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Castro del Cueto de Mogro (Miengo, Cantabria) desde su flanco Sur.

El castro del Cueto de Mogro (Miengo, Cantabria) se encuentra situado en un lugar privilegiado, concretamente frente a la desembocadura del río Pas. Fácilmente identificable por su forma cónica, domina un amplio territorio que abarca desde el vecino municipio de Piélagos hasta la conocida Sierra de la Picota, pudiéndose identificar desde aquí sin problema los altos de El Cuco, El Doblo, Tolio y Picota (que le da nombre a la sierra). Se cree, con argumentos muy válidos, que su descubridor fue el padre Jesus Carballo, ya que el año 1943 hace referencia a un castro en el Valle de Pielagos que poseía "triple parapeto" y situado "cerca de Renedo" (Carballo, 1943:187). No existe una referencia directa al castro que nos ocupa, de hecho el señor Carballo nunca se caracterizó por realizar localizaciones geográficas de gran exactitud en sus hallazgos, pero hay apenas dudas de que hablaba de él por varios motivos:

  • Su ubicación: El Cueto de Mogro se encuentra bastante cerca de la localidad que citó en su investigación (Renedo). Si bien es cierto que no pertenece al valle de Piélagos, se encuentra situado "muy en el límite", concretamente en el municipio de Miengo.

  • El aparato defensivo: Curiosamente el Cueto de Mogro posee un sistema defensivo muy poco común dentro de los castros costeros conocidos en Cantabria. Al día de hoy es muy complicado encontrar recintos similares en la zona, ya que la actividad forestal ha podido "ocultar" muchos yacimientos de tipología similar del mismo modo que lo ha hecho en este.

Pasarían más de 30 años hasta que volviese a ser citado en alguna fuente, ya que Arredondo volvió a hacer referencia al mismo en su clásico artículo de 1976-77 (Arredondo, 1976-77:541). Metidos de lleno en pleno siglo XXI, un yacimiento como este carece de protección alguna (BIC), quedando a expensas de que la parte menos dañada del castro lleve el mismo camino que la ya destruida.

Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)

 

Infografía de las estructuras del Cueto de Mogro

Al día de hoy se pueden observar de un modo más o menos claro dos de las líneas de terraplén, concretamente las más cercanas a la cima del castro. Tal y como podemos ver en la imagen satélite (adjunta en el artículo), se pueden apreciar incluso por la zona plantada de eucaliptos, los cuales han crecido de un modo diferente y desigual debido a ello. La línea defensiva más cercana a la cima se dispone a una distancia de 17 metros de la misma, formando un "óvalo" casi perfecto en torno al punto más alto. Esta estructura encerraría una plataforma de alrededor de 50 metros de anchura en el mayor de sus ejes. La segunda línea defensiva se encuentra a unos 42 metros de distancia de la primera, y posee unas características morfológicas muy similares a esta. Parecen estar unidas entre sí por un camino, también con terraplén, en un tramo con orientación Noroeste/Sureste.

Por último no debemos olvidar la tercera de las líneas, la cual en la actualidad es menos "evidente" que las anteriores. Presenta un aspecto muy desnudo, apareciendo lapiaces calizos en numerosos puntos (en el sector Norte se aprecian con mayor claridad) y caracterizándose por su suelo arcilloso. Se sitúa a unos 40 metros de la segunda, siendo en principio el "acceso" al castro desde la base del cerro. A parte de las líneas defensivas, poco (o nada) más se ha encontrado en el recinto que pueda relacionarse con las estructuras. De hecho, ni siquiera se han hallado ningún tipo de materiales en el castro, posiblemente "muy mermado" por la actividad forestal en el interior del mismo. Interesantes, arqueológicamente hablando, son también las cavidades que presenta su cara Este, las cuales hasta el momento no han arrojado ningún tipo de hallazgo. De todos modos no debemos olvidar que, como muchos otros castros en Cantabria, no ha sido estudiado más allá de prospecciones visuales. No sería ni mucho menos descabellado pensar, por lo angosto y desnivelado de sus cavidades, que pudiesen albergar algún secreto como el desvelado hace no muchos años en una cercana cueva: Las Penas (Mortera, Pielagos).

