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Cintos del Monte Endino. Fotografía: Gonzalo Gómez Casares

Inicio este artículo (07-02-2011) el día que hay una conjunción astronómica singular, por simple casualidad. En el pretendo revindicar la figura y el trabajo de una amigo que se fue dejando una herencia regalada a los que tuvieron la suerte de conocerle pero que no todo el mundo esta dispuesto a reconocer ese legado.

Arturo Arredondo González de Córdova (A.A.) dedicó una ingente cantidad de tiempo y esfuerzo intelectual al estudio de las antigüedades de Cantabria porque los conocimientos al uso no cuadraban con lo que veía en el campo ni con su sentir interior. La época en que lo realizó se caracterizaba por unas profundas trasformaciones políticas marcadas por la caducidad de un régimen y el alumbramiento de La Transición. Todo se politizaba, lo que supuso un gran freno a este tipo de investigaciones, por unos dirigentes mas empeñados en mantener su status e ideología política a salvo de cualquier cuestionamiento que de profundizar en los misterios del pasado. Esto supuso una permanente minusvaloración del trabajo de aquellos que desde la generosidad han colaborado a resolver ciertos enigmas impulsados por sed de saber y se les intentó denigrar aprovechando cualquier despiste. Por este motivo, mucha de su herencia ha quedado en el olvido, ante su cansancio de predicar en el desierto y la falta de sensibilidad y comprensión de las instancias oficiales. La forma en que han aparecido sus más importantes logros ha sido consecuencia de las actitudes prepotentes del estamento académico y de la politización del conocimiento por representantes públicos.

Su obra fue clasificada en palabras de un conocido estudioso de estos asuntos, como un producto de la "inventiva de investigadores aventureros" en lo que solo parece un poético verso. Sin embargo, la utilización, por su parte, de un método revolucionario como era la fotografía aérea y una intensa labor de campo apoyada en la practica de la caza le proporcionaron una gran cantidad de datos de valor que no podían ignorarse sin comprobación previa. No hacerle caso, amparándose en que su análisis partía de unos presupuestos poco objetivos, demuestra una tendencia a negar la posibilidad de que tuviera alguna razón, esperando a que el tiempo lo cubriera de olvido.

La ciencia del momento era profundamente elitista y completamente centrada en el Paleolítico, de espaldas a las demandas populares de una época en lo que primaba era aquello que sirviera para fundamentar la autonomía de Cantabria. Para avanzar por este camino, no solo hay que leer e interpretar los textos clásicos hay que salir al campo a reconocer el terreno y recoger tradición oral entre los lugareños. Algo que no hacían los académicos instalados en sus cómodos sillones. Despreciaron este método y ello les condujo a quedarse atrasados, en ciertos aspectos, sobre los aficionados de los que A.A. ha sido el mejor exponente. Su indIferencia, que no es otra cosa que el ropaje de la ignorancia, les ha costado caro.

Destacaba en su carácter, una formación científica y una imaginación desbordante. Eso era el motor de sus estudios junto a su gran capacidad para ver lo que otros no habían visto. La misma fuerza supuso también su principal problema cuando su imaginación dominaba. Por otro lado, el no valorar su trabajo produjo el que mostrara lo menos interesante para tantear las intenciones ajenas y se guardara lo principal para aquellos que le hacían caso. Pocos, muy pocos. Mucho tiempo, solo yo.

Tenía el sentido de estar realizando una labor que partía de sus propias raíces y de su inspiración . Trataba los temas de forma personal y con profundísimo sentido del humor que le llevaba a decir hablando de Historia frases como la siguiente: "a los cántabros nos tocaron los suevos por el sur" y a su desprecio por los representantes de la cultura oficial resumida en su palabra favorita para definirlos: filósofos-i-letrados.

