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  • MOTA DE TRESPALACIOS

    La mota de Trespalacios es una fortificación medieval única en Cantabria que sobrevive (nunca mejor dicho) al auge urbanístico que tuvo nuestra comunidad autónoma hace no mucho tiempo. Cierto es que lo que es la estructura principal se encuentra prácticamente "intacta", pero en su entorno más inmediato (¿10 metros?) se construyó una urbanización con unas vistas de lo más increíbles en lo arqueológico.

    Este tipo de fortificaciones tiene grandes paralelos en toda Europa, abundando en Alemania, Francia y en el Reino Unido (buscad en Google "motted and bailey"). Cierto es que, en muchos de estos ejemplos, tal y como se puede observar en la imagen inferior la "mota" normalmente iba asociada a un núcleo poblacional que también estaba defendido por los fosos rellenos de agua, en cuyo punto más alto estaba la fortificación o torre. En Trespalacios se cree que no hubo asentamiento poblacional de este tipo, más bien se cree que podría servir como punto de control de un camino histórico con posibles referencias en el Cartulario de Santillana ("vía antiqua", año 998). Su ubicación no es estratégica defensivamente hablando, y la cercanía con el castillo que se cree que se ubicó en la cima de La Masera (hoy totalmente arrasada), no llevan a pensar que defendiese ningún núcleo concreto en su entorno cercano.

    Ya en la década de los 80, Begoña Martínez Barreda (1987) realizó una prospección geofísica que en los últimos años fue actualizada por la empresa Wide World Geographic, S.L. y que ha confirmado que existe en el subsuelo mucho más de lo que se ve a simple vista, apreciándose muros armados en el centro y en los anillos. En el año 2006 se realiza un informe de seguimiento sufragado tanto por la Consejería de Cultura como por el promotor de la obra adyacente (Grupo Pinta) para evaluar el posible impacto de la construcción de la actual urbanización. Es aquí de donde se extrae principalmente la información que a día de hoy tenemos respecto de la mota.

    Es curioso cómo, independientemente de lo descubierto en sus inmediaciones, se decidiese construir el parking adyacente a la mota, tapando mucho más que la Cueva de Trespalacios (inventariada con el número 085.014 en el INVAC y que después de esto "desapareció") y que a día de hoy todavía no se ha podido estudiar. Nadie dice nada. Incluso, este mismo 2018, se iniciaron una serie de obras de acondicionamiento en el abastecimiento de aguas (según cuentan los vecinos, por malos olores) a menos de 10 metros y no se hizo SEGUIMIENTO ARQUEOLOGICO ALGUNO. Varias llamadas al Seprona (vídeo incluido) realizadas desde este portal pararon temporalmente la obra…que luego se continuó. Curioso como una en zona "inundable" (es normal, hace cientos de años se utilizaba esto para inundar los fosos) se pretende cambiar el transcurso de la historia a golpe de pala, como casi siempre: Sin seguimiento alguno. Una auténtica pena…

    Bibliografía: "Una fortificación medieval singular en la cornisa cantábrica: la mota de Trespalacios (Hinojedo [Suances, Cantabria]) - Lino Mantecón Callejo y Javier Marcos Martínez
  • TORRE DE ACEREDA

    A medida que te vas acercando a las ruinas de la torre de Acereda (Santiurde de Toranzo, Cantabria) te das cuenta de que estás en un lugar especial. Y no, no encontrarás ni un solo cartel explicativo que te pueda acompañar en la visita a una de las mejores fortificaciones de época medieval en Cantabria. Pero tan solo su ubicación, dominando el valle de Toranzo, la majestuosidad de las estructuras defensivas aún en pie, tras el paso de siglos y siglos, y la "épica batalla" citada por Amos de Escalante en "Costas y montañas: Diario de un caminante" te transportan ineludiblemente al apogeo del reinado de los Reyes Católicos. Incluso si tienes mucho más ojo, te transportará a la protohistoria como veremos posteriormente.

