Nos encontramos, sin lugar a dudas, ante uno de los mayores puzzles arqueológicos más allá de las fronteras del antiguo territorio de los cántabros. Son decenas, tal vez cientos, los indicios y ejemplos que nos pueden ayudar a identificar la antigua ciudad romana de Segisamone o Segisamo, si bien es cierto que existen muchísimas más dudas relacionadas con la Segisama prerromana y su ubicación primigenea. Lo que si se tiene claro gracias a los últimos avances en todo el entorno, cerro Castarreño incluido, y a la interpretación de los diferentes vuelos aéreos e imágenes vía satélite / Lidar es que nos encontramos en el área donde el emperador Augusto instaló su campamento durante las Guerras Cántabras. Fuentes clásicas, la aparición de espectaculares campamentos romanos en su entorno y la toponimia entre otras tantas, apoyan esta teoría. Lo que sigue sin estar 100% confirmado es si la Segisama de origen túrmogo se encuentra en el llano o en lo alto del cerro Castarreño dado que los hallazgos de importancia contextualizados en la Edad del Hierro se suceden en ambos enclaves.
Pero, independientemente de ello, nos encontramos ante un yacimiento espectacular. La primera referencia en las fuentes clásicas sobre este enclave la encontramos en la conocida obra "Naturalis Historia" de Plinio (siglo I d.C) donde cita a los "Segisamonenses et Segisamaiulienses" como habitantes de dos poblaciones diferentes pertenecientes a la tribu de los túrmogos. Lucio Anneo Floro, historiador romano del siglo I-II d.C, escribiría las líneas que han hecho llegar hasta nuestros días el conocimiento de que el propio emperador Octavio Augusto comandase personalmente parte de la contienda de las Guerras Cántabras, acantonándose en las inmediaciones de la actual Sasamón:
"..llegó a Segisamo donde levantó los campamentos y desde allí con el ejército en tres columnas abarcando toda la Cantabria se lanzaba contra aquella gente feroz como si se tratase de una batida contra alimañas. Tampoco se dejó descansar la costa ya que la armada dispuesta castigaba las propias espaldas enemigas.. "
Floro. II, XXXIII, 46, 54-60.
Ptolomeo, conocido geógrafo romano del siglo II d.C., también haría mención a las ciudades referenciadas por Plinio a través de su gentilicio, si bien es cierto que colocaría una de ellas (Segisama Iulia) en territorio vacceo mientras que la otra (Segisamum) en el túrmogo. La verdad es que no existe consenso en la ubicación EXACTA de las mismas. Se cree que Segisamo (o Segisamone) es la actual Sasamón, mientras que otros ubican Segisama Iulia en la cercana Castrojeriz…sin mayor concreción. Segisamo es "mansio" dentro del Itinerario de Antonino (siglo III d.C.) en la vía XXXIII y XXXIV (Legisamone y Segesamone) e incluso en el Ravennate, documento anónimo del siglo VII d.C. realizado gracias a la documentación del siglo III y IV d.C. donde se la catalogaba como Segisamone.
El nombre de la ciudad (prerromana y romana) tiene también un significado relevante. De todas sus variantes toponímicas se obtiene una raíz indoeuropea bastante marcada muy habitual tanto en la península Ibérica como en Germania - "*segh-" (victoria, fortaleza), además del superlativo céltico "-samo" latinizado que ofrece un significado bastante clarificador: "la más fuerte" o "muy victoriosa".
No cabe duda de que nos encontramos ante un núcleo poblacional que jugó un papel determinante, no solo en el devenir de las Guerras Cántabras (de la mano del emperador Octavio Augusto), sino en el dominio de la meseta durante varios siglos. Prueba de ello son los diferentes materiales que veremos a continuación y que no hacen más que reafirmar que Segisamo es muchísimo más de lo que conocemos hoy en día: Un auténtico puzzle arqueológico difícil de descifrar.
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