El yacimiento de las termas romanas y necropolis medieval se encuentra en el interior del cementerio de Maliaño. Las primeras noticias del mismo se remontan al año 1951, donde se cita el hallazo de las tégulas romanas en un articulo de J. Gonzalez Echegaray. Dicho descubrimiento coincide, cronologicamente hablando, con la construcción del Aeropuerto de Parayas, quedando el conjunto arqueólogico justo a su lado. Más adelante, entre los años 1995 y 1998, con motivo de la remodelación del cementerio se pusieron al descubierto la totalidad de las estructuras, haciendose patente desde ese mismo momento la importancia arqueológica de San Juan.
Consta de dos grandes partes atendiendo a su adscripción cronologica y cultural. La zona más antigua corresponde a un complejo termal que por sus dimesiones tuvo bastante relevancia. De hecho existian dos edificios: El primero y más importante data de finales del siglo I d.C, de planta rectangular y dos absides semicirculares. A esta edificación se le van añadiendo diversas estancias en siglos posteriores, al menos hasta el siglo III o IV según las dataciones. El segundo de los edificios es aún una incognitca (en parte) ya que por la ubicación del yacimiento en el interior del cementerio tan solo se ha podido excavar el atrío de una domus, (realizado en muros de adobe). Este edificio esta fechado en el primer tercio del siglo II d.C.
Este yacimiento proporciona gran cantidad de evidencias, tanto romanas como medievales: cerámicas, monedas, restos constructivos, etc., además de gran número de esqueletos de la época medieval. Se encuentran incluso piezas líticas del Paleolitico Inferior y la Prehistoria reciente, lo que nos da a entender que este enclave fue utilizado desde los origienes del poblamiento cantábrico.
Como bien hemos comentando con anterioridad, las termas constan de 3 cuerpos, de los cuales el situado en el extremo sur es el más antiguo (de la época Flavia). Aquí se distinguen tres estancias de planta rectangular con extremos terminados en remate absidial. Se utilizó sillería en la base de los muros, sillarejo para el alzado de la parte baja y ladrillos para la parte alta de los muros. Este edificio (al sur) se puede dividir claramente en 5 apartados:
En el siglo II se añade el segundo edificio (el cual como hemos dicho previamente, no está en su totalidad excavado). Su cometido dentro del complejo termal era albergar la sala de baños de agua fría, aunque se desconoce si más hacia el norte existen otro tipo de estancias destinadas a la domus.
Aprovechando los muros del antiguo edificio termal y domus, se levanto una iglesia románica en el S XII, de la cual se conservan en la actualidad todos los arranques de los muros y el arco de acceso a la misma. Este arco fue parcialmente restaurado sobre el año 1929.
Independientemente del valor arqueológico de la iglesia, aparece a su alrededor una gran necropolis medieval con tumbas de lajas, tumbas de fosa simple y ataud. Se sabe con certeza que los enterramientos allí encontrados datan desde la época medieval hasta el siglo XV.
El acceso al yacimiento es gratuito
El yacimiento romano de La Magdalena es (más bien, ha sido) uno de los más espectaculares y a la vez más desconocidos de Cantabria. Un milenario pasado que nos habla del esplendor de la conocida península en época romana y que, casi con total certeza, reafirma junto con otros yacimientos romanos de Santander (las termas de la catedral, el cercano promontorio de San Martín, etc) la ubicación del Portus Victoriae Iuliobrigensium citado por Plinio el Viejo. Desgraciadamente, a finales del siglo XIX / principios del XX, el apogeo turístico y social de Santander entre las clases pudientes se llevaron por delante gran parte de su pasado romano si bien es cierto que, a diferencia de nuestros días, todo quedaba documentado. Hoy en día nos encontramos alcaldes que dicen "desconocer los yacimientos" aun teniéndolos en su plan general de urbanismo, en su página web e incluso como nombre del colegio público de su municipio (CEIP Portus Blendium)..así nos va.
