cargando
  • CUEVA CHUFIN

    La gente de la zona de Rionansa siempre hablaba (desde hace décadas) de una espectacular cueva a la cual tan solo se puede acceder en barca. Esa cavidad recibe el nombre de Chufín. Fue descubierta por M. de Cos y poco más adelante publicada por M. Almagro. Desde la orilla del río Lamasón podemos ir viendo la maravillosa boca abierta. Su vestíbulo es muy espacioso. Aquí se podemos observar en el suelo unos grabados gruesos y profundos. Se trata de diferentes cuadrúpedos representados esquemáticamente Poco más adelante podemos ver que, a medida que se avanza por ella, existe un estrechamiento que comunica con una galería ancha y baja que acaba en una gran sala donde esta la sima, inundada por el pantano de Palombera. Aquí, a diferencia del vestíbulo, existen grabados más finos y pinturas de tonos rojizos. Las hileras de puntos rojos realizadas con el dedo nos recuerdan a otras muchas de la región: Los Arcos, El Castillo, etc. siendo representadas muy posiblemente durante el periodo Solutrense (18.000 años de antigüedad)

  • CUETO DE EL HAYA

    La estructura campamental de Cueto de El Haya (Majadabueyes,Cabuérniga-Rionansa) es aún en nuestros días una autentica incognita arqueológica. Gracias a la incorporación del yacimiento en la Carta Arqueológica del Municipio de Cabuérniga para su conocimiento y protección (Lino Mantecón Callejo y Javier Marcos Martínez, 2005) sabemos un poco más de este enclave, pero de todos modos son más los misterios e hipótesis que las afirmaciones rotundas en cuanto a su importancia o datación exacta.

    Tanto su ubicación, situado en una prologanción montañosa a modo de espolón entre los municipios de Cabuerniga y Rionansa, como la tipología de sus estructuras defensivas hacen pensar que pudo tratarse de un campamento romano de campaña o castra aestiva. Pero la falta de objetivos militares cercanos (al menos conocidos) de envergadura hace que esta teoría genere alguna duda, si bien es cierto que no tendría que ser necesariamente un enclave bélico, pudo ser un punto de control. Los poblados o castros conocidos más cercanos se encuentran demasiado a demasiada distancia: Los Cantones de Cahecho a 15 kilómetros y el Castillo de Prellezo a 19. Aun así, se han citado lugares mucho más próximos como el supuesto castro de Carmona, el de Terán, o el de Las Vezas, en San Vicente del Monte (Cisneros Cunchillos, Díez Castillo y López Noriega, 1996: 71-73), aunque se cree que estos enclaves pudieron ser confundidos con estructuras de la Guerra Civil. Se habla incluso que en la localidad de Obeso, donde se encontró hace tiempo una necrópolis altomedieval, pudiese asentarse un poblado prerromano, lo que daría mayor fuerza a la teoría campamental romana.

    Fue descubierto a principios de este siglo por el conocido investigador Gonzalo Gómez Casares (Pico Jano, castro de Llan de La Peña y un largo etc), quien en una excursión pudo apreciar incluso el perímetro completo del recinto en todas sus vertientes. Posteriormente sería el arqueólogo Eduardo Peralta Labrador quien lo identificase como un posible campamento romano de campaña en uno de sus vuelos en ultraligero. Por último, como hemos comentado previamente, serían los arqueólogos Lino Mantecón Callejo y Javier Marcos Martínez quienes incorporasen el yacimiento a la Carta Arqueológica del Municipio de Cabuerniga, frenando así la destrucción del mismo.

