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Símbolo de la cueva de Auria

El descubrimiento de la cueva de Auria fue un auténtico acontecimiento mediático allá por 2015. Artículos en prensa nacional, videos entrevistando al alcalde de Peñarrubia, titulares mediocres en prensa regional para ensalzar el hallazgo tales como "signos más antiguos que los bisontes de Altamira" (como si no hubiese arte rupestre en Cantabria más antiguo que Altamira y con entidad propia, sin comparativos). En definitiva, independientemente del gran hallazgo que supuso para la comunidad científica, merecía la pena la romería mediática para hacer ver "lo que importa la cultura". Pero lejos de todo esto, a los cinco años de su descubrimiento, estamos ante otra cueva que pasa inadvertida en un entorno plagado de cavidades que a buen seguro tienen más muestras de la presencia de nuestros ancestros en la zona.

Su valor arqueológico fue descubierto en Febrero de 2015 cuando Raquel Hernández y Manel Llenas, miembros del Espeleo Club Sabadell, exploraban la conocida como cueva Auria. Su nombre viene dado por la persona que la utilizó en el pasado como refugio de cabras, practica muy habitual en la zona dada la gran presencia de cuevas donde poder resguardar el ganado. Tras sobrepasar un murete artificial puesto en el pasado para que el ganado no se precipitase hacia el fondo, los espeleólogos observaron una serie de manchas y puntos que notificaron de inmediato al Gobierno de Cantabria y al Ayuntamiento de Peñarrubia. Cabe destacar que los últimos llevan apoyando al Espeleo Club Sabadell en la investigación y documentación de cavidades en el entorno del Desfiladero de la Hermida desde hace más de 20 años.

El 3 de Marzo de ese mismo año, diferentes expertos corroboran la importancia del arte parietal de la cueva Auria, procediéndose al inmediato cierre para su conservación. Y desde entonces, poco más se sabe de la misma. Una aparición en el programa Arqueomania en 2017 y un artículo publicado en 2018 por Jose Manuel Morlote, Emilio Muñoz, Ramón Montes y Roberto Ontañon en la revista científica "International Newsletter on Rock Art" (INORA). Este último es la única publicación que ahonda en el valor arqueológico de un modo profesional en la cavidad, aunque tan solo está disponible en francés/inglés. Una gran referencia científica pero que queda lejos del ansia municipal (así vendido en medios regionales) de convertir a Peñarrubia "en un referente del arte rupestre" para la sociedad. Lo mismo pensarían en Cudón, cuya magnifica cueva está a los pies de los contenedores de basura de una urbanización, en Lamasón con la espectacular (y prácticamente desconocida) cueva de Los Marranos o en Comillas con cueva de La Meaza, que incluso muchos oriundos no saben siquiera que existe.

Bibliografía: "Cueva Auria (Peñarrubia, Cantabria, Spain): A new cave with Palaeolithic Rock Art in northern Spain" (INORA, 2018). Jose Manuel Morlote, Emilio Muñoz, Ramón Montes y Roberto Ontañon.

 

Ubicación de la cueva Auria, en el entorno del coto de pesca conocido como El Infierno

La cueva Auria, o cueva del Puente como también se la conoce, se ubica unos 30 metros por encima del curso actual del rio Deva, en pleno corazón del Desfiladero de la Hermida. La boca actual posee unos 2 metros de alto por 1,5 de ancho, detectándose hoy en día que la “visera” de la misma colapsó en algún momento no determinado. Posee una longitud total de 32 metros y un desnivel de unos 12 metros que se acentúa en los últimos dos tercios de la cavidad.

Aunque las características de la cueva no la hacen idónea para el uso como hábitat, se ha encontrado diferentes materiales en una prospección inicial que atestiguan una presencia más allá de la elaboración de las pinturas. Se ha detectado un paquete sedimentario a tan solo 3 metros y medio de la entrada bajo una corteza de calcita (de unos 14 cm) donde, en un horizonte pardo-amarillento, han aparecido una lasca de cuarcita, un molar de cabra montés y diferentes fragmentos óseos. En superficie también se han encontrado materiales óseos de apariencia prehistórica, tales como oso y cabra.

Respecto al arte rupestre, se encontró en el sector central y final de la cueva. Se trata de ocho paneles compuestos por 17 composiciones realizadas principalmente con la yema de los dedos (impresión digital) con la excepción de un disco realizado con la técnica del soplado. Todas ellas realizadas en color rojo (óxido de hierro). Atendiendo a la morfología de las composiciones y su metodología, encontramos diferentes símiles en cuevas de Cantabria (dependiendo del panel) tales como Cudón, Chufín, Los Marranos o La Meaza.

Respecto a su antigüedad, nos encontramos ante unas representaciones cuya cronología propuesta nos transporta a época pre-Magdaleniense, en el Paleolítico Superior (hace aprox. 25.000 años). Curiosamente, encajaría con la teoría de que en aquel momento pudo existir una corriente artística de carácter anicónico, donde no se representaba ningún tipo de animal.

