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Antiguo Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria con los famosos "morillos" de Juliobriga

A principios del siglo XX, el panorama arqueológico e histórico en Juliobriga (Retortillo, Cantabria) da un giro de 360 grados. En el año 1925 se funda (aunque se inaugura un año después) el Museo de Prehistoria y Arqueología de Santander, el cual fue dirigido inicialmente por el padre Jesús Carballo. Este salesiano nació en Santiago de Compostela en el año 1874, y desempeño su labor como arqueólogo e investigador principalmente en Cantabria. Estudió originalmente la carrera eclesiástica, pasando luego a la clerecía secular incardinado en el obispado de Burgo de Osma, y formándose en Ciencias Naturales, en las que llegó a doctorarse por la Universidad de Madrid.

Con motivo de unas excavaciones en el la Cueva de Suano (1935) coincide con Ricardo García Díaz, medico reinosano y gran aficionado a la arqueología. Este le informo de una serie de sondeos que había realizado en Juliobriga en ese mismo año, concretamente entre los años 1934-1935, y que fueron supervisados y dirigidos por Adolf Schulten. Tras esas conversaciones iniciales, Carballo tenía claro que la única solución para resolver todos los dilemas en torno a Juliobriga y su ubicación era "cambiar la pluma por el picachón", de modo que el 23 de Julio de 1935 trato este tema en el Centro de Estudios Montañeses. De esta reunión se acordó que el propio Carballo redactase un proyecto de investigación para presentarlo en la Diputación Provincial con el fin de obtener una partida presupuestaria para la puesta en marcha de dichas excavaciones. Nacían en este punto, aunque fuese solo en papel, las primeras excavaciones oficiales en Juliobriga.

La Guerra Civil (1936-1939) no permitió iniciar las excavaciones hasta 1940, mucho más tarde de lo planificado. Seis obreros comenzaron a excavar en la zona de la iglesia el 3 de Julio de aquel año, comenzando así una serie de cinco campañas que se prolongaron hasta el año 1944. Dichas excavaciones se centraron principalmente en La Llanuca y en la citada iglesia, aunque también se realizaron diversos sondeos por toda el área de Retortillo. En ellos colaboraron el propio Ricardo García Díaz, Daniel Gallejones, B. Larín, Vicente Ruiz Argilés y Adolfo de la Peña (vecino de Retortillo que desempeñaba labores de capataz). Desgraciadamente, por motivos de salud, la última de las campañas no pudo ser dirigida por el padre Jesús Carballo, quien delegó en el citado B.Larín esta tarea. Entre ambos surgió la enemistad tras esta campaña, ya que el primero de ellos acuso a Larín de intentar aprovechar su posición para hacerse con la dirección final del yacimiento y del propio Museo Arqueológico.

Fue por este motivo por el que Carballo decidió delegar en el arquitecto Ángel Hernández Morales (1911 – 2008) la dirección de las excavaciones de Juliobriga. De hecho la siguiente de las campañas (desde el 3 de agosto hasta el 1 de septiembre de 1945) ya fue dirigida por él. En el año 1946 se produjo un "parón" en las excavaciones, aprovechado por la Diputación provincial para desarrollar trabajos de explanación de la carretera de Retortillo. Hernández Morales publico ese mismo año una monografía editada por Diputación Provincial y por el Centro de Estudios Montañeses donde detallaba los trabajos realizados en la etapa previa. De todos modos, las enemistades entre los arqueólogos seguían a la orden del día, ya que Vicente Ruiz Argilés en un artículo sobre sigillata aparecido en 1947 critica abiertamente la gestión y trabajo del nuevo director de las excavaciones.Todos los materiales de aquellas campañas fueron depositados en el Museo de Prehistoria de Santander, produciéndose desde entonces una interrupción en los trabajos de campo que duró alrededor de siete años. En este periodo, el citado Adolfo de la Peña se encargó a motu propio de mantener limpias las zonas excavadas. Mientras tanto, la Diputación adquirió dos nuevos terrenos en el sector de La Llanuca tal y como había sugerido Hernández Morales en una de sus publicaciones..estamos en el año 1952 y en breve llegaría una figura clave en el estudio de la ciudad romana: Antonio García y Bellido.

