículo "La cueva de Suano, Santander" de la Revista de la Universidad de Oviedo (num. 1, pag 103-134).

    Desde entonces hasta los últimos años del pasado siglo XX, Los Hornucos de Suano ha sido citada en diferentes publicaciones como por ejemplo el Boletín Cántabro de Espeología "La Cueva de Hornucos (Suano, Cantabria) - La circulación hídrica y su evolución" (BOHIGAS, R.; CRESPO, L. y TORTAJADA, A., 1981, num. 1 pags 34-35), si bien es cierto que sería el Proyecto Mauranus (codirigido por los arqueólogos Enrique Gutierrez Cuenca y José Ángel Hierro Gárate) quienes traerán nuevamente a esta emblemática cavidad a la actualidad arqueológica con una serie de interesantísimos artículos en su blog. Desgraciadamente nunca se ha realizado una revisión exhaustiva de la misma en las últimas décadas, quedando relegada al olvido institucional y perdiéndose por el camino gran parte de los materiales encontrados en su interior.

    Agradecimientos: ACDPS - Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo.
    Fuente: Proyecto Mauranus - El descubrimiento de la cueva de Los Hornucos (Suano)

  • ABRIGO DE BARCENILLA

    Un paseo por las verdes laderas de Barcenilla (Piélagos, Cantabria). Giras la cabeza a tu izquierda y te encuentras con una pared de piedra que poco a poco, tras continuar tu camino, vas dejando atrás. Este podría ser el resumen de una ruta cualquiera por las "camberas" de nuestra tierra, Cantabria. Todo normal sino fuese porque esa "pared" fue parte fundamental en la vida de los humanos que vivieron el ocaso de la última glaciación conocida hasta nuestros días (Würm) y que fueron testigos y a la vez protagonistas de uno de los cambios más importantes de la Prehistoria. Y allí, en ese pequeño abrigo, estuvieron miles de años hasta que milenios después los investigadores se dieron cuenta de que era mucho más que un bloque rocoso en las inmediaciones de la ría del Pas. Hablamos del conocido abrigo de Barcenilla, uno de los máximos exponentes en el conocimiento y transición de la época Mesolítica a la Neolítica en Cantabria, que como todos sabemos fue más "tardía" que en el resto de la Península y Europa. Un cambio cultural donde las sociedades de cazadores-recolectores (y mariscadores, como no) se fueron convirtiendo en sociedades donde la ganadería y la agricultura eran su principal modo de vida, transformación mucho más lenta en nuestra región que en el resto del territorio. No olvidemos que las primeras sociedades campesinas típicas de esta época (Neolítico) aparecieron en Próximo Oriente hace más de 11.000 años, en el Sur de Europa hace unos 8.000 años y en la Región Cantábrica hace unos 7.000 años (es decir, hacia el V milenio a.C.)

    El yacimiento existente fue reconocido en el año 1979 por el CAEAP – Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica, quienes lo incluirían en la Carta Arqueológica del municipio de Piélagos. La prospección inicial (superficial) realizada poco después daría con diversos materiales (cerámica prehistórica, un molar humano, dos lascas de silex y pequeños fragmentos de conchas) que fueron depositados en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Santander. En el año 1998, tras la concesión del correspondiente permiso por parte de la Consejería de Cultura, un equipo multidisciplinar liderado nuevamente por el CAEAP (quien sufragó económicamente las dataciones) realizó un exhaustivo estudio del abrigo y su entorno que permitió tener un increíble conocimiento de su estratigrafía y, en definitiva, de su milenario pasado.

    No cabe duda de que estamos ante otro gran desconocido de una época apasionante en Cantabria. Un momento en el que el modo de vida de sus gentes cambió por completo, no solo para ellos mismos sino para la evolución del ser humano. Una "pared" normal a la que todos deberíamos de mirar con ojos de admiración y que no deja de ser un testigo mudo del paso de los milenios sin que la gente de a pié sepa lo que es.

    Bigliografía:"SONDEO ARQUEOLÓGICO EN EL ABRIGO DE BARCENILLA (T.M. DE PIÉLAGOS, CANTABRIA). Kobie Serie PaleoantroPología nº 32: 79-112." - Emilio Muñoz Fernández, Jose Manuel Morlote Expósito, Silvia Santamaria Santamaria, Pedro Castaños Ugarte, Blanca Ruiz Zapata, Maria Jose Gil García y Paloma Uzquiano Ollero.

