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  • PORTUS VICTORIAE

    Portus Victoriae Iuliobrigensium fue un puerto fundado por los romanos en la costa Cantábrica cuya existencia aparece documentada por Plinio el Viejo en su obra Naturalis Historia. No se conoce a ciencia cierta su fecha de fundación, ya que se especula que fue durante el transcurso de las Guerras Cántabras (evidentemente no se llamaría del mismo modo) o al finalizar las mismas, de ahí su nombre actual. Al igual que con su fecha de datación, aún no está muy clara su ubicación exacta, ya que existen dos teorías bastante aceptadas que lo localizarían o bien en Santander o bien en Santoña. Diversos autores, entre los que destaca Joaquín Gonzalez Echegaray, apoyan el nexo entre Santander y Portus Victoriae con los siguientes argumentos:

    • El rio Sauga se ha asociado tradicionalmente con el río Asón. Plinio describió la costa Cantábrica de Oriente a Occidente: En primer lugar el "flumen Sauga" (río Asón) para después citar "Portus Victoriae". Es extraño que haga referencia a ambos teniendo en cuenta que, de estar Portus Victoriae en Santoña, no debería referirse al mismo ya que desembocaría en dicho puerto (Colindres para ser exactos).
    • Curiosamente, la distancia entre Santander y el nacimiento del Ebro sería (aproximadamente) de 40.000 pasos, tal y como escribió Plinio: "Portus Victoriae luliobrigensium. Ab eo loco fontes Iberi quadraginta millia passum".
    • Santander es la salida "natural" de Juliobriga al mar. El que Santoña fuese salida de esta ciudad romana obligaría a tomar otro tipo de rutas orográficamente más complicadas.

    No olvidemos la gran cantidad de restos arqueológicos encontrados en Santander, sobre manera en el área del cerro de Somorrostro donde se ubica la Catedral. El nombre de este cerro procede del término latín"summum rostrum" lo que traducido vendría a ser "promontorio mayor". En base la etimología de este término se asocia la localización de una posible edificación de gran relevancia, apoyado esto con el descubrimiento de las termas romanas en el interior de la actual Catedral. En este yacimiento se han encontrado varias estructuras termales y muros de contención, además del material numismático entre los que destacan un sestercio del emperador Trajano y otras monedas de Constantino I. Esto nos indica que los romanos llevaban acabo actividades mineras y comerciales con el puerto como base de operaciones.Apoyando esta teoría, existen además otros hallazgos de gran relevancia como los obtenidos en la península de la Magdalena como los restos de una edificación con suelos de mosaico, material numismático y cerámico y un Hermesde bronce.

    En cambio, autores como como Fermín de Sojo y Lomba o Aureliano Fernández-Guerra apoyan la teoría de Santoña como ubicación de Portus Victoriae. Para ellos se basan en varios argumentos entre los cuales destacan los siguientes.

    • Las condiciones geográficas de Santoña como puerto natural son mucho más ventajosas que en otras ciudades como San Vicente de la Barquera o Suances. Esta circunstancia haría que la descripción de Plinio el Viejo "saltase" hacia Oriente un paso, ubicando Portus Victoriae en Santoña y moviendo las demás localizaciones.
    • Los restos arqueológicos hallados cerca de la Iglesia de Santa María del Puerto demuestran la existencia de un puerto romano en Santoña, el cual no estaría documentado en ninguna fuente escrita. Es por todos sabido que de ser un puerto romano, los romanos hubiesen hecho hincapié en él a la hora de documentarlo.

    Independientemente de su ubicación, debemos de tener en cuenta que Portus Victoriae Iuliobrigensium fue un puerto vital en la romanización de la antigua Cantabria en todos sus aspectos, ya fuese económico o militar.

