Como todos bien sabemos, hacia el año 29 a.C., Roma seguía siendo el imperio más grande de toda Europa y del mundo. Por esos años poseían conquistas que otros ni siquiera se atrevían a soñar. Sobre esas fechas los romanos se disponían a dar otro golpe de mano en Hispania. Toda la península había sucumbido bajo el yugo del poderoso imperio, excepto un pequeño reducto de guerreros, de los cuales se decía que eran bárbaros y dormían en el suelo. Se iniciaron entonces las Guerras Cantabras, las cuales por increíble que parezca duraron 10 años (29-19 a.C.). Después de encarnecidas batallas la maquina de guerra romana acabo con la resistencia. El imperio asumió entonces todas las responsabilidades administrativas de los nuevos territorios conquistados, y el mismísimo emperador Augusto vino a Hispania para fundar las nuevas ciudades. Sobre aquellos años se fundaron conocidas ciudades como Zaragoza (Caesaraugusta), Astorga (Asturica Augusta), Mérida (Emerita Augusta) y como no Juliobriga (Iuliobriga). Hoy día se sabe que Juliobriga se creo como núcleo administrativo de la última zona conquistada (Cantabria), además de servir para control del tráfico entre la meseta y la cordillera cantábrica. Digamos que por aquel entonces era un punto clave en las comunicaciones. Además de ser “capital administrativa” de la zona, fue también un foco importante para la romanización de los antiguos cántabros, ya que, además de su ostentoso poder, trajeron sus costumbres y modos de vida a la parte norte de Hispania. Gracias a los datos del historiador Plinio se sabe muchas cosas de la antigua Juliobriga, como que era la única ciudad digna de mencionar entre los cántabros. En un principio no fue una ciudad de gran auge, hasta que hacia los años 60-70 d.C. su crecimiento fue frenado de golpe por un incendio que la dejo muy dañada, sobre todo en la parte central de la ciudad. Como ave fénix que resurge de las cenizas, al ser reconstruida es cuando más prolifera, llegando a su punto mas alto a mediados del siglo II d.C. Poco duraría este ascenso, ya que a finales del mismo siglo (II d.C.) se empezó a dar poca importancia a lo que allí había. Al parecer en el siglo III d.C. Juliobriga dejo de ser un núcleo como tal, cayendo así en el olvido de Roma y legando a los cántabros aquello que les pertenencia legítimamente.
Flaviobriga era uno de los principales puertos en la ruta comercial marítima entre el norte de Hispania y la Galia, además de ser la única colonia romana (conocida) de toda la cornisa cantábrica. Fue creada en el siglo I d.C, posiblemente por el emperador Tito Flavio Vespasiano, aunque sus orígenes se remontan al asentamiento prerromano de Portus Amanum o Samanum. Existen varias discrepancias a la hora de determinar con firmeza si este asentamiento pertenecía a Várdulos o Autrigones. Por un lado Estrabón, Pomponio Mela y Plinio dicen que estaba en el territorio de los várdulos, concretando Plinio que era una de sus ciudades principales. Esta teoría es una de las más aceptadas, ya que el nombre de la actual Castro Urdiales puede venir derivado de Castrum Vardulies. Por el otro lado Ptolomeo (en el siglo II d.C) y más tarde Luitprando (siglo X d.C) citan que Flaviobriga formaba parte de los Autrigones. Administrativamente pertenecía al Conventus Cluniensis (con capital en Clunia Sulpicia) y ya fue citada en las fuentes clásicas como hemos observado. Aunque los restos romanos son conocidos desde hace tiempo, no se habían realizado excavaciones arqueológicas hasta no hace mucho. Las desarrolladas en la Casa de la Mata y en la calle Ardigales han sacado a la luz diversas estructuras de un núcleo de población establecido con algunas construcciones públicas (como termas) y privadas ya de época colonial, abarcando desde finales del siglo I d.C hasta el II d.C. También se tiene constancia de algunas estructuras bajo-imperiales datables entre los siglos III d.C e inicios del IV d.C, detectándose además el antiguo trazado ortogonal de la colonia.
Desgraciadamente los restos de la antigua ciudad romana se encuentran soterrados en gran parte bajo el actual casco antiguo de la ciudad de Castro Urdiales, por lo que su conservación es desigual. De todos modos, gran parte de la importante colección de materiales arqueológicos romanos proporcionados por las distintas intervenciones arqueológicas se hallan en el Museo Regional de Arqueología y Prehistoria de Santander (MUPAC).
