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Boca de la cueva de Las Canalonas

Las Canalonas, o la cueva de La Esperanza como también se conoce, no será una cavidad que llame la atención por su majestuosa boca o por sus increíbles dimensiones. De hecho, lo más probable es que si pasas a su lado no la asocies a un milenario pasado. Sobre todo por encontrarse en un entorno / municipio donde abundan los vestigios prehistóricos y protohistóricos en cada abrigo o cueva que veas. "La hermana pequeña" podrían denominar algunos. Pero ese es uno de los mayores problemas de Cantabria en cuanto al patrimonio arqueologíco, el mayor diría yo: Sino tiene un bisonte, un hallazgo material espectacular o no está entre los yacimientos de cabecera (que cada cuatro años tienen que rendir pleitesía al nuevo consejero de Cultura de turno)…no existe.

Pues esto le ocurre a Las Canalonas. Pero no por ello es menor importante, todo lo contrario. A buen seguro que guarda aún infinidad de sorpresas que esperemos que en el futuro puedan ver la luz. Su valor arqueológico fue descubierto en el año 1969 por V. Gutierrez Cuevas y otros miembros de la Sección de Espeleología del Seminario Sautuola (SESS). No en vano, ese mismo año publica "Las cuevas de la montaña que contienen interés arqueológico" donde expone una relación de yacimientos conocidos hasta el momento y donde se documentan parte de las intervenciones realizadas por los camineros de la Diputación y por el propio seminario Sautuola. No obstante, las excavaciones arqueológicas que realizaron en Las Canalonas no fueron publicadas en su momento y a día de hoy se desconoce el contenido exacto de las mismas. A partir de ahí (durante décadas) se le perdió la pista hasta miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica (CAEAP) la volvieron a localizar, encontrando además las manifestaciones rupestres que explicaremos más adelante.

No cabe duda de que cavidades como Las Canalonas deberían de volver a ser revisadas y "re-investigadas" dado el valor arqueológico que albergan y que, al igual que ocurrió durante décadas tras su hallazgo, sino se vuelven a visitar se pierden en el olvido. Por que este tipo de cuevas también son parte del pasado de Cantabria.

Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria. Ediciones Tantín (1988)". Emilio Muñoz Fernández, Carmen San Miguel

 

Manchas negras de la cueva de Las Canalonas

Como hemos comentado con anterioridad, no nos encontramos ante una cueva espectacular en cuanto a sus dimensiones y amplitud si bien es cierto que su desarrollo conocido esta cercano a kilómetro a través de una angosta galeria. Su boca, orientada al Suroeste, nos adentra en un pequeño vestíbulo de unos 7 metros de ancho por 8 de longitud donde aún se pueden observar restos de la cata realizada a finales de los 60 del siglo pasado. De aquí se pasa a una galería estrecha que desemboca en un laminador que nos llega a la sinuosa y angosta galería que se adentra en su interior. En esta galería es donde se ubica en panel con las manifestaciones rupestres, principalmente gruesos grabados con representaciones lineales y un pequeño panel con marcas negras carbonosas (ver imagen).

En el vestíbulo se han hallado diferentes materiales que, unidos a las citadas representaciones, contextualizan el yacimiento. Se han encontrado restos cerámicos abundantes, algunos con motivos toscos e imprecisos de decoración (los que menos), restos humanos, restos de fauna (cabra, ciervo) y pequeñas lascas/hojas de silex. También se han encontrado diferentes fragmentos cerámicos vidriados y una jarra grande de cronología mucho posterior.

Estos hallazgos materiales, unidos a las manifestaciones rupestres nos acercan inevitablemente a un horizonte temporal entre la Edad del Bronce (grabados gruesos y materiales) y la Edad Media (manchas carbonosas y cerámica vidriada).

