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Boca de la cueva de Los Murciélagos. Fotografía: Javier Marcos Martínez / Lino Mantecón Callejo

La cueva de Los Murciélagos es una de esas cavidades que no destaca ni por su monumentalidad ni por contener arte rupestre como tal. Que le vamos a hacer, nunca tenga un hueco entre las ilustres. Pero esto no quita para que los materiales encontrados en su interior tengan una información vital para saber que durante milenios (si si, milenios), tuvo actividad humana tanto en la vida…como en la muerte.

Conocida desde hace décadas por los vecinos tanto de Mercadal como de entorno más próximo, su valor arqueológico fue descubierto por el C.A.E.A.P - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica a principios de los años 80 del pasado siglo. Realizaron una prospección en superficie donde aparecieron gran parte de los materiales que citaremos más adelante. En el año 1996 se incluye en la Carta Arqueológica de Torrelavega y su comarca, revisándose años más tarde (a principios del siglo XXI) e incluyéndose directamente en la Carta Arqueológica del municipio de Cartes.

No cabe duda de que en las inmediaciones del Gurugú (curioso topónimo que se repite por toda la geografía nacional, incluso en la propia Cantabria donde existe además un yacimiento) existió muchísima actividad en la antigüedad. La proximidad de los yacimientos de La Cuevona y la cueva del Gurugú III, ambas a menos de 100 metros de distancia, nos dan a entender que el municipio de Cartes es aún un gran desconocido hasta que se pueda (o se quiera, que será lo más improbable) abordar un estudio más exhaustivo. Hasta entonces, la maleza, zarzas y monte bajo no se sabe muy bien si "protegen" o si son el resultado de las que desidia absoluta. Cantabria Infinita lo llaman..

Bibliografía: "Carta Arqueológica de Torrelavega y su comarca". Emilio Muñoz Fernández y Belén Malpelo García, 1996. Ediciones Tantín
Fotografías: Javier Marcos Martínez / Lino Mantecón Callejo.

 

Una de las galerías de la cueva de Los Murciélagos. Fotografía: Javier Marcos Martínez / Lino Mantecón Callejo

La cueva de Los Murciélagos se encuentra en el citado barrio del Gurugú, en un gran abrigo orientado al Sur y a pocos metros del nacimiento de un riachuelo (el Carabete). Posee dos galerías bastante diferenciadas. La de la derecha nos lleva descendentemente hacia una sala que prosigue por una galería bastante amplia cuyo suelo es bastante farragoso. En este punto se encontraron en superficie abundantes restos de oso de las cavernas. Por el contrario la de la izquierda, de mucho menor recorrido, nos lleva a varias galerías de pequeña entidad.

Respecto a los materiales, llama poderosamente la atención que no solo se encontraron en superficie (la gran mayoría), sino que en diferentes niveles (incluso en el abrigo) existen estratos donde se aprecian materiales en zonas cementadas por la calcificación. En la galería de la derecha (la “más” potente) se aprecian zonas donde se atisban industrias musterienses. El resto de los materiales encontrados abarcan un arco cronológico increíblemente amplio. A parte de los citados restos de oso de las cavernas, se encontró industria lítica del Paleolítico Inferior/Medio en abundancia, restos de fauna de la misma cronología, industria lítica y un conchero del Paleolítico Superior, cerámica y fragmentos de cráneo humano quemados de la Prehistória Reciente (relacionados con el ámbito funerario), e incluso materiales de la Edad del Hierro como fragmentos de vasos decorados o una plaquita de hierro. Por último, no podemos olvidar que también aparecieron restos cerámicos de época medieval, reafirmando así la presencia humana de miles y miles de años en el interior de la cueva.


VISITAS

No es posible visitar la cueva de Los Murciélagos ya que se encuentra en terrenos particulares. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento, su entorno y la privacidad de los propietarios de la finca, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

DESTACADOS

  • LA SOTERRAÑA

    La cueva de La Soterraña (o Las Regadas como también se la conoce) es un yacimiento espectacular por diferentes motivos y cronologías. Además de su increíble valor arqueológico, apenas estudiado, su entorno paisajístico y natural hacen de este enclave algo especial. Algo que por desgracia no ven así las administraciones competentes (porque les compete, no por otra cosa), que tienen esta maravilla totalmente a su merced. Pero bueno, nada extraño dado que tienen Bienes de Interés Cultural – BIC cercanos (como la necrópolis de El Puyo, uno de los máximos exponentes de la Edad del Hierro en el Norte Peninsular) totalmente abandonados y sin protección alguna. La máxima de las cuevas en Cantabria de “si no tiene pinturas no interesa” se cumple a la perfección en La Soterraña, aunque como veremos a continuación, tengamos evidencias desde el Paleolítico Medio hasta época Alto medieval.

