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Castro Barrio en Alfoz de Bricia. Fotografía: Lino Mantecón Callejo

El conocido como Castro Barrio (Alfoz de Bricia, Burgos) sigue siendo una auténtica incógnita hoy en día. Su espectacular contorno y morfología en el horizonte de las Merindades hacen pensar que pudo tener un pasado cuanto menos relevante en la protohistoria del antiguo territorio de Regio Cantabrorum. Incluso la cercanía con el conocido yacimiento (asentamiento indígena y castellum romano) de El Castro ya en Cantabria, nos lleva a imaginar que pudo jugar un papel estratégico de relevancia. Existen fuentes que dejan entrever que puedo existir un pequeño asentamiento de la II Edad del Hierro en sus terrazas, pero nadie puede afirmarlo con rotundidad. Por hacer una pequeña comparación con el recinto defensivo situado a menos de 2 km, la extensión del yacimiento de El Castro (la parte indígena) encierra unas 8 hectáreas en donde además se pueden apreciar sobre el terreno estructuras defensivas e incluso una puerta de acceso. En el caso del Castro Barrio, apenas tenemos unas 2 hectáreas de extensión y ninguna estructura asociada, quien sabe si arrasadas hace milenios o destruidas en época de la Guerra Civil.

Y con todo, alguno de los hallazgos materiales realizados hace décadas, pueden acércanos más a una época que pueda contextualizar esta atalaya natural. El hallazgo casual en el año 1950 de una fíbula de bronce, hoy expuesta en el Museo de Burgos, hizo que el lugar ganase relevancia como lugar "potencial". Schüle la incluiría en el año 1969 en el resumen tipológico de materiales castreños de la meseta, con lo que fue difundida tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Incluso las labores agrícolas en las terrazas han sacado a la luz diferentes fragmentos cerámicos y teja de cronología moderna, si bien es cierto que no se debe descartar que puedan aparecer restos más antiguos. Cierto es que a menos de 1 kilómetro apareció una espectacular pieza (una estela funeraria) que merece la pena ser analizada, pero que no implica una relación directa con cerro que nos ocupa.

No cabe duda de que el denominado Castro Barrio (también se le conoce como Mata del Cueto, Castro de Bricia o Monte Las Riscas) puede formar parte de ese selecto grupo de enclaves que alberga más incógnitas que certezas. Ni siquiera la toponimia "castro" ayuda en este sentido, ya que a diferencia de lo que la gente piensa no tiene porque implicar un asentamiento antiguo, más bien una elevación rocosa como en este caso.

Agradecimientos: Lino Mantecón Callejo.

Bigliografía: "La Cantabria Burgalesa" /"Tres lápidas burgalesas en la colección Fontaneda" – M.L. Albertos / J.A. Abasolo.

 

Estela romana de Bricia. Fuente: Tres lápidas burgalesas en la colección Fontaneda

La colección Eugenio Fontaneda se encuentra expuesta en el castillo de Ampudia (Palencia) y alberga diferentes piezas arqueológicas de épocas diversas. Entre ellas destaca una que puede vincularse directamente a las inmediaciones de Castro Barrio: Se trata de una estela funeraria encontrada en Renedo de Bricia. Esta pieza caliza, de 74x47 cm destaca por los motivos decorativos de la misma y por su campo epigráfico. Posee dos cenefas, una exterior que la cubre a modo de marco y otra interior que contiene dos figuras que han sido interpretadas dentro de un “nicho u hornacina” (la citada cenefa). La figura de la izquierda (masculina, es evidente por su…sexo) posee dos lanzas, una de ellas en su mano derecha. Con su extremidad izquierda coge de la de mano a a una mujer que se cubre su sexo con la otra mano. Ambas representaciones son de factura bastante tosca, y tienen paralelos en el mundo fúnebre en el Norte Peninsular.

El campo epigráfico fue publicado por primera vez por Joaquín Gonzalez Echegaray en su obra “Los Cántabros” (1966), si bien es cierto que autores como Juan Manuel Fernández en “Epigrafía cántabra, Altamira” (1968) y José Manuel Iglesias en “Onomástica prerromana en la epigrafía cántabra” lo analizarían y darían su opinión respecto a su interpretación. Reza lo siguiente:

D(is) M(anibus) LUPA LEONATICON(iugi) CAR (issimo) AN(norum) XLVSIT T(ibi) T(erra) L(evis)

El hecho de que ambos nombres se encuentren sin nomem y el masculino siquiera sin el praenomem indican que más que probablemente estemos ante dos indígenas con nombres en el caso de ella (LUPA) latino y en el del (LEONATI) presumiblemente de raíz griega.

VISITAS

Todos podemos acercarnos hasta el Castro Barrio, ya que aún sin ser un yacimiento visitable (refiriéndonos a un arqueo-sitio como tal) podemos acercarnos perfectamente a verlo. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Burgos y Cantabria.

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DESTACADOS

  • PUNTA PILOTA

    El yacimiento de Punta Pilota se sitúa en las inmediaciones de la playa de Sonabia o Valdearenas, según quien la cite, concretamente entre el arenal y la conocida como Punta Lanzadoiro. Tal vez lo que hace miles de años fuese una ubicación idónea para establecer un asentamiento, no se sabe muy bien si temporal o fijo, sea en nuestros días un enclave perfecto para crear..un parking playero. Y no, no es una broma de mal gusto, sino que como en muchas ocasiones (demasiadas) en nuestra región un yacimiento que pudo habernos permitido conocer un poco más sobre la población indígena en la costa queda destruido. Paradójicamente se puede encontrar un pequeño cartel que indica la más que probable presencia de un poblado o pequeño asentamiento en este lugar..justo al lado del camino que privó a los investigadores y arqueólogos de una futura intervención.

