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I Ciclo de Conferencias - Cantabria, nuevas evidencias arqueológicas

O al menos eso creo. Sin saber muy bien ni cómo ni porqué, he pasado de tener un fin de mes relativamente tranquilo..a verme inmerso en una serie de propuestas culturales que poco o nada tienen que envidiar a otras de índole institucional con muchos más recursos publicitarios o económicos. Y todo gracias a un grupo de profesionales a los que, además de admirar por su increíble trabajo y dedicación, siempre he tenido en un pedestal por colaborar con este tipo de iniciativas altruistas sin pedir nada a cambio. Una profesión que en los tiempos que corren lucha por sobrevivir en una marejada de sinsabores donde un proyecto arqueológico parece ser una "pérdida de tiempo" para muchas administraciones siempre y cuando no reporte ningún beneficio económico. ¿Por qué la cultura a nivel arqueológico e histórico queda sumida en el olvido mientras que por ejemplo las compañías de teatro (si, lo digo alto y claro) viven un nuevo renacer?. Y no, para desgracia de todos aquellos que vean en mí yugular un bocado fácil con esta afirmación, no digo que no lo merezcan, todo lo contrario. Eso si, la equidad ha de ser la máxima con la que todos puedan convivir en este universo cultural. No puedo ni quiero pensar en una nueva legislación donde, según qué candidato se haga con el cetro cultural de Cantabria, vele por sus necesidades y gustos más cercanos.

¿Qué porqué este desvarío?. Pues porque el censor de mi blog está de vacaciones y porque creo que la iniciativa que presento a continuación lo merece. Un apunte que afecta directamente a la gran mayoría de nuestros ponentes: Los presupuestos generales de Cantabria de 2015 para subvencionar actuaciones arqueológicas son de 50.000€ para todo un conjunto de arqueólogos e investigadores de nuestra región (en la foto de esto no sale ni Harry, en otras se apunta hasta el último). Y aún así, cada uno de los conferenciantes a los que he invitado al "I ciclo de conferencias: “Cantabria, nuevas evidencias arqueológicas" les ha faltado tiempo para decirme que sí y adaptar su agenda para echarme una mano. Admirable la actitud y el tesón de todos ellos, ¿Cómo no voy a intentar hacer todo lo posible por mostrar su trabajo?. Y encima, tengo la suerte de contar con todo el apoyo logístico y organizativo de la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria..¡algo bueno tenía que salir de esto!.

La iniciativa tiene como principal objetivo fomentar el conocimiento de las raíces históricas de Cantabria y la defensa de su patrimonio histórico, a través de la difusión social y puesta en valor las últimas actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en la Comunidad Autónoma o que tengan que ver con los límites territoriales de la Antigua Cantabria. En la medida de lo posible, tanto ADIC como yo mismo queremos llevar a cabo un ciclo "diferente" en nuestra región. Además del conferencias en sí (7), se creará un canal de Youtube y una nueva sección en el portal donde posteriormente se subirán dichas ponencias para disfrute de todos. Tras la celebración del ciclo completo, en Mayo de este 2015, intentaremos aunar todo el conocimiento en un libro editado por ADIC y el portal Regio Cantabrorum donde se pueda consultar y revisar el material expuesto durante estos meses.

No lo olvidéis, comenzamos este mismo Viernes 27 de Febrero a las 20:00h. Entrada libre hasta completar aforo en la sede de ADIC (C/Santa Lucia 45 – entlo. 39003 Santander). ¡Os esperamos!

 

27 de Febrero – 20:00h

Descubriendo el castro costero de El Cincho de Yuso (Santillana del Mar). Proyecto arqueológico y de desarrollo socioeconómico” - Lino Mantecón Callejo (Arqueólogo profesional) y Javier Marcos Martínez (Arqueólogo profesional)

6 de Marzo – 20:00h

Arte rupestre paleolítico en el municipio de Miengo. Las investigaciones recientes en las cuevas de Cudón y Cueto Grande” - Ramón Montes Barquín (Coordinador técnico del Itinerario Cultural del Consejo de Europa “Caminos de Arte Rupestre Prehistórico”) y Emilio Muñoz Fernández (Arqueólogo e investigador. Gabinete de Arqueología GAEM)