  • LA CASTAÑERA

    El abrigo de La Castañera (Obregón de Villaescusa) es uno de los ejemplos más claros de toda Cantabria de la falta de compromiso con nuestro patrimonio. El resumen podría ser el siguiente: El yacimiento con una de las estratigrafías más importante y amplia del Calcolítico/Edad del Bronce de toda Cantabria ha sido utilizado hasta no hace muchos años como vertedero y aliviadero de una piscina. Así de duro, así de simple..y no se hace absolutamente nada. Fue reconocida en los años 50 del siglo pasado por el equipo de Camineros de la Diputación, quienes realizarían una excavación en la cavidad. De la mano de R. Rincón Vila, en el año 1975, fue excavado por el equipo del Museo Regional de Cantabria quienes diez años después (1985) publicarían la síntesis y resultados de los trabajos allí realizados. Poco después, en la misma década de los 80 y tal y como recoge el libro "Las Cuevas de Villaescusa", muchos vecinos realizaron intervenciones sin permiso con el fin de recolectar fragmentos cerámicos y otras piezas que en algunos casos (en otros no) fueron entregados al museo. Tuvo la grandísima suerte de que, entre el año 2011 y 2013, un equipo multidisciplinar dirigido por Cristina Vega Maeso aborda nuevamente el estudio del yacimiento y hoy en día vuelve a parecer un abrigo en vez de un vertedero. Se limpia y se estudia nuevamente su estratigrafía además de ampliarla. Entre los nuevos materiales encontrados destacan niveles de abono y más restos animales, algo que junto con el resto de restos óseos (principalmente de cabras y cerdos) abrió la hipótesis bastante acertada de que nos podemos encontrarnos ante un corral (con otros usos posteriores) de época calcolítica. Poco después (2016), el mismo equipo, realiza un análisis geofísico del área de la Castañera para poder encontrar restos de un posible asentamiento al aire libre ligado a dicho "corral". En la denominada como zona M1 (en la vega justo por debajo) el equipo conformado por Eduardo Carmona Ballestero, Cristina Vega Maeso, Oscar López Jiménez y Victoria Martínez Calvo, encuentran a través del georadar diferentes anomalías con formas geométricas con el georadar. Una de ellas es redondeada y con una pequeña anomalia en su centro..¿nos encontramos ante una vivienda y el agujero de su poste central?

    No cabe duda de que el abrigo de La Castañera es otro de esos lugares especiales de Cantabria que se ha "salvado" in-extremis por pura casualidad (más bien interés de un equipo arqueológico), no por la protección del mismo por parte de nuestras instituciones. Os dejo el artículo 133 apartado d) de la Ley de Patrimonio de Cantabria 11/1998, donde dice "Serán responsables de las infracciones previstas en la presente Ley: d) Los funcionarios o responsables de las Administraciones públicas que, por acción u omisión, permitan o encubran las infracciones". Está claro que todos tenemos la responsabilidad de cuidar y respetar nuestro patrimonio (ese mismo artículo recoge la responsabilidad de todos los ciudadanos en los apartados a, b y c), pero es curioso que a quienes pagamos por hacerlo (Consejería de Cultura y Servicio Cántabro de Patrimonio) no lo hagan..Cantabria Infinita lo llaman algunos.

    Bigliografía:"Las Cuevas del Valle de Villaescusa" - Mariano Luis Serna, Ángeles Valle y Fernando Obregón.
    - Geophysical survey on El Mazo de la Castañera (Cantabria, Spain): looking for open-air domestic remains" - Eduardo Carmona Ballestero, Cristina Vega Maeso, Oscar López Jiménez y Victoria Martínez Calvo.

  • LA PALENCIANA II

    Huele increíblemente a madera quemada. Los incendios que asolaron los Valles Pasiegos a finales de 2021 no se dejaron atrás el municipio de Miera. Todo lo contrario, fue uno de los más afectados. A medida que nos vamos acercando a La Veguilla el color negruzco de las laderas del Pico Redundio se hace más y más presentes. El monte bajo y los escajos quemados nos dan paso a una espectacular cavidad que prácticamente nadie conoce y cuyo potencial rupestre (manifestaciones incluidas) perece en los incendios que año tras año asolan la zona.

    Su inclusión dentro de la zona arqueológica de El Puyo (con la consecuente declaración de Bien de Interés Cultural en el año 2014) de poco o nada valen. De hecho, no valen prácticamente ni para El Puyo, sin duda la mejor necrópolis de la Edad del Hierro en Cantabria. Ni tienen interés cultural ni están protegidos. Solo el sector más académico conoce lo que estamos perdiendo, si bien es cierto que los lugareños la conocen bien al igual que a la cercana Palenciana I. No en vano, desde hace décadas (quien sabe cuántas), han sido excavadas sistemáticamente para extraer arcillas con las que eliminar la acidez de los suelos del valle de Miera para su uso ganadero. Y no, no les culpo. Nadie les ha contado nunca lo que había ahí, nadie las ha protegido nunca y más que me pese, nadie las protegerá. El BIC – Bien de Interés Cultural es un instrumento paupérrimo si nadie lo aplica ni lo comunica, partiendo desde las administraciones.