CRONOLOGIA

Es difícil establecer una cronología exacta para este yacimiento, sobre todo teniendo en cuenta que no existen restos materiales que se puedan cotejar o analizar. La naturaleza defensiva del recinto, junto con su privilegiada ubicación frente a la desembocadura de un rio tan importante como el Pas (pudiendo controlar el "tráfico" marítimo, puede llevarnos a pensar que pudiese tratarse de un recinto centrado entre la Edad del Hierro y la llegada del Imperio romano a Cantabria (con todas las reservas).

Debemos de tener en cuenta que este tipo de construcciones (ovaladas, con defensas concéntricas a base de terraplenes) son típicas de este arco cronológico, siendo demasiado "aparatosas" o complejas en un contexto medieval, de modo que no sería descabellado incluirlo en la citada época en el párrafo anterior.


VISITAS

Todos podemos disfrutar del Cueto de Mogro, ya que aún sin ser un yacimiento visitable (refiriéndonos a un arqueo-sitio como tal) podemos recorrerlo a píe. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

Imagenes

DESTACADOS

  • MONTE CILDA

    El monte Cildá (Olleros de Pisuerga, Palencia) es otro de los baluartes de los antiguos cántabros. Se cree que albergo la cuidad cántabra de Vellica, de hecho y a diferencia del Monte Bernorio, tambien citado como posible ubicación de la misma, importantes autores como Adolf Schulten, Iglesias Gil, García Guinea y Joaquín Gonzalez Echegaray así lo atestiguan. Fue habitada desde el siglo I a.C, siendo citada por primera vez por Claudio Ptolomeo entre los pueblos cántabros (“Vellika”). De todos modos sigue existiendo la duda de si Vellica y Bergida eran la misma ciudad pero con diferentes interpretaciones en las fuentes antiguas. Al igual que el Monte Bernorio, ocupa un lugar privilegiado en cuanto a su ubicación estratégica. Al Este del castro se encuentra el Cañon de la Horadada desde donde se puede observar una gran llanura donde se cree que se llevó a cabo la conocida batalla de Vellica.

    Las primeras prospecciones fueron llevadas a cabo en 1891 por mediación de Claudio Lopez Bru, segundo Marqués de Comillas y también mecenas de las excavaciones realizadas ese mismo año en el Monte Bernorio. En dichas excavaciones se encontraron una treintena de estelas funerarias correspondientes al siglo III d.C. Ya en el siglo XX la Diputación de Palencia financió estudios llevados a cabo por el arqueólogo Miguel Ángel García Guinea. En este sentido fue quien descubrió junto a su equipo las murallas defensivas y multitud de objetos (estelas sepulcrales, aras, inscripciones honorificas y un largo etc) que dieron la importancia inicial que hoy ya tiene el yacimiento del Monte Cildá. Cabe destacar también a Eduardo Peralta Labrador ya que fue él quien documento la primera tésera cántabra conocida hasta entonces. Se encontró en muy buen estado, conteniendo una inscripción de origen celta. A partir del año 2002 se reanudaron las excavaciones, financiadas por la Junta de Castilla y León. Aún así es un yacimiento prácticamente por descubrir, ya que las catas realizadas han sido escasas. Desgraciadamente el Monte Cildá está incluido en la Lista Roja de patrimonio en peligro, ya que su conservación corre peligro de deterioro.


  • CASTRO DE LAS LLERAS

    El castro de Las Lleras (San Felices de Buelna) se encuentra enmarcado en la vertiente Sur de la Sierra del Dobra, donde existen un buen número de vestigios y otras localizaciones castreñas. En este sentido debemos destacar que Las Lleras es uno de recintos menos elevados de la zona (alrededor de 465 metros), ya que el resto superan los 500 metros de altitud. Fue identificado de un modo fortuito por el investigador y espeleólogo J. F. Arozamena Vizcaya en el año 1977. Su presencia por la zona se debía al rescate del cadáver de un espeleólogo accidentado en la sima de La Arenosa, la cual dista unos 400 metros del castro y que está ubicada en el crestón calizo que apreciamos en la imagen. Desde su descubrimiento, el castro de Las Lleras ha sido citado por lo mejor del panorama arqueológico regional: Bohigas (1978 y 1986-87), por Muñoz et alii (1991), Reigadas Velarde (1995), González Echegaray (1997), Pumarejo et alii (2000), Peralta (2002 y 2003) y Peralta y Serna (2006)..aunque desgraciadamente nunca ha habido una campaña de prospección o excavación como tal.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)