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Detalle de un de los pies grabados del conjunto. Fotografía: Lino Mantecón Callejo.

En nuestra región, a diferencia de muchos vecinos del norte (Asturias, Galicia), los petroglifos o grabados en piedra son grandes desconocidos. Y no será porque no tenga interés para el gran público, no olvidemos que estamos ante vestigios de una época de importantes cambios sociales tanto en lo cultural como en la vida cotidiana de los antiguos moradores de Cantabria. Hablamos posiblemente de representaciones rupestres realizadas en algún momento de la Protohistoria (marco temporal entre la Prehistoria y la Historia) que, a falta de otros soportes materiales u otros restos arqueológicos hallados en su entorno, son de difícil datación. En este caso lo espectacular de su entorno, en la Sierra del Escudo de Cabuérniga, la rareza del conjunto – atípico o escaso en Cantabria – y su característico nombre, hacen del Conjunto rupestre de los Pies del Romano, digno merecedor de tener un hueco en Regio Cantabrorum.

Ubicados en un paraje conocido como Brañaflor, en las proximidades del límite entre San Vicente del Monte y Cabezón de La Sal, los Pies del Romano asoman imponentes en lo alto de la sierra. El enclave es conocido desde hace décadas por los vecinos de las localidades colindantes, si bien es cierto que hasta los trabajos de campo realizados por Lino Mantecón Callejo y Javier Marcos dentro del proyecto de investigación "Cambera de Los Moros" (2006), no fue documentado con exactitud. No debemos olvidar que gracias a este trabajo de campo se pudieron documentar por aquel en la misma Sierra del Escudo diferentes conjuntos cruciformes, antropoformos y otros motivos recientemente inventariados.

Está claro que nos encontramos con un conjunto rupestre que, hasta el momento, no ha sido estudiado a fondo (sí documentado) y que tan solo tiene un par de paralelos en nuestra región. Es difícilmente interpretable su significado, ya que existen diferentes hipótesis respecto a lo que quieren transmitir. En muchos casos, las huellas talladas o grabadas sobre roca (podomorfos) han sido dotadas con mayor o menor acierto de un carácter sagrado o divino, evocando la posible pisada de una deidad (por ejemplo). Sea lo que fuere, estamos ante una estación rupestre digna de admirar en nuestra región.

Bibliografía: "Después de Altamira - Arte y grafismo rupestre post-paleolítico en Cantabria" (Editorial ACANTO)
Agradecimientos: Lino Mantecón Callejo / Javier Marcos Martinez.

 

Esquema del conjunto rupestre

Nos encontramos en la cima de la Sierra del Escudo de Cabuérniga, la cual se conforma por dos vertientes que cabalgan una por encima de otra en forma de falla, de Este a Oeste. Una de ellas se superpone y forma un voladizo de piedra de donde centenares de fragmentos de roca arenisca o bien se han desprendido, o bien forman una especie de “labio” superior. Es en uno de estos bloques donde se encuentra el conjunto, concretamente en una plataforma rocosa de unos 3x3 metros que posee una caída no muy pronunciada hacia el Norte. Los “pies” o podomorfos, concretamente 12, poseen dos tipologías o técnicas de grabado diferente, según el caso: La incisión simple sobre la superficie rocosa o la talla en bajorrelieve. El tamaño de las doce figuras en total que conforman el conjunto rupestre es bastante homogéneo, midiendo entre 17 y 25 cm de largo por unos 10 de ancho, con pequeñas variaciones. Por su tamaño, pequeño, podrían pertenecer a un niño o mujer, aunque cualquier hipótesis sobre de quien son o a quien pertenecían son meras imaginaciones. Es curioso además como la gran mayoría de los “pies” son diestros, si bien existe alguno zurdo.

La disposición, como se aprecia en la imagen es no tiene una estructura o patrón definido salvo su orientación Norte/Sur, encontrando alguno de los podormofos muy desgastados por el paso del tiempo. No olvidemos por último que existen varios grabados y grafitis contemporáneos que han afectado parcialmente a las representaciones de los pies.

Respecto a la cronología de los mismos, es difícil hacer una estimación fiable, ya que podrían enclavarse en un arco demasiado amplio entre la Prehistoria Reciente (Neolítico) y la Edad del Hierro.

VISITAS

Todos podemos disfrutar del conjunto rupestre de los Pies del Romano, ya que aún sin ser un yacimiento visitable (refiriéndonos a un arqueo-sitio como tal) podemos recorrerlo a píe. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

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DESTACADOS

  • EL IDOLO DE RUANALES

    El entorno del Monte Hijedo ha sido, es y será durante siglos y siglos, un lugar lleno de misterios e incógnitas a desvelar. Está claro que en los albores de la Edad de los metales un grupo social importante habitó en esta maravilla natural milenios atrás y hoy referente arqueológico de nuestra región. En un radio de pocos kilómetros a la redonda nos encontramos con la composición antropomorfa de La Serna, el conjunto de Peña Lostroso, y hoy con el conocido como "ídolo de Ruanales" . Todas ellas con sus diferencias, como no, pero compartiendo un estilo muy similar e intentando trasmitirnos la importancia de una jerarquía donde los primeros objetos de metal en las sociedades post-paleolíticas eran motivo más que suficiente para ser labrados y representados en la fría piedra.

    Nos encontramos en el paraje de El Redular, atalaya natural que domina gran parte del robledal que conforma el Monte Hijedo. Y, casualidades del destino (o no), a unos dos kilómetros en dirección Suroeste justo enfrente del antropomorfo de La Serna. Ambos yacimientos han sido desde tiempos inmemoriales, fruto de leyendas e historias sobre "señores moros", circunstancia por la cual se tenía la creencia que bajo los impresionantes grabados habría siempre un tesoro. El "ídolo de Ruanales" no iba a ser menos, es por ello por lo que nuevamente nos encontramos el suelo bajo sus pies rebajado cerca de un metro, básicamente por la continua rebusca de los mismos.

    Los vecinos de los pueblos colindantes serían quienes hace ya décadas indicasen a los investigadores la localización del conjunto. Los recogería en primera instancia, en una escueta nota en una guía regional, el antiguo Director del Museo Provincial de Prehistoria y Arqueología de Santander, Miguel Ángel García Guinea (García Guinea, 1988: 210). En esa misma década, prácticamente a la par, los investigadores R- Bohigas y P.Sarabia publicarían datos sobre una de sus visitas al lugar (Sarabia y Bohigas, 1988: 63), incluyendo esta vez una descripción más detallada sobre los grabados de la pared, así como un primer acercamiento a su cronología. Desde entonces diferentes estudios y autores (con diferentes metodologías) abordan la temática de El Redular de modo dispar, agregando eso si valiosa información sobre el conjunto (Bueno y Balbín 1992, Díaz Casado 1993, Teira y Ontañón 1996, 1997, 2000).

    Estamos sin duda, ante otro de los grandes desconocidos de la arqueología regional. Componente ineludible de la tipología "Monte Hijedo", sus trazos son bellos a la par que desconcertantes. ¿Que representan realmente? ¿Por qué no aparecen restos estructurales y/o materiales que ayuden a saber que significan realmente o a quien hacían referencia? ¡Por eso nos gusta la arqueología! :)

    Bibliografía: "Después de Altamira - Arte y grafismo rupestre post-paleolítico en Cantabria" (Editorial ACANTO)
    Agradecimientos: Ernesto Rodrigo Gutiérrez

  • CAMPO DE LA CRUZ

    En lo alto del cordal que separa los valles de Hazas de Cesto y Secadura nos encontramos una milenaria historia que, fuera del circulo más académico, es prácticamente desconocida para la gente de a pie. Las enormes praderas y los suaves relieves del entorno enmascaran un lugar que nos habla de la muerte entre el Neolítico y el Calcolítico. Y no, no hablamos de una necrópolis de gran extensión como ocurre en Liébana, con ejemplos como Palmedián o Combranda. Estamos ante una alineación de túmulos que se desarrolla en tan solo 250 metros de terreno y que no va más allá de 4 estructuras. A partir de esta información se podría fantasear con decenas de hipótesis (familiares y demás), pero poco o nada se sabe de la relación existente entre ellas. De hecho, al encontrarse en un terreno de prados de siega y ganadería, no se tiene muy clara la composición interna de todos ellos (¿cantos de arenisca y tierra?) dado que la "capa" superior es importante.

    La primera referencia documentada de los mismos se la debemos a Jesús Ruiz Cobo, Emilio Muñoz Fernández y a Pedro García Gómez, quienes lo incluirían en el año 2005 dentro de su publicación "Conjuntos megalíticos y asentamientos neolíticos en la cuenca del Asón (Cantabria)" del Sautuola XI. No obstante, el conjunto tumular se conocida años antes (siglo XX) de su publicación, habiendo sido reconocido en diferentes ocasiones por varios investigadores como Eduardo Peralta que fue quien advirtió de su existencia a quienes lo documentaron. Y a partir de aquí..nada más sobre ellos. Como veremos posteriormente no parecen haber sido excesivamente alterados por la acción humana salvo por el "desconocimiento" de los mismos, ya que los postes de la instalación telefónica pasan a escasos metros del epicentro de uno de ellos. Hablamos en este caso de la históricamente repetida (desde hace cientos y cientos de años) creencia de que en el interior de estas cámaras funerarias se escondían incalculables tesoros. No en vano, los conocidos como "pozos de violación" son eso mismo: Aperturas de las cámaras funerarias desde lo alto de los túmulos, quedando en muchas ocasiones partes de la misma totalmente fuera del interior. En el caso del conjunto del Campo de La Cruz, no parecen apreciarse grandes hundimientos en los mismos, de modo que puede que se conserven intactos o puede que la propia capa de tierra acumulada durante milenios en estos pastos los haya rellenado.

    Es una auténtica pena que conjuntos como este pasen totalmente inadvertidos ante nuestros ojos. Sería fundamental poner en valor que en Cantabria no solo existen cuevas con arte rupestre, castros o campamentos de las Guerras Cántabras o similares. En los albores de la Edad de Los Metales en Cantabria existió una cultura única que recorrió nuestro territorio de Norte a Sur y de Este a Oeste y de los que su muerte nos ha dejado decenas de testigos inhertes que todos deberíamos conocer. Un modo de enterrar y honrar a sus difuntos que podemos encontrar al lado de la carretera y que nadie pone en valor..Cantabria Infinita lo llaman.

    Bibliografía: "Conjuntos megalíticos y asentamientos neolíticos en la cuenca del Asón (Cantabria)" 2005. Jesús Ruiz Cobo, Emilio Muñoz Fernández y Pedro García Gómez.