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Túmulo de Paracuelles. Al fondo, el castro de Triquineja (a la derecha)

Si eres un asiduo de la comarca de Campoo y de todo su potencial turístico, créeme cuando te digo que has pasado en decenas de ocasiones al lado de esta espectacular estructura tumular. Si te gusta la nieve (Alto Campoo), si te gusta el Castillo de Argüeso o el Poblado Cántabro de la misma localidad, si has visitado Fontibre o has ido a la berrea en el alto de Palombera..tienes una importante parte de la historia del municipio (y de la comarca) al lado de la carretera. Porque la milenaria historia de Campoo va mucho más allá de los famosos castros, más allá de las conocidas Guerras Astur-Cántabras, más allá del Imperio Romano..y en casi todas las ocasiones es la muerte quien nos habla de ella. Allí, en lo alto (unos 40 metros por encima del nivel del río Hijar), el túmulo de Paracuelles permanece inerte al paso de los siglos sin que nadie se acuerde de él.

Fue descubierto y documentado a mediados de la década de los 80 por Luis César Teira y Jesús Ruiz Cobo, siendo incluido un año más tarde en la publicación "Trabajos de Prehistoria 44" (Madrid), concretamente dentro del artículo "Dos agrupaciones megalíticas en Cantabria" de sus descubridores. La estructura tumular sería incluida nuevamente en la conocida obra "El megalitismo en Cantabria" (UC, 1994), también de Teira.

Y a partir de aquí, aparte de una presencia testimonial en el portal megalitos.espoco más sobre este enclave. Ni difusión, ni investigación, ni protección...nada de nada. Un túmulo que nos habla de la muerte en los albores de una nueva era y que pasa totalmente desapercibido al lado de la carretera. Historia rodeada de historia que perece en el olvido..Cantabria infinita lo llaman.

Bibliografía: "El megalitismo en Cantabria. Universidad de Cantabria, Santander". 1994 - Luis César Teira

 

Detalle del pozo de violación del túmulo de Paracuelles

El túmulo de Paracuelles se encuentra ubicado en un alto dedicado al uso ganadero que se encuentra poco antes de entrar en la localidad que le da nombre (en dirección Alto Campoo). Su localización, dominando el valle, podría llevarnos a pensar que a su alrededor nos encontraremos con más túmulos similares como ocurre a pocos kilómetros, en la necrópolis de Los Arvejales. En esta última se pueden observar varias estructuras funerarias que incluso tienen un aspecto similar a la que nos ocupa (en cuanto a morfología se refiere), con la diferencia de que en un radio no muy amplio encontrados 3-4 túmulos. En este caso, a día de hoy, tan solo se conoce este túmulo de grandes dimensiones en el área donde se ubica.

Su planta es de tendencia circular, de unos 16-18 metros de diámetro dependiendo del eje ya que no forma una circunferencia perfecta. Está compuesto principalmente por piedras de arenisca y relleno de tierra, alzándose en su conjunto cerca de 1 metro y medio sobre el suelo. Posee un “pozo de violación” de unos 60x40 cm que pudo ser parte de la cámara funeraria original. Al igual que otras necrópolis/túmulos con características similares, se cree que pudo estar ubicado cronológicamente entre el Calcolítico y la Edad del Bronce. Solo la aparición de materiales podría confirmar esta adscripción, pero en el túmulo de Paracuelles no se ha podido documentar su presencia.

VISITAS

No es posible visitar el túmulo de Paracuelles ya que se encuentra en terrenos particulares. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento, su entorno y la privacidad de los propietarios de la finca, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

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DESTACADOS

  • LOS ARVEJALES

    El conjunto de Los Arvejaleses un grupo de estructuras tumulares que llaman poderosamente la atención no solo por su potencial arqueológico, sino por la belleza paisajística en la que se encuentran ubicadas. A medida que me desplazaba entre los tres túmulos principales no podía dejar de pensar en el cambio social que se llevó a cabo en el Calcolítico, época de la que se cree que datan estas estructuras funerarias: La intensificación agrícola, la mejor explotación de los productos derivados de la ganadería, el aumento demográfico (con su consiguiente jerarquización)..en definitiva, el nacimiento de una cultura que desembocaría en la utilización de los metales siglos más tarde y cambiaría radicalmente su modo de vida.

    Y mientras hacía esta reflexión miraba atónito la belleza del cercano castro de Los Peños, ubicado a escasos metros y del que se cree por la tipología de sus estructuras defensivas que es de cronología más tardía (Edad del Hierro) que este conjunto funerario. No obstante, teniendo la certeza de que este enclave castreño no ha sido estudiado en profundidad, quien sabe si puede llegar a tener sus orígenes en el grupo humano que hace milenios poblaba este espacio y que dejo la impronta de sus muertes en estas estructuras megalíticas que veremos a continuación.

    El conjunto de túmulos de Los Arvejales fue documentado por el Dpto. de Ciencias Históricas de la UC en el año 1986, saliendo a la luz un año después en la publicación "Trabajos de Prehistoria 44" dentro del artículo "Dos nuevas agrupaciones megalíticas en Cantabria", firmado por Jesús Ruiz Cobo y Luis César Teira. Este último autor lo volvería a mencionar en el libro "El megalitimo en Cantabria", publicado por la UC en el año 1994.

    Y a partir de ese momento..nada de nada, silencio absoluto. El conjunto de Los Arvejales quedó a expensas de que nadie lo conociese y lo más preocupante de todo: Sin protección alguna aún estando incluido dentro del Inventario Arqueológico de Cantabria (INVAC). Fruto de esta desidia alguno de los túmulos ha sido expoliados, algo similar a lo que ocurre en otras necrópolis como la de la cueva de El Puyo sin que pase absolutamente nada. Una maravilla arqueológica y paisajística (y creedme, de las mejores panorámicas del valle de Campoo) dejada a su suerte y que, con una panelización básica, podría ser un recurso turístico inmejorable para el valle de Campoo.

    Bibliografía: "El megalitismo en Cantabria. Universidad de Cantabria, Santander". 1994 - Luis César Teira