    El yacimiento fue reconocido por primera vez en la década de los 80 del siglo pasado por miembros de la Sección de Espeleología del Seminario Sautuola S.E.S.S, quienes la incluirían en su cuaderno de salidas como "cueva de Las Cabañas". Sería estudiada poco después por el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica CAEAP. Ya por aquel entonces, se realizó un plano de la misma (1985) y se puso en contexto su gran valor arqueológico gracias a los materiales encontrados en su interior. Una de las curiosidades de la misma es que en el año 1986 un estudiante canadiense grabaría varias representaciones animalistas (un ciervo por ejemplo, que podéis apreciar en la imagen) para confundir al Director del Museo e Inspector de Patrimonio de la Consejería de Cultura. Evidentemente, fue expulsado de inmediato del equipo de investigación.

    Y desde entonces hasta hoy mismo, poco más relacionado con la protección, investigación y puesta en valor de la cueva de La Soterraña. Una cavidad, como veremos, que tiene relación directa (al menos uno de sus sectores) con la necrópolis del abrigo de El Puyo y desde donde diferentes materiales se han ido precipitando hacía las entrañas de la tierra. Una auténtica pena que algo tan maravilloso pase totalmente desapercibido..Cantabria Infinita lo llaman.

    Bibliografía:"El karst de Miera. Estudios, Patrimonio e inventario de las cavidades del Municipio de Miera" Virgilio Fernández Acebo. Federación Cántabra de Espeleología, 1994 (Santander).


  • ABRIGO DE BARCENILLA

    Un paseo por las verdes laderas de Barcenilla (Piélagos, Cantabria). Giras la cabeza a tu izquierda y te encuentras con una pared de piedra que poco a poco, tras continuar tu camino, vas dejando atrás. Este podría ser el resumen de una ruta cualquiera por las "camberas" de nuestra tierra, Cantabria. Todo normal sino fuese porque esa "pared" fue parte fundamental en la vida de los humanos que vivieron el ocaso de la última glaciación conocida hasta nuestros días (Würm) y que fueron testigos y a la vez protagonistas de uno de los cambios más importantes de la Prehistoria. Y allí, en ese pequeño abrigo, estuvieron miles de años hasta que milenios después los investigadores se dieron cuenta de que era mucho más que un bloque rocoso en las inmediaciones de la ría del Pas. Hablamos del conocido abrigo de Barcenilla, uno de los máximos exponentes en el conocimiento y transición de la época Mesolítica a la Neolítica en Cantabria, que como todos sabemos fue más "tardía" que en el resto de la Península y Europa. Un cambio cultural donde las sociedades de cazadores-recolectores (y mariscadores, como no) se fueron convirtiendo en sociedades donde la ganadería y la agricultura eran su principal modo de vida, transformación mucho más lenta en nuestra región que en el resto del territorio. No olvidemos que las primeras sociedades campesinas típicas de esta época (Neolítico) aparecieron en Próximo Oriente hace más de 11.000 años, en el Sur de Europa hace unos 8.000 años y en la Región Cantábrica hace unos 7.000 años (es decir, hacia el V milenio a.C.)

    El yacimiento existente fue reconocido en el año 1979 por el CAEAP – Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica, quienes lo incluirían en la Carta Arqueológica del municipio de Piélagos. La prospección inicial (superficial) realizada poco después daría con diversos materiales (cerámica prehistórica, un molar humano, dos lascas de silex y pequeños fragmentos de conchas) que fueron depositados en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Santander. En el año 1998, tras la concesión del correspondiente permiso por parte de la Consejería de Cultura, un equipo multidisciplinar liderado nuevamente por el CAEAP (quien sufragó económicamente las dataciones) realizó un exhaustivo estudio del abrigo y su entorno que permitió tener un increíble conocimiento de su estratigrafía y, en definitiva, de su milenario pasado.

    No cabe duda de que estamos ante otro gran desconocido de una época apasionante en Cantabria. Un momento en el que el modo de vida de sus gentes cambió por completo, no solo para ellos mismos sino para la evolución del ser humano. Una "pared" normal a la que todos deberíamos de mirar con ojos de admiración y que no deja de ser un testigo mudo del paso de los milenios sin que la gente de a pié sepa lo que es.

    Bigliografía:"SONDEO ARQUEOLÓGICO EN EL ABRIGO DE BARCENILLA (T.M. DE PIÉLAGOS, CANTABRIA). Kobie Serie PaleoantroPología nº 32: 79-112." - Emilio Muñoz Fernández, Jose Manuel Morlote Expósito, Silvia Santamaria Santamaria, Pedro Castaños Ugarte, Blanca Ruiz Zapata, Maria Jose Gil García y Paloma Uzquiano Ollero.