Sobre su personalidad entresaco estas frases del libro: BILYEGAR DE TORANZO. Observatorio astronómico del 5.858,5 a.C. en CANTABRIA. Año 1980. "Creo en los valores trascendentales del hombre, no dudo: la Energía llega a la mente desde una fuente exterior, y, muchas veces, muchísimas, el Espíritu Santo no precisamente en forma de paloma, sino en forma de casualidad, me ayuda". "Las hipótesis de los arqueólogos y otros prehistoriadores, por muy especialistas y profesionalizados que estén en sus elucubraciones mas o menos filosóficas, y muy pocas veces verdaderamente científicas, nunca jamás pueden estar acordes con el hecho experimentado, pues aquellos se fundan en especulaciones estadísticas inconsistentes, olvidando, generalmente la Ciencia positiva." "Nosotros, profanos, inexpertos, legos podemos exagerar impunemente, y no consentimos de ninguna manera que los sabios, profesionales expertos, exageren. Ellos tienen la obligación de demostrarlo". "Tantos y tantos otros monumentos prehistóricos diseminados por lo que he dado en considerar "Cantabria inédita", lo que me ha convencido, y conmigo a otros muchos ya especializados en esta clase de investigaciones de la antigüedad, de haber topado, sin comerlo ni beberlo, solo mirando, con una civilización occidental absolutamente ignorada: la de los Cántabros".

Sus errores fueron múltiples y llamativos a la par con sus aciertos, pero esto es normal en quién está abriendo nuevas vías. Los mas gordos, considerar epigrafía cualquier raya. Pero su inteligencia y su metódico trabajo consiguieron abrir una perspectiva diferente a si como indudables aportes, algunos de los cuales están todavía por aclarar.

Intentaré exponer los datos que tengo y, sobre todo, los recuerdos personales. Lo conocí a primeros del año 1982 y lo visité asiduamente con una periodicidad de una vez al mes hasta Diciembre de 1995, un par de meses antes de su fallecimiento el 28 de Febrero de 1996. Esta amistad prolongada me dio muchos conocimientos sobre la persona y sus múltiples saberes.

Inicio sus estudios al comienzo de la década de los 70 y lo primero de que hay constancia es de un informe que presentó en 1974 en Centro de Estudios Montañeses sobre Peña Jana (Villegar de Toranzo) que sería la base de su libro (BILYEGAR DE TORANZO. Observatorio astronómico del 5.858,5 a.C. en CANTABRIA. Año 1980).

También dedicó el tiempo a identificar castros (acertó unos cuantos como la posteridad se ha encargado de poner de manifiesto) en su publicación: INDICE DE RIAÑOS CUETOS Y CASTROS. REVISTA ALTAMIRA. TOMO XL. Años 1976-1977. El inventario se daba una relación de unos 140 que pasarían a 193 en el año 78, a 204 en marzo del año 79, a 212 en el otoño del año 79, a 214 en el año 80 y lo dejó en unos 240, aproximadamente.

El final de la década de los 70 lo dedicó a sus averiguaciones sobre los observatorios astronómicos: como el de Tambujo en Liencres (año 78) y Los Cerradones en Luena (año 79) e inició el estudio de campamentos romanos en las Guerras Cántabras. Además, se lió con las epigrafías que tenía localizadas y con el desciframiento de los textos del ibérico conforme disminuían sus salidas al campo.

Gonzalo Gómez Casares

 

Estructuras en el Monte Endino, con el Monte Ornedo al fondo.Fotografía: Gonzalo Gómez Casares

A) HABLANDO EN SERIO DE LOS PASIEGOS Y OTROS CANTABROS

ALERTA 30-11-1976

En el, comienza con un problema recurrente en sus investigaciones como es el origen semítico de los pasiegos analizado a través del estudio de los apellidos y algunos topónimos y su comparación con La Biblia. Sobre el particular dejó un estudio inédito. De ello deduce el origen ibérico y mediterráneo de los pasiegos que los entronca con los pueblos semíticos cuya manifestación cultural característica sería la presencia de Menhires o piedras de Bel citadas en La Biblia.

Según confiesa, lo comenzó en el año 1970 y le condujo a encontrarse con la historia de Cantabria de forma colateral por medio de la Lingüística (riaños -de los que llevaba 15 explorados-, cuetos y castros). Su base teórica en Arqueología se fundaba en la bibliografía anglosajona sobre el megalitismo y la cultura del Arco Atlántico.

B) IDENTIDAD DE CANTABRIA (I) EL LUGAR

ALERTA 6-3-1979

Artículo aparecido en el fragor del debate sobre la autonomía en el que apoya esta.

