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Momento del descubrimiento de la anilla de caetra. Fotografía: Miguel López Cadavieco

Hoy charlamos con Lino Mantecón y Javier Marcos, directores del proyecto arqueológico del castro El Cincho (Barrio de Yuso, Santillana del Mar). Comenzamos así una nueva modalidad donde descubrimos el lado más humano de una excavación y sus componentes, muchas veces solapados por sus descubrimientos. Durante estas últimas semanas, el yacimiento de El Cincho ha sido uno de los protagonistas a nivel regional en diversos medios de comunicación: Prensa, radio e incluso dentro del ciclo "La Pieza del Mes" del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria. Una difusión y aceptación social que, tal y como nos cuentan sus protagonistas, no tiene la repercusión que merece a la hora de dar una continuidad al proyecto. Aquí os la dejo ;)

Regio Cantabrorum (RG): Os encuentro muy satisfechos por vuestros resultados arqueológicos ¿Realmente, tiene tanto valor cultural lo que se está descubriendo en el altozano de El Cincho?

Javier Marcos: Estamos muy ilusionados porque hemos ratificado científicamente la existencia de un castro costero. Un tipo de asentamiento de la Edad del Hierro que hasta el momento no poseía muchos yacimientos inventariados en Cantabria. Hemos logrado identificar un complejo sistema defensivo de esta población de los antiguos indígenas cántabros (una portentosa muralla, en la que se ha reconocido dos fases. La más antigua compuesta por muros de piedra y núcleo de tierra y arcilla apisonada (muro gálico). Hemos localizado una de las puertas de acceso ubicada en el punto menos accesible, que posiblemente se pertrechaba de un camino semi excavado en la ladera y protegido el postigo con torreón. El sistema defensivo se guarnece con una muralla previa y el más que probable aprovechamiento del roquedo como sistema defensivo, presentando las agujas del lapiaz desnudas a modo de campos de piedras hincadas. Las evidencias nos indican que estamos ante un modelo defensivo complejo, que debe ser puesto en relación con una sociedad de fuerte jerarquización.

RG: Recientemente habéis presentado, en el ciclo de la "Pieza del Mes" en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), una conferencia bajo el título: Un escudo sepultado bajo las murallas del castro cántabro de El Cincho. ¿Podéis describirlo para los lectores de RG?

Lino Mantecón: Se ha logrado recuperar dentro de un contexto arqueológico un conjunto de piezas metálicas y con restos de madera. Se trata de un conjunto de piezas machihembradas y anilla de hierro (anilla de telamón de tipología de placas), tachuelas de cobre con función ornamental y restos de madera que hemos identificado como un aplique para sujeción y suspensión de las correas de un escudo (cinchas de "tiracol" o "telamón"). Por paralelos en el mundo celtibérico, se sostiene que estos objetos metálicos se relacionan con el escudo circular celtibérico o caetra que constaba de un par de piezas gemelas de hierro con una anilla cada una, que servían para la sujeción de las correas de las que, en banderola, llevaba el guerrero suspendido o a caballo. La pieza es excepcional, a pesar de su pequeña entidad, pues resulta ser la única de un escudo de la Edad del Hierro encontrado en el territorio de la Comunidad Autónoma de Cantabria y no procede de necrópolis de incineración, sino de un contexto bélico. Asimismo, la conservación de fragmentos de la madera resulta ser el único resto asociado a un escudo encontrado en la Península Ibérica para este periodo cronológico (posiblemente siglos. VI al III a. C.). La reconstrucción del tamaño del escudo nos ilustra el modo de uso, que se vincula con el modelo de infantería pesada y con la lucha en formación. El escudo encontrado tendría similitudes con las dimensiones de lo representado en la estela de Zurita.

RG: ¿Habrá campaña arqueológica para el próximo verano?

Javier Marcos: Hasta ahora hemos contado con un patrocinio bastante escuálido, más si cabe cuando se trata de abordar la complejidad polifacética de un oppidum (un castro de castros). Queda mucho por realizar, nuestra investigación esta apenas empezando (cueva, posible acrópolis, viviendas y urbanismo, localización de la necrópolis, otros.). En la actualidad tenemos muy buenas impresiones tanto del ayuntamiento de Santillana del Mar (quien ya ha destinado una partida en el presupuesto de este año), como de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. No obstante, hasta el presente el proyecto se ha materializado por la colaboración desinteresada y altruistas de nuestro equipo. Algo que resulta, por desgracia, una constante en nuestra región. Tenemos confianza en que las instituciones sabrán valorar el respaldo social y ciudadano que está despertando el descubrimiento del castro El Cincho. Tampoco se descarta la financiación privada. Estamos acostumbrados al patrocinio privado de equipos deportivos, y en cambio, nos resulta extraña la inversión en el padrinazgo cultural. Creemos que no debería ser y estamos trabajando para cosechar apoyos entre las empresas de la comarca del Besaya. Es seguro, que tus seguidores de facebook sabrán de alguna empresa dispuesta a apoyar este proyecto arqueológico que puede revertir la inversión a través de la publicidad, ya que es una iniciativa cultural de elevada repercusión mediática.

RG: ¿Qué tiene de especial el asentamiento protohistórico de El Cincho con respecto a otros castros cántabros?

Lino Mantecón: Cantabria cuenta con un número elevado de castros de la Edad del Hierro pero localizados en orografías abruptas o en comarcas muy alejadas. El Cincho se ubica a menos de 1 km de la villa medieval de Santillana del Mar, uno de los focos neurálgicos del turismo regional. Otro factor positivo es el acceso actual a la cumbre del monte que se realiza por medio de carretera asfaltada. Comunidades autónomas vecinas poseen asentamientos protohistóricos similares con un aprovechamiento social y turístico. Cantabria posee esa denominación por los episodios históricos acontecidos en aquellos remotos tiempos. Creemos que sería un derroche de recursos (en momentos críticos como los actuales) no reconocer el elevado potencial del asentamiento arqueológico que puede sumarse a la oferta cultural de la Villa, que cuenta con más de un millón de visitantes en el año pasado. En primer lugar, El Cincho es un yacimiento arqueológico (estamos obligados a salvaguardar su integridad bajo un estricto trabajo de investigación y plan de uso y gestión); pero también puede y debe ser un yacimiento de empleo.