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Panorámica de la necrópolis del collado de Las Llaves y del túmulo de "Las Llaves 3". Fotografía: GAEM Arqueólogos

En lo alto de Peñarrubia, en un cordal ubicado en pleno paso natural entre los valles de Liébana/Nansa y que además da nombre al conjunto, nos encontramos con una maravilla arqueológica que no mucha gente conoce. Este lugar nos habla de una época de cambio cultural y social en los albores del Calcolítico (quien sabe si también del Neolítico) donde tanto los menhires como las estructuras tumulares nos hablan de vida en primer término y de la muerte en el segundo. Estamos hablando de la necrópolis megalítica y de los menhires del Collado de Las Llaves. Si, si, menhires en plural ya que aun siendo el más conocido el que actualmente esta "hincado" en lo alto, las últimas investigaciones en el entorno están poniendo en valor un conjunto importante de los mismos.

Fue descubierta a principios de la década de los 90 del siglo pasado por Gonzalo Gómez Casares, documentándose en el año 1992 por miembros de la UC gracias a las indicaciones de su descubridor. El menhir que corona la cima del entorno fue encontrado en el año 2002 por Jose Manuel Salas Orzaez, poniéndose en valor el conjunto megalítico ese mismo año gracias al gabinete arqueológico GAEM (puesta en valor/panelización). Sería en el año 2017 cuando el yacimiento volviese a la primera línea de la arqueología regional, ya que se informó al MUPAC de la aparición en el yacimiento de dos puñales de "espigo" de unos 4.500 años de antigüedad. Estas piezas son muy escasas al norte del Rio Duero, y en Cantabria no existía ninguna de esa tipología ni antigüedad. Un apunte: Curioso como todos, el Servicio Cántabro de Patrimonio y el propio MUPAC incluidos, titulan en gran parte de sus notas de prensa este tipo de hallazgos como "fortuitos de un vecino" sabiendo, presuntamente, de donde provienen (sufijo "ex" y a continuación una enfermedad infecciosa..). En la entrega de los mismos, el Consejero de Educación Cultura y Deporte del momento - Ramón Ruiz - puso como ejemplo (textual) "la importancia que tienen los ciudadanos informados y sensibles en la protección del patrimonio". Ejem…todo dicho.

Sea como fuere este hallazgo reactivó el interés por el yacimiento, siendo estudiado durante los años posteriores por el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la UC y por arqueólogos como Luis César Teira, Ramón Montes, Pablo Arias, Rodrigo Villalobos o Ángel Armendariz. Los hallazgos en este sentido han sido como el propio yacimiento: espectaculares. Han aparecido nuevos menhires y túmulos (media docena más) por todo el entorno donde destacan la alineación de 4 menhires muy cercanos entre sí, lo que les convierte en la mayor concentración megalítica del Norte de España de esta tipología. No cabe duda de que estamos ante una oportunidad única que requiere un esfuerzo importante por parte de las administraciones y la futurible financiación de la puesta en valor del yacimiento. Un lugar espectacular que esconde aún decenas de sorpresas en un entorno envidiable, esperemos que no haya muchos más hallazgos fortuitos de vecinos informados y sensibilizados con el patrimonio. Fíjate tú que ya estaban "informados" antes de incluir la ficha en el portal, que cosas tiene esta Cantabria Infinita..para que luego digan que es problema del localizador del portal.

Bibliografía: "El Megalitismo en Cantabria." Luis Cesar Teira, 1994

 

Menhir del Collado de Las Llaves. Fotografía: GAEM Arqueólogos

Situado a más unos 1.225 metros de altitud, la necrópolis megalítica del collado de Las Llaves es un yacimiento espectacular. Como bien apuntábamos al principio, se han producido hallazgos estos últimos dos años que aun habiendo sido estudiados (otra media docena de estructuras tumulares y otros tantos menhires), no han sido publicados aún.