Mantiene su idea de la cultura indoeuropea occidental anterior a la llegada de los celtas y enraizada en el Paleolítico sobre la que se superpondrá la cultura ibérica de origen semítico (libio-fenicio). Nos ofrece su opinión sobre el marco geográfico de las nueve tribus cántabras en base a la Lingüística, completamente novedosa.

En este periodo inicia sus estudios de epigrafía que le llevaran a un desciframiento inédito del ibérico que dejó sin publicar.

C) EL CÁNTABRO Y SU CULTURA

ALERTA 8-3-1979

Comienza analizando sus deidades. Para ello tuvo que internarse en la astronomía al utilizar como base del análisis el megalitismo del occidente europeo. Adelanta sus investigaciones sobre Villegar de Toranzo y ofrece los fundamentos de su investigación arqueológica sobre los asentamientos castreños: iduris (fraguas a cielo abierto), fanum (templos pentagonales) y, en otros escritos, añade candanos (necrópolis tumulares) ligados a una concepción de la Edad del Hierro emparentada con la de Las Galias.

Culturalmente, identifica a los vascones más o menos iberizados con los celtas ligures y poco relacionados con los cántabros. En este periodo llevaba 32 riaños.

D) "CANTABER" CELTISMO Y PASIEGOS

ALERTA 8-9 1979

Lo dedica a rebatir la opinión del celtófono Fernández Escalante con su idea motriz de una cultura occidental madre de todas las culturas. Posteriormente, fue la idea empleada por Ribero San José que la llevó al absurdo. Aporta, también, una importante, aunque ignorada información, sobre el lábaro cántabro.

Hace alusión a datos de lingüística como que el malayo y el polinésico tienen raíz líbica. Probablemente sacados de Barry Fell, autor en el que se fundó para la interpretación de sus epigrafías cantabras.

E) EL CELTISMO DE CANTABRIA Y DE LOS PASIEGOS (I)

ALERTA 12-9-1979

Aporta información sobre el descubrimiento de las estelas de San Rucan de Moroso e identifica el río Aturia con el Agüera siguiendo pautas conocidas. Hace un chiste sobre la opinión de algunos estudiosos sobre el celtismo pasiego partiendo de la importancia del tocino en su dieta, al decir que "confunden la velocidad con el tocino". Prosigue en la negación del celtismo cántabro y reafirma su teoría de la civilización superior occidental lo que le conduce a insinuar en ella el germen del sumerio a través de los ligures, coincidiendo con el inicio de la metalurgia y la cerámica campaniforme. Un poco de desbarre.

F) EL CELTISMO DE CANTABRIA Y DE LOS PASIEGOS (II)

ALERTA 13-9-1979

Parte de la premisa de la alta cultura de Cantabria desde el Musteriense como líder de la cultura mundial lo que le conduciría en cabeza a la revolución neolítica y al poblamiento generalizado de Cantabria entre el 4000-3500 a.C. (fechas muy próximas a las actualmente admitidas). Como prueba: "los datos hallados en los innumerables yacimientos arqueológicos (de cualquier época que se quiera entre el paleolítico inferior y las "guerras de Cantabria" contra Roma) existentes en nuestra región"

Reincide en señalar las relaciones con los sumerios hacia el 5000 a. C. sucediendo a el dios LUG, perteneciente a el periodo megalítico, el dios oriental BAAL. Aquí, parece que comete el error de sumar 2000 años de mas provocado por nuestra forma de entender la historia en términos relativos desde el nacimiento de Cristo.

En este periodo lleva localizados 204 asentamientos cantabros. Parece ser que encontraba unos dos por mes lo que supondría unos 100 meses o lo que es lo mismo 8 años de investigación que resulta correcto.

Nos aporta el dato de tres monolitos de La Isilla (Luena).

G) EL CELTISMO DE CANTABRIA Y DE LOS PASIEGOS (III)

ALERTA (desconozco fecha)

Concluye con el origen judío de los pasiegos al ser la montaña cantábrica zona de refugio contra las persecuciones antisemitas iniciadas por los godos.

Posteriormente, Man Sierra se hace eco de sus hallazgos en un artículo (ALERTA 8 de Julio de 1983) y en (ALERTA 17 de julio del 83) se recoge su interpretación de una supuesta inscripción cartaginesa en una piedra de Picu Janu (Dobarganes). En el mismo, se citan los hallazgos de monedas cartaginesas en el Virdio de San Román de Cayón y Soto Iruz. De un Shekel de plata, como el lo denominaba, tengo constancia pues lo vi y lo tuve en las manos.

