Regio Cantabrorum

Casualmente un colectivo de expertos en conservación, se entera que a finales de 2017 (Noviembre concretamente) se instala de una pasarela de Tramex (que palabra más bonita, como zahorra) en el interior de la cueva de Hornos de la Peña. Una larga y estrecha cavidad en la que, al parecer ser, se pretende proteger un grabado (el del dibujo de Henri Breuil que veis) por el que se pasa muy cerca. Este grabado está situado antes de entrar en la sala final de la cueva, donde muchos de nosotros tuvimos el enorme privilegio de entrar para ver grabados únicos como el del antropomorfo de Hornos de la Peña.

Este grabado se encuentra en muy mal estado, estando prácticamente en su totalidad cubierto por una capa de calcita. En el acceso a la última sala, quedaba muy “expuesto” a que los visitantes lo pudiesen tocar o rozar, de modo que hasta aquí todo correcto. BRAVO, un guión redondo, sin fisuras. Para protegerlo, instalan una escalinata con barandilla y una escalinata de tramex que lo “esquiva”, con el inconveniente que hace que la visita no entre en la última sala a vislumbrar los grabados figurativos más representativos de la cueva. “Ok, pensé yo”. Todo por la conservación en una de las cuevas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO de Cantabria. Me la bufa el impacto visual (en serio) y que no se pueda ver completa, si bien es cierto que la Consejería debería al menos de comunicar que la vista ya no es completa, no es nada bonito jugar con la expectativa del visitante y luego dejarle con la miel en los labios sin avisarlo.

Hasta aquí, un artículo lo más corriente del mundo…SINO FUERA PORQUE PARA PROTEGER UN GRABADO HAN DEJADO TOTALMENTE EXPUESTO OTRO DE IGUAL VALIA O MÁS. Si si, no es broma. Tal y como consta en una carta enviada a la Secretaría General de Cultura y al propio Consejero el 13 de Febrero de 2018 por dicho colectivo de conservadores y restauradores (no lo digo yo, que soy un pinchaúvas) la estructura se ha fijado al suelo afectando a la costra estalacmítica y aproximando al visitante en demasía a la pared derecha, poniendo en riesgo la conservación de uno de los grabados (en la imagen, el bisonte de la lengua fuera). ¡Tócate los huevos maritrini!. Y no solo eso, sino que la estructura no cumple con los mínimos de seguridad exigidos para poder ser utilizada en la visita pública, apuntando que la propia acción de reparación de la misma puede ser en si misma agresiva.

Bueno, bueno, bueno…¡en una puta cueva Patrimonio de la Humanidad!. Lo más triste de todo esto es que, independientemente de la parte conservacional..tras más de 9 meses nadie en la Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha contestado a tal colectivo de, repito, profesionales en la conservación. A esta consejería según parece solo le queda el Deporte, ya que Educación poca (un “ok, tomamos nota” aún siendo mentira hubiese sido suficiente) y cultura más bien poca no teniendo en cuenta tal veredicto. ¡Ojo!, lo mio sería una opinión poco o nada valida, lo de esta gente es criterio profesional.

Esto huele también un poco raro, ya que incluso consultando a personas relacionadas con el sector…nadie sabía nada ya que no existió comunicación pública al respecto. Ni se informa al visitante de que se queda sin la increíble última sala, ni a los profesionales de Cantabria..a ver si alguno va a protestar y lo voy a tener que meter en el “congelador” una temporada (no sería la 1ª vez). La Ley del silencio cultural es aberrante. Saldrá el “profesional” de cabecer..de turno diciendo que todo esto es una locura (igual que en Suances) y listo. Yo podría apostar incluso quien puede ser.