En este apartado hablaremos de los elementos encontrados y estudiados a principios de la década de los 90, es decir el conocido como "Menhir de las Llaves" y los 6 túmulos principales. Del menhir, hoy hincado pero que fue encontrado en el suelo, podemos decir que posee una altura de 1,65 metros por 0,7 de ancho. Es una gran piedra de arenisca que con las dimensiones citadas tiende a tener forma rectangular. Nada tiene que ver su geología con las del entorno en el que fue encontrado, ya que el suelo donde estaba hincado es un lecho con afloramientos calizos. Respecto a los túmulos, todos están conformados por piedras de arenisca que rondan tamaños entre 20 y 40 centímetros. El más grande en cuanto a diámetro se refiere es el conocido como "Las Llaves 5", que posee cerca de 12 metros en uno de sus ejes por 13 metros en el otro, formando casi una circunferencia perfecta. La altura visible hoy en día es de 1,15 metros, encontrándonos en su epicentro un pozo de violación que se prolonga hacia el exterior unos dos metros a través de una zanja.

Puñales de la necrópolis megalítica del Collado de las Llaves. Fotografía: Europa Press

Los conocidos como "Las Llaves 3 y 4" poseen unas dimensiones similares en cuanto a su diámetro, con unos 9-10 metros en uno de sus ejes por 7,5 metros en el otro, adoptando una forma ovoidal. Ambos tienen bloques de arenisca de considerables dimensiones en el interior de su pozo de violación, perfectamente marcado en ambos. Los túmulos "Las Llaves 1 y 2" tienen diámetros que rondan los 7 metros, si bien es cierto que ya aparecen bastante desdibujados en el terreno (con una altura de 0,6 metros 0,3 respectivamente). Ambos presentan un pozo de violación considerable. Por último nos quedaría "Las Llaves 6", estructura tumular apenas perceptible. Se cree que podría ocupar un diámetro de 5,5 metros, ocupando su centro dos losa de arenisca de lo que se que pudo ser su cámara funeraria. Hay otros dos más (tumbadas) que se piensa que pudieron ser las que faltan para completar el espacio interior, pero algo alejadas y posiblemente movidas tras milenios de abandono.

En cuando a los hallazgos materiales tan solo podemos destacar el "hallazgo" de los puñales citados ya que es un yacimiento que, independientemente de estar incluido en el Inventario Arqueológico de Cantabria, ha sido expoliado sistemáticamente. Al igual que la gran mayoría de las necrópolis de Cantabria, no se han encontrado restos humanos dado que Cantabria no es un buen lugar para la conservación de estos restos por la acidez del suelo.

VISITAS

Todos podemos disfrutar de la necrópolis megalítica del Collado de Las Llaves. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

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DESTACADOS

  • CAMPO DE LA CRUZ

    En lo alto del cordal que separa los valles de Hazas de Cesto y Secadura nos encontramos una milenaria historia que, fuera del circulo más académico, es prácticamente desconocida para la gente de a pie. Las enormes praderas y los suaves relieves del entorno enmascaran un lugar que nos habla de la muerte entre el Neolítico y el Calcolítico. Y no, no hablamos de una necrópolis de gran extensión como ocurre en Liébana, con ejemplos como Palmedián o Combranda. Estamos ante una alineación de túmulos que se desarrolla en tan solo 250 metros de terreno y que no va más allá de 4 estructuras. A partir de esta información se podría fantasear con decenas de hipótesis (familiares y demás), pero poco o nada se sabe de la relación existente entre ellas. De hecho, al encontrarse en un terreno de prados de siega y ganadería, no se tiene muy clara la composición interna de todos ellos (¿cantos de arenisca y tierra?) dado que la "capa" superior es importante.

    La primera referencia documentada de los mismos se la debemos a Jesús Ruiz Cobo, Emilio Muñoz Fernández y a Pedro García Gómez, quienes lo incluirían en el año 2005 dentro de su publicación "Conjuntos megalíticos y asentamientos neolíticos en la cuenca del Asón (Cantabria)" del Sautuola XI. No obstante, el conjunto tumular se conocida años antes (siglo XX) de su publicación, habiendo sido reconocido en diferentes ocasiones por varios investigadores como Eduardo Peralta que fue quien advirtió de su existencia a quienes lo documentaron. Y a partir de aquí..nada más sobre ellos. Como veremos posteriormente no parecen haber sido excesivamente alterados por la acción humana salvo por el "desconocimiento" de los mismos, ya que los postes de la instalación telefónica pasan a escasos metros del epicentro de uno de ellos. Hablamos en este caso de la históricamente repetida (desde hace cientos y cientos de años) creencia de que en el interior de estas cámaras funerarias se escondían incalculables tesoros. No en vano, los conocidos como "pozos de violación" son eso mismo: Aperturas de las cámaras funerarias desde lo alto de los túmulos, quedando en muchas ocasiones partes de la misma totalmente fuera del interior. En el caso del conjunto del Campo de La Cruz, no parecen apreciarse grandes hundimientos en los mismos, de modo que puede que se conserven intactos o puede que la propia capa de tierra acumulada durante milenios en estos pastos los haya rellenado.