  • EL ROSTRIO

    Lejos queda ya el año 2012, donde de El Rostrío copaba titulares en prensa por la "recuperación" que el Ayuntamiento había hecho en la zona. Medios como el Diario Montañés argumentaban que se había "recuperado respectando al máximo los valores naturales del lugar, que son elevados, formando parte del Plan de Ordenación del Litoral". Incluso abundaba en que la actuación había sido premiada por la Federación de Municipios y Provincias. En la inauguración del nuevo parque, con campo de béisbol y pista de bicicross, el alcalde de Santander aparecía bateando junto a cientos de alumnos de los colegios Marqués de Estalla, Nueva Montaña y Cisneros. La verdad es que esa idílica escena en un soleado día de Mayo contrastaba y mejoraba con creces el basurero en el que se había convertido la zona. Con la salvedad de que no mucha gente sabe que el "acondicionamiento" de la zona se llevaba por delante prácticamente la totalidad de una estación al aire libre del Neolítico/Calcolítico y un gran depósito de silex único en Cantabria. El Rostrío, un gran yacimiento arqueológico (incluido tanto el la carta arqueológica de Santander como en el Inventario Arqueológico de Cantabria en los municipios de Santa Cruz de Bezana y la propia Santander).

    El yacimiento de El Rostrío fue descubierto en el año 1908 por el padre Jesús Carballo, quien descubriría un pico asturiense. La zona no sería prospectada a fondo hasta la década 50, cuando el doctor E. Matorra, encontró diferentes silex que depositaria en el Museo Provincial de Santander. Una década más tarde, en el año 1969, G.A. Clark realiza un exhaustivo estudio tanto de recogida de materiales en superficie como en pequeños sondeos. Obtendría un total de 1556 piezas entre las que destacaban dos picos asturienses. Por este motivo, Clark atribuyó esta cronología (Asturiense) al yacimiento, si bien en décadas posteriores a quedado bastante claro que la cronología del mismo se acerca bastante más al Neolítico/Calcolítico que a la citada época. En el año 1981 sería reconocido por el C.A.E.A.P. - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica, mientras que la última excavación oficial se remonta al año 1999 cuando el equipo de GAEM tuvo que realizar una intervención de urgencia al verse afectado por las obras de instalación del emisario submarino del saneamiento de la bahía de Santander.

    Por último, dos años después de la inauguración del citado parque (en 2014) , estalla "la senda costera" y en definitiva el proyecto del Plan Litoral del Norte de Santander. Aquí comenzaría nuevamente otro declive para El Rostrío. La verdad es que, en la infinidad de paseos que doy por la zona, siempre pienso en la paradoja que aquí se produce. En gran parte de las publicaciones que he consultado, y en las historias que he escuchado de viva voz, siempre he oído la gran cantidad de piezas que particulares se han llevado a su casa. Incluso conozco gente que ha sido y es señalada por recogerlas (en muchos cortes producidos por la erosión natural se ven perfectamente) y entregarlas en el MUPAC. La frase de "entregan unas y se queda el resto" o "están expoliando el yacimiento" han estado y están a la orden del día. ¡Y ojo!, no lo estoy justificando. Pero me gusta ser lo suficientemente objetivo como para poder decir que, del mismo modo, se arrasó completamente El Rostrío como yacimiento con maquinaria pesada y nadie dijo ni dice nada públicamente. ¿Eso no es expolio?. Llamadme loco, pero entre que lo arrasen con maquinaria (vete tu a saber donde acaba) y que lo recoja la gente (vete tu a saber donde acaba), creo que los únicos que pagarían ante la ley por ello son los segundos, ¿no creéis? A mí como amante de la Historia no me queda más remedio que recorrer lo que fue un espectacular hábitat a finales de la Prehistoria entre un campo de béisbol sin uso, una pista de bicicross y un parque infantil..

    Bibliografía:"Informe de Impacto Ambiental | PGOU Santander" - BOC Extraordinario Núm. 35, 29 de Septiembre de 2012
  • CAMPO VALLADO Y LAS ANTENAS

    Los yacimientos de Campo Vallado y Las Antenas son uno esos enclaves costeros que además de destacar por su belleza paisajística (son colindantes) también lo hacen por estar totalmente abandonados y parcialmente destruidos. Así de triste pero cierto. El proyecto de la senda costera planificado desde el Faro de Cabo Mayor hasta la zona de Virgen del Mar no solo fue un auténtico fracaso en cuanto su gestión (paralizado hoy en día mientras vemos como miles de € en vallado se va al garete por el paso del tiempo), sino también por pasar por encima de yacimientos catalogados tanto en el INVAC (Inventario Arqueológico de Cantabria) como en el propio PGOU de Santander sin que se hiciese esfuerzo alguno por la conservación y puesta en valor de los mismos. Lo mismo ocurrió con el cercano yacimiento de El Rostrío cuando el "acondicionamiento" de lo que antes decían que era un basurero (lo era la verdad) se llevó por delante uno de los depósitos de silex más grande de la costa de Cantabria junto con el taller que allí se asentaba.