27 de Marzo – 20:00h

La cueva del Aspio (Ruesga). Nuevas intervenciones arqueológicas- Rafael Bolado del Castillo (Arqueólogo – Proyecto arqueológico Cueva del Aspio) y Miriam Cubas Morera (Arqueóloga – Sociedad Aranzadi)


10 de Abril – 20:00h

Monte Bernorio: el oppidum y la posición del Frente Norte” -Antxoka Martínez Velasco (Dpto. Prehistoria UCM - Instituto Monte Bernorio de la Antigüedad del Cantábrico - IMBEAC) y Jesús Francisco Torres Martínez - Kechu (Licenciado en Historia y Doctor en Prehistoria y Arqueología por la UCM. Miembro fundador y actual presidente de IMBEAC)


24 de Abril – 20:00h

Difusión cultural y arqueológica en la red, un nuevo horizonte para la musealización 2.0- Miguel López Cadavieco (Coordinador de Regio Cantabrorum y presidente de la asociación de “Amigos del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria”)


8 de Mayo – 20:00h

Nuevas aportaciones a la arqueología de las Guerras Cántabras. ¿Más cerca del lugar del desembarco y del Mons Vindius?- José Ángel Hierro Gárate (Arqueólogo – Proyecto Mauranus)


15 de Mayo – 20:00h

Desenterrando a los últimos visigodos. Actuaciones arqueológicas en Riocueva 2011-2014” - Enrique Gutiérrez Cuenca (Arqueólogo – Proyecto Mauranus)

Info

   

DESTACADOS

  • ALTO DE LA GARMA

    El castro del Alto de La Garma (Omoño, Ribamontan al Monte) es un yacimiento único en Cantabria por diversos motivos. En primer lugar, es uno de los mejores ejemplos para conocer la progresión en el inicio de la construcción de poblados fortificados en el centro de la región Cantábrica. Sus orígenes se remontan en torno a los siglos VII-VI a.C, de ahí que hablemos de algo muy especial. Por otro lado, es de los pocos castros costeros que presentan características similares a los lugares fortificados de la I Edad del Hierro situados más al Sur (Campoo, Palencia y Burgos y León): Buen dominio visual, situación en altura, empleo preferente del barro y probablemente madera como materiales de construcción tanto en vivienda como en la fortificación, etc. Otro de los motivos por los que el Alto de La Garma es icónico dentro de nuestra región es por alguno de los hallazgos encontrados en su interior. Muchos pensarán que los castros prerromanos solo son importantes si se encuentra gran cantidad de materiales metálicos, grandes fragmentos de cerámica, adornos, joyas..pues en este caso lo más sencillo es de lo más importante: Se localizó (luego entraremos más en detalle) una pequeña concentración de semillas y gran cantidad de restos óseos de mamíferos, lo que denota que la tendencia a pensar (mitificada por las fuentes clásicas) que los cántabros eran unos bárbaros o que no cultivaban/comerciaban queda cada vez más alejada. Por último, y no menos importante, se encuentra en el entorno de la Cueva de La Garma, uno de los iconos del Paleolítico de la cordillera Cantábrica.

    Ya en la década de los setenta fue visitado por Arturo Arrendo, quien lo calificó como castro cántabro y lo denominó "Pico Garma". De todos modos esta referencia nunca fue muy popular, pasando desapercibida durante muchos años. Habría que esperar hasta el año 1996 cuando Emilio Muñoz y la empresa GAEM, dentro de un marco de prospecciones intensivas en el monte de La Garma, reconocieron el lugar. Constataron la existencia de fortificaciones y localizaron algunos materiales cerámicos, signos inequívocos para su identificación. Al poco tiempo, ese mismo año, la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte compra las fincas de interés arqueológico, frenando así el avance forestal que ya había invadido gran parte del yacimiento en el momento de su descubrimiento (en la imagen de abajo se pueden apreciar los eucaliptos justo al lado de las excavaciones). Desde el año 1998 es Bien de Interés Cultural como integrante de la Zona Arqueológica de La Garma. En la actualidad no existe memoria definitiva sobre las actuaciones arqueológicas allí realizadas, aunque bien es cierto que existen relevantes artículos monográficos (Pereda 1999) y algunos trabajos generales en prensa que (Arias et al., 1999, 2000, 2003, en prensa; Arias y Ontañón 2008) merecen especial atención.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)