    Podemos decir que la primera cita bibliográfica contemporánea de la torre de Acereda se encuentra en el Diccionario de Pascual Madoz (1845-1850) donde ya se especifica que "al Oeste del pueblo en un altito que domina parte del valle, se ven aún los vestigios de un antiguo castillo". Sería pocos años después, en el año 1871, donde el famoso literato Amos de Escalante dejase plasmado un fragmento de la posible historia que allí aconteció:

    "..No está lejos Acereda, solar antiguo de los Villegas, enemigos perpetuos de los Manriques, y émulos de su dominación en el valle. Raza de audaces que ya en el siglo XIV daba adelantados a Castilla, y mantuvo siempre vástagos suyos en servicio inmediato de los reyes desde los principios de la monarquía castellana. Mas no de reales donaciones, sino de inmemorial herencia o adquiridos por mano propia, poseía en Toranzo vastos solares y tierras. Suyos eran la torre y palacio del Coterón, en Villasevil; las casas de Castil-Pedroso, encaramadas en la sierra que separa a Buelna y Toranzo, en las que persevera el apellido, y la fortaleza de Acereda, que papeles de la casa pintan rodeada de muros, fosos y barbacanas.

    En Acereda mantenían soldados y monteros, con grande aparato de perros y halcones, que eran los Villegas, a ley de altos señores, aficionados a volar una garza en el llano, a acosar un jabalí en los vecinos acebales y lastreras de Rugómez; y regaba sus parques un arroyo, de nombre rico en sonoridad y colorido, Platarollera, del cual apenas queda un eco lejano en el de Mataruyera, con que hoy corren sus aguas tan limpias, tan melodiosas, tan plateadas como en tiempos de mayor poesía.

    Y tan duros contrarios eran, que, para vencerlos, otro Garci Fernández, nieto del primer conde de Castañeda, heredero de sus estados y casa engrandecidos con el marquesado de Aguilar, hubo de meter por sus tierras una hueste ordenada de cinco mil hombres de a pie y de a caballo. No dicen las memorias coetáneas si fué breve o larga la campaña, más de cierto fué rigorosa; los pueblos inmediatos vieron arder la torre de Acereda, arruinarse hasta el cimiento, y quedar exterminado para no recobrarse nunca aquel temible nido de gavilanes.

    Esto pasaba, años más o menos, hacia 1480: reinaban poco había los Reyes Católicos, y ocupados en asegurar su solio y prevenirse a empresas exteriores, toleraban a sus grandes ciertas justicias expeditivas y de mano propia. Todavía la fuerza mayor era decisiva autoridad en las contiendas; no habían tenido espacio ni reposo para fundar aquel ideal de equidad austera, según la cual, al decir del ingenuo cura Bernáldez, «los pobrecillos se ponían en justicia con los caballeros, e la alcanzaban».

    Si haces a pie la caminata, y eres, lector, de los que gustan trabar conversación con quien pueda ponerte en cuentos de los lugares que recorres, de algún torancés aprenderás cómo trocada la índole de los tiempos, cambian también el uso de las cosas y su valor y aprecio; cómo se mudan en ocasión de escarnio, de zumba y remoquetes las que lo fueron de temor o de respeto. De la fortaleza natural de Acereda, de su asiento roquero, se burlan los pueblos de uno a otro extremo del valle, con decir que los piamonteses ambulantes no suben a restañar las calderas, faltos de suelo blando en que hincar la bigornia.."

    Sería incluida por primera vez en una publicación histórica en la revista Altamira (1959) gracias al catálogo de Torres y Solares Montañeses del conocido arquitecto torancés Javier Gonzalez de Riancho, fallecido años antes (1953). Ya en esta publicación se apuntaba a su construcción hacia el año 1228 por parte de Don Martín Ruiz, decimo maestre de Calatrava y de la familia Ceballos. Cita también a Garci Fernández Manrique (al igual que Amos de Escalante) quien recibió el valle de Toranzo por parte del rey don Juan II y que lucho con los señores de este y otros valles colindantes en el monte Caballar. Serían derrotados en la citada batalla, donde es más que probable que citada "hueste de 5.000 hombres a caballo y a pie" combatiese. Tanto la torre de Acereda como su entorno más próximo no parece enclave para tal fuerza militar a diferencia de lo que escribió Amos de Escalante.

    Y desde mediados del siglo XX hasta hoy mismo..nada más relacionado con la edificación fortificada. Increíblemente nadie ha hecho hincapié a nivel documental de otras posibles estructuras (más antiguas) en su entorno más próximo. Las cuales nos transportarían desde la Edad Media hasta la Protohistoria…¿un altar en el entorno de la Torre de Acedera?. Solo el tiempo, la señalización y una investigación más a fondo de todo el yacimiento nos lo dirá.

    Bibliografía: "Torres y Solares Montañeses. Revista Altamira, 1,2 y 3 (1959)" - Javier Gonzalez de Riancho.





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