    Estos yacimientos fueron descubiertos por miembros del C.A.E.A.P – Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - a principios de la década de los 80. Ya por aquel entonces se hizo hincapié en la importancia de ambos dado que el número de las piezas encontradas, principalmente en el de Campo Vallado, llamaba la atención. En este último, en el momento de su descubrimiento, no se hizo recogida de materiales de ningún tipo detectándose dos meses después que había sido cubierto por una capa de grava superficial. Al ser detectada esta circunstancia se procedió a retirarla con la problemática existente de que las piezas quedaron totalmente mezcladas con la gravilla. Esto, unido a la negativa del propietario de la finca a que se hiciese ningún tipo de intervención arqueológica en su propiedad, hizo que no se pudiese estudiar más a fondo. Algo similar ocurrió con el yacimiento de Las Antenas, donde el suelo primitivo había sido removido para la colocación tanto de la antena como de los cables que la sujetan, arrasándose el suelo antiguo y descontextualizando todo el yacimiento. En este caso, tampoco se obtuvo permiso inicial para poder excavar (ni siquiera entrar) en él. Años más tarde serían incluidos por Emilio Muñóz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas tanto en la Carta Arqueológica de Santander (1987) como en la de Cantabria (1988). Y a partir de entonces, salvo alguna cita en la década de los 90 en artículos como "La industria lítica en la Prehistoria cerámica en Cantabria" – Munibe - de Jesús Ruíz Cobo, nada de nada…

    Es una auténtica pena que uno de los conjuntos de yacimientos costeros más importantes del Norte Peninsular (y más extensos) esté totalmente abandonado. Una extensión que abarca desde el Faro de Cabo Mayor hasta Liencres que ha sido maltratada sistemáticamente desde hace décadas y que podemos decir con toda certeza que fue testigo directo de la vida cotidiana entre el Paleolítico Inferior y el Neolítico de los antiguos pobladores de Cantabria. Desgraciadamente, todos con un frente común que ojalá fuese solo la desidia (si si, has leído bien): La destrucción sistemática de todos ellos aún sabiendo que son parte fundamental para conocer los útiles prehistóricos de nuestra tierra. Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria". Emilio Muñoz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas, Ediciones Tantín (1988).
  • CABEZA DE SAN PEDRO

    Quien conoce la costa de Santander, desde el Faro hasta San Juan de la Canal (ya en el vecino municipio de Santa Cruz de Bezana), sabe que estamos en un lugar especial. No solo por su importancia geológica, paisajística y natural, la cual ha sido englobada en un proyecto como territorio aspirante a la red Mundial de Geoparques de la Unesco. Sino por algo más que desconocemos y que nos lleva una y otra vez a esa maravillosa Costa Quebrada. Quien sabe si es por la necesidad intangible de seguir visitando los mismos lugares que nuestros ancestros poblaron y utilizaron para explotar los recursos de la época. Unos recursos que abundaban en la citada franja costera y que a día de hoy no damos importancia alguna, si bien su valor arqueológico iguala, como mínimo, a su belleza natural.

    Hoy hablamos de la Punta de Cabeza de San Pedro, un espectacular taller de sílex del Paleolítico Inferior / Medio que la gente no conoce. Un increíble enclave utilizado en la Prehistoria que hoy utilizamos como ruta natural y que desgraciadamente se está perdiendo a pasos agigantados por diferentes factores. Uno de ellos natural (la erosión eólica y la fuerza del mar, que arrastra los materiales que encuentra con su furia al fondo de este) y otro humano.