    Bibliografía: Castros y castra en Cantabria.(Edita ACANTO)
    Agradecimientos:: Lino Mantecón Callejo / Javier Marcos Martínez
  • POBLADO DE CABEZON

    Tras atravesar la inmensa muralla que rodea el Poblado cántabro de Cabezón de la Sal nos damos cuenta de que estamos en un enclave especial. En primer lugar porque nos encontramos en lo alto del conocido "Picu de La Torre", pequeña elevación sobre la que existe un buen dominio visual del territorio tal y como hubiesen escogido los antiguos cántabros. De hecho, este punto era la ubicación de una antigua torre medieval de la cual se creé que proviene (entre otras teorías) el nombre del municipio, ya que dichas edificaciones recibían tambien el nombre de "cabezos" y la toponimia nos acercaría a lo que sería el "Cabezo del Valle de la Sal", derivando en el nombre final.

    Hipótesis a parte, el Poblado cántabro de Cabezón de la Sal es junto al de Argüeso, el referente divulgativo de la Edad del Bronce y del Hierro en Cantabria, recreándose elementos típicos de este arco cronológico para el disfrute del visitante. La técnica constructiva de las diferentes cabañas que lo componen es fiel a la utilizada hace más de 2.000 años, obteniéndose esta información gracias a las diversas campañas arqueológicas en nuestro territorio y el Norte de Palencia y Burgos (Regio Cantabrorum). En el poblado encontraremos las típicas cabañas circulares, como las encontradas en el yacimiento de Monte Bernorio o La Ulaña, donde nos sumergiremos en el modo de vida de sus antiguos moradores. Aquí aprenderemos cuál era su distribución interior, observando los diferentes enseres y aperos utilizados en la vida cotidiana: Molinos barquiformes, telares, recipientes cerámicos y un largo etc. Para complementar el arco cronológico a nivel constructivo, también nos encontramos dentro del recinto con la típica cabaña cuadrada, enmarcada en la II Edad del Hierro donde la influencia celtibérica alcanzo el mayor apogeo en territorio de los antiguos cántabros. No podemos pasar por alto la gran muralla construida en torno a las terrazas del interior del poblado. Es la única reproducción de este tipo que podemos encontrar en toda Cantabria a este nivel constructivo, reflejando a la perfección cual era la técnica utilizada en este tipo de estructuras defensivas. Tanto su puerta de acceso como su "corte" longitudinal nos permitirán apreciar la laboriosa tarea de levantar este tipo de asentamientos fortificados.

    Recuerda que el Poblado cántabro de Cabezón de la Sal se encuentra a tan solo unos minutos a pié del centro urbano, eso sin citar la cercanía del mismo con la salida de la autovía A8. Esto nos permite llegar a sus inmediaciones en diversos medios de transporte (coche, tren o autobús), algo vital en nuestros días. Recuerda informarte antes de realizar la visita bien en el teléfono que te adjuntamos, o bien a través del email correspondiente.

  • SEJOS-CUQUILLO

    La estación del collado de Sejos-Cuquillo es, sin lugar a dudas, el conjunto megalítico más importante de Cantabria. Su ubicación, a más de 1.500 metros de altitud, y lo dificultoso de su acceso han propiciado que gran parte de sus elementos se hayan conservado en buen estado hasta nuestros días. Se sitúa en un área de grandes pastizales y brañas, entre Polaciones y la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga, extendiéndose el conjunto arqueológico a lo largo de unos 2,6 kilómetros. Esta es la distancia que separa los menhires de El Hitón y El Cuquillo, pudiendo encontrar en este espacio diferentes representaciones de la cultura megalítica: Los citados menhires (entre otros), túmulos, estructuras circulares de lajas, etc.

    Las primeras investigaciones las realizó don Ángel de los Ríos hacia el año 1850. A modo de apunte, el escritor, periodista e historiador campurriano fue también la primera persona que excavó el yacimiento de Retortillo – Juliobriga. De todos modos, sus hallazgos y estudios en Sejos no tuvieron la repercusión deseada, cayendo en el olvido hasta que los trabajos de Primitiva Bueno (año 1982) y posteriores campañas volvieron a dotar de la importancia que merecía al conjunto. El mismo, seria declarado como Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, en el año 2013.

    Independientemente de esta protección en papel, llama la atención el estado actual de algunos de los elementos y su entorno. Entendiendo a la perfección que estamos ante un conjunto arqueológico de grandes dimensiones y en una zona de difícil acceso, no se debe descuidar el mantenimiento de las infraestructuras que lo delimitan o protegen. Casos como el de la “Piedra Jincá” (en la imagen llena de matojos y enredada en alambre de espino) o el vallado de los denominados “ídolos de Sejos” (muy muy deteriorado), llevan a pensar que no está lo suficientemente controlado. Teniendo en cuenta que son cada vez más las personas que hacen una ruta de “arqueotreckking” por el mismo, seamos partícipes de su protección en la medida que sea posible. Seamos parte activa en la conservación de esta increíble maravilla megalítica, para que las generaciones venideras puedan disfrutarlo igual que nosotros.

    Agradecimientos: Luis Alberto Marcos Peón.
  • CUEVA DE LA CASTAÑERA

    Visitando la cueva de La Castañera no pude dejar de pensar en Marcelino Sanz de Sautuola. No por el mero hecho de que esta cavidad este casi con toda certeza conectada geológicamente con Altamira, sino porque aún en nuestros días muchos expertos en la materia nieguen incluso la hipótesis o hablen banalmente de la posibilidad de "conectarla" por fin con la capilla sixtina del arte rupestre. Décadas y décadas sospechándolo, exactamente los mismos años de controversia en el sector más conservacionista. En esencia, algo similar a lo que le ocurrió al botánico cántabro cuando presentó en sociedad el gran panel de los bisontes, donde los especialistas de la época le acusaron de haber mentido y ridiculizaron su hallazgo y teoría. Supongo que actuasen así posiblemente irritadísimos porque un aficionado había hecho el descubrimiento que la historia les tenia "reservado" a ellos. Y volviendo a La Castañera, sabiendo que ha podido haber pruebas más allá de lo geológico que así lo atestigüen, al menos de pequeñas dimensiones..

    Y no será porque diferentes equipos humanos no lo hayan intentado a lo largo de la historia reciente. A finales de la década de los 70 / principios de los 80 miembros de la S.E.S.S. (Sección de Espeleología del Seminario Sautuola) se introdujeron en sus entrañas para intentar buscar la tan ansiada conexión, realizando una gran labor topográfica y de investigación pero sin el resultado final esperado. En el año 1981 Virgilio Fernández Acebo y Mª Teresa Viar (miembros de la citada S.E.S.S. y también de la A.C.D.P.S) hacen una incursión por un estrecho meandro que parte de la pared izquierda de la galería final de La Castañera, quedándose a escasos metros por "debajo" de la conocida sima final de la cueva de Altamira, ubicada en el sector de "La Cola de Caballo". Paralelamente miembros del C.A.E.A.P. - Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica - realizan una prospección por el interior de La Castañera, localizando materiales en superficie a lo largo del cauce del rio subterráneo que recorre parte de la cueva.

    Y desde entonces poco más podemos decir de las investigaciones en su interior, al menos que esté publicado. Se estima que entre la parte más baja de la sima de La Cola de Caballo (en Altamira) y la parte más alta (y cercana) de la cueva de La Castañera hay una diferencia de entre 5 y 12 metros, siendo un valor más que aceptado el de 8,5 metros. Menos de 10 metros que harían que La Castañera hubiese pasado a la historia como la "puerta de atrás de Altamira", no como el vertedero y basurero que históricamente ha sido siempre. Hace no mucho tiempo, un año aproximadamente, la boca de La Castañera se cerró definitivamente después de décadas de decadencia y olvido..¿Por qué?. Quien sabe si por fin ocupará el lugar que merece, sobre todo gracias a la hipótesis formulada hace décadas a la que nadie quería prestar mucha atención..

    Bibliografía: "La cueva de La Castañera. Memorias de la A.C.D.P.S. 1980-81". Virgilio Fernández Acebo y Mª Teresa Viar
  • CUEVA DE LOS MARRANOS

    La cueva de Los Marranos es una cavidad que a buen seguro puede ofrecer alguna sorpresa más a corto/medio plazo. Y no será porque su actual yacimiento no tenga importancia dentro de la prehistoria de Cantabria, todo lo contrario. Es debido a que hace un par de años (2017) se realizo un estudio en cuevas donde ya se conocía la existencia de arte rupestre, apareciendo nuevamente gracias a técnicas de análisis multiespectral conjuntos de pinturas prácticamente borradas por el tiempo. Y Los Marranos, al igual que La Llosa (Villaescusa), Micolón o Porquerizo (ambas en Rionansa), será una de las candidatas a albergar nuevos conjuntos en el estudio que sino se está realizando ya..poco le falta.

    Al igual que decenas de cavidades de nuestra comunidad fue reconocida en los años 50 por los camineros de la Diputación, quienes realizarían por aquel entonces un pequeño sondeo en su interior. Se cree, ya que no hay nada documentado como tal, que uno de los lotes de materiales que se conserva en los archivos del MUPAC pertenece a dicha excavación. No sería hasta la década de los 70 cuando el Speleo Club Cántabro se adentrase en sus entrañas y encontrase, además de materiales arqueológicos, las manifestaciones rupestres que hoy todos conocemos.

    No cabe duda de que Los Marranos nos deparará alguna que otra sorpresa sin mucho tardar. Los diferentes estudios que se están realizando con técnicas de análisis multiespectral en estos últimos años en Cantabria están arrojando unos resultados espectaculares, ahondando en cavidades estudiadas al milímetro (como las del yacimiento del monte Castillo) y encontrando restos pictóricos donde a simple vista el ojo no alcanza. Es por esto por lo que Los Marranos será, casi con toda certeza, candidata a copar alguna que otra portada ?

    Bibliografía: "Las cuevas con arte paleolítico en Cantabria (2002)". A.C.D.P.S.
  • NECROPOLIS DE LAS LLAVES

    En lo alto de Peñarrubia, en un cordal ubicado en pleno paso natural entre los valles de Liébana/Nansa y que además da nombre al conjunto, nos encontramos con una maravilla arqueológica que no mucha gente conoce. Este lugar nos habla de una época de cambio cultural y social en los albores del Calcolítico (quien sabe si también del Neolítico) donde tanto los menhires como las estructuras tumulares nos hablan de vida en primer término y de la muerte en el segundo. Estamos hablando de la necrópolis megalítica y de los menhires del Collado de Las Llaves. Si, si, menhires en plural ya que aun siendo el más conocido el que actualmente esta "hincado" en lo alto, las últimas investigaciones en el entorno están poniendo en valor un conjunto importante de los mismos.

    Fue descubierta a principios de la década de los 90 del siglo pasado por Gonzalo Gómez Casares, documentándose en el año 1992 por miembros de la UC gracias a las indicaciones de su descubridor. El menhir que corona la cima del entorno fue encontrado en el año 2002 por Jose Manuel Salas Orzaez, poniéndose en valor el conjunto megalítico ese mismo año gracias al gabinete arqueológico GAEM (puesta en valor/panelización). Sería en el año 2017 cuando el yacimiento volviese a la primera línea de la arqueología regional, ya que se informó al MUPAC de la aparición en el yacimiento de dos puñales de "espigo" de unos 4.500 años de antigüedad. Estas piezas son muy escasas al norte del Rio Duero, y en Cantabria no existía ninguna de esa tipología ni antigüedad. Un apunte: Curioso como todos, el Servicio Cántabro de Patrimonio y el propio MUPAC incluidos, titulan en gran parte de sus notas de prensa este tipo de hallazgos como "fortuitos de un vecino" sabiendo, presuntamente, de donde provienen (sufijo "ex" y a continuación una enfermedad infecciosa..). En la entrega de los mismos, el Consejero de Educación Cultura y Deporte del momento - Ramón Ruiz - puso como ejemplo (textual) "la importancia que tienen los ciudadanos informados y sensibles en la protección del patrimonio". Ejem…todo dicho.

    Sea como fuere este hallazgo reactivó el interés por el yacimiento, siendo estudiado durante los años posteriores por el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la UC y por arqueólogos como Luis César Teira, Ramón Montes, Pablo Arias, Rodrigo Villalobos o Ángel Armendariz. Los hallazgos en este sentido han sido como el propio yacimiento: espectaculares. Han aparecido nuevos menhires y túmulos (media docena más) por todo el entorno donde destacan la alineación de 4 menhires muy cercanos entre sí, lo que les convierte en la mayor concentración megalítica del Norte de España de esta tipología. No cabe duda de que estamos ante una oportunidad única que requiere un esfuerzo importante por parte de las administraciones y la futurible financiación de la puesta en valor del yacimiento. Un lugar espectacular que esconde aún decenas de sorpresas en un entorno envidiable, esperemos que no haya muchos más hallazgos fortuitos de vecinos informados y sensibilizados con el patrimonio. Fíjate tú que ya estaban "informados" antes de incluir la ficha en el portal, que cosas tiene esta Cantabria Infinita..para que luego digan que es problema del localizador del portal.

    Bibliografía: "El Megalitismo en Cantabria." Luis Cesar Teira, 1994
  • CONJUNTO DE CABROJO

    El conjunto de arte rupestre de Cabrojo es sin duda, uno de los referentes de Cantabria en cuanto a representaciones de arte esquemático post-paleolítico se refiere, además de ser uno de los primeros en ser descubiertos en nuestra comunidad (honor que ostenta el conjunto de Sejos, descubierto por Ángel de Los Ríos a mediados del siglo XIX). Cualquiera lo diría viendo su preocupante estado actual, "protegido" por la figura de Bien de Interés Cultural (BIC) que en este caso y en muchos otros hace de todo menos..proteger. Su descubrimiento se produjo en una época donde la búsqueda de yacimientos paleolíticos era fundamental, quedando relegado a un segundo plano cualquier otro hallazgo por muy relevante que pareciese. Fue descubierto por el padre Jesús Carballo en el año 1921, si bien es cierto que la polémica que rodeaba a esta figura y al propio Hermilio Alcalde del Río por aquel entonces hizo que hubiera alguna que otra reticencia inicial en este y otros yacimientos. No olvidemos que ambos prehistoriadores "luchaban" desde años por ganarse el favor (y los suculentos contratos) de Alberto I de Mónaco, llegando incluso a intentar ridiculizarse como ocurriese con las pinturas de la cueva de Las Brujas y alguna otra, de las cuales se dice que el propio Alcalde del Rio y sus alumnos llegaron a pintar para dejar en evidencia a Carballo delante de la comunidad internacional (como así ocurriese con H. Breuil en la citada cueva).

    En el momento del descubrimiento de los grabados de Cabrojo, un alcalde de la zona llegó a decir que él mismo los había hecho de joven cuando pastoreaba los montes de Cabrojo, según cuentan para seguir con la campaña de desacreditación. Por todos estos motivos, los grabados de Cabrojo cayeron en el olvido hasta perderse su ubicación. No sería hasta principios de la década de los 80 cuando fueron "redescubiertos" por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la, por aquel entonces, Universidad de Santander (hoy la UC). Las actuaciones fueron dirigidas por Rodrigo de Balbín Berhman y se trataban principalmente de limpieza y documentación de los grabados de la Braña de Los Pastores (uno de los enclaves del conjunto, los primeros encontrados). Gracias a la ayuda que brindó el Colectivo para al Ampliación de Arqueología Prehistórica – CAEAP en la citada intervención, se encontraron nuevos paneles de grabados. Poco después, en el año 1988, el profesor de la Universidad de Cantabria Manuel González Morales redactó un informe notificando que los grabados habían sido gravemente dañados por la apertura de una pista forestal (la que vemos hoy en día) y solicitando una nueva limpieza de los mismos, acción que se llevaría a cabo en 1989. En esta actuación, se encontrarían nuevos conjuntos de grabados en la zona.

