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LA CASTAÑERA

El abrigo de La Castañera (Obregón de Villaescusa) es uno de los ejemplos más claros de toda Cantabria de la falta de compromiso con nuestro patrimonio. El resumen podría ser el siguiente: El yacimiento con una de las estratigrafías más importante y amplia del Calcolítico/Edad del Bronce de toda Cantabria ha sido utilizado hasta no hace muchos años como vertedero y aliviadero de una piscina. Así de duro, así de simple..y no se hace absolutamente nada. Fue reconocida en los años 50 del siglo pasado por el equipo de Camineros de la Diputación, quienes realizarían una excavación en la cavidad. De la mano de R. Rincón Vila, en el año 1975, fue excavado por el equipo del Museo Regional de Cantabria quienes diez años después (1985) publicarían la síntesis y resultados de los trabajos allí realizados. Poco después, en la misma década de los 80 y tal y como recoge el libro "Las Cuevas de Villaescusa", muchos vecinos realizaron intervenciones sin permiso con el fin de recolectar fragmentos cerámicos y otras piezas que en algunos casos (en otros no) fueron entregados al museo. Tuvo la grandísima suerte de que, entre el año 2011 y 2013, un equipo multidisciplinar dirigido por Cristina Vega Maeso aborda nuevamente el estudio del yacimiento y hoy en día vuelve a parecer un abrigo en vez de un vertedero. Se limpia y se estudia nuevamente su estratigrafía además de ampliarla. Entre los nuevos materiales encontrados destacan niveles de abono y más restos animales, algo que junto con el resto de restos óseos (principalmente de cabras y cerdos) abrió la hipótesis bastante acertada de que nos podemos encontrarnos ante un corral (con otros usos posteriores) de época calcolítica. Poco después (2016), el mismo equipo, realiza un análisis geofísico del área de la Castañera para poder encontrar restos de un posible asentamiento al aire libre ligado a dicho "corral". En la denominada como zona M1 (en la vega justo por debajo) el equipo conformado por Eduardo Carmona Ballestero, Cristina Vega Maeso, Oscar López Jiménez y Victoria Martínez Calvo, encuentran a través del georadar diferentes anomalías con formas geométricas con el georadar. Una de ellas es redondeada y con una pequeña anomalia en su centro..¿nos encontramos ante una vivienda y el agujero de su poste central?

No cabe duda de que el abrigo de La Castañera es otro de esos lugares especiales de Cantabria que se ha "salvado" in-extremis por pura casualidad (más bien interés de un equipo arqueológico), no por la protección del mismo por parte de nuestras instituciones. Os dejo el artículo 133 apartado d) de la Ley de Patrimonio de Cantabria 11/1998, donde dice "Serán responsables de las infracciones previstas en la presente Ley: d) Los funcionarios o responsables de las Administraciones públicas que, por acción u omisión, permitan o encubran las infracciones". Está claro que todos tenemos la responsabilidad de cuidar y respetar nuestro patrimonio (ese mismo artículo recoge la responsabilidad de todos los ciudadanos en los apartados a, b y c), pero es curioso que a quienes pagamos por hacerlo (Consejería de Cultura y Servicio Cántabro de Patrimonio) no lo hagan..Cantabria Infinita lo llaman algunos.

Bigliografía:"Las Cuevas del Valle de Villaescusa" - Mariano Luis Serna, Ángeles Valle y Fernando Obregón.
- Geophysical survey on El Mazo de la Castañera (Cantabria, Spain): looking for open-air domestic remains" - Eduardo Carmona Ballestero, Cristina Vega Maeso, Oscar López Jiménez y Victoria Martínez Calvo.

 

Hebilla visigoda del abrigo de La Castañera

La Castañera es un abrigo orientado al Noroeste con una boca de unos 9 metros de ancho por 3 de alto. Desde aquí se accede a un vestíbulo descendente de unos 10 metros de ancho por 8 de fondo. Como hemos comentado al inicio, la secuencia estratigráfica del mismo es la más relevante en cuanto a materiales/niveles de la prehistoria reciente (Calcolítico/Bronce) en Cantabria. Tiene una potencia aproximada de 1,5 metros repartidos de la siguiente manera (el primer nivel es el “más superficial”):

  • Nivel 1 - Nivel alterado donde aparecen materiales de La Edad del Bronce (Pleno) y de época visigoda, destacando la hebilla de bronce que vemos en la imagen.
  • Niveles 2/3 - Niveles espesos con materiales del Bronce Pleno (fauna, fragmentos cerámicos, etc).
  • Nivel 4 - Estrato fino con restos humanos pertenecientes a enterramientos de época calcolítica.
  • Nivel 5 - Nivel nuevamente fino con conchas de caracol de mar y de “lapa común” más que probablemente del Epipaleolítico.