Es posible que existan mas artículos, sobre todo en el DIARIO MONTAÑÉS, pero estos son los que conozco. Habría que revisar la prensa local entre los años 1975 y 1985 aproximadamente. También, se que colaboró en una revista francesa de caza llamada LA MUERTE DORADA (en castellano) pues estaba dedicada a la caza de la sorda. En ella mencionó alguno de sus principales hallazgos.

Cintos en el Monte Endino. Fotografía: Gonzalo Gómez Casares

Expongo estas cuestiones porque me parece importante en cualquier investigación recopilar todo el material desde el principio pues siempre se encuentran datos olvidados o que en su momento no se comprendieron o se ignoraron.

Veamos algunos ejemplos. El año 1980 durante el servicio militar descubrí el megalitismo en la Sierra Bora (Liébana) al leer un párrafo del libro del año 1974 LA PREHISTORIA DE ASTURIAS por Gómez-Tabanera, en el que decía que los túmulos en la provincia portuguesa de Minho se asentaban en Brandas y Currais. Como en mi pueblo existían los topónimos Combranda y Los Corros y los supuestos restos de chozos eran similares a lo descritos en dicho libro di por seguro el hallazgo. Al principio del año 1982 conocí a Arturo Arredondo que en Marzo de ese año realizó una visita al lugar y realizó unas cuantas fotografías. Una vez reveladas se le presentaron a García Guinea, entonces Director del Museo de Prehistoria de Cantabria. Lo escuchó como quién oye llover. Adjunto copia de dos fotografías con los textos originales de A.A. en el reverso.

En sus publicaciones, tanto periodísticas como bibliográficas, se citan abundantes yacimientos pertenecientes al megalitismo. La mayoría se trata de chozos o cabañas derruidas pero lo cierto es que algunos son inequívocos. Por ejemplo en INDICE DE RIAÑOS CUETOS Y CASTROS. REVISTA ALTAMIRA. TOMO XL. Años 1976-1977 señala túmulos soterrados en Ibio (257 m.) y en otros lugares. En fotocopias que solía repartir aparecían dibujadas alguna de estas estructuras.

Ahora, puestos a ignorar, me llama la atención que nadie remita a la siguiente información obtenida del tan citado como poco leído libro: CRÓNICA DE LOS PRINCIPES DE ASTURIAS Y CANTABRIA por Francisco Sota. Madrid. Año1681.

Este insigne precusor de la historiografía cántabra al que todos debemos mucho, realizó el paso de los viejos cronicones al estudio serio y nos ofrece el siguiente dato. En la pag. 330 con base en el Hipalense, refiere: "Quarenta y seis antes de Christo.... Iulio Cesar estuvo en las Españas, y hizo muchos Castillos contra los Cantabros.... Que castillos fuesen estos y su número, y en que parajes los fabricó este gran emperador, no es fácil averiguar ahora por su mucha antigüedad... Uno es el de Castro Xeriz... este tiene por cierto haber sido obra de Iulio Cesar entre los naturales de aquella Villa.... El otro castillo fue el de la Ciudad de Oliva, ... De esta Ciudad, y su fuerte castillo se conocen hoy las ruinas sobre una loma a media legua de la Villa de Aguilar de Campo." Parece claro que se refiere al Bernorio. El nombre de la ciudad de Oliva ha perdurado en Olea.

Al hilo de lo dicho mando fotos de lo que pueden ser antiguos caminos desde Valdeolea al Collado Somahoz o... ¿por qué no? fosos para cercar o defender el monte Endino. Se hallan en lo que el mapa denomina: Cinto de la Hermandad y se prolongarían a la otra vertiente en lo denominado: Cintos de la Rasa. Ya en su día, identifiqué una extraña estructura de aspecto campamental, al otro extremo del Endino, en el Alto del Bardal (cota 1106 metros) que supuse un posible limes bajoimperial o visigótico dadas las abundantes terrazas de su ladera sur, pues suponían una prolongada ocupación, y por su parecido a vestigios de la misma índole en otras partes de la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica.