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  • PLAYA DE LANGRE

    Cantabria es, sin lugar a duda, un paraíso turístico. Viendo esta foto estamos deseando que por fin llegue el verano y poder zambullirnos en sus aguas cristalinas (y un poco frías, para que engañarnos). La infinidad de playas, acantilados y hermosos parajes que pueblan nuestra costa hacen que las administraciones inviertan enormes cantidades de dinero en fomentar el turismo, y con ello el bienestar de nuestra tierra. Al menos, así nos lo venden. Ahora, con un rápido golpe de teclado, pasemos a cambiar la palabra turístico por arqueológico: Paraíso arqueológico. Lo que la gran mayoría de la sociedad (ni de Cantabria ni de fuera de ella) sabe es que en esta misma foto donde te zambullirías sin pensarlo, existen tres yacimientos inventariados que nos trasladan desde el Neolítico (pasando por el Calcolítico) hasta la Edad del Hierro como luego veremos. Y esto no es una excepción en la costa de Cantabria, sino una norma que ninguna administración ni gobierno de turno se ha atrevido ni a contar ni a atajar. Es más que probable que toda nuestra costa sea un yacimiento en sí (no estoy exagerando), ya que desde Oriente a Occidente existen yacimientos como los que veremos a continuación que tan solo "obras de acceso" a la playa o similares e investigadores altruistas sacan a la luz. Eso sí, para luego languidecer ante la pasividad de las Consejerías de turno que nos suelen hablar de "Memoria Histórica" donde la historia de verdad no encuentra cabida.

    Volviendo a los yacimientos de la playa de Langre, fueron encontrados en su gran mayoría a finales de la década de los 70 del siglo pasado por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP, si bien es cierto que el ubicado en la conocida como "Punta de Langre" (que luego veremos) seria descubierto por Federico Fernández y Eduardo Peralta en la década de los 90. Años más tarde, concretamente en el año 1993, con motivo del seguimiento arqueológico de las obras de reacondicionamiento y acceso a la playa, la empresa GAEM Arqueólogos rescata decenas de materiales en superficie, no solo en la zona de las obras sino en los alrededores. Y desde entonces hasta ahora (casi 30 años después), solo arena y playa.

    La verdad es que poco o nada nos sorprende que así sea. Tenemos gobiernos regionales a los que solo les preocupan mega-proyectos en el papel (que en la gran mayoría de las ocasiones no cumplen porque duran en el gobierno 4 años) y las paparruchadas de siempre: Que si el AVE, que si las minas de Zinc, que si la Universidad de Comillas..con esto en Cantabria tenemos pan y circo (con el señor del bigote), no necesitamos mucho más. Eso sí, si te acercas por los yacimiento de la playa de Langre no mires hacia el suelo, ya que te pueden denunciar por prospectar visualmente tal y como dictamina la Ley de Patrimonio (que se cumple cuando quieren). Al menos, en este caso, si no miras al suelo y miras de frente, encontrarás un paraíso natural difícil de olvidar.

    Bibliografía: "Seguimiento arqueológico de las obras desarrolladas en el entorno de la playa de Langre (Ribamontán al Mar)". Actuaciones arqueológicas en Cantabria 1987-1999. Emilio Muñoz Fernández, Ramón Montes Barquín y Jose Manuel Morlote Expósito.

  • LOS TRANQUILOS

    Resulta increíble pensar que lo que hoy es un lugar paradisiaco en Cantabria lo haya sido hace miles de años en cuanto a actividad humana se refiere. Pero nada que ver con el sol, el verano, el bronceado.. Hoy viajamos a una de las playas más conocidas del entorno de la bahía de Santander. Una pequeña "cala" (dos si esta la marea alta) en donde el auge a la hora de construir herramientas entre el Paleolítico Inferior y la Prehistoria Reciente era más que presente. Principalmente porque el entorno de Los Tranquilos era abundante en cuanto a la materia prima por antonomasia: El silex. Verdaderamente toda la costa cantábrica era un auténtico "yacimiento" de nódulos de silex de todos los tipos: parduzcos, lechosos, oscuros, grandes, pequeños..testigos de esta cantidad de silex como materia prima son los cientos de yacimientos costeros repartidos de Este a Oeste por toda nuestra comunidad.