VISITAS

No se recomienda visitar ni acercarse a la boca de la cueva de Auria, ya que se encuentra dentro de terrenos con fuerte pendiente y además está cerrada. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

DESTACADOS

  • CUEVA DE LA PASIEGA

    La cueva de La Pasiega también se descubrió por casualidad, esta vez en una campaña de excavación en la cueva del Castillo (año 1911). Dos años más tardes se publicaron los primeros estudios sobre la misma y el Castillo. Ante todo debemos de destacar que La Pasiega es la cueva con mayor numero de representaciones de toda la Península Ibérica (dato apabullante) llegando a albergar un total aproximado de 916. Del total siempre se suelen destacar unos 300 animales y 3 antropomorfos. Uno de ellos es de gran belleza, representando (muy posiblemente) un icono de caza o al brujo de la tribu. Se trata de un cuerpo humano con cabeza de bisonte. La última campaña que sacó a la luz varias de estas pinturas se llevó a cabo entre los años 1983 y 1993. Llama la atención la gran cantidad de símbolos aquí encontrados, los cuales dan pie a la imaginación. No debemos de olvidar el gran conjunto de caballos, corzos, y como no la representación de un ave, un ciervo y un pez, siendo estos últimos extraños dentro de las pinturas rupestres. Decir que la gran mayoría son realizadas en ocre y líneas de trazo ancho, y que el trazado laberíntico de la misma es de relativa importancia.


  • CUEVA DE LAS MONEDAS

    Es increíble como la casualidad nos brinda la oportunidad de ver esta maravilla. En el año 1952 el guarda forestal de la zona, D. Isidro Blanco, se encontraba realizando una roza para plantar eucalipto. Él y el guarda de las cuevas, Don Felipe Puente (que le acompañaba) recordaron que de niños jugaban en la entrada mientras cuidaban de su rebaño de ovejas. En un primer momento se llamo Cueva de los osos, debido a la gran cantidad de restos óseos de los mismos encontrados en su interior. Su nombre cambio pronto ya que allí se encontraron monedas de la época de los Reyes Católicos, dando a si lugar a pensar que estas grutas eran conocidas desde hace muchísimos años. Posee unos 800 metros de longitud, lo que hace de ella la más extensa del yacimiento. Poco después de su entrada nos podremos encontrar una sala con un valioso conjunto de pinturas, del cual cabe destacar sus cuatro pinturas de un reno (realizadas en negro) y la imagen de un oso. Esto nos da ha entender que estas pinturas se realizaron en una época fría, ya que estos animales poblaban esta región en el Magdaneliense Superior (hace 12.000 años). Cabe destacar que, junto a la Cueva del Castillo, Las Monedas es la otra cueva visitable del yacimiento. Tanto La Pasiega como Chimeneas estuvieron abiertas en la antigüedad, pero la erosión y el desgaste que provocaban estas visitas en las pinturas hicieron que las grutas se cerrasen al público. Tan solo investigadores y visitar muy puntuales pueden acceder a su interior.


  • CUEVA DE LOS MARRANOS

    La cueva de Los Marranos es una cavidad que a buen seguro puede ofrecer alguna sorpresa más a corto/medio plazo. Y no será porque su actual yacimiento no tenga importancia dentro de la prehistoria de Cantabria, todo lo contrario. Es debido a que hace un par de años (2017) se realizo un estudio en cuevas donde ya se conocía la existencia de arte rupestre, apareciendo nuevamente gracias a técnicas de análisis multiespectral conjuntos de pinturas prácticamente borradas por el tiempo. Y Los Marranos, al igual que La Llosa (Villaescusa), Micolón o Porquerizo (ambas en Rionansa), será una de las candidatas a albergar nuevos conjuntos en el estudio que sino se está realizando ya..poco le falta.

    Al igual que decenas de cavidades de nuestra comunidad fue reconocida en los años 50 por los camineros de la Diputación, quienes realizarían por aquel entonces un pequeño sondeo en su interior. Se cree, ya que no hay nada documentado como tal, que uno de los lotes de materiales que se conserva en los archivos del MUPAC pertenece a dicha excavación. No sería hasta la década de los 70 cuando el Speleo Club Cántabro se adentrase en sus entrañas y encontrase, además de materiales arqueológicos, las manifestaciones rupestres que hoy todos conocemos.

    No cabe duda de que Los Marranos nos deparará alguna que otra sorpresa sin mucho tardar. Los diferentes estudios que se están realizando con técnicas de análisis multiespectral en estos últimos años en Cantabria están arrojando unos resultados espectaculares, ahondando en cavidades estudiadas al milímetro (como las del yacimiento del monte Castillo) y encontrando restos pictóricos donde a simple vista el ojo no alcanza. Es por esto por lo que Los Marranos será, casi con toda certeza, candidata a copar alguna que otra portada ?

    Bibliografía: "Las cuevas con arte paleolítico en Cantabria (2002)". A.C.D.P.S.