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EN LAS PROFUNDIDADES DE COFRESNEDO

  • Publicación científica

El día 2 de octubre de 2015, en el marco del Proyecto de intervención arqueológica en la Cueva del Aspio (Ruesga) y con el permiso de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, procedimos a realizar nuestra primera incursión en la Cueva de Cofresnedo (Matienzo, Ruesga). El objetivo era sencillo: documentar gráficamente los contextos donde se hallaron y se hallan los materiales de la Edad del Hierro publicados, especialmente los conservados en la Galería Final, la Sala del Lago y la Sala Pendants. ¿Y por qué, os preguntaréis algunos de vosotros? Tras las campañas de 2013 y 2014, y el consiguiente trabajo de laboratorio y bibliográfico, nos dimos cuenta de que tanto en el Aspio como en Cofresnedo parecían existir contextos arqueológicos en los que se daban unas pautas comunes. En algún momento entre los siglos II-I a.C. se habían depositado en las profundidades de ambas cavidades restos de cereal, principalmente carbonizado. En el Aspio eran el contenido de distintas vasijas realizadas a mano mientras que, en Cofresnedo, aparecen junto a la pared de la cavidad y próximas a los restos de un posible cesto de mimbre. Nada más se encuentra a su alrededor, ni cerámicas, ni armas, ni herramientas, ni elementos de guarnicionería -como sucede en el Aspio-, aunque sí aparecen relativamente cerca, en la Sala Pendants.
Ambos conjuntos fueron tradicionalmente interpretados como ajuares propios de cualquier necrópolis prerromana pero, a día de hoy, no existen evidencias de restos de cremación, inhumación o simplemente huesos humanos dispersos por el suelo que lo corroboren. Lo que antes fueron ajuares ahora pueden pasar a ser ofrendas, testimonios de una tradición, culto o creencia que todavía no comprendemos y a la que estamos obligados a seguir la pista aprovechando todas las posibilidades existentes. Las profundidades de Cofresnedo nos abrían sus puertas y no podíamos dejar pasar la ocasión.