Entra en una cueva, sácate una foto dentro y estarás incurriendo en un delito. Recoge una pieza, entrégala y es posible que estés incurriendo en un delito (por prospectar visualmente). Revela información de una intervención arqueológica o prospección en curso antes de que tenga la Consejería el informe final y estarás incurriendo en un delito (así quedó reflejado en la última modificación de la Ley de Patrimonio de Cantabria, más propia de blindar posibles "lindezas y malas praxis" de la administración y ayuntamientos que no de blindar el Patrimonio). Destruye un yacimiento Inventariado, incluido en tu Plan General de Urbanismo y que figura en tu página web, intenta por todos los medios presionar (presuntamente) a la Comisión que estudia el caso e incluso a tu partido y al Gobierno de turno. Hazte el tonto alegando desconocimiento. Espera a que la denuncia que te ponen en la Fiscalía prescriba sin que se haga mucho ruido (otros ayudarán a que así sea) y no pasará nada. Bueno, miento. Obtendrás una ayuda de 2,5 millones de € para arreglar un palacio fantástico en tu pueblo haciendo entrever (más bien queriendo hacer ver, que ya poco) que te interesa la Cultura de tu municipio.
Esta es la historia, resumida en un párrafo, de lo que puedes hacer y lo que no en Cantabria y de las consecuencias que ha tenido hasta nuestros días la destrucción del único núcleo poblacional de época romana en Suances y uno de los pocos en Cantabria, que confirmaría la presencia de Portus Blendium en la localidad. Es decir, absolutamente ninguna consecuencia. El caso más documentado y mediatizado de destrucción de Patrimonio en Cantabria se salda con humo. Y ahora, en 2022, ve la luz un interesantísimo artículo en la publicación "Sautuola XXIV-XXV, año 2019 2020" que no hace más que refrendar lo que todos sabíamos: No estábamos ante "cuatro ladrillos y trozos de teja" como querían hacernos ver algunos. Estábamos ante un núcleo poblacional romano. Veremos a continuación toda la información de un excelente yacimiento que ha acabado siendo un parking y que no tiene vuelta atrás. "Parking Blendium" como habéis leído en este portal en demasiadas ocasiones.
El potencial arqueológico de Huerta Quintana o "Huerta del cura" es conocido desde hace décadas. En el año 1967 Miguel Ángel García Guinea, por aquel entonces director del Museo de Prehistoria y Arqueología, realizó una pequeña intervención arqueológica en el lugar donde obtuvo materiales de cronología romana y medieval. Entre ellos destacaba un denario de Plata del emperador Augusto, datado entre el 28-26 a.C. Es a partir de este momento en el Huerta Quintana adquiere peso entre las publicaciones arqueológicas de mediados / finales del siglo XX (Garcia Bellido et allí; 1970, Vega de la Torre, 1982, Bohigas Roldán 1986, Iglesias y Muñiz 1992, Fernández Ochoa y Morillo Cerdán 1994 , Ortiz en 1997 y un largo etc entre pequeñas citas y otros apuntes). Por este motivo se incluyó en el Inventario Arqueológico de Cantabria y en el propio Plan General de Ordenación Urbana del municipio en el año 1991. A partir de entonces, salvo las romerías celebradas en la conocida huerta, absolutamente nada dada la protección del lugar por la Ley de Patrimonio de Cantabria.
Y es en este punto donde, a finales de 2017, explota todo: Se inicia la construcción de un parking en el yacimiento sin pedir NINGÚN TIPO DE PERMISO a la Consejería de Cultura de Cantabria con lo que las obras se paralizan. Coincide este momento con la difusión por parte de este portal de la noticia..algo que se quería "tratar" en el mayor de los silencios, le estalla entre las manos a la Consejería y el Consistorio de Suances. Ambos controlados por dirigentes del PSOE. A partir de este momento, presión mediática, escritos oficiales donde la exconsejera advertía de las "diligencias" que se abrirían contra el consistorio y que nunca se abrieron, denuncia que se alarga en el tiempo hasta prescribir, más presión mediática ahora Nacional (en el periódico El País y La Sexta TV), presunta presión en la Comisión de Cultura que tenia que decidir si continuar o no con la obra, cartas a la Consejería de diferentes entidades (entre ellas incluidas la Asociación Profesional de Conservadores-Restauradores de España), etc. Y al final para darte cuenta de que, aún contando con ABSOLUTAMENTE toda la información habída y por haber, las pruebas perfectamente documentadas y detalladas y toda la opinión publica a favor de que se tomasen medidas legales sobre el parking de la infamia, la politización de la cultura y los favores políticos hacen que la Ley sea para unos y no para otros. Si esta es la Cantabria Infinita que nos venden, donde se sale impune de destruir uno de los pocos núcleos poblacionales romanos de la región, ya se la pueden meter…por debajo del Parking.
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