VISITAS

No se recomienda visitar la cueva de Las Canalonas, ya que se encuentra dentro de terrenos con fuerte pendiente y dificil acceso. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

Info

   

DESTACADOS

  • LA CUEVA DEL MOLINO

    La cueva del Molino es otra de las grandes incógnitas de valle de Matienzo. Las pequeñas estructuras encontradas en su interior, la curiosa disposición de las mismas (como veremos más adelante), los hallazgos materiales como restos cerámicos y óseos (fauna) y, en definitiva, una lista considerable de evidencias, llevan a pensar que estamos ante un yacimiento prácticamente desconocido. Eso sí, los procesos erosivos naturales y que nos encontremos ante una "cueva de agua" no han permitido que el estudio y conocimiento de la misma fuese mucho más exhaustivo, perdiéndose a buen seguro por el camino muchas evidencias arqueológicas arrastradas por el agua o enterradas por miles y miles de años de sedimentos. No olvidemos que hoy en día muchas de las cuevas poco atractivas (aunque en estos términos no hay cueva poco atractiva) pudieron contener un hábitat óptimo en la prehistoria/protohistoria, pudiendo albergar hogares y espacios secos donde hoy conocemos ríos y lagunas.

    En la actualidad, posee una impresionante boca que durante gran parte del año se encuentra completamente inundada por el río que se adentra en sus entrañas. En ese punto, prácticamente en la entrada y a la derecha del cauce, se encontraron a finales de siglo XX una pequeña placa de cobre decorada y pequeños fragmentos de cerámica. En esta misma cámara, por debajo del suelo de calcita que se ha ido formando durante miles y miles de años, se ha encontrado un nivel con piedras que invita a pensar que podríamos estar ante un zona fértil arqueológicamente hablando, aunque está sin estudiar. A medida que el curso fluvial avanza, va dejando pequeñas lagunas de increíble factura.

    Ya en el interior de la cueva, a unos 200 metros de la entrada y a la izquierda de un pequeño lago, se han conseguido identificar unos 600 metros de galería que combina partes húmedas principalmente con pequeños sectores secos. Curiosamente se ha conseguido posicionar la cueva de Rascavieja justo por encima de este punto en la ladera. Si por el contrario en la primera cámara avanzamos hacia la derecha, nos encontraremos con una pequeña galería donde se han identificado varios huesos (tanto calcificados como no) de una posible hiena, de modo que siguen aumentando las evidencias de que nos encontramos ante un entorno seco y confortable en la prehistoria. Si a esto le sumamos que en este mismo sector se encontraron en 2007 restos de cerámica (ver en la imagen), no queda ya ninguna duda.

    Tras pasar por diferentes lagos, coladas estalagmíticas y otras formaciones, llegamos al final de la cueva. Es en este punto donde se realizó uno de los hallazgos más desconcertantes para la comunidad arqueológica: Se encontró un pequeño muro de piedra, semicircular, de unos 2.5 metros de diámetro. Hasta aquí todo podría parecer normal..si no hubiese crecido una estalagmita justo por encima de él. Está más que claro que la pequeña estructura fue construida en algún momento de la Prehistoria, incluso se han llegado a realizar estimaciones sobre su datación, situándola entre los 10.900 y 35.000 años antes de nuestra era (Jesús Ruiz Cobo y Peter Smith, 2003).

    Para concluir, destacar que existe otro pequeño acceso al Este, mucho más pequeño que el principal pero a diferencia de este, seco todo el año. No cabe duda de que la cueva del Molino (o cueva del Agua como la conocen algunos) es un yacimiento con más incógnitas que respuestas. ¿Qué sentido tienen la estructura semicircular de su interior? ¿Cuántas evidencias se almacenan en el fondo de sus lagos? ¿Qué se esconde bajo su suelo calcificado?. En este caso, desgraciadamente, el tiempo no nos dará la respuesta..todo lo contrario, seguirá sepultándola a modo de infinito protector..

    Documentación gráfica y agradecimientos: The Matienzo Caves Project

  • CUEVA DE LA BAJA

    Pocos conocen la cueva de La Baja por su atractivo arqueológico, sino más bien por encontrarse dentro de un entorno natural espectacular en el municipio de Laredo o por "aquellos niños" (ya mayores) que jugaban en su interior de pequeños. No en vano, es una cavidad perfectamente conocida por los lugareños y en la actualidad su acceso está perfectamente señalizado en los caminos cercanos. Pero más allá de su potencial natural y geológico y fácil acceso, la cueva de La Baja esconde un milenario pasado que apenas se conoce fuera del entorno más académico.