    La Palenciana II fue reconocida a finales del siglo pasado por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - CAEAP quienes pusieron de manifiesto algunos materiales que sugieren ocupación paleolítica ocasional, hábitat en etapas mesolíticas/neolíticas y uso hacia el Calcolítico / Edad del Bronce. Todo ello con la enorme dificultad de interpretar un yacimiento "vaciado" por la extracción de arcillas comentada previamente.

    No cabe duda de que estamos en un yacimiento especial que no ha corrido nada de suerte y cuyo futuro y el de las pocas manifestaciones que le quedan está más que comprometido. Absolutamente nada ni nadie (bueno, tal vez algún político en cuanto vaya llegando la época de elecciones…y ya) garantizan la conservación de este Bien de Interés Cultural. Lo que si está garantizado es que año tras año las laderas de La Toba seguirán ardiendo, llevándose en algún momento por delante lo poco o nada que queda de su arte parietal.

    Bibliografía: "Elemento de interés arqueológico y Patrimonial en la zona del Puyo" Monografías electrónicas del Centro de Estudios Montañeses, nro 1. (2016). Virgilio Fernández Acebo.


  • CUEVA DEL VALLE

    La cueva del Valle es, aun no pareciéndolo, uno de los mayores exponentes arqueológicos y espeleológicos de Cantabria. Sin duda, así de rotundo. Y no, no tiene ningún tipo de manifestación pictórica ni grabado alguno que se conozca. Con estas premisas mucha gente pensará "Pero..¿Por qué está abierta?", "Pero sino está protegida, ¿no?" o "Entonces..¿Qué tiene de especial?". Y todos ellos tendrán razón ya que es una cueva en la que puedes entrar hasta su vestíbulo (se recomienda encarecidamente no adentrarse en su interior) con los más pequeños y si, su valor arqueológico está "protegido" (por llamarlo de alguna manera) por una importante costra estalagmítica y por una placa de hormigón que impide que se acceda a los niveles estratigráficos del yacimiento. Cierto es que esto no es suficiente, todos podemos apreciar que las filtraciones del agua del interior arrastran (y siguen arrastrando) los materiales por debajo del hormigón. Pero reafirma una teoría que desde el portal llevamos defendiendo años en otros yacimientos mucho más abandonados: El flujo de personas continuado, en este caso familias y familias con niños/as, es un excelente disuasor para todos aquellos que tienen ganas de llevarse aquello que no es suyo.

    El valor arqueológico de la cueva del Valle fue descubierto por el padre Lorenzo Sierra en 1905, quien encontró un importantísimo yacimiento de arte mueble que nada tiene que envidiar (todo lo contrario) a otras cuevas de Cantabria. Inicialmente encontró piezas del periodo Magdaleniense Superior/Aziliense. Las primeras excavaciones como tal fueron desarrolladas por miembros del Instituto de Paleontología Humana de París (IPH) entre los años 1909 y 1911, siendo realmente fructíferas dado el volumen y calidad de las piezas encontradas que veremos posteriormente. A finales de la década de los 90 (entre 1996 y 1998) un equipo de la Universidad de Valencia dirigido por Maria Paz García-Gelabert realizó una revisión de los trabajos previos y nuevos sondeos para delimitar el yacimiento, encontrando nuevamente materiales que reafirmaban la cronología previa (Magdaleniense Superior/Aziliense) además de incluir ocupación en la Edad del Bronce en un momento de la protohistoria. Paralelamente, se crea a su alrededor el conocido como "Parque Paleolítico de la Cueva del Valle". Un acondicionamiento de su entorno para pequeños y mayores donde se puede aprender en que hábitat (mamut a escala incluido) vivieron los antiguos pobladores de la cueva. Cartelería, accesos y un gran área para aparcar y donde comer de picnic.

    Como podemos apreciar, la cueva del Valle es un icono (si si, icono) de la prehistoria de Cantabria. Un lugar que se ha sabido aprovechar para el esparcimiento de familias enteras que con su sola presencia disuaden y protegen el yacimiento. Una protección infinitamente mayor que la capa de hormigón que se "echó" a finales de los años 80 del siglo pasado sin tener en cuenta que el flujo de agua no pasaría solamente por encima del hormigón, sino también por debajo (arrastrando materiales de incalculable valor río abajo, incluso a pocos metros de la placa). A buen seguro que esta circunstancia, y la información que expondré a continuación, será buen dardo que lanzarnos por explicar lo que realmente es la cueva del Valle y lo que contiene en su interior.

    Bibliografía: "Excavación de la Cueva del Valle (Rasines)". Actuaciones arqueológicas en Cantabria 1984-1999. María Paz García-Gelabert