Volviendo al yacimiento de La Magdalena, en el año 1878 aflorarían las primeras noticias relacionadas con la aparición de las piezas romanas en la construcción de una fonda y un balneario en La Magdalena, justo en la misma ubicación que ocupa en nuestros días el restaurante El Balneario y las casas colindantes. Años después, en 1897, Rafael García y su sociedad ciclista obtienen permiso municipal para construir un velódromo a la entrada de la península de la Magdalena (hoy la Real Sociedad de Tenis), descubriéndose en la cimentación de la pista muros de mampostería con un nivel de ceniza importante (que denotan un antiguo incendio) y gran variedad de materiales romanos que veremos más adelante. Poco después, en el año 1901, Eduardo de La Pedraja (figura fundamental en el conocimiento del Santander romano) encuentra una espectacular pieza de bronce en las inmediaciones de la Real Sociedad de Tenis. En las décadas posteriores se realizan diferentes hallazgos de menor entidad en tierra (principalmente fragmentos cerámicos y monedas en todo el entorno del Real Club de Tenis y el edificio de la Guardia Civil), si bien Gonzalez Echegaray cita un curioso hallazgo de monedas de Constantino procedentes del dragado de la bahía en la década de los 40. A finales del siglo XX, en la década de los 80, miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología – CAEAP encuentran otros dos yacimientos romanos en el entorno del Balneario de La Magdalena y el Real Club de Tenis. Incluso en nuestros días, gracias la fuerza del mar, aparecen restos tanto cerámicos como constructivos en la franja intermareal justo enfrente del Balneario (dependiendo de la época del año).
Nos encontramos sin duda en un enclave que, además de ser uno de los más importantes de la capital turísticamente hablando, es un increíble yacimiento romano que la gente desconoce y que desgraciadamente sigue sin estar protegido ni señalizado. No obstante, la documentación aportada desde finales del siglo XIX hasta nuestros días (junto con los materiales encontrados) nos habla de una o varias villas en el entorno de La Magdalena que no dejan de ser reflejo pasado (lujo a orillas de la bahía) del lujo presente en el mismo lugar.
La villa romana de Santa María de Hito (Valderredible) es uno de los pocos vestigios romanos encontrados en Cantabria hasta el momento en cuanto a villas/recintos termales de época bajo imperial se refiere. Guardar diversas similitudes, que explicaremos a continuación, con el resto de villas romanas encontradas en nuestra región: Camesa Rebolledo (Valdeolea) y San Juan de Maliaño (Camargo). La más llamativa es que sobre las ruinas de todas ellas se crearon necrópolis visigodas o medievales, las cuales estuvieron ligadas a un iglesia o ermita cercana, en el caso de estas últimas ubicadas justo encima. La villa romana de Santa María se encuentra en las inmediaciones de la iglesia del mismo nombre, circunstancia que la diferencia del resto por no estar en las entrañas de este templo románico.
Cronológicamente podemos situar su ocupación entre finales del siglo III d.C. y finales del IV d.C., siendo esta otra similitud con el resto de villas encontradas hasta el momento. Es destacable su estilo, ya aun siendo el modelo arquitectónico de tipo "mediterráneo" el más extendido, fue edificada al estilo "nórdico". La diferencia principal a este respecto estriba en la orientación de las estancias por diversos motivos, bien climatológicos o bien estructurales. Desde entrada de la villa se accedía a un amplio pasillo por el cual se llegaba a las salas de recepción y las estancias señoriales. Este sector tenía 3 habitaciones, todas con "hypocaustum" (sistema subterráneo de calefacción). En la parte norte se encontraban además las dependencias de uso común, las cuales se encontraban comunicadas entre sí mediante escaleras por encontrarse a diferentes alturas.
Tanto la necrópolis, que veremos un poco más adelante, como la villa romana se sitúan a un lado de la carretera entre San Martín de Elines y Santa María de Hito. Es más, se cree que dicha carretera divide u oculta parte del yacimiento que al día de no hoy no es visible. Se excavó entre los años 1979 y 1986 y la área sondeada ocupaba un total de 56 por 24 metros. No olvidemos por último que la dicha necrópolis, con más de 400 sepulturas, es la más amplia de las excavadas en Cantabria hasta la actualidad. En este sentido, nos vemos obligados a mencionar a la arqueóloga responsable de todas las campañas aquí realizadas a finales del siglo XX: Rosa Gimeno García-Lomas.
No debemos olvidar que los hallazgos e interpretaciones arqueológicas más relevantes de Santa Maria de Hito se realizaron hace más 25-30 años..con todo lo el valor que esto conlleva por ser otra época y disponer de muchos menos medios y avances que en la actualidad.
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