    Es una auténtica pena que conjuntos como este pasen totalmente inadvertidos ante nuestros ojos. Sería fundamental poner en valor que en Cantabria no solo existen cuevas con arte rupestre, castros o campamentos de las Guerras Cántabras o similares. En los albores de la Edad de Los Metales en Cantabria existió una cultura única que recorrió nuestro territorio de Norte a Sur y de Este a Oeste y de los que su muerte nos ha dejado decenas de testigos inhertes que todos deberíamos conocer. Un modo de enterrar y honrar a sus difuntos que podemos encontrar al lado de la carretera y que nadie pone en valor..Cantabria Infinita lo llaman.

    Bibliografía: "Conjuntos megalíticos y asentamientos neolíticos en la cuenca del Asón (Cantabria)" 2005. Jesús Ruiz Cobo, Emilio Muñoz Fernández y Pedro García Gómez.

  • SEJOS-CUQUILLO

    La estación del collado de Sejos-Cuquillo es, sin lugar a dudas, el conjunto megalítico más importante de Cantabria. Su ubicación, a más de 1.500 metros de altitud, y lo dificultoso de su acceso han propiciado que gran parte de sus elementos se hayan conservado en buen estado hasta nuestros días. Se sitúa en un área de grandes pastizales y brañas, entre Polaciones y la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga, extendiéndose el conjunto arqueológico a lo largo de unos 2,6 kilómetros. Esta es la distancia que separa los menhires de El Hitón y El Cuquillo, pudiendo encontrar en este espacio diferentes representaciones de la cultura megalítica: Los citados menhires (entre otros), túmulos, estructuras circulares de lajas, etc.

    Las primeras investigaciones las realizó don Ángel de los Ríos hacia el año 1850. A modo de apunte, el escritor, periodista e historiador campurriano fue también la primera persona que excavó el yacimiento de Retortillo – Juliobriga. De todos modos, sus hallazgos y estudios en Sejos no tuvieron la repercusión deseada, cayendo en el olvido hasta que los trabajos de Primitiva Bueno (año 1982) y posteriores campañas volvieron a dotar de la importancia que merecía al conjunto. El mismo, seria declarado como Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, en el año 2013.

    Independientemente de esta protección en papel, llama la atención el estado actual de algunos de los elementos y su entorno. Entendiendo a la perfección que estamos ante un conjunto arqueológico de grandes dimensiones y en una zona de difícil acceso, no se debe descuidar el mantenimiento de las infraestructuras que lo delimitan o protegen. Casos como el de la “Piedra Jincá” (en la imagen llena de matojos y enredada en alambre de espino) o el vallado de los denominados “ídolos de Sejos” (muy muy deteriorado), llevan a pensar que no está lo suficientemente controlado. Teniendo en cuenta que son cada vez más las personas que hacen una ruta de “arqueotreckking” por el mismo, seamos partícipes de su protección en la medida que sea posible. Seamos parte activa en la conservación de esta increíble maravilla megalítica, para que las generaciones venideras puedan disfrutarlo igual que nosotros.

    Agradecimientos: Luis Alberto Marcos Peón.

  • NECROPOLIS DE PALMEDIAN

    Si por un instante cerrásemos los ojos y viajásemos miles de años en el tiempo, concretamente a una época entre el Neolítico y el Calcolítico, visualizaríamos un lugar sagrado donde la sociedad de aquel tiempo enterraba a sus muertos. Un lugar donde la muerte "convivía" cerca del ganado, señal inequívoca de una cultura trashumante que ya había adoptado ese modo de vida como propio. Si volviésemos a abrir los ojos y nos encontrásemos con la imagen principal de la necrópolis de Palmedián, poco habría cambiado desde entonces: Ganado, espectaculares panorámicas de montaña y los túmulos de los ancestros de la comarca de Liébana. Cierto es que estas últimas estructuras las encontraríamos más desgastadas por el paso del tiempo y otros "factores" más humanos. No podemos obviar la cercanía de la necrópolis megalítica de Combranda, ambas dos testigos inhertes de lo que parece fue una sociedad de montaña de relevancia en la comarca lebaniega.