    El yacimiento fue descubierto a principios de la década de los 70 por R. Vega de la Torre, quien publicó en el año 1975 una bella raedera bifacial de sílex en su artículo "Hallazgo de un útil prehistórico" (Sautuola I, Santander) además de citar la aparición de un raspador. Años después sería el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP quienes estudiases el enclave, reafirmando la importancia del mismo como Taller Musteriense. Poco después se incluiría en diferentes publicaciones y..hasta hoy. Nada más. Un yacimiento con millones de restos de talla de sílex sin que nadie sepa de su importancia y estado de conservación.

    Esperemos que, con la adecuación que esperemos que sufra la zona (siempre y cuando Costa Quebrada consiga su título dentro de la Red Mundial de Geoparques de la Unesco) no ocurra lo mismo que ocurrió con vecina zona de El Rostrio o el yacimiento de Las Antenas. Yacimientos estudiados, inventariados y de importancia…que fueron parcialmente destruidos en sendos "proyectos" de adecuación.

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria." Ediciones Tantín, Santander (1988). Emilio Muñoz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas.

  • PROMONTORIO DE SAN MARTIN

    El pasado romano de Santander, más allá de las termas encontradas en el interior de la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora, es poco conocido para el público en general. Y no será porque en la capital de Cantabria no hayan existido motivos más que suficientes para pensar que si, que nos encontramos ante el renombrado Portus Victoriae Iuliobrigensium citado por Plinio el Viejo. Y si, siempre nos "agarramos" a la vieja costumbre (para eludir responsabilidades) de decir que desde finales del siglo XIX a mediados del XX no existía "cultura de conservación del patrimonio" para justificar su desaparición. Y, como veremos a continuación, no siempre ha sido así. Si existía, al menos a nivel documental como en el promontorio de San Martín. Es cierto que el auge industrial y económico de por aquel entonces era prioritario. Unido además a que no existía ni el conocimiento previo en muchos casos ni una Ley que lo amparase. Algo que no ocurre desde mediados/finales del siglo XX hasta nuestros días, donde si ha existido y existe tanto el conocimiento como la Ley que debiera protegerlo. Y no nos engañemos pensando que tan solo el alcalde de Suances es un incumplidor de la misma con el caso de Portus Blendium: En Santander, sistemáticamente, se han pasado por el arco del triunfo gran parte de nuestra historia con la conocida frase de "tapa tapa". Con la diferencia de que estos últimos eran mucho más hábiles del primero para que no quedase ningún tipo de rastro. Así de sencillo, todo el mundo lo sabe pero nadie puede (o quiere) demostrarlo. Pero como decíamos anteriormente, a finales del siglo XIX, en algunos casos se documentaba a la perfección los hallazgos…aunque luego desapareciesen.

    Hoy hablamos del promontorio / cabo de San Martín y de su pasado romano. Para aquellos que no lo conozcan o ubiquen, una pequeña elevación por encima de las actuales Naves de Gamazo, actual sede de la Fundación ENAIRE y que en el pasado (en cuanto a su ubicación se refiere) eran la primera línea de costa de la "Santander romana, medieval y contemporánea" aunque no lo parezca. El descubrimiento del yacimiento romano se produciría con motivo de las obras de construcción del conocido dique de Gamazo (hoy restaurado) promovido por la Juna de Obras del Puerto en el año 1886. Cuando se desmontó parte de la punta del conocido cabo, se encontraron los restos arqueológicos de un edificio termal. El hallazgo fue tal que despertó mucho interés en la Comisión Provincial de Monumentos de la que era Vicepresidente Marcelino Sainz de Sautuola. Este último realizaría un informe del hallazgo con planos del arquitecto Alfredo de la Escalera (en la imagen adjunta), que serían remitidos a la Real Academia de la Historia de Madrid. En la década de los 50 del siglo pasado Garcia y Bellido daría a conocer estos informes, los cuales fueron donados finalmente al Museo Marítimo del Cantábrico.

