cargando

4

Ubicaciones

 Nueva búsqueda


  • TESERA DE CILDA

    La tésera de Cildá (Olleros de Pisuerga) es uno de los iconos arqueológicos de los antiguos cántabros, ya no solo por su excelente estado de conservación sino por su significado y contexto histórico. Hablamos de una pieza de incalculable valor, la cual tuvo el privilegio de ser la primera de este tipo hallada en el en los límites de Regio Cantabrorum. Al igual que la recientemente descubierta sauna castreña de Monte Ornedo, marcó un antes y un después en la arqueología de Cantabria y el estudio de las costumbres prerromanas, ya que existían otras téseras similares en torno al territorio cántabro, pero ninguna en sus entrañas. Posteriormente, con la tésera del castro de Las Rabas y la de Monte Bernorio, se completó un círculo socio-cultural que nos habla de una intensa actividad entre pueblos indígenas, dejando a un lado el mito de barbarie y belicosidad extrema entre ellos como algo continuado.

    Apareció en la década de los 90 del siglo pasado en el yacimiento cántabro-romano de Monte Cildá, concretamente en la denominada como "zona 5" por un particular. Este enclave ha sido uno de los baluartes arqueológicos por excelencia en el conocimiento de los antiguos pobladores en el norte peninsular. No en vano, las primeras prospecciones fueros llevadas a cabo ya en el año 1981 por mediación de Claudio López Bru, II Marqués de Comillas y conocido mecenas de otras excavaciones en Burgos, Palencia y Cantabria. Ya por aquel entonces aparecieron más de treinta estelas funerarias adscritas al siglo III d.C . Grandes investigadores y arqueólogos como Miguel Ángel García Guinea o Eduardo Peralta Labrador, quien puso en valor la tésera que nos concierne, han estudiado este yacimiento en el pasado, si bien es cierto que en la actualidad Monte Cildá está incluido en la Lista Roja de patrimonio en peligro, sobre todo debido a que su grado de conservación y protección está en constante deterioro ante la pasividad de quienes deben ponerlo en valor.

    Bibliografía: La tésera de Monte Cildá (Complutum - Eduardo Peralta Labrador)
  • TESERA DE LAS RABAS

    La tésera de Las Rabas (Cervatos, Campoo de Enmedio) es otra pieza fundamental dentro de la arqueología regional, sobre todo si tenemos en cuenta que es la primera encontrada en los límites de la actual Cantabria. No debemos confundir este dato con el hallazgo de la tésera de Cildá, la cual es la primera documentada en territorio de los antiguos cántabros (Palencia), no dentro de nuestra región. Dos décadas separan la puesta en valor de ambos iconos culturales, tiempo más que suficiente para que decenas de intervenciones arqueológicas nos hayan alejado paulatinamente de la imagen surrealista, fiera, mediática y belicosa por naturaleza de los antiguos moradores de Regio Cantabrorum: Nos encontramos ante una sociedad de pautas y raíces indoeuropeas, que habitaba en poblados fortificados y cuya economía se basa fundamentalmente en la ganadera, en la agricultura extensiva y en el aprovechamiento de su medio gracias a la caza, pesca, recolección e intercambios comerciales. Estos últimos nos dan a entender que poseían una organización sociopolítica compleja donde los lazos con tribus y pueblos vecinos con intereses comunes eran símbolo de prestigio y garantía de desarrollo. ¿Dónde quedan los cántabros barbaros y salvajes citados por Estrabón?. Pues suponemos que en la versión que se quería dar del conflicto bélico, donde el predominio cultural e ideológico de Roma era superior a cualquier otra tendencia.

    Volviendo a la tésera, fue encontrada en uno de los yacimientos de la Edad del Hierro más relevantes del norte de Hispania: El castro de Las Rabas. Este enclave, descubierto en la segunda mitad del siglo XX, ha sido excavado en diversas ocasiones desde que Miguel Ángel Guinea y su equipo comenzasen a poner en valor sus increíbles hallazgos allá por el año 1968-69. Estamos hablando de un poblado de unas 10 hectáreas de extensión aproximadamente, si bien es cierto que no se sabe con exactitud las dimensiones reales del mismo por la dificultad a la hora de delimitarlo. Se conoce parte de su aparato defensivo, dotado de murallas de piedra con sillares de gran tamaño. Su posición estratégica, no tanto bélica como de control sobre el tránsito comercial y de personas, además de la increíble variedad de restos materiales que ha dado hacen de este castro un lugar único. En base a las dataciones realizadas, se sabe que su adscripción cronología se extiende desde el siglo IV/III a.C. hasta el I a.C., siendo arrasado finalmente por la maquinaria bélica de Roma en el transcurso de las Guerras Cántabras.