En verano de ese mismo año (1952) Ángel García y Bellido (1903-1972) fue invitado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander para dictar la lección inaugural. Este profesor y catedrático de Arqueología Clásica de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Real Academia de Historia desde 1945 realizo una intervención sobre la "Cantabria romana" que despertó un increíble interés de las autoridades asistentes, sobre manera por la ciudad romana de Juliobriga. Debido a esto, José Pérez Bustamante (Presidente de la Diputación Provincial por aquel entonces) se comprometió a hacer todo lo posible para reanudar las excavaciones en Retortillo. Dicho y hecho. El 4 de agosto de 1952 el Centro de Estudios Montañeses presento una moción a la Diputación para continuar con las excavaciones, aprobándose esta tres días después (ya podía funcionar así ahora la administración). El 27 de agosto se celebró la reunión de constitución de un Patronato, el cual sería presidido por Antonio García y Bellido y cuyo secretario seria Joaquín González Echegaray (¿os suena?), quien ese mismo año público un trabajo en la revista "Altamira" sobre la posición política de la ciudad de Juliobriga. Como presidente de honor, al igual que ocurre con los patronatos actuales, fue nombrado el presidente de la Diputación Provincial, el citado Pérez Bustamante.Empezaría aquí una etapa única en el yacimiento de Juliobriga. Cierto es que los trabajos comenzaron ese mismo año, concretamente en el mes de septiembre, pero no sería hasta 1953 hasta que se comenzase una campaña de cierta entidad. Garcia y Bellido solicitó además a la Academia la declaración de monumento de interés histórico artístico para Julióbriga. Desde ese año, el director de la excavación y su equipo contaban con el apoyo de jóvenes que participaron en los campamentos del Frente de juventudes organizados por Grupo de Proyección Cultural. Los jóvenes, entre los que solía haber algún extranjero, asistían a la misa diaria oficiada por Joaquín González Echegaray, alternaban clases teóricas y prácticas de arqueología, además de visitar diversos lugares de interés de la comarca. Este "campamento cultural" se realizaba habitualmente del 1 al 20 de agosto y se ubicaba en una finca cercana propiedad de Ignacio Obeso Ruiz. A los actos de clausura solían acudir diversas personalidades como el presidente de la Diputación, el Gobernador Militar, el Gobernador Civil y un largo etc que daban mucho prestigio y caché a dicho acto.

Las excavaciones dirigidas por este equipo fueron de las más proliferas conocidas hasta nuestros días (con el permiso de José Manuel Iglesias,sobre el que hablaremos en otro artículo), siendo esta etapa la más importante hasta esa fecha si se tiene en cuenta el volumen de metros cúbicos exhumados y los resultados obtenidos, plasmados en varias publicaciones. Los trabajos se centraron principalmente en el área de La Llanuca, donde se completó la excavación de dos casas y se puso en auge el nexo entre la calle porticada y el área del foro situado parcialmente debajo de la iglesia románica. Paralelamente a estos trabajos, en 1955 se comenzó a excavar en la zona sur del yacimiento, ya que las obras de la nueva carretera de acceso a Retortillo habían sacado a la luz (además de destruir parte) restos de casas romanas.La última campaña dirigida por Ángel García y Bellido se desarrolló en 1961, excavando parcialmente una casa en las proximidades de La Llanuca. Se descubrió entonces otra vivienda semejante a los aparecidas años atrás y que formaban parte de la calle porticada. De aquí en adelante se produciría otro "vacío" en la investigación y excavación del yacimiento. Se tendría que esperar al año 1980 cuando un grupo de profesores del Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria formado por José Manuel Iglesias, Ramón Teja y José Luis Ramírez, decidieron retomar las excavaciones y abrir una nueva línea de investigación. Es a partir de ese verano cuando Juliobrigavuelve a recobrar el esplendor de mediados de siglo..pero eso lo dejaremos para el siguiente articulo.

Fuente: Cuadernos de Campoo número 12. Autor: José Luis Peréz Sanchez