    Pero hoy nos centraremos en este pequeño espacio en donde la cantidad de materiales hallados nos llevan a pensar que era uno de los puntos calientes en la elaboración de industria lítica para el uso cotidiano. Los yacimientos de Los Tranquilos fueron identificados a finales de la década de los 70 por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP. Al igual que en la gran mayoría de los yacimientos costeros, con tan solo una prospección superficial o bien por los caminos y sendas o bien por aquellas zonas erosionadas por el mar o el viento, las piezas se pueden ver en superficie.

    A partir de su descubrimiento y catalogación, nada más sabemos de los yacimientos de Los Tranquilos. En Cantabria prima mucho más "vender" sol y playa que indicar que además de estar en un lugar paradisiaco, lo estamos también en un lugar con miles de años de historia. Cantabria Infinita lo llaman..

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria" Ediciones Tantín (1988). Emilio Muñoz Fernández, Carmen San Miguel Lamosas

  • CUEVA DE CUCABRERA

    Es más que probable que muchos de vosotros, al ver la cueva de Cucabrera en esta sección, os sorprendáis enormemente. Sobre todo, porque esta cavidad del municipio de Ribamontán al Mar es bien conocida como destino turístico, paisajístico y lúdico (para que engañarnos, mucho botellón ha ayudado a darla a conocer). Es cuanto menos curioso que nunca nadie haya hecho hincapié en que ella misma (con casi toda certeza) y su entorno más próximo estuviese habitado desde hace milenios. La verdad que eso no "vende". Más que no vender, el hacerlo público no ayuda a seguir dejando que la gente la visite de un modo lúdico turístico (con sus consecuencias positivas en cuanto a visibilidad y negativas en cuanto a conservación del yacimiento), pero hay que hacerlo. Sobre manera porque el desconocimiento sobre su pasado prehistórico hace que no se tenga en cuenta. Y eso, no puede ser.

    El yacimiento (exterior) fue descubierto a finales de la década de los 70 por miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - CAEAP quien descubrieron en superficie un gran abanico de piezas (que veremos posteriormente) muy cerca de la propia cueva. Incluso si te adentras en la sinuosa galería que desemboca en un pequeño pozo, podrás comprobar de primera mano que en el techo de la cavidad existen restos de un conchero cementado donde se aprecian incluso algunas lascas de silex, lo que nos da a entender que es más que probable que en ese punto exista un deslizamiento de una boca o galería superior que se ha colmatado con el paso de los siglos. Algo muy similar ocurre en la cueva de la Baja (Laredo) donde no existe "boca superior" pero donde si se tiene la certeza que existió en el pasado, dejando testigos "colgados" en la parte alta de la conocida cueva.

    Desgraciadamente, desde aquella prospección a finales del siglo pasado, nada más se ha vuelto a saber (a nivel arqueológico) de la cueva de Cucabrera. Esto ocurre con decenas (diría que cientos) de yacimientos costeros en Cantabria, donde prima más el turismo de playa que la conservación de nuestro pasado: Oyambre, Langre, Los Tranquilos, El Rostrio, La Maruca, San Juan de La Canal, la cueva del Cúlebre, etc. Lugares donde tan solo tienes que echar la vista al suelo de los diferentes "parkings" (no asfaltados) para ver alguna pieza lítica que en algunos casos podrían ser piezas de museo. Pero en Cantabria eso no interesa. En la prehistoria regional, si no tiene pinturas o grabados, no merece interés. Es normal teniendo en cuenta que cada cuatro años entra un Consejero de turno (normalmente diferente al anterior) al que solo le interesa resaltar su nombre con algún proyecto que, normalmente, está asesorado por los mismos acólitos de siempre que solo quieren dinero investigar "sus yacimientos" (los de siempre). ¿Conservación? Nada, nada. Yo seré quien construya el MUPAC..Cantabria Infinita lo llaman.

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria" Ediciones Tantín (1988). Emilio Muñoz Fernández, Carmen San Miguel Lamosas.

    Fotografías: Javier Martínez Presmanes.





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