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Acceso al polvorín de Carriazo. Fuente: Agrupación vecinal de Ribamontan al Mar

¡Por fín un ratito para escribir!. Y la verdad es que el tema merece la pena se tenga tiempo o no, ya que afecta directamente a un entorno arqueológico sinigual en Cantabria. Estoy hablando de La Garma, mundialmente conocida por su increÍble cueva y en menos medida, aunque sin restarle importancia, el castro que se ubica en su cima. Normalmente, como muchos sabeis, no suelo rasgarme las vestiduras por nada, de echo me gusta compartir noticias, yacimientos y otras publicaciones siempre con una gotita de acido humor o ironia..verdaderamente no me va la vida ni el trabajo en ello como para ponerme a la gresca. Pero tras leer esto..me quedo helado.

Presuntamente, tal y como publica la Agrupación Vecinal de Ribamontal al Mar, se han producido una serie de irregularidades en la reutilización del antiguo polvorín de Carriazo, afectando directamente según parece al entorno de protección de la Zona Arqueológica de La Garma. ¡Toma ya! ¡Y venga y dale!. Eso si, no subas al castro a sacar unas fotos y a dar un paseo pues se puede interpretar que estas haciendo una "prospección visual", algo prohibido por ley en Cantabria.

Según se informaba el 8 de Enero, se realizó un vertido de 12.000 toneladas de escorias de fundición (cerca de 400 camiones) en las instalaciones del antiguo polvorín. Hasta aquí todo podria parecer todo correcto, salvo que el lugar oficialmente habilitado para depositar estos residuos es el Vertedero de Residuos No Peligrosos de Castañeda, lugar donde la tasa de vertido ronda los 27 euros/tonelada. La empresa (de cuyo nombre no quiero acordarme, que para eso lo pone en este enlace) involucrada habria realizado, presurntamente, esta actividad sin licencia municipal previa y con un coste de unos 5 euros/tonelada. De ser cierto, esto supondria un ahorro para la misma de alrededor de 324.000 €, que a buen seguro se invertirán en actuaciones arqueologicas en el entorno (Modo ironia=true).

Independiente del daño arqueológico que puede causar en el perimetro de protección del yacimiento, la destrucción paisajÍstica y natural tras esta actuación es preocupante. Los hechos fueron denunciados por Ecologistas en Acción Cantabria, gracias a lo que la Dirección General del Cultura y el Servicio de Prevención y Control de la Consejeria de Medio ambiente han actuado..posteriormente. Muchos se preguntarán “¿Y donde estriba el daño arqueológico?” y yo respondo..."hasta aquí puedo leer", que luego se que se va diciendo que soy un personaje incomodo, publicando cosas que no debo y yacimientos que expongo a la mano de los expoliadores. Claro el 90% no están protegidos y los que están mira tú...

¡Poderoso Caballero es Don Dinero!

 

DESTACADOS

  • ALTO DE LA GARMA

    El castro del Alto de La Garma (Omoño, Ribamontan al Monte) es un yacimiento único en Cantabria por diversos motivos. En primer lugar, es uno de los mejores ejemplos para conocer la progresión en el inicio de la construcción de poblados fortificados en el centro de la región Cantábrica. Sus orígenes se remontan en torno a los siglos VII-VI a.C, de ahí que hablemos de algo muy especial. Por otro lado, es de los pocos castros costeros que presentan características similares a los lugares fortificados de la I Edad del Hierro situados más al Sur (Campoo, Palencia y Burgos y León): Buen dominio visual, situación en altura, empleo preferente del barro y probablemente madera como materiales de construcción tanto en vivienda como en la fortificación, etc. Otro de los motivos por los que el Alto de La Garma es icónico dentro de nuestra región es por alguno de los hallazgos encontrados en su interior. Muchos pensarán que los castros prerromanos solo son importantes si se encuentra gran cantidad de materiales metálicos, grandes fragmentos de cerámica, adornos, joyas..pues en este caso lo más sencillo es de lo más importante: Se localizó (luego entraremos más en detalle) una pequeña concentración de semillas y gran cantidad de restos óseos de mamíferos, lo que denota que la tendencia a pensar (mitificada por las fuentes clásicas) que los cántabros eran unos bárbaros o que no cultivaban/comerciaban queda cada vez más alejada. Por último, y no menos importante, se encuentra en el entorno de la Cueva de La Garma, uno de los iconos del Paleolítico de la cordillera Cantábrica.

    Ya en la década de los setenta fue visitado por Arturo Arrendo, quien lo calificó como castro cántabro y lo denominó "Pico Garma". De todos modos esta referencia nunca fue muy popular, pasando desapercibida durante muchos años. Habría que esperar hasta el año 1996 cuando Emilio Muñoz y la empresa GAEM, dentro de un marco de prospecciones intensivas en el monte de La Garma, reconocieron el lugar. Constataron la existencia de fortificaciones y localizaron algunos materiales cerámicos, signos inequívocos para su identificación. Al poco tiempo, ese mismo año, la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte compra las fincas de interés arqueológico, frenando así el avance forestal que ya había invadido gran parte del yacimiento en el momento de su descubrimiento (en la imagen de abajo se pueden apreciar los eucaliptos justo al lado de las excavaciones). Desde el año 1998 es Bien de Interés Cultural como integrante de la Zona Arqueológica de La Garma. En la actualidad no existe memoria definitiva sobre las actuaciones arqueológicas allí realizadas, aunque bien es cierto que existen relevantes artículos monográficos (Pereda 1999) y algunos trabajos generales en prensa que (Arias et al., 1999, 2000, 2003, en prensa; Arias y Ontañón 2008) merecen especial atención.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)

    Agradecimientos: Tanea Arqueología