    Al igual que la citada Combranda, la necrópolis de Palmedián saltó a la palestra a finales de la década de los 80 del siglo pasado cuando la prensa de Cantabria se hizo eco de una noticia referente a nuevas estructuras megalíticas en el entorno del Pico Jano. Gonzalo Gómez Casares, quien las puso en valor desde su descubrimiento, ayudó en las prospecciones dirigidas y coordinadas por Agustín Díez Castillo que recorrieron ambos enclaves. Años más tarde (2.000) miembros del departamento de Historia de la UC encontraron nuevas estructuras en el entorno.

    Sin duda, Vega de Liébana (diría que toda la comarca) es uno de los epicentros del megalitismo en Cantabria. Testigos de piedra que nos hablan de una sociedad emergente tras la prehistoria y que hicieron de estos montes y brañas parte de su vida y seña inequívoca de su muerte. Curiosamente, bien por su destrucción o bien por su desconocimiento (mucho más seguro lo segundo), quedan decenas de enclaves en este territorio que nos ayudarán a descubrir más del milenario pasado.;

    Bibliografía: "Evolución del poblamiento prehistórico en los valles del Deva y del Nansa" UC, Santander 1996. Agustín Díez Castillo


  • CONJUNTO TUMULAR DE QUINTANA

    El entorno del Monte Tejas engloba infinidad de exponentes arqueológicos desconocidos para la gran mayoría de la gente de a pie. Si bien es cierto que a sus pies, en el municipio de San Felices de Buelna, se encuentra una de las cuevas prehistóricas más icónicas de Cantabria (Hornos de la Peña y sus increíbles grabados, algunos dañados no hace tanto), el resto de yacimientos del mismo permanecen en el olvido. Uno de los más importantes es el campamento romano del Campo de Las Cercas, el primero en Europa donde se excavó una puerta en clavícula y que a día de hoy no tiene ni una triste señalización (cierto es que se ha indicado su dirección en las pistas colindantes). Y otro, que pasa mucho más desapercibido por el que decenas de senderistas, bikers de montaña y motoristas pasan cada fin de semana.

    Estamos hablando del Conjunto Tumular de Quintana de Toranzo, ubicado a los pies del citado Monte Tejas ya inmersos en el valle de Pas. Un espectacular conjunto que se extiende a través de varias hectáreas de monte bajo en un increíble paraje que, además de los túmulos (que veremos más adelante), posee un aura que nos transporta a tiempos pasados. Tiempos donde, los antiguos moradores de entre el Calcolítico y el Neolítico enterraban a sus difuntos en enormes estructuras que poseen en algunos de los casos más de 25 metros de diámetro.

    El citado conjunto fue descubierto en el año 1986 por miembros del Dpto. de Ciencias Históricas de la Universidad de Cantabria, incluyéndose un año después en la publicación "Dos nuevas agrupaciones megalíticas en Cantabria, Trabajos de Prehistoria, 44 (Madrid)" por Luis Cesar Teira y Jesús Ruiz Cobo. A finales del siglo pasado, Luis Cesar Teira lo incluiría en su libro "El megalitismo en Cantabria, UC (Santander)", obra fundamental en el conocimiento del megalitismo de nuestra región.

    Y desde entonces hasta ahora…nada de nada. Ya a finales de siglo XX, se citaba el deficiente estado de conservación de alguno de ellos dado que la piedra que lo componen se había retirado para hacer alguna pared cercana. En Cantabria, por desconocimiento, no son más que "elevaciones en el terreno" que no llaman la atención ni a las administraciones ni a quienes podrían verdaderamente explotar todo su potencial tanto arqueológico como turístico. Solo a aquellos que necesitan piedra. Si estos yacimientos los cogieran en el centro / norte de Europa…

    Bibliografía:"El Megalitismo en Cantabria". Luis Cesar Teira, UC (1994)