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Derrumbe de muralla en el castro del Pico Mizmaya. Fotografía: Rafael Bolado del Castillo

El Pico Mizmaya (Entrambasaguas, Cantabria) es otro enclave castreño que sigue guardando con celo su milenario pasado. Se encuentra ubicado en la cima que le da nombre, en el extremo Este de la sierra de Elechino. Su emplazamiento no es ni mucho menos casual, dominando a la perfección la desembocadura de uno de los ríos más importantes de Cantabria: El Miera. Esto, unido a su posición privilegiada en el valle de Trasmiera y en el entorno de la bahía, hace del Pico Mizmaya un castro "costero" de lo más interesante..y sobre el cual apenas conocemos nada.

Ya en el año 1952 el padre Jesús Carballo hace referencia al mismo, aunque se creé que pudo ser una interpretación errónea debido a que identificó la presencia de un castro en los restos medievales que también se conservan en la cima. De todos modos no iba muy mal encaminado. Tuvieron que pasar 25 años hasta que R.Bohigas reconoció in-situ el yacimiento y lo recogió nuevamente como castro, esta vez clasificando correctamente cada una de las estructuras (Bohigas, 1987: 120). En los últimos años del siglo XX arqueólogos de renombre como Eduardo Peralta o Emilio Muñoz también revisaron el recinto del Pico Mizmaya y apoyaron la hipótesis previa.

Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)
Agradecimientos:: Rafael Bolado del Castillo

 

En todo el perímetro que rodea la cima del Pico Mizmaya se pueden apreciar grandes canchales de derrumbe, siendo los más llamativos los situados en su vertiente Oeste. La técnica constructiva de los mismos es apreciable incluso en la superficie, utilizándose el emplekton…"emple…¿Qué?". Para los menos especializados, esta técnica se refiere al llenado o relleno de dos muros paralelos con materiales tales como piedras irregulares o tierra. Con estos elementos se conseguía una función doble como tapar los posibles huecos o agujeros de los muros principales (con las piedras más pequeñas) y dar consistencia a toda la estructura con la tierra. Volviendo al recinto, en algunos tramos del mismo se pueden apreciar incluso los restos de cimentación, pudiéndonos hacer una idea de lo grandes que pudieron llegar a ser estas murallas. En base a las mismas y perímetro que cierran se cree que el castro pudo ocupar unas 3.5 hectáreas. Respecto a los accesos del recinto, se mantiene la teoría de que pudo tener dos:

  • Uno ubicado al sureste, donde se abre un estrecho pasillo en rampa antes de la ruptura en la continuidad de la muralla.
  • El otro se encuentra al suroeste, y llama poderosamente la atención su morfología. Del mismo modo que en anterior la línea de muralla se interrumpe, engrosándose en este caso de manera considerable. Lo que hace este acceso "especial" es que ha sido interpretado por arqueólogos de renombre, citados con anterioridad, como una puerta con torre o bastión.

En la cima del Pico Mizmaya aún se puede apreciar la cimentación de una estructura rectangular mucho más contemporánea, tal vez de época medieval (Bohigas, 1987: 120). Lo que sí se sabe con certeza es que tuvo dos etapas constructivas: La primera de ellas de mampostería sin trabazón, y una segunda más elaborada (no mucho más) donde la mampostería ya se encuentra unida con argamasa de cal bastante endeble.

CRONOLOGÍA

La datación del yacimiento, si bien parece clara en base a la tipología de sus murallas y posibles accesos, es inconcluyente si nos apoyamos en los materiales hallados. ¿Por qué?. Pues básicamente porque es un yacimiento sin intervención arqueológica ninguna y sobre el cual se conoce tan solo la presencia en el derrumbe de la muralla de un gran fragmento de molino de mano y un canto de arenisca con algunos lascados.

Algunos arqueólogos como Peralta (2003: 52) o Bohigas (1987: 120) le atribuyen una cronología de II Edad del Hierro, aunque parece una datación un poco "aventurada" teniendo en cuenta la escasez de materiales. De todos modos, en lo que todos coinciden, es que las estructuras defensivas son los suficientemente clarificadores como para atribuirle a la Edad del Hierro.

VISITAS

Todos podemos disfrutar del castro del Pico Mizmaya, ya que aún sin ser un yacimiento visitable (refiriéndonos a un arqueo-sitio como tal) podemos recorrerlo a píe. Desde Regio Cantabrorum te pedimos que respetes el yacimiento y su entorno, ya que es deber de todos mantener viva la historia de Cantabria.

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DESTACADOS

  • FONTIBRE-ARGÜESO

    El castro de Fontibre-Argüeso (Campoo de Suso, Cantabria) se sitúa en un cerro entre las localidades que le dan nombre. De hecho, por este motivo y por su ubicación entre el Alto de La Campana y el Alto del Hornero, el yacimiento ha recibido y recibe diferentes nombres derivados de todos estos componentes toponímicos: "Castro de Fontibre", "Castro de Argüeso", "Pico de La Hoz", "Pico del Castro", "Pico La Campaña", "Peña Campana" etc. Varios de ellos fueron descartados o reasignados hace años, ya que por ejemplo en las cercanías tanto de Fontibre como de Argüeso fueron encontrados otros poblamientos prerromanos, "adoptando" ambos el nombre de la localidad a la que estaban ligados.

    Su posición estratégica, dominando el valle del Hijar y las vías de comunicación, junto con lo abrupto de sus accesos, hicieron de este lugar un paraje de lo más atractivo para sus antiguos pobladores. No olvidemos tampoco la cercanía de amplias extensiones de terrenos llanos y de suave pendiente, aspectos vitales en la vida cotidiana de aquel tiempo ya que eran ideales para la agricultura y pastoreo. El cerro donde se ubica tiene una altitud máxima de 1059 metros, aunque la zona más propensa para un hábitat confortable (es decir, más llano) se encuentra unos 100 metros por debajo de la cumbre. De forma alargada, el recinto posee en su eje mayor una distancia de 350 metros entre "pared y pared", reduciéndose a tan solo 50-75 en su punto más estrecho.

    El castro fue descubierto por A. Arredondo en la década delos 70. Los estudios iniciales sobre el mismo fueron realizados por Bohigas y Marcos en el año 1985, pero no sería hasta el año 1990 cuando se comenzase ainvestigar a fondo y citar en diferentes publicaciones. Serían Miguel ÁngelGarcía Guinea y E. Van den Eynde, en colaboración con R.Rincón y dirigiendo lostrabajos desde el Instituto Sautuola, quienes iniciasen las excavacionesarqueológicas. Pero antes de nada, veamos un poquito más de su estructura defensiva.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)