    Y a partir de entonces, en uno de los yacimientos más importantes de arte post-paleolítico de Cantabria..nada de nada. Las medidas que se propusieron para su protección en el citado informe de la UC (eliminación de eucaliptos de la zona más próxima, balizado para que no pasase la maquinaria por encima, etc) fueron, como siempre, papel mojado. Nunca llegaron a ejecutarse. A principios de 1994 gran parte de los grabados de la Braña de los Pastores aparecieron destruidos por golpes de piqueta, acción que se repetiría, como mínimo, dos veces en un intervalo muy corto de tiempo. En esos días se debatía en el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal el acondicionamiento del sitio para el turismo, circunstancia que algún lumbreras no vio con buenos ojos. En 2007 la Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo – ACDPS solicitó a la Consejería de Cultura la delimitación del entorno de protección del conjunto, así como otro tipo de medidas. Por este motivo, en el año 2013 sería declarado como Bien de Interés Cultural, "figura de protección" administrativa, que no física. Todo el mundo se congratulo de la noticia por aquel entonces…que no fue más que un mero trámite burocrático que como en muchas ocasiones no vale parra absolutamente para nada. ¿Queréis saber donde está el eucaliptal hoy en día? Creo que no hace falta que os lo diga..Cantabria Infinita lo llaman.

    Bibliografía: "Después de Altamira. Arte y grafismo rupestre post-paleolítico en Cantabria". Federación ACANTO (2016)
  • LA PEÑONA DE CARANCEJA

    Todo el mundo ha oído hablar del derrumbe de la Peña (o Peñona) de Caranceja allá por el año 1930. Existen documentos gráficos y testimonios que nos hablan de aquella espectacular caída de toneladas y toneladas de piedra que sacó cantidades ingentes de agua del Rio Saja y que hizo temblar las cercanas casas de Golbardo, además de posibilitar la pesca de truchas y anguilas en las huertas cercanas. Una espectacular historia. Igual de espectacular es la historia del puente de Golbardo (prácticamente enfrente), construido entre 1902 y 1903 y que es el primero de España en emplear armadura rígida portante como soporte de hormigón. Por todo ello, fue declarado Bien de Interés Cultural. Otra historia digna de recordar.;

    Y a tan solo unos metros, contemplando la construcción de uno y el derrumbe de la otra, la cueva de La Peñona de Caranceja. Una cavidad cuya historia nadie recuerda, aun albergando miles de años en sus entrañas sin que nadie haga hincapié en ella. Y no será porque no tuvo un pasado prehistórico digno de recordar, sino porque como casi todo lo relacionado con Cantabria que verdaderamente importa a nivel histórico, lejos de Memorias Históricas que dejan de lado a unos o lábaros de finales del siglo XX (no de los cántabros), queda aparcada en una cuneta. Y en el caso, no solo en sentido figurado. En La misma orilla de la carretera Nacional 634 (que en sucesivas ampliaciones ha ido destruyendo parte del yacimiento) se encuentra la cueva de La Peñona de Caranceja. Fue descubierta por Hermilio Alcalde del Río el 19 de Abril de 1903, recogiendo materiales en superficie desde el primer momento y reconociendo al instante el yacimiento paleolítico que albergaba. Meses después tanto él como Luis Sierra volvieron al yacimiento y realizaron diferentes sondeos donde diferenciaron dos niveles (Superior e Inferior) como veremos posteriormente. Décadas más tarde, en los 60, el grupo de la Sección de Espeleología Seminario Sautuola realizó varios sondeos en la primera sala sin obtener grandes resultados. A finales del siglo XX, el Colectivo para la Ampliación de Estudios de Arqueología Prehistórica – CAEAP identificó en un corte exterior una estratigrafía de ocupación más detallada. Y a partir de entonces, salvando la multitud de citas en diferentes publicaciones desde principios de Siglo XX..absolutamente nada.

    Es curioso como el material utilizado en el puente declarado como Bien de Interés Cultural, es el culpable (junto con parte de la autovía A8) de la destrucción de otro espectacular yacimiento en lo alto de la Peña y del entorno de esta cueva (y otra denominada Peñona de Caranceja II): La mina de hormigón. Una paradoja que siempre nos lleva a la misma conclusión: Cantabria es una tierra con un potencial arqueológico increíble cuyos yacimientos sufren un abandono total si no tienen pinturas, grabados, o un Director palmero. Aún así, la llaman Infinita..

    Bibliografía: "Carta Arqueológica de Cantabria." Ediciones Tantín, Santander (1988). Emilio Muñoz Fernández y Carmen San Miguel Llamosas.

  • LA CLOTILDE

    La cueva de La Clotilde, o de La Lora como también se la conoce, es sin lugar a duda una de las más maltratadas durante el siglo XX en Cantabria. Una cavidad espectacular, con unos grabados únicos, que han sido sistemáticamente destruidos hasta dejarlos prácticamente irreconocibles. Y no, en este caso no se puede alegar dejadez institucional o motivos político / administrativos sino la torpeza y la falta de conciencia patrimonial de gente que entró en la cueva, lo vio y por el motivo que fuese…lo destruyó.

    Fue descubierta en el año 1906 por Hermilio Alcalde del Rio, quien la renombraría como La Clotilde en honor a su hija mayor. A modo de curiosidad, su hija menor también "prestó" su nombre (Angelita) a una cueva prehistórica en Cantabria. Poco después de su descubrimiento, junto con H.Breuil, descubren el panel de grabados. Sería incluida poco después en la célebre obra "Les Cavernes de la Région Cantabrique" (1911), circunstancia por la cual adquiriría gran difusión y relevancia a nivel científico. En la década de los 50, Eduardo Ripoll visitó la cueva para estudiar y revisar los grabados, encontrándose ya con la mala noticia del deterioro de una de las figuras. Así lo comunicó en el IV Congreso Nacional de Arqueología celebrado en Burgos en el año 1955, donde detalló que algún visitante anónimo había tachado con diferentes líneas y aspas uno de los bóvidos representados. En esa misma década los Camineros de la Diputación realizaron catas en el vestíbulo de la cueva. Desgraciadamente, a finales de esta década se produce la gran destrucción de los grabados de La Clotilde.

    El 23 de mayo de 1959 un capataz de los camineros denunció los hechos tras comunicarle el Ayudante del Ingeniero de la Diputación de Santander los graves daños causados en la puerta de acceso a la cueva, totalmente destrozada con piedras. En el interior las noticias eran mucho más desalentadoras..habían destruido el panel de los grabados. La autoría se atribuyó a un grupo de jóvenes de Quijas: 5 menores, con edades comprendidas entre los 12 y los 15 años, y un sexto con 16 años (mayoría de edad penal por aquel entonces). Un daño irreparable que se repetiría sistemáticamente (con mucha menor gravedad) contra la puerta de acceso de La Clotilde y sus paredes durante décadas. A principios de la década de los 80, miembros del Colectivo para la Ampliación de Estudios Prehistóricos – CAEAP revisan nuevamente la cueva y descubren nuevas representaciones de arte rupestre, encontrando grabados incompletos de otros bóvidos y numerosas manchas rojas en diferentes paneles de la pared. También sería revisada poco después por Virgilio Fernández Acebo, miembro de la Sección de Espeleología del Seminario Sautuola de la ACDPS.