    El potencial arqueológico de Punta Pilota fue descubierto por F. González Cuadra en la década de los sesenta del siglo pasado, realizando el mismo una prospección y recogida de materiales en las mismas fechas. Posteriormente seria topografiado en el año 1991 por el Grupo Espeleológico La Lastrilla, intervención en la cual se obtendrían una serie de materiales en superficie que no harían más que reafirmar el interés arqueológico de esta pequeña elevación sobre el mar (Molinero, 2000: 45-47, 50-51). En base a todas estas informaciones, seria incluido como castro marítimo en la publicación "Los Cántabros antes de Roma" de Eduardo Peralta Labrador, haciendo referencia incluso al nivel de destrucción de los amurallamientos. En nuestros días no se tiene certeza de que dichas estructuras correspondan al yacimiento en su origen, como veremos a continuación. De todos modos, aun no siendo una construcción coetánea a la cronología adscrita (probablemente Edad del Hierro), no se debe restar importancia a los hallazgos materiales de Punta Pilota. Al menos por los amantes de la arqueología e historia de Cantabria..al lugar solo le queda ser asfaltado para que alguna administración o ayuntamiento se ponga la medalla por facilitar el acceso a la playa..una más.

    Agradecimientos: Pedro Rasines del Río
    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria. (Edita ACANTO)

  • ESTRUCT. DE JERRAMAYA

    La estructura campamental de Jerramaya (San Felices de Buelna) es otra gran desconocida del panorama arqueológico de nuestra región. La riqueza patrimonial de la Sierra del Dobra no pasa ni mucho menos desapercibida, ya que yacimientos como el castro de Las Varizas, Las Lleras o Pico del Oro se han ganado por derecho propio un hueco en la historia de Regio Cantabrorum. De todos modos, no parece interesar (sino no se entiende) la conservación y puesta en valor de los mismos, ya que canteras al aire libre, pistas forestales utilizadas para hacer motocross y otros elementos similares pueblan este entorno impunemente.

    Volviendo a lo importante, se sitúa sobre una pequeña elevación de la citada sierra, muy cerca del pico "Canto Jerraluz" y de su vertiente norte. En las inmediaciones se encuentra también el "Sumidero de Las Palomas", una profunda dolina donde nace una fuente del mismo nombre y que desagua a través de dicha cavidad en el río Besaya. El yacimiento fue descubierto por Reigadas Velarde en el año 1989, citándose pocos años después en la "Carta Arqueológica de San Felices de Buelna (1991)". Cabe destacar que en esta obra de Enrique Muñoz et alii se alude de modo erróneo, ya que identifican el enclave con el nombre de Canto Jerraluz en referencia al cercano pico. Poco después el mismo descubridor publicaría un breve estudio del lugar (Reigadas Velarde, op cit.:44-48), aunque tendrían que pasar algunos años para que Eduardo Peralta y Mariano Luis Serna Gancedo atribuyesen (con reservas) la estructura a un posible castellum romano de campaña (Peralta y Serna, 2004:124-125).

    Sería el verano de 2017 quien marcase un antes y un después en el estudio y catalogación del enclave, ya que los ayuntamientos de Torrelavega y San Felices de Buelna se pondrían de acuerdo para proceder a su protección como Bien de Interés Cultural. Para ello llevarían a cabo una campaña de investigación que contextualizaría el yacimiento de una vez por todas, quedando atrás su uso como pista de quads y motos de trial y parando (esperemos) la merma más que evidente de la altura en los derrumbes de la fortificación tardoantigua.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)

  • EL CASTREJON

    El Castrejón (Naveda, Campoo de Suso) es uno de los enclaves más enigmáticos y a la vez más citados como "castro cántabro" en nuestra región. Todo esto sin conocer en la actualidad presencia de materiales arqueológicos entregados o recuperados que lo puedan adscribir cronológicamente como tal. Digo bien, ya que a nuestros días no ha llegado ninguno..otra cosa bien distinta es que si se hallasen en el pasado y que nada se sepa de ellos como bien veremos. El yacimiento es conocido desde hace décadas, siendo descubierto y estudiado por Jesús Carballo en los años 40 del siglo pasado (Carballo, 1952: 305). Esta atalaya natural es fácilmente diferenciable en la zona, encontrándose a tan solo unos metros del acceso a la localidad de Proaño por el Noreste y de Naveda por el Sur. Posee unos 300 metros de longitud en su eje más largo (Este-Oeste) por 160 metros en inferior (Norte-Sur). Es en estas dos últimas vertientes donde dos grandes cantiles calizos actual como defensa natural, formándose así grandes pendientes que hacen muy complicado su acceso.

    Además de las investigaciones realizadas por su descubridor, arqueólogos e investigadores de renombre han realizado diferentes prospecciones y estudios en su lisa cima. Al conocido A. Schulten (1942) le seguirían D. Gallejones y Joaquín Gonzalez Echegaray (1951: 145-150) quienes definirían el sistema defensivo sin realizar excavación alguna con la aportación en la parte noroccidental de Miguel Ángel García Guinea ese mismo año. En los años posteriores nuevamente Echegaray (1966), Bohigas, Marcos (ambos en 1987), Fraile (1990) y Peralta/Muñoz (1997) intentaron vislumbrar algún horizonte con sus prospecciones en El Castrejón..sin resultados concluyentes. En los últimos años (2007-2008), el arqueólogo José Ángel Hierro Gárate lo incluiría en el INVAC - Inventario Arqueológico de Cantabria.

    Estamos en definitiva, ante un yacimiento donde las incognitas son mucho más numerosas que las respuestas. Otro de tantos donde el paso del tiempo y la falta de fondos para investigar en nuestra región lo relegarán a una posición que, tal vez, no merezca su milenario pasado.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria. (Edita ACANTO)