    No cabe duda de que estamos ante la historia, aunque sea testimonial (más bien documental) del pasado romano de Santander. Un pasado que, como veremos, ya intrigaba y tenia valor para diferentes "actores" de finales del siglo XIX y principios del XX. Desgraciadamente en una época donde el auge industrial, minero y portuario de Cantabria estaba en plena ebullición. Curiosamente, de esta misma época, datan los hallazgos de las minas romanas de Reocín, San Bartolomé o Mina Numa..todas ellas desaparecidas bajo la actividad extractiva. No obstante, no tenemos que viajar tantas décadas (siglos atrás). En la construcción del parking de Suances, con ganas de desviar la atención, muchos dijeron que allí solo había "ladrillos y tejas contemporáneos". Año 1986: En la construcción del Palacio de Festivales, justo al lado, hay tradición oral de la aparición de materiales romanos al lado del promontorio. ¿Casualidad? "tapa, tapa…"

    Bibliografía: "El Puerto de Santander en la Cantabria romana" (1995) Jose Luis Casado Soto, Joaquín Echegaray.

    Agradecimientos: Lino Mantecón Callejo / Javier Marcos Martinez.

  • YACIMIENTO DE LA MAGDALENA

    El yacimiento romano de La Magdalena es (más bien, ha sido) uno de los más espectaculares y a la vez más desconocidos de Cantabria. Un milenario pasado que nos habla del esplendor de la conocida península en época romana y que, casi con total certeza, reafirma junto con otros yacimientos romanos de Santander (las termas de la catedral, el cercano promontorio de San Martín, etc) la ubicación del Portus Victoriae Iuliobrigensium citado por Plinio el Viejo. Desgraciadamente, a finales del siglo XIX / principios del XX, el apogeo turístico y social de Santander entre las clases pudientes se llevaron por delante gran parte de su pasado romano si bien es cierto que, a diferencia de nuestros días, todo quedaba documentado. Hoy en día nos encontramos alcaldes que dicen "desconocer los yacimientos" aun teniéndolos en su plan general de urbanismo, en su página web e incluso como nombre del colegio público de su municipio (CEIP Portus Blendium)..así nos va.

    Volviendo al yacimiento de La Magdalena, en el año 1878 aflorarían las primeras noticias relacionadas con la aparición de las piezas romanas en la construcción de una fonda y un balneario en La Magdalena, justo en la misma ubicación que ocupa en nuestros días el restaurante El Balneario y las casas colindantes. Años después, en 1897, Rafael García y su sociedad ciclista obtienen permiso municipal para construir un velódromo a la entrada de la península de la Magdalena (hoy la Real Sociedad de Tenis), descubriéndose en la cimentación de la pista muros de mampostería con un nivel de ceniza importante (que denotan un antiguo incendio) y gran variedad de materiales romanos que veremos más adelante. Poco después, en el año 1901, Eduardo de La Pedraja (figura fundamental en el conocimiento del Santander romano) encuentra una espectacular pieza de bronce en las inmediaciones de la Real Sociedad de Tenis. En las décadas posteriores se realizan diferentes hallazgos de menor entidad en tierra (principalmente fragmentos cerámicos y monedas en todo el entorno del Real Club de Tenis y el edificio de la Guardia Civil), si bien Gonzalez Echegaray cita un curioso hallazgo de monedas de Constantino procedentes del dragado de la bahía en la década de los 40. A finales del siglo XX, en la década de los 80, miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología – CAEAP encuentran otros dos yacimientos romanos en el entorno del Balneario de La Magdalena y el Real Club de Tenis. Incluso en nuestros días, gracias la fuerza del mar, aparecen restos tanto cerámicos como constructivos en la franja intermareal justo enfrente del Balneario (dependiendo de la época del año).

    Nos encontramos sin duda en un enclave que, además de ser uno de los más importantes de la capital turísticamente hablando, es un increíble yacimiento romano que la gente desconoce y que desgraciadamente sigue sin estar protegido ni señalizado. No obstante, la documentación aportada desde finales del siglo XIX hasta nuestros días (junto con los materiales encontrados) nos habla de una o varias villas en el entorno de La Magdalena que no dejan de ser reflejo pasado (lujo a orillas de la bahía) del lujo presente en el mismo lugar.

    Bibliografía: "Nuevos hallazgos de cerámicas romanas en la playa de La Magdalena (Santander)" Alberto Ceballos Hornero, David Carlos Loyo Pérez y Emilio Muñoz Fernández. Altamira, Revista del Centro de Estudios Montañeses (2018).

    Fotografías antiguas: Las arenas de La Magdalena





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