    Nos encontramos ante una cavidad absolutamente maltratada, de la cual no podremos volver a disfrutar tal y como la conocieron sus descubridores a principios del siglo XX. Unos espectaculares grabados que permanecen en la memoria colectiva de muchos pero que de cara al gran público son unos auténticos desconocidos. Una belleza plasmada en la pared arcillosa de La Clotilde cuya fragilidad es ejemplo a tomar muy en cuenta en el siglo XXI en otras cavidades hoy desprotegidas.

    Bibliografía: "Cueva de La Clotilde: Un modelo en la destrucción del arte rupestre". Sautuola / XVI-XVII, 2010-2012. Virgilio Fernández Acebo.


    Agradecimientos: GAEM Arqueólogos.

  • CUEVA AURIA

    El descubrimiento de la cueva de Auria fue un auténtico acontecimiento mediático allá por 2015. Artículos en prensa nacional, videos entrevistando al alcalde de Peñarrubia, titulares mediocres en prensa regional para ensalzar el hallazgo tales como "signos más antiguos que los bisontes de Altamira" (como si no hubiese arte rupestre en Cantabria más antiguo que Altamira y con entidad propia, sin comparativos). En definitiva, independientemente del gran hallazgo que supuso para la comunidad científica, merecía la pena la romería mediática para hacer ver "lo que importa la cultura". Pero lejos de todo esto, a los cinco años de su descubrimiento, estamos ante otra cueva que pasa inadvertida en un entorno plagado de cavidades que a buen seguro tienen más muestras de la presencia de nuestros ancestros en la zona.

    Su valor arqueológico fue descubierto en Febrero de 2015 cuando Raquel Hernández y Manel Llenas, miembros del Espeleo Club Sabadell, exploraban la conocida como cueva Auria. Su nombre viene dado por la persona que la utilizó en el pasado como refugio de cabras, practica muy habitual en la zona dada la gran presencia de cuevas donde poder resguardar el ganado. Tras sobrepasar un murete artificial puesto en el pasado para que el ganado no se precipitase hacia el fondo, los espeleólogos observaron una serie de manchas y puntos que notificaron de inmediato al Gobierno de Cantabria y al Ayuntamiento de Peñarrubia. Cabe destacar que los últimos llevan apoyando al Espeleo Club Sabadell en la investigación y documentación de cavidades en el entorno del Desfiladero de la Hermida desde hace más de 20 años.

    El 3 de Marzo de ese mismo año, diferentes expertos corroboran la importancia del arte parietal de la cueva Auria, procediéndose al inmediato cierre para su conservación. Y desde entonces, poco más se sabe de la misma. Una aparición en el programa Arqueomania en 2017 y un artículo publicado en 2018 por Jose Manuel Morlote, Emilio Muñoz, Ramón Montes y Roberto Ontañon en la revista científica "International Newsletter on Rock Art" (INORA). Este último es la única publicación que ahonda en el valor arqueológico de un modo profesional en la cavidad, aunque tan solo está disponible en francés/inglés. Una gran referencia científica pero que queda lejos del ansia municipal (así vendido en medios regionales) de convertir a Peñarrubia "en un referente del arte rupestre" para la sociedad. Lo mismo pensarían en Cudón, cuya magnifica cueva está a los pies de los contenedores de basura de una urbanización, en Lamasón con la espectacular (y prácticamente desconocida) cueva de Los Marranos o en Comillas con cueva de La Meaza, que incluso muchos oriundos no saben siquiera que existe.

    Bibliografía: "Cueva Auria (Peñarrubia, Cantabria, Spain): A new cave with Palaeolithic Rock Art in northern Spain" (INORA, 2018). Jose Manuel Morlote, Emilio Muñoz, Ramón Montes y Roberto Ontañon.





¿ Echas de menos alguna localización o publicación?