    Respecto a la cronología exacta de la tésera, se trata de una pieza que carece de un contexto claro dentro del marco de la intervención arqueológica, encontrándose aislada en un sector del castro. La datación de materiales que coinciden con el periodo de mayor auge del enclave nos llevan a incluirla entre los siglos II y I a.C, apoyándose además esta afirmación en la propuesta de un ejemplar de increíbles similitudes como veremos un poco más adelante.

    Bibliografía: Archivo Español de Arqueología 2011, 84, págs. 43-50 (Rafael Bolado del Castillo - Pedro Ángel Fernández Vega)
  • TESERA DE BERNORIO

    La tésera de Monte Bernorio (Villarén de Valdivia, Palencia) es el último exponente de esta tipología encontrado en territorio de los antiguos cántabros. Independientemente de la importancia de su hallazgo (único por si solo), llama poderosamente la atención donde y como se halló esta maravilla arqueológica. No olvidemos que nos encontramos en el "oppidum" por excelencia dentro de la denominada Regio Cantabrorum y que da nombre a la propia pieza. Para quien no lo conozca, el Monte Bernorio es una increíble atalaya natural que domina las vías de comunicación naturales que atraviesan la cornisa cantábrica de Este a Oeste, además de situarse estratégicamente en las inmediaciones de las cabeceras de los ríos Pisuerga y Ebro. Esta circunstancia no pasó desapercibida para los antiguos moradores de estas tierras, quienes se sabe comenzaron a ocupar sus laderas hacia el Neolítico Final y el Calcolítico, desplazándose posteriormente (Edad del Bronce) hacia la cima y creando así los pilares de una sociedad que alcanzó su cenit en la Edad del Hierro, siendo finalmente arrasados en la primera fase de las Guerras Cántabras (siglo I a.C.).

    La importancia del yacimiento del Monte Bernorio es conocida desde hace décadas, comenzando las primeras excavaciones en su núcleo a finales del siglo XIX, concretamente en el año 1890. Seria Claudio López Bru, II Marques de Comillas, quien tomase esta iniciativa de la mano de su capataz (y director de la excavación) Romualdo Moro, uno de los precursores de la investigación de los antiguos cántabros. Las intervenciones más o menos continuadas se verían frustradas con la llegada de la Guerra Civil Española (1936-1939), convirtiéndose Bernorio en un enclave vital estratégicamente hablando. Se fortificaría nuevamente, siendo un lugar ferozmente disputado en el denominado Frente Norte..la historia siglos después se repetiría. Tras el conflicto bélico se retomaría la actividad arqueológica de la mano de J. San Valero Aparisi, desarrollándose campañas durante los años 1943, 1944 y 1959. Desde entonces hasta el año 2004, el yacimiento permanecería en el olvido hasta que los componentes del proyecto "Monte Bernorio en su entorno" volviesen a investigar en sus entrañas. Desde entonces hasta nuestros días, el equipo dirigido por Jesus Francisco Torres-Martinez (Kechu) se ha encargado de investigar y obtener resultados concluyentes sobre sus diferentes etapas constructivas y de hábitat, siendo claves para el entendimiento y conocimiento de la vida de sus antiguos moradores. Años y años de experiencia han convertido este proyecto en un icono dentro de la arqueología del escenario nacional, llegando incluso a traspasar nuestras fronteras y convirtiendo tanto este proyecto como IMBEAC (el Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico) en un auténtico referente europeo.

    Fruto de ese increíble trabajo, aparecería en 2012 la pieza que nos ocupa. Una tésera que, debido a su estado y contexto, ha generado alguna duda en cuanto a su función verdadera. ¿Podriamos estar ante un pacto de hospitalidad roto por alguno de sus componentes? ¿Dónde esta el resto de la tésera (al menos de la pieza "hembra")?. Preguntas que esperemos que el equipo del proyecto Monte Bernorio en su entorno pueda aclarar en campañas posteriores.

    Agradecimientos: Proyecto arqueológico "Monte Bernorio en su entorno"
    Bibliografía: "La Tessera de hospitalidad del oppidum de Monte Bernorio (Villarén de Valdivia, Palencia)" - Palaeohispanica 14 (2014).
  • TESERA DE HERRERA DE PISUERGA

    La tésera de Herrera de Pisuerga es, sin lugar a dudas, otro de los grandes iconos de la arqueología relacionada con las fronteras de Regio Cantabrorum. Y eso teniendo en cuenta que ninguno de los pópuli citados en su interior tiene nada que ver con los que hoy conocemos de los antiguos cántabros a ciencia cierta, ni siquiera se encontró en un contexto claro que pudiese resolver su origen e interpretación. Sería un obrero realizando un desmonte para futura cimentación de la fábrica de lácteos "Granja La Luz" quien, en febrero del año 1965, realizase este sorprendente hallazgo. No apareció nada a su alrededor, lo que llevó a pensar que su deposito (a unos 1,80 metros de profundidad) fuese fruto del arrastre natural de las tierras más altas hacia la cuenca del río.

    El arqueólogo e historiador Antonio García y Bellido fue el precursor en el conocimiento y estudio de la pieza. En ese mismo año (1965) tuvo incluso la suerte de conocer personalmente al obrero que la encontró, obteniendo información relevante sobre todos los detalles relacionados. Eugenio Fontaneda, primer dueño conocido de la tésera, la guardo en el "Museo Fontaneda" de Ampudia de Campos durante años, encontrándose actualmente expuesta en el Museo Arqueológico de Palencia.

    Como se puede apreciar en la imagen, estamos ante una pieza zoomorfa de unos 12,3 cm de longitud por unos 8,5 cm de alto cuyo grosos no supera un milímetro. La representación de estas téseras en forma de jabalí es algo bastante "habitual". Tenemos ejemplos en Uxama (Soria), en Viana (Navarra) y ya en territorio de los antiguos cántabros, en el oppidum de Monte Bernorio. A diferencia de las citadas, la de Herrera de Pisuerga sobresale por su gran estado de conservación (tan solo falta una pequeña parte del rabo) y por la cantidad de información que contiene en ambas caras. Posee dos pequeños orificios de unos 3 milímetros de diámetro que sirven de soporte para colgarla o sujetarla. Respecto a su fundición, presenta algunas burbujas dispersas aunque su factura es excelente. Su creador puso un especial cuidado en el grabado de los ojos, pezuñas y el pelaje del lomo. Todo el conjunto ha llegado a nuestros días recubierto de una hermosa pátina verde oscura, con la salvedad de pequeñas concreciones y óxidos que han afectado a según qué partes del texto en ambas caras.

    Ambas caras poseen inscripciones en latín, identificándose en su anverso (conocido como "A") la siguiente:

    SEX(to) POMPEIO SEX(to) APPVLEIO CO(n)S(ulibus)

    K(alendis) AVGVSTIS

    CARAEGIVS ET ABVANVS ET CAELIO MAG(istratus) ET

    SENATVS MAGGAVIENSES AMPARAMVM

    NEMAIECANVM CVSABVRENSIM

    CIVITATE HONORARIA DONATA (liberos) LIBERTOS

    POSTEROSQVE ITA VOTA OMNIA El FECERVNT

    FINIBVS MAGGAV(i)ENSIVM QVAE

    CIVI MAGGAVIENSI(u)

    Cuya traducción es la siguiente:

    "Siendo cónsules Sexto Pompeyo y Sexto Apuleyo, en las Kalendas de Agosto, los magistrados Caraegio y Abuano y Caelio y el Senado Maggaviense, concedida la ciudadanía honoraria a Amparamo Nemaiecano Cusaburense, hijos, libertos y descendientes, le otorgaron todas las prerrogativas en territorio Maggaviense en iguales condiciones que los ciudadanos Maggavienses"

    Por el reverso (conocido como "cara B", la que aparece en la imagen) nos encontramos con el siguiente texto:

    SEX(to) POMPEIO SEX(to) APPVLEIO

    CON(sulibus) AMPARAMVS NEMAIOQ(um)

