La villa romana de Santa María de Hito (Valderredible) es uno de los pocos vestigios romanos encontrados en Cantabria hasta el momento en cuanto a villas/recintos termales de época bajo imperial se refiere. Guardar diversas similitudes, que explicaremos a continuación, con el resto de villas romanas encontradas en nuestra región: Camesa Rebolledo (Valdeolea) y San Juan de Maliaño (Camargo). La más llamativa es que sobre las ruinas de todas ellas se crearon necrópolis visigodas o medievales, las cuales estuvieron ligadas a un iglesia o ermita cercana, en el caso de estas últimas ubicadas justo encima. La villa romana de Santa María se encuentra en las inmediaciones de la iglesia del mismo nombre, circunstancia que la diferencia del resto por no estar en las entrañas de este templo románico.
Cronológicamente podemos situar su ocupación entre finales del siglo III d.C. y finales del IV d.C., siendo esta otra similitud con el resto de villas encontradas hasta el momento. Es destacable su estilo, ya aun siendo el modelo arquitectónico de tipo "mediterráneo" el más extendido, fue edificada al estilo "nórdico". La diferencia principal a este respecto estriba en la orientación de las estancias por diversos motivos, bien climatológicos o bien estructurales. Desde entrada de la villa se accedía a un amplio pasillo por el cual se llegaba a las salas de recepción y las estancias señoriales. Este sector tenía 3 habitaciones, todas con "hypocaustum" (sistema subterráneo de calefacción). En la parte norte se encontraban además las dependencias de uso común, las cuales se encontraban comunicadas entre sí mediante escaleras por encontrarse a diferentes alturas.
Tanto la necrópolis, que veremos un poco más adelante, como la villa romana se sitúan a un lado de la carretera entre San Martín de Elines y Santa María de Hito. Es más, se cree que dicha carretera divide u oculta parte del yacimiento que al día de no hoy no es visible. Se excavó entre los años 1979 y 1986 y la área sondeada ocupaba un total de 56 por 24 metros. No olvidemos por último que la dicha necrópolis, con más de 400 sepulturas, es la más amplia de las excavadas en Cantabria hasta la actualidad. En este sentido, nos vemos obligados a mencionar a la arqueóloga responsable de todas las campañas aquí realizadas a finales del siglo XX: Rosa Gimeno García-Lomas.
No debemos olvidar que los hallazgos e interpretaciones arqueológicas más relevantes de Santa Maria de Hito se realizaron hace más 25-30 años..con todo lo el valor que esto conlleva por ser otra época y disponer de muchos menos medios y avances que en la actualidad.
Sobre las ruinas romanas de la villa, se ubicó siglos después una necrópolis cuya cronología sorprende por el amplio abanico temporal que abarca. Los enterramientos allí encontrados van desde la época visigoda (siglos VI y VII d.C) hasta la plena Edad Media (siglo XII d.C), creyéndose incluso que las tumbas más antiguas son previas a la construcción de la iglesia de Santa María de Hito. Como hemos dicho antes, en las más de 400 tumbas descubiertas existen diferentes tipos: sarcófagos, ataúdes de madera, lajas de piedra. Eso sí, los difuntos en su gran mayoría aparecen en posición de "decúbito supino" (mirando hacia arriba) y orientados de Oeste-Este, tal y como ocurre en gran parte de las tumbas cristianas medievales.
Uno de los descubrimientos más increíbles de esta necrópolis (entre otros muchos) es una hebilla de hueso trabajada con bajorrelieves de faisanes conocida como el “Broche de Santa María de Hito”. Esta pieza, de la cual no se sabe exactamente su cronología, es gracias a sus increíbles características y estado de conservación, uno de los hallazgos más importantes de la época. Inicialmente se creyó que podría tener influencias árabes en cuanto a morfología se refiere, pero en la actualidad expertos en broches de cinturón altomedievales tanto nacionales (entre los que destacamos a José Ángel Gárate) como europeos han determinado que habría de fecharlo entrelos siglos VI y VIII d.C., es decir, en época visigoda. Podemos disfrutar de ella en el MUPAC (Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria). No menos importantes son la gran cantidad de fragmentos de cerámica medieval pintada y estriada, además de los más de 30 anillos visigodos encontrados en este yacimiento, de los cuales queremos hacer mención especial (Fuente: Proyecto Mauranus) en la siguiente sección.
Entre los anillos encontrados en el yacimiento de Santa María de Hito hay dos que, tanto por sus inscripciones como por su morfología y aleaciones, destacan sobre el resto. Ambos están actualmente expuestos en el MUPAC (Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria), concretamente en la misma sección que el anillo visigodo encontrado en el yacimiento de Riocuevas por nuestros amigos del Proyecto Mauranus a los que dedicamos esta pequeña sección. Como íbamos diciendo, los anillos más destacados del yacimiento de Santa María son uno de oro y otro de plata aleada con cobre.
El primero de ellos tiene un forma octogonal (como podréis apreciar más en detalle en las imágenes adjuntas), conteniendo una inscripción que ocupa toda su superficie del mismo. Dicha inscripción está conformada por un monograma cruciforme compuesto por una cruz central y las letras S y P. Según las teorías epigráficas de nuestros amigos del Proyecto Mauranus, es más que probable que asociada a esta última letra se encuentre una I, una N y S asociadas a cada extremo de los “brazos” de la cruz. Tanto la P como la N están representadas al revés, mientras que las letras “S” están colocadas correctamente, indicando esto su carácter signatario. Durante la segunda mitad del siglo VI d.C los monogramas cruciformes estaban extendidos por todo el ámbito mediterráneo, siendo un “símbolo” típico de la Tardoantigüedad. En base a estas informaciones, se ha determinado que el resultado de la inscripción podría interpretarse de dos maneras:
El segundo de los anillos (de plata aleada con cobre), aun pareciendo más “enrevesado” o complicado de descifrar, tiene una epigrafía bastante más clara para los arqueólogos del Proyecto Mauranus. Presenta una inscripción de caracteres latinos repartida en tres líneas, la cual debe de leída de un modo “normal”, es decir de izquierda a derecha: C E D / A B G O / L AN o C E D O / A B G / L AN donde puede interpretarse es “ C(hrist)E D(omine) AB(i)G(e) O(mnem) LAN(guorem)”, cita que puede traducirse como “Cristo Señor, aleja toda enfermedad” o “Cristo Señor, aleja toda enfermedad” según se interprete la letra “O” de un modo u otro.
En definitiva, si estos hallazgos os parecen increíbles, más nos parece desde Regio Cantabrorum el trabajo de los arqueólogos pertenecientes al Proyecto Mauranus, quienes nos van desvelando con informaciones como estos pedacitos perdidos de nuestra historia y pasado. ¡Gracias¡...otra vez más.
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