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Panel de las manos en la cueva del Castillo visto a través de SIGAREP. Fuente: Sergio Ripoll López

La verdad es que no os imagináis las ganas que tenia de estar sentado delante del ordenador transportándome de nuevo al pasado. Cierto es que durante estos últimos dos meses, entre biberón y pañales, he querido completar un poco más el mapa de Regio Cantabrorum hasta llegar a las 100 publicaciones o yacimientos, objetivo personal de 2014 que casi cumplí (96). De todos modos, siempre pensé que la suma lógica de 1 1 en cuanto a hijos se refiere también tendría un resultado más o menos lógico, tal vez con algún decimal extraviado o sumándole el IVA..¡Ayyy torpe de mí!, tuvo que venir un buen amigo con una reveladora y mística realidad que aún hoy se me enquista entre sueño y sueño de hora y media..1 y 1 no son 2, son 11.

Partiendo de la base de que estoy feliz con mis ojeras de mapache, cansado pero encantado, me dispongo a escribir sobre un tema que ya me apasionó en agosto de 2014 y al que sigo la pista desde entonces. Cierto es que ya por aquel entonces me comprometí a escribir sobre él, pero todo aquel que me conozca sabe que soy un malqueda por antonomasia (menuda carta de presentación). De todos modos, creo que es un tema lo suficientemente importante y relevante como para perder un momento leyendo las siguientes líneas (las anteriores son menos serias, son para explayarme). El título de esta pequeña noticia creo que no desmerece ni mucho menos lo que ha significado y significará durante los años venideros este increíble proyecto: Año I d.S. (después de SIGAREP). ¡Alaaaa!, ya están los escépticos cerrando la noticia, pensando que son capaces de hacer lo mismo con programas informáticos (hace no mucho lo leí en un grupo del Facebook), o incluso con el Paint..seamos serios. Aquí lo que vale son los resultados, y en este caso estamos hablando sin lugar a dudas de un antes y un después en la interpretación del Arte Rupestre, algo totalmente desconcertante y a la vez apasionante. ¿Los artífices?. Apuntad: GIM Geomatics. Todo cambiaría para esta empresa en 2012, año en el que dentro de la convocatoria “Ayudas a empresas para proyectos de Patrimonio” del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte reciben el premio a años y años de trabajo en forma de subvención para su proyecto estrella: “Sistema Gestor para la protección del Arte Rupestre y Estaciones Prehistóricas” - SIGAREP.

A groso modo, se trataba de recoger las coordenadas exactas de algunas estaciones de arte rupestre de toda la Península y poder obtener una reproducción perfecta de las mismas en 3D del abrigo o cueva correspondiente. Gracias a las técnicas de fotogrametría y a un escáner laser, se consiguieron almacenar estos patrones con un margen de error de apenas dos milímetros. Es decir, investigadores y arqueólogos podrían acceder a las cuevas sin siquiera estar en ellas con una perfección casi real de cada uno de sus recovecos y grietas. Y no solo eso, sino que que gracias a un complejo sensor multiespectral se pueden descubrir pinturas prehistóricas inapreciables al ojo humano..¿Cooomoo? Así es, esta metodología ha sido aplicada hace no muchos meses en la cueva del Castillo, sacando a la luz más de 250 (como mínimo) nuevas pinturasocultas” por el paso de los siglos. Otro fascinante resultado, que se dio a conocer en el Congreso de la Unión Internacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas (UISPP), celebrado en Burgos a comienzos de septiembre del año pasado, nos habla de las dimensiones de la cueva de Altamira. Gracias a SIGAREP se sabe que la cavidad es más grande de lo que se pensaba, incluso que su mundialmente Sala de Polícromos es mucho más pequeña. No solo eso, sino que se pudo descubrir en una pequeña fractura de roca otra pintura que estaba prácticamente desaparecida para el ojo humano..sencillamente increíble. Si esta información ya de por sí sola es de incalculable valor, el proyecto SIGAREP va un poco más allá procesándose los miles de datos obtenidos y aplicándolos una serie de parámetros geográficos (altitud del yacimiento, cuenca visual, cercanía de fuentes de agua, orientación, etc) hasta conseguir lo que podríamos llamar un mapa de enclaves que potencialmente podían albergar arte rupestre. Ni mucho menos hablamos de una ciencia cierta a este respecto, sino de un mapa de simulación donde las probabilidades de encontrar un yacimiento fuesen exponencialmente altas..y vaya si lo son. Gracias a este sistema se han hallado, solo en la provincia de Segovia, cinco conjuntos pictóricos que no estaban inventariados.

¿Y todo esto en dónde? ¿En Harvard? ¿En Yale?..pues no, en Torrelavega. Sus socios, Vicente Bayarri y Jesus Herrera, y el increíble equipo que los rodea son los artífices de uno de los cambios más importante en décadas (tal vez me quede corto) sobre el estudio del arte rupestre a nivel internacional. ¿Valedores del proyecto? Evidentemente mis humildes palabras de poco o nada valen. Tal vez las de eminencias como Sergio Ripoll, doctor en Prehistoria por la UNED desde 1988 y uno de los mayores exponentes mundiales en arte rupestre, sean suficientes. Desde hace tiempo uno más dentro del proyecto que considera, deberá de replantear el arte rupestre en todas las cavidades conocidas. Tal vez el nacimiento real del SIGAREP se produjese en 2012, pero la eclosión del proyecto el año pasado me hace titular este pequeño artículo “Año I d.S.”

Con este artículo de admiración al proyecto, en especial sus componentes más cercanos (Vicente, Jesús y Sergio) aún en la lejanía, espero haber devuelto el equilibrio al universo..tan debilitado por mi malsana costumbre de quedar en escribir una cosa a mediados de 2014..y hacerlo a principios de 2015. Por cierto, la próxima vez (a ver si me lleváis) ¡una sonrisa en la foto hombre!

 

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DESTACADOS

  • CUETO GRANDE

    La cueva de Cueto Grande (o cueva del Molinón I) y su conjunto de grabados es uno de los últimos escenarios rupestres estudiados y topografiados en detalle dentro de nuestra región. Su actual localización, la peculiaridad de sus figuras, las reducidas dimensiones de la cavidad y un largo etc de incógnitas hacen de este lugar un yacimiento con un increíble potencial aún por descubrir. Se ubica en la misma orilla de la ría del Pas, prácticamente en su desembocadura, en una pequeña elevación al lado de un antiguo molino de mareas del siglo XVIII (de ahí uno de sus topónimos). Se la da paradoja de que hoy el pequeño promontorio se encuentra "a píe de playa", pero no olvidemos que hace miles y miles de años el estuario del Pas que hoy conocemos..ni siquiera existía. De hecho se cree que Cueto Grande estaba en una gran vega fluvial, con el mar Cantábrico cientos y cientos de metros más al fondo y quién sabe si cerca de lo que por aquel entonces sería la desembocadura del río. Es más que probable que este gran área de pastos fuese el lugar idóneo para que las especies predominantes (uros, caballos, bisontes) se agrupasen en manadas, circunstancia por la cual nos encontraríamos ante un buen espacio para la caza y por lo tanto para que diferentes comunidades habitasen en las inmediaciones.

    La gruta presenta pequeñas dimensiones, motivo por el cual está prácticamente descartado que nos encontremos ante un hogar al uso. La entrada a la misma (orientada al Sur-Sureste) es bastante angosta, de apenas 1 metro y medio de alto por 1 metro de ancho. Desde aquí se accede a un pequeño vestíbulo ligeramente inclinado hacia el interior, de unos 5 metros de longitud por 1,7 metros de ancho. Al final del mismo, se realiza un brusco giro a la izquierda a través de otra galería de unos 10 metros de recorrido con una anchura similar al vestíbulo. Tras recorrerla por completo, nuevamente se realiza otro giro a la izquierda para dar con la última estancia, una galería ligeramente ascendente de unos 14 metros y medio que finaliza en una pequeña abertura (a modo de segunda boca) que debido a su reducido tamaño es impracticable.

