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Archivo LaFuente

El pasado domingo todos los cántabros amanecíamos con una noticia cultural cuanto menos llamativa, ya no solo por su impactante titular y contenido, sino por quien la aportaba. Ni más ni menos que el ilustre santanderino José María Lasalle, Secretario de Estado de Cultura del actual gobierno de España. En una amplísima entrevista, se aventuraba a destacar que el proyecto cultural Reina Sofia-Lafuente es el más relevante de Cantabria desde la democracia, haciendo hincapié en que tanto la citada iniciativa como la historia reciente del FIS, e incluso Altamira, llevan impregnada su ilustrísima actuación. Parecía impensable que en nuestra tierra, cuna de arte rupestre, morada de los antiguos cántabros, epicentro de ducados, marquesados e incluso reinos visigodos, existiese la demagógica necesidad de crear productos a medida que se vendan cara al público como la panacea cultural. Desgraciadamente, muchos espacios y yacimientos con un increíble potencial turístico no tendrán el mismo destino que el ya conocidísimo archivo documental; todo sea dicho,no tuvieron la gran suerte de nacer bajo el área de influencia del "gran invento" y omnipotente Anillo Cultural de Santander. Yo me pregunto: ¿Sabe algún cántabro de a pie, entre los que me incluyo, qué atractivo tendrá el archivo Lafuente para el ciudadano medio con inquietudes culturales y qué es lo que contendrá realmente? Un buen amigo, me comentó en una ocasión: "Será el archivo del coño" (en el artículo de El Diario Montañés había asteriscos..por si se escandalizaban). Yo, contrariado le pregunté "¿El archivo del qué?", "si hombre sí, todo el mundo que lo visite pensará: ¿Pero qué coño es esto?", me respondió. Y sinceramente, creo que no le falta razón. El mero hecho de ligar su nombre al Reina Sofía, que no es una sede, no lo olvidemos, parece ser aliciente suficiente para que la sociedad cántabra acuda en masa aún sin saber muy bien para qué. Igualito que en "Bienvenido Mister Marshall".

Por desgracia, los que elegimos un camino independiente al color político reinante sea cual sea, somos conscientes de que la cultura en Cantabria es un juguete roto que intenta arreglarse cada 4 años, al menos de cara a la galería. Este mismo año acudíamos con estupor a las denominadas "paleo-elecciones", donde se anunciaban en campaña enormes cantidades económicas para potenciar cavidades como Chufín (más de 200.000 € en acondicionar su acceso/entorno) o El Pendo (42.000 € para su estudio y conservación), cuando en casi toda la legislatura apenas se habían concedido ayudas para el estudio de otras cavidades, como por ejemplo el estudio de la Cueva de Cueto Grande (0€). Seamos serios, ¿una inversión de cerca de un cuarto de millón de € para acondicionar una cueva abierta a grupos reducidos y visitable tres o cuatro meses al año? Este es el concepto de turismo reinante en Cantabria, despilfarro por un lado a la vez que, por el otro, se siguen reduciendo las partidas para que arqueólogos e investigadores se vean año tras año más limitados a la hora de poder generar nuevas oportunidades de turismo cultural sostenible (denominado "turismo naranja"), tan de moda en toda Europa. Paralelamente, suele darse la paradoja de que los sectores afines a los propios nombramientos gubernamentales consiguen, presuntamente, como no, mayor número de apoyos tanto en lo económico como en lo institucional.

Con el cambio de batuta en la Consejería de Educación, Cultura y Deporte muchos esperamos un nueva gestión con mayúsculas, si bien es cierto, los primeros coletazos de esta legislatura no están siendo muy esperanzadores: problemas a la hora de elegir un director/a de Cultura, herencia de la problemática del MUPAC, cruce de competencias con la Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte… En definitiva, una larga lista de la compra que marcará un nuevo comienzo, o simplemente será la continuación del despropósito de legislaturas anteriores. El futuro del turismo cultural de Cantabria tiene que pasar lejos de tener sólo referentes como el Archivo Lafuente o el Centro Botín y mucho menos de ser los más relevantes de Cantabria desde la democracia. ¿Dónde queda entonces la cultura pública y el turismo sostenible que no lucre a unos pocos? Si este es el panorama que nos espera en los próximos años, nuevamente asistiremos a la perdida de una increíble oportunidad de involucrar a un sector que tiene mucho que decir y aportar. Nos encontraremos de nuevo ante un juguete roto…herido de muerte, con un politraumatismo cultural severo.

Miguel López Cadavieco – "Regio Cantabrorum – Tierra de Leyenda"