    Agradecimientos: Tanea Arqueología

  • CASTRO DE LAS VARIZAS

    El castro de Las Varizas (San Felices de Buelna) es otra de las joyas ocultas de la Sierra del Dobra. Como ocurriese con otros recintos fortificados de esta formación montañosa como por ejemplo el castro de Las Lleras, fue protegido de la acción minera de la zona (cantera MITOSA-SOLVAY) gracias a su declaración de Bien de Interés Cultural como figura de Zona Arqueológica. Aún así debemos destacar que en el entorno inmediato al yacimiento, al norte, la actividad de la cantera sigue en marcha, de modo que tal vez sigamos perdiendo parte de nuestra historia sin saberlo..en fin..Situado sobre la localidad de Sovilla a unos 515-530 metros de altura, esta atalaya natural se alza imponente sobre el valle de Buelna, justo en el epicentro del antiguo pueblo de los Blendios. El nombre del castro bien podría relacionarse con las estructuras que remataban el vallado de la muralla existente, de ahí que derive del latín "vara" (madero largo y delgado). De todos modos, existen otras teorías igual de válidas que lo asocian a la avellaneda de la cara norte del yacimiento.

    La primera cita de este yacimiento se publica en la prensa en el año 2000, concretamente por Federico Crespo García Barcena. Nativo del valle y concejal de Cultura del Ayuntamiento de San Felices de Buelna, es también conocido por ser quien identifico en primer término el campamento romano del Campo de Las Cercas. Cierto es que lo hizo erróneamente (como castro cántabro) y que fue Eduardo Peralta quien lo asocio correctamente a su origen, pero su nombre ahí queda. Volviendo al castro de Las Varizas, tenemos que destacar que otros arqueólogos como Ramón Bohigas o Pedro Miguel Sarabia tenían conocimiento de las estructuras del recinto incluso antes de su publicación en el año 2000, pero la difusión del mismo públicamente no se produjo, dato que no tiene por qué determinar que no se conociese anteriormente.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)

  • CASTRO DE SAN CHUIS

    El castro de San Chuis (San Martín de Beduledo, Allende) es sin lugar a dudas uno de los castros más importantes de Asturias. Décadas de intervenciones arqueológicas han sacado a la luz un increíble poblado fortificado con siglos y siglos de ocupación. Un enclave cuyo origen puede remontarse probablemente al Bronce Final (siglo VIII a.C.), que vivió una época de crecimiento constante durante la Edad del Hierro y que pudo consolidarse como centro administrativo tras la conquista romana (I-II d.C), quien sabe si como civitas. Se eleva sobre una colina que domina los valles formados en torno al rio Arganza, afluente del Narcea. Su ubicación no es ni mucho menos casual, ya que se alza por encima de zonas y enclaves estratégicamente importantes en diferentes momentos de su historia. Como hábitat indígena, tanto su tamaño como su línea visual sobre los otros recintos castreños de las inmediaciones nos hablan de su relevancia, esto sin mencionar aún de su tipología constructiva. Del mismo modo, ya en época romana, nos encontramos ante un asentamiento que controla alguno de los principales itinerarios de la época, principalmente las denominadas como "rutas del oro". Por un lado, las vías que llegaban desde Astorga (capital del convento jurídico) hasta territorio trasmontano. Y por el otro, todos los ramales que recorrían las sierras del Valledor, Los Lagos y Río del Oro relacionadas con explotaciones auríferas y que llegaban hasta la costa. Llama poderosamente la atención que en un radio no superior a 10 kilómetros nos encontremos con varias explotaciones, algunas de ellas de las más ricas y extensas del Noroeste Peninsular.

    Fue descubierto por un vecino de Allende, D. José Lombardía Zardaín, a mediados de la década de los 90. Curiosamente, su fijación durante años por aquel pico de morfología escalonada y perfil cuanto menos llamativo le llevó a intentar atraer a diferentes investigadores hasta que finalmente, fruto del tesón de su descubridor, Francisco Jordá Cerdá y Elías Domínguez codirigieron las primeras excavaciones en el año 1962. Inicialmente se prolongaron durante el verano del citado año pero no sería hasta 1979, ya tan solo con el Dr. Jordá como director, cuando se sucediesen de un modo continuado en pequeñas campañas estivales hasta 1986. Durante todo este periodo, las excavaciones de San Chuis tomaban una dimensión arqueológica de lo más interesante por diversos motivos. El principal, el descubrimiento de más de una veintena de construcciones que, si bien es cierto que no fueron excavadas completamente, arrojaron un amplio abanico de materiales de origen muy variado. Desgraciadamente, aun adquiriendo esta relevancia científica, la difusión y apoyo de las instituciones no fue acorde con la importancia de los resultados. Siendo este castro por aquel entonces un referente en la investigación de la arquitectura castreña y su paso hacia la contextualización romana en todos los sentidos (destacando el ámbito doméstico), no tuvo mucha repercusión a nivel nacional.