Los materiales hallados, además de la hebilla de bronce de época visigoda citada anteriormente, son variopintos: La cerámica es muy abundante, destacando las hechas a mano con motivos incisos y diferentes decoraciones. Los restos de fauna son muy abundantes también, destacando los ovicaprinos y los de cerdo/jabalí (los denominados “suídos”) además de las citadas conchas. Los menos abundantes son los metálicos (3 punzones de cobre/bronce, 1 chapita del mismo material, 1 cuchillo de hierro y un botón piramidal) y la industria lítica (una punta de péndulo y aleta, además de algunas piezas de silex).

VISITAS

Es imposible visitar el abrigo de La Castañera, ya que se encuentra dentro de terrenos particulares y con su correspondiente cierre. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento, su entorno y la privacidad de los propietarios de la finca, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

DESTACADOS

  • LA PALENCIANA II

    Huele increíblemente a madera quemada. Los incendios que asolaron los Valles Pasiegos a finales de 2021 no se dejaron atrás el municipio de Miera. Todo lo contrario, fue uno de los más afectados. A medida que nos vamos acercando a La Veguilla el color negruzco de las laderas del Pico Redundio se hace más y más presentes. El monte bajo y los escajos quemados nos dan paso a una espectacular cavidad que prácticamente nadie conoce y cuyo potencial rupestre (manifestaciones incluidas) perece en los incendios que año tras año asolan la zona.

    Su inclusión dentro de la zona arqueológica de El Puyo (con la consecuente declaración de Bien de Interés Cultural en el año 2014) de poco o nada valen. De hecho, no valen prácticamente ni para El Puyo, sin duda la mejor necrópolis de la Edad del Hierro en Cantabria. Ni tienen interés cultural ni están protegidos. Solo el sector más académico conoce lo que estamos perdiendo, si bien es cierto que los lugareños la conocen bien al igual que a la cercana Palenciana I. No en vano, desde hace décadas (quien sabe cuántas), han sido excavadas sistemáticamente para extraer arcillas con las que eliminar la acidez de los suelos del valle de Miera para su uso ganadero. Y no, no les culpo. Nadie les ha contado nunca lo que había ahí, nadie las ha protegido nunca y más que me pese, nadie las protegerá. El BIC – Bien de Interés Cultural es un instrumento paupérrimo si nadie lo aplica ni lo comunica, partiendo desde las administraciones.

    La Palenciana II fue reconocida a finales del siglo pasado por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - CAEAP quienes pusieron de manifiesto algunos materiales que sugieren ocupación paleolítica ocasional, hábitat en etapas mesolíticas/neolíticas y uso hacia el Calcolítico / Edad del Bronce. Todo ello con la enorme dificultad de interpretar un yacimiento "vaciado" por la extracción de arcillas comentada previamente.

    No cabe duda de que estamos en un yacimiento especial que no ha corrido nada de suerte y cuyo futuro y el de las pocas manifestaciones que le quedan está más que comprometido. Absolutamente nada ni nadie (bueno, tal vez algún político en cuanto vaya llegando la época de elecciones…y ya) garantizan la conservación de este Bien de Interés Cultural. Lo que si está garantizado es que año tras año las laderas de La Toba seguirán ardiendo, llevándose en algún momento por delante lo poco o nada que queda de su arte parietal.

    Bibliografía: "Elemento de interés arqueológico y Patrimonial en la zona del Puyo" Monografías electrónicas del Centro de Estudios Montañeses, nro 1. (2016). Virgilio Fernández Acebo.


  • LA PEÑONA

    La cueva de La Peñona (Maoño, Santa Cruz de Bezana) se encuentra situada en un valle con condiciones idóneas para su habitabilidad. Hacia el Norte (a tan solo 6 km en línea) el mar Cantábrico, fuente inagotable de alimento. Paradójicamente, su enclave se encuentra protegido de los vientos del norte por cotas no muy altas (no superan por mucho el centenar de metros sobre el nivel del mar). Hacia el Sur, a través de una salida natural y a unos 3 kilómetros en línea recta, conexión directa con uno de los mayores exponentes en cuanto a necrópolis de la Prehistoria Reciente del Norte Peninsular: Las cuevas del Peñajorao. Incluso a tan solo 9 kilómetros en dirección Noreste tenemos otro de los exponentes mas amplios y desconocidos en nuestra comunidad de época Calcolítica: El "mazo" de la Castañera y sus cavidades. Y en este caso no solo relacionado con cavidades sepulcrales como Peñajorao, sino con un posible hábitat al aire libre de época calcolítica en las inmediaciones de la Castañera III.