    [CV]SABVRENSIS HOSPITIVM . FECIT CVM

    CIVITATE MAGGAV(i)ENSIVM . SIBI, LIBERIS, LIBER

    [T]ISQVE POSTERISQVE SVIS EVNQUE LIBEROS

    LIBERTOS POSTEROSQ(ue) EIVS OMNIS MAGGAVES

    ES IN HOSPITIVM, FIDEM CLIENTELAMQVE SVAM

    SVORVMQVI RECEPERT(un) EADEMQ(ue) CONDICIONE

    ESSET QVA CIVI(s) . PER MAG(istratus) CAELIONE(m)

    ET CARAEGIVM ET ABVRNVM

    ACTVM

    Cuya traducción es la siguiente:

    "Siendo cónsules Sexto Pompeyo y Sexto Apuleyo, Amparamo de los Nemaiocos Cusaburense hizo pacto de hospitalidad con la ciudad de los Maggavieneses por si, sus hijos, libertos y descendientes y acogieron en hospicio, fe, clientela y la de los suyos a sus hijos, libertos y descendientes y a todos los Maggavienses, y que estuvieran en las mismas condiciones que los ciudadanos. Se sancionó por medio de los magistrados Caelio y Caraegio y Aburno."

    Inicialmente, García y Bellido asoció a los citados "cusaburenses" con la ciudad de Consabura, la actual Consuegra en la provincia de Toledo. Esta hipótesis, aceptada en un principio como válida, comenzó a perder fuerza décadas después. María Lourdes Albertos Firmat (por ejemplo) en su estudio sobre la onomástica de la región septentrional, apuntó que la mención a los "cusaburenses" no tiene que ver con la actual Consuegra, ya que todos los topónimos y nombres asociados a la tésera tienen claro origen cántabro, pudiendo existir pueblos repartidos por toda la Península Ibérica con igual nombre..exactamente lo mismo que ocurre en nuestros días. Esta hipótesis se refuerza cuando vemos que nombres como Amparamo aparecen documentados en tan solo 3 ocasiones en toda Hispania, siempre asociados a estélas cántabras en León (Liegos, Crémenes y Valtimartino). Del mismo modo, Aburno es citado también en dos estelas de la misma provincia, esta vez en Valdoré y Crémenes, incluso Caelio es común en Asturias, León o incluso Navarra. Basándose este tipo de análisis, la teoría de que estamos ante una tésera de origen cántabro, aun habiendo sido encontrada en territorio túrmogo, no sería descartable.

    Ahora bien, si estamos ante una pieza relacionada con el territorio de los antiguos cántabros…¿Cuál es la ciudad de Maggave?. Aquí las opiniones son mucho más discordantes. Alberto Firmat apunta a que puede tratarse de la actual Mave (Olleros de Pisuerga, Palencia), ubicación del gran oppidum de Cildá. Se basa principalmente en la toponimia y la evolución de la misma, además de la cercanía de Herrera de Pisuerga, lugar del hallazgo. Sobre la ciudad de Consabura, se ubica en la actual Consuegra (Toledo). En contraposición, existen autores que no ubican Maggave en Cildá. Fontaneda y Hernández, por ejemplo, mantienen que se puede localizar en Paredes de Nava (Palencia) (Fontaneda-Hernández, 1996,115).

    De lo que no cabe duda es de su cronología, ya que su contenido es clarificador al respecto. Estamos ante un documento fechado por los cónsules en el año 14 d.C., es decir 32 años después de la conquista final de Cantabria. Es más que llamativo que estemos ante una tésera de hospitalidad (símbolo claramente indígena) escrita en latín, lo que nos da a entender el alto grado de "romanización" impuesto en la zona pocos años después del conflicto por excelencia en el norte Peninsular. Todo ello hace de la tésera de Herrera de Pisuerga una pieza de incalculable valor, digno de estar entre las piezas destacadas de Regio Cantabrorum.

    Bibliografía: "Los Cántabros antes de Roma" - Real Academia de Historia. Autor: Eduardo Peralta Labrador.

    "Tessera hospitalis del año 14 de la era hallada en Herrera de Pisuerga" Boletín de la Real Academia de la Historia 159, 1966, 149-166. Autor: Antonio García y Bellido.






¿ Echas de menos alguna localización o publicación?