    Su valor arqueológico fue descubierto a principios de la década de los 80 del siglo pasado gracias al Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (C.A.E.A.P.) y al Grupo de Espeleología e Investigaciones Subterráneas, Jesús Carballo/Raba (GEIS C/R). Si bien es cierto que desde entonces es conocido el incalculable valor de sus grabados, no sería hasta finales de 2014 cuando el equipo de GAEM Arqueólogos, acompañados de R.Ontañón, A.J. Gomez Laguna, V. Bayarri y J. Herrera (estos dos últimos componentes de Gim-Geomatics), realizarían una exhaustiva topografía de la cueva y ortofotos en alta calidad de su interior. Gracias a los resultados obtenidos y al análisis e interpretación del nuevo estudio, estamos ante una cavidad que plantea un nuevo horizonte en su contextualización en época Magdaleniense (con sus correspondientes reservas). ¿Una cueva donde tan solo un individuo entró a plasmar su arte sin necesidad de que su comunidad lo viese? ¿Un "panel de pruebas"?. Sea lo que fuere, un yacimiento del que (para nuestra desgracia) no sabremos mucho más a corto plazo debido al poco apoyo institucional en este tipo de actuaciones. Una última pregunta, esta vez sí, con fácil respuesta: ¿Sabéis cuál fue el importe aportado por la Consejera de Educación, Cultura y Deporte para la intervención de 2014?. Con un dígito acertareis la pregunta…

    Bibliografía: "La Cueva de Cueto Grande (Miengo). Un nuevo conjunto de grabados paleolíticos en la región Cantábrica" - Emilio Muñoz Fernández, Roberto Ontañón Peredo, Ramón Montes Barquín, José Manuel Morlote Expósito, Vicente Bayarri Cayón, Jesús Herrera López y Antonio J. Gómez Laguna.
    Agradecimientos: GAEM Arqueólogos

  • CUEVA CHUFIN

    La gente de la zona de Rionansa siempre hablaba (desde hace décadas) de una espectacular cueva a la cual tan solo se puede acceder en barca. Esa cavidad recibe el nombre de Chufín. Fue descubierta por M. de Cos y poco más adelante publicada por M. Almagro. Desde la orilla del río Lamasón podemos ir viendo la maravillosa boca abierta. Su vestíbulo es muy espacioso. Aquí se podemos observar en el suelo unos grabados gruesos y profundos. Se trata de diferentes cuadrúpedos representados esquemáticamente Poco más adelante podemos ver que, a medida que se avanza por ella, existe un estrechamiento que comunica con una galería ancha y baja que acaba en una gran sala donde esta la sima, inundada por el pantano de Palombera. Aquí, a diferencia del vestíbulo, existen grabados más finos y pinturas de tonos rojizos. Las hileras de puntos rojos realizadas con el dedo nos recuerdan a otras muchas de la región: Los Arcos, El Castillo, etc. siendo representadas muy posiblemente durante el periodo Solutrense (18.000 años de antigüedad)


  • HORNOS DE LA PEÑA

    Hornos de la Peña es una cavidad de desarrollo lineal de unos 150 metros aproximadamente. Posee un vestíbulo que comunica con amplia galería mediante un pequeño paso. La cueva termina en una sala compleja de medianas proporciones. Fue descubierta por H. Alcalde del Río quien la publica 3 años después en solitario, y acompañado por Breuil y Sierra en 1911. Fue excavada por el Instituto de Paleontología de Paris a principios de siglo, descubriendo interesantes hallazgos. Todo ese trabajo se vino abajo con la Guerra Civil, donde Hornos de la Peña fue ocupada como refugio. Como se puede suponer, se sufrieron daños irreparables en esta época. Aún asi se sabe del yacimiento muesteriense, auriñaciense, solutrnese, Magdaleniense Medio y Calcolítoco del vestíbulo. La cueva tiene un conjunto exterior, en un bloque suelto y en la pared del vestíbulo con varias representaciones animales tales como un bisonte, un caballo, una cabra y diversas líneas, realizados todos ellos con un trazo grueso. Dentro el conjunto varía de trazo, convirtiéndose en grabados incisos. Además el panel es uno de los más amplios de toda la franja Cantábrica, destacando los caballos y bisontes representados. Otros grabados significantes son un gran ciervo, la cabeza y el cuello de un reno. Entre las pinturas es fácil reconocer un caballo de tamaño reducido y en color negro. Los grabados del vestíbulo son del estilo II Leroi-Gourhan (Gravetiense), mientras que el conjunto interior data del periodo Magdalaniense.