    Volviendo a La Peñona, fue identificada como yacimiento por miembros del CAEAP – Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - a principios de la década de los 80 del año pasado, realizando un estudio sobre la misma en el año 1983. Su topografía y un pequeño resumen sobre el citado estudio sería publicado en el Boletín Cántabro de Espeleología (número 8) del año 1987, destacando ya por aquel entonces que la cueva de La Peñona o los Bocarones estaba ya muy revuelta y que según parecía su vestíbulo estaba ya muy excavado. A modo de anécdota (y pequeña errata), estaba "incluida" como cavidad del municipio de Penagos, territorio alejado de Santa Cruz de Bezana.

    No cabe duda de que el valle de Maoño y sus cerros calizos siguen encerrando hoy en día muchos misterios en sus laberínticas galerías, quien sabe si alguna sorpresa más grande de la esperada. Las condiciones de habitabilidad de sus vegas y pequeños cerros son ideales para una sociedad que consolidaba su vida fuera de las cuevas en la Prehistoria Reciente, mientras que las cavidades seguían formando parte en muchas ocasiones de su muerte.


  • CUEVA DE LAS CUBRIZAS

    La cueva de las Cubrizas (o Cobrizas como también se la conoce) es otra de esas cavidades que conforman el "puzzle sin terminar" de cuevas sepulcrales entre el Peñajorao, el abrigo de Barcenillas y la cueva de La Raposa. Un área de pocos kilómetros a la redonda donde encontramos diferentes yacimientos cuya cronología oscila entre el Mesolítico y la Edad del Bronce y donde quedan muchas incógnitas aún por despejar. De lo que no cabe duda es que los antiguos moradores de estas brañas, que no superan los 200 metros sobre el nivel del mar, escogieron un lugar ideal para vivir. Si dirigimos nuestra mirada al Norte desde la ayatala rocosa donde se ubica, tenemos una panorámica increíble de la línea de costa donde destacan el castro del Cueto de Mogro y el alto de La Picota. Además, por debajo de nosotros y en esa misma dirección, podemos observar el abrigo de Barcenillas y la cueva de La Raposa. Si nos dirigiésemos al Este, a muy poca distancia, nos toparíamos con el complejo funerario del Peñajorao y poco después con la cueva de El Pendo. En definitiva, básicamente nos encontramos en uno de los "focos" de actividad humana en un arco cronológico muy amplio, que abarca desde época Mesolítica/Neolítica hasta la Edad del Bronce principalmente, con vestigios en menor medida de la Edad del Hierro e incluso de la Edad Media.

    El yacimiento fue descubierto a finales de la década de los años 70 del siglo pasado, cuando el grupo de espeleología GEYMA de Astillero entrego al Museo de Prehistoria y Arqueología un lote de fragmentos medievales encontrados en el fondo de la sima. Pocos años después, el CAEAP - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – encontraría en superficie diferentes materiales incluyendo algunos prehistóricos. En el año 1999, dentro del estudio de las cuevas sepulcrales del karst del Peñajorao, un equipo del propio CAEAP dirigido por Emilio Muñoz y Jose Manuel Morlote, realizan la limpieza y estudio de una antigua calicata que se cree que pudo ser echa por el antiguo equipo de camineros de la Diputación. A modo de apunte, todo el interior de Las Cubrizas se encontró muy pisado dado que la cueva fue utilizada como refugio en la Guerra Civil.

    No cabe duda de que Las Cubrizas es una cavidad que, independientemente de haber sido estudiada hace no muchos años (bueno, ya son 20 años), será otra de esas cuevas que acabarán por "perderse". Y en este caso, no solo por la dejadez administrativa (que también), sino porque estamos ante un sumidero activo por el que en época de grandes lluvias se arrastran materiales y más materiales hacia su interior. Si os fijáis en la imagen, la acumulación de grandes cantidades de palos (abajo a la derecha) se debe a esa grandes de agua que bajan a través del cauce de un pequeño río que llega hasta aquí. Testigo directo de una época increíble en Cantabria, solo sus frías paredes sabrán lo que ocurrió en su interior y entorno más próximo.

    Bigliografía:"LAS CUEVAS SEPULCRALES DEL PEÑAJORAO (CAMARGO-PIÉLAGOS, CANTABRIA). Kobie Serie Paleoantropología, nº 34: 41-64" -Emilio Muñoz Fernández, Jose Manuel Morlote Expósito y Silvia Santamaria Santamaria.