    El yacimiento fue descubierto en la década de los años 50 del siglo pasado por los Camineros de la Diputación (como otros tantos en Cantabria). Desde entonces, ninguna referencia escrita sobre las pocas investigaciones de la cavidad y alguna "noticia" para hacer entrever que hay interés en la cultura de Cantabria. La última al respecto publicada en 2012 donde el consistorio le pidió al Director de Cultura el estudio de la cavidad para poder incluirla como reclamo turístico para la villa. Concretamente "se trataría de verificar la posible existencia de grabados u otras expresiones artísticas que refuercen el valor de un lugar en el que la calidad y variedad de material hallado confirma que fue poblado miles de años atrás".., como pasa con todo el Patrimonio de Cantabria: Si tiene pinturas o grabados mola, sino..es una basura. En este caso, sin grabados ni pinturas conocidas, se utiliza como recurso sin que la gente de a pie conozca su milenario pasado nada más adentrarse en su interior.

    No cabe duda de que la historia de la cueva, como veremos a continuación, merece una puesta en valor. Como mínimo, una contextualización de lo que hoy es tan solo "una ruta y una cueva bonita" y sobre todo, una protección de la misma dado que gran parte de los materiales en superficie que se observaban hace años…ya no están allí.

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria" Ediciones Tantín (1988). Emilio Muñoz Fernández, Carmen San Miguel Lamosas


  • EL COVARON

    La cueva de El Covarón, conocida también como cueva del Haya o La Covarona, es uno de los máximos exponentes de Cantabria en cuanto a la Edad del Hierro se refiere. Y curiosamente en un entorno donde podemos encontrar infinidad de ejemplos sobre hallazgos en cuevas en este periodo (Abrigo del Puyo, cueva de La Puntida, cueva de Cigudal, Las Regadas…etc) pero donde aun no se ha encontrado ningún hábitat relacionado con las mismas. Este aire de misticismo (dado el enorme desconocimiento al respecto) hace que tanto El Covarón como todo el entorno de la Peña de Yagos sea aún una auténtica incógnita arqueológica de un puzzle del que solo se tienen cuatro o cinco piezas (cuevas).

    Tanto la cavidad como el valor arqueológico de la misma fue descubierto por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - CAEAP en el año 1982, momento en que recogerían en superficie la gran mayoría de los materiales conocidos en nuestros días. Pocos años después, en 1988, sería incluida en la Carta Arqueológica de Cantabria además de ser incluida en diferentes publicaciones de referencia como en el "Catálogo topográfico de las cavidades con interés arqueológico: Besaya-Miera (Zona II)" del Boletín Cántabro de Espeleología nº8 del año 1987 (redactado por Emilio Muñoz, Carmen San Miguel y José Gomez Arozamena) o "Estudios, patrimonio e inventario de las cavidades del municipio de Miera" del Boletín Cántabro de Espeleología nº 10 del año 1994 (redactado por Virgilio Fernández Acebo) entre otras. No obstante, independientemente de haber sido incluida como cueva de referencia en cuanto a la Edad del Hierro en Cantabria en diferentes publicaciones / artículos, nunca se ha realizado ningún tipo de intervención en la misma.

    No cabe duda de que nos encontramos ante una auténtica maravilla aún por descubrir. El mayor problema en este tipo de cavidades es que "el titular" que pueden arrojar no interesa al político de turno, más preocupado de justificar la paupérrima inversión arqueológica en Cantabria con hallazgos de "pinturas rojas", guerreros visigodos (aunque para ello tengan que ocultar y mentir con un hallazgo de hace 6 años) o algo con lo que poder contentar en su editorial del Diario Montañés. La Edad del Hierro no cuenta ni dentro ni fuera de las cuevas..bueno si, solo para publicitar a los cántabros como un pueblo aguerrido al igual que sus antepasados a los que, ciertamente, tienen abandonados. Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Carta arqueológica de Cantabria". Emilio Muñoz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas. Editorial Tantín (1988).