    No cabe duda de que San Chuis es un yacimiento especial. Sus diferentes etapas de hábitat, sus estructuras defensivas, los materiales encontrados y las diferentes teorías sobre la militarización (no masificado, sino de flujo constante) del enclave tras la conquista romana, hacen de este castro un destino de lo más atractivo desde la vertiente arqueológica e incluso turística. Esto, unido a la belleza natural que lo rodea y a su estado de conservación, nos invita a revivir la historia de la romanización del Norte de Hispania de un modo sin igual. En Cantabria, tendremos que seguir esperando...

    Agradecimientos: Ángel Villa Valdés. Fotografías: Castros de Asturias
    Bibliografía: "El Pico San Chuis: reseña de un yacimiento pionero en la investigación castreña en Asturias". Ángel Villa Valdés, Sautuola / XII. Instituto de Prehistoria y Arqueología Sautuola - Santander (2006).

  • PICO DEL HACHA

    El posible castro de Pico del Hacha (Laredo-Limpias, Cantabria) es un yacimiento sobre el que sobrevuelan aún varias incógnitas. Y eso teniendo en cuenta que sobre él se han realizado varias intervenciones y prospecciones que, si bien han aclarado gran parte de su pasado, dejan en el aire su atribución cronología exacta. ¿Un castro de la Edad del Hierro?, ¿Una estructura defensiva medieval? ¿Una elevación para una antena de telefonía móvil?. Con certeza estamos ante todas ellas, sobre todo de la última. Para situarnos, el Pico del Hacha se ubica en las inmediaciones de la desembocadura del río Asón, concretamente entre los municipios de Laredo (en su vertiente norte) y Limpias (fachada sur). La primera referencia al enclave la encontramos en un documento del siglo XVII, donde se cita la presencia de una fortificación en dicho lugar: "media legua de Trincheras Reales en la eminencia de la Cruz del Hacha", reiterándose en varias ocasiones (Hierro Gárate, 2007: 87).

    El yacimiento como tal fue descubierto por I. Castanedo y B. Malpelo en el año 2000, en el transcurso del seguimiento de Impacto Arqueológico motivado por la instalación de antenas de telefonía en el lugar. No obstante, se tiene constancia de varias intervenciones arqueológicas en los años 90 sin que su resultado trascendiese o tenga documentación alguna. En el año 2006 vuelve a ser noticia al ser incluido por José Ángel Hierro Gárate en su estudio de impacto agresivo "Reflexiones tras la destrucción de un yacimiento: el caso del Pico del Hacha y la necesidad de un Inventario General del Patrimonio Arqueológico", tras el cual pasa a ser incluido en el INVAC por el mismo autor con la categorización de "Asentamiento al aire libre" y con una propuesta de adscripción cronológica en la Edad del Hierro (Hierro, 2007: 85). En 2007, en el marco de un programa de vigilancia arqueológica fruto de las obras de urbanización del Plan Parcial Peñaflor, se lleva a cabo la primera intervención arqueológica sobre sus estructuras defensivas. Consiste en el desbroce y posterior cata de desescombro de un tramo de muralla para intentar aclarar su origen como veremos a continuación.

    Independientemente de las posibles dudas respecto a las etapas o épocas del asentamiento, el yacimiento del Pico del Hacha es un claro exponente de que en muchas ocasiones (por no decir en todas), los intereses económicos pasan por encima de cualquier informe o seguimiento de impacto arqueológico. En nuestra región tenemos casos donde, una vez conocido el valor histórico de un enclave y su entorno, se instalan elementos como canteras, antenas de telefonía móvil, parques eólicos (véase el molino de Vestas en el entorno de Las Rabas) y un sinfín de despropósitos similares..otro más a la lista.

    Agradecimientos: José Ángel Hierro